En enero de 1983, mientras cruzaba los campos helados para atender a sus corderos, el granjero galés Irwel Evans, observó una gran cantidad de metales esparcidos hasta donde alcanzaba la vista. Una investigación más profunda reveló que estaban dispersos en un área del tamaño de tres campos de fútbol en la granja familiar, en las afueras del pueblo de Llanillar, en Gales. Además, las copas de los árboles en un bosque cercano habían sido cortadas por algún tipo de impacto.
Tras su sorprendente hallazgo, el granjero Evans alertó a la policía, que a su vez dio aviso a la Real Fuerza Aérea y a agentes del Ministerio de Defensa británico, quienes no tardaron en hacerse presentes en el área para peinar la tierra y los bosques cercanos, llevándose consigo los fragmentos encontrados.
Nunca se dio una explicación oficial sobre lo ocurrido ni se registraron detalles de la operación de esa noche.
Después del suceso, Gary Rowe, un investigador local de ovnis, se acercó al lugar para inspeccionar in situ. A primera vista, parecía que no quedaba rastro alguno. Sin embargo, con astucia, sospechó que el gobierno podría no haber limpiado por completo la zona. Y acertó. Él logró encontrar seis piezas metálicas y dos fragmentos que se asemejaban a una especie de lámina de aluminio. Gary Rowe conservó los restos del choque por 40 años.
Ahora Mark Olly, presentador de los Alienígenas ancestrales, y profesor en la Universidad de Chester, inició una investigación para su reciente libro. Durante esta búsqueda, logró contactar a Rowe, quien había mantenido en secreto los fragmentos encontrados durante todo este tiempo.
Rowe accedió cederle algunos de estos fragmentos al autor para su investigación. Estas muestras fueron enviadas a laboratorios en Australia y Estados Unidos, y los resultados superaron cualquier expectativa.
El laboratorio australiano confirmó que sí, es aluminio, pero espuma de aluminio. Sin embargo, nadie tenía espuma de aluminio en 1983. claramente no debería haber existido en ese momento
El análisis estadounidense llegó y su conclusión simplemente dice “Desconocido”. Indicaron que no tenían idea de cuál era el origen de esto, pero es lantano, un metal extremadamente exótico, masivamente costoso, difícil de encontrar y producir
El investigador contempla la posibilidad de que lo que cayó en aquel campo galés en 1983 fuera en realidad una nave derivada de tecnología alienígena que había sido objeto de ingeniería inversa.
El concluye en base a los recientes resultados de las pruebas, que esto no son luces intermitentes, ni extraños testigos hipnotizados o lo que sea, esto es sólido. Esto es evidencia física, contundente, de algo que es extraordinariamente inusual ya sea terrestre, o extraterrestre.
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