Los grandes bancos del G7 apuntan a la destrucción del planeta

La Cumbre del G7 de este año se celebra entre el 13 al 15 de junio en Italia, en medio de continuos fenómenos climáticos globales extremos y en uno de los 20 meses más calurosos registrados en el mundo. El G7 se comprometió a eliminar gradualmente el uso de energía a base de carbón, pero no ha abordado cómo su sector financiero privado sigue apoyando la expansión del carbón a nivel mundial.

En abril de 2024, la reunión ministerial del G7 sobre Clima y Energía se comprometió a “pedir” al sector bancario privado que dejara de financiar el carbón y se comprometió a abandonar la energía a base de carbón para la “primera mitad de la década de 2030”.

Sin embargo, simplemente “pedir” a los grandes banqueros que dejen de financiar el carbón es un pellizquito de monja que, por supuesto, no será una solución efectiva si no va acompañado de medidas regulatorias efectivas.

Los grandes bancos: más leña al fuego

En los últimos tres años, 470.000 millones de dólares fluyeron de los bancos comerciales a la industria del carbón a través de préstamos y emisiones en el mercado de capitales. Las grandes entidades del G7 están a la cabeza: seis de los siete miembros se encuentran entre los 10 principales países del mundo en cuanto a tener bancos comerciales que financian el carbón. Entre 2021 y 2023, las grandes entidades del G7 proporcionaron la asombrosa cantidad de 101.000 millones de dólares para la industria del carbón.

Los mayores infractores son los bancos estadounidenses y japoneses, que en conjunto dirigieron más de 73.000 millones de dólares. Se trata de capital que, de otro modo, podría haberse invertido en energía sostenible, proyectos de modernización de redes e iniciativas de eficiencia energética, elementos cruciales para una transición energética exitosa.

Los bancos estadounidenses son los mayores financiadores de carbón del mundo, con préstamos y emisiones de mercados de capital por valor de 49.000 millones de dólares en los últimos tres años. De hecho, Bank of America aumentó su financiación del carbón desde el Acuerdo de París en un 30% entre 2016 y 2023 y, recientemente, ha relajado sus restricciones.

Por su parte, el megabanco japonés Mizuho es el principal prestamista de carbón del mundo. Otorgó 500 millones de dólares más en préstamos que Bank of America en los últimos tres años. Las otras grandes entidades japonesas, MUFG SMBC, ocuparon el tercer y cuarto lugar en términos de préstamos para carbón durante este período, y juntos otorgaron más de 6.000 millones de dólares en financiación a este sector.

El fracaso del G7

La ironía es que la cantidad total de financiación para el carbón en los últimos tres años por parte de los bancos comerciales de los países del G7 es más del doble de la cantidad prometida por el Grupo de Socios Internacionales liderado por el G7 para apoyar las Alianzas para la Transición Energética Justa (JETP).

Aunque la financiación del G7 está obstaculizando mucho más que ayudar a la eliminación gradual del carbón a nivel global, los 7 países más ricos del mundo también están rezagados en sus propias restricciones internas. A Estados Unidos todavía le quedan en funcionamiento más de 200 GW de capacidad de carbón y, si bien ha ido cayendo rápidamente, hay señales de que esta disminución podría estar estancada. Estos 200 GW son más que la capacidad de carbón combinada de Sudáfrica, Indonesia y Vietnam, los tres principales receptores de financiación del JETP que dependen de este combustible fósil.

El enfoque del G7 de simplemente “pedir” al sector financiero privado que abandone la financiación del carbón es demasiado débil dada la urgencia de la crisis climática y los miles de millones que las instituciones financieras del G7 están proporcionando a la industria del carbón.

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