Según el informe global sobre condenas a muerte y ejecuciones presentado por Amnistía Internacional, en 2023 se llevaron a cabo un total de 1.153 ejecuciones –cifra que no incluye los miles que se cree que se realizaron en China–, lo que representa un aumento de más del 30% en relación con 2022. Esta es la cifra más alta documentada por la oenegé desde 2015. Pese a este aumento en la cifra total de ejecuciones, el número de países que las llevaron a cabo fue el más bajo registrado.
«El gigantesco repunte de las ejecuciones documentadas se debió principalmente a Irán», explica Agnès Callamard, secretaria general de Amnistía Internacional. «Las autoridades de este país mostraron un total desprecio por la vida humana y aumentaron las ejecuciones por delitos de drogas, lo que puso aún más de relieve el impacto discriminatorio de la pena de muerte en las comunidades más marginadas y empobrecidas de Irán», añade.
El número de condenas a muerte impuestas en el mundo en 2023 aumentó un 20%, elevando el total a 2.428
«En muchos países los gobiernos no publican información sobre el uso que hacen de la pena de muerte», explican desde Amnistía Internacional. En China y Vietnam, por ejemplo, la información sobre el uso de la pena capital está clasificada como secreto de Estado. En 2023, afirman, «la información disponible sobre algunos países, concretamente Bielorrusia y Corea del Norte, fue escasa o nula debido a prácticas restrictivas del Estado». Con los datos disponibles, los cinco países que llevaron a cabo el mayor número de ejecuciones en 2023 fueron Arabia Saudí, China, Estados Unidos, Irán y Somalia. Irán, por sí solo, fue responsable del 74% de todas las ejecuciones registradas; y Arabia Saudí, del 15%. Por su parte, en Somalia y Estados Unidos se realizaron más ejecuciones en 2023 que en el año anterior.
En cuanto al número de condenas a muerte impuestas en todo el mundo en 2023, la cifra aumentó un 20%, elevando el total a 2.428.
Aumentan las ejecuciones en Irán
En Irán, las autoridades intensificaron el uso de la pena de muerte para infundir temor en la población y aumentar su control sobre el poder, llevando a cabo ejecuciones en todo el país. Fueron ejecutadas al menos 853 personas, lo que representa un aumento del 48% respecto de las 576 de 2022. El número de ejecuciones de miembros de la minoría étnica baluchi de Irán fue desproporcionado, pues constituyó el 20% de las ejecuciones registradas a pesar de que esta etnia representa alrededor del 5% de la población de Irán. Fueron ejecutadas al menos 24 mujeres y al menos 5 personas que eran menores de edad en el momento del delito.
De las ejecuciones registradas en Irán, al menos 545 fueron llevadas a cabo de forma ilegítima por actos que no deberían conllevar la pena de muerte según el derecho internacional, como los delitos de drogas, el robo y el espionaje. Las ejecuciones por delitos de drogas aumentaron y constituyeron el 56% de las ejecuciones registradas en 2023, lo que representa un aumento del 89% en relación con las 255 ejecuciones registradas en 2022.
Los cinco países con el mayor número de ejecuciones en 2023 fueron Arabia Saudí, China, Estados Unidos, Irán y Somalia
Retrocesos en Estados Unidos y el África subsahariana
Los avances pierden fuerza en Estados Unidos, donde las ejecuciones aumentaron un 33%, pasando de 18 a 24. Se presentaron proyectos de ley en Idaho y Tennessee para que las ejecuciones fueran realizadas por fusilamiento, mientras la asamblea del estado de Montana estudió la ampliación de las sustancias que se emplean en la inyección letal. En Carolina del Sur se promulgó una nueva ley en cuya virtud se oculta la identidad de las personas y entidades que participan en la preparación de una ejecución o la llevan a cabo.
«Un número selecto de estados de Estados Unidos mostró una escalofriante adhesión a la pena de muerte, así como su despiadada intención de invertir recursos en arrebatar vidas humanas. También se empezaron a llevar a cabo ejecuciones mediante el cruel nuevo método de la asfixia por nitrógeno, y Alabama usó ignominiosamente este método no probado para matar a Kenneth Smith este mismo año, apenas 14 meses después de haberlo sometido a un intento de ejecución fallido», afirma Agnès Callamard, que reclama: «El presidente Biden debe dejar de aplazar el cumplimiento de su promesa de abolir la pena de muerte federal».
Se han producido más retrocesos en otras regiones del mundo, como el repunte del número de condenas a muerte y ejecuciones documentadas en el África subsahariana en 2023. Las ejecuciones registradas en la región se triplicaron con creces, pasando de 11 en 2022 a 38 y las ejecuciones documentadas aumentaron de forma acusada (un 66%), pasando de 298 en 2022 a 494 en 2023. Además, ningún país de la región abolió la pena de muerte en 2023.
Secreto de Estado
Debido al secretismo con que actúan algunos Estados, las cifras de Amnistía Internacional no incluyen las miles de personas que se cree han sido ejecutadas en China, que sigue siendo el país que lleva a cabo el mayor número de ejecuciones. De forma similar, la organización no pudo presentar cifras sobre Corea del Norte y Vietnam, países que se creen recurren ampliamente a las ejecuciones.
Sin embargo, el número limitado de informes oficiales que sí han salido de estos países transmitía a la ciudadanía el mensaje claro de que la delincuencia o la disidencia serían castigadas con la muerte y mostraban que esta pena seguía formando parte del arsenal del Estado para mantener el control y reprimir la disidencia.
Corea del Norte promulgó una nueva ley que prevé la pena de muerte como posible castigo para quienes no usen la lengua nativa coreana
En China se usaron las informaciones publicadas en los medios de comunicación estatales para recordar a la población que delitos como el narcotráfico y el soborno serían castigados con dureza y desembocarían en la ejecución, mientras Corea del Norte promulgó una nueva ley que prevé la pena de muerte como posible castigo para quienes no usen la lengua nativa coreana. Mientras tanto, las autoridades militares de Myanmar siguieron imponiendo condenas a muerte en tribunales controlados por las fuerzas armadas, en procedimientos secretos y manifiestamente injustos.
Algunos avances
A pesar de la actuación de una minoría, continuaron los avances. En la actualidad, 112 países son totalmente abolicionistas y 144 han abolido la pena de muerte en la ley o en la práctica.
Se documentaron ejecuciones en 16 países, el número más bajo registrado hasta la fecha. No se registraron ejecuciones en Bielorrusia, Japón, Myanmar y Sudán del Sur, países que sí habían llevado a cabo ejecuciones en 2022.
En Asia, Pakistán derogó la pena de muerte para delitos de drogas y Malasia abolió la pena de muerte preceptiva. Las autoridades de Sri Lanka confirmaron que el presidente no tenía la intención de firmar órdenes de ejecución, lo que disminuyó la preocupación de que se reanudaran las ejecuciones.
Aunque ningún país abolió la pena de muerte en el África subsahariana, seguían tramitándose proyectos de ley para abolirla en Kenia, Liberia y Zimbabue. En Ghana, el Parlamento votó a favor de dos proyectos de ley que eliminaban la pena de muerte de la legislación vigente, aunque, al concluir 2023, no se habían convertido aún en ley.
La pena de muerte será sometida de nuevo a examen en la Asamblea General de Naciones Unidas este año.
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