A pesar de estar cerca de cumplir los 100 años, Noam Chomsky (Filadelfia, 1928) sigue concediendo entrevistas y conferencias por todo el mundo. Lingüista interesado en el desarrollo sociopolítico mundial, sus principales publicaciones navegan entre ambos campos.
La capacidad innata para el lenguaje
Chomsky cambió completamente el paradigma de los estudios lingüísticos al plantear que el lenguaje es una capacidad innata del ser humano y no algo que se aprende. El pensador defiende que existe en todos los seres humanos una impronta genética que nos permite desarrollar el lenguaje en nuestra infancia, como si estuviéramos biológicamente programados para hablar.
Los límites de la ciencia
A pesar de ser él mismo un científico, Chomsky ha declarado en numerosas ocasiones, siguiendo las teorías de pensadores como Isaac Newton, que la ciencia no puede explicarlo todo. La mente humana, aunque poderosa, también tiene sus límites, y existen cuestiones que nunca van a ser resueltas porque ni siquiera vamos a llegar a plantearnos las preguntas necesarias.
Anticapitalismo…
El pensador estadounidense muestra en ensayos como Las consecuencias del capitalismo un profundo rechazo a ese sistema económico, especialmente en la etapa tardía que vivimos actualmente. Para Chomsky, el capitalismo produce profundas desigualdades económicas que derivan en regímenes autoritarios, guerras y catástrofes medioambientales. Sus críticas al sistema de gobierno de Estados Unidos, que para él representa el capitalismo más salvaje, han hecho que se le haya tildado de «antiestadounidense» entre los sectores de derecha del país.
…y anarcosindicalismo
Chomsky se ha interesado en numerosas ocasiones por esta corriente que busca lo mismo que el anarquismo pero centrándose en las condiciones y el lugar de trabajo.
Para Chomsky, el capitalismo produce profundas desigualdades que derivan en regímenes autoritarios, guerras y catástrofes ambientales
Flexibilidad y libertad de expresión
El pensador plantea que la libertad de expresión debe ser unilateral: las personas con las que no estamos de acuerdo tienen el mismo derecho que nosotros a expresarse, aunque lo que expresen nos perjudique directamente. Mira con recelo la cultura de la cancelación y defiende, además, el derecho que todos tenemos a cambiar de opinión.
Sentimiento religioso
Su posicionamiento religioso es cauteloso: aunque es de crianza judía, ha declarado en varias ocasiones que no tiene religión, sin definirse como ateo. Es, en general, contrario a cualquier tipo de creencia irracional.
El relato de la Historia
En varias entrevistas, el pensador norteamericano ha puesto el foco sobre la importancia del relato de la Historia, esto es, de dónde viene la información que se interpreta como la «verdad». Su planteamiento es que los vencedores suelen ser los dueños del relato y, por lo tanto, quienes tienen el poder de eliminar o difuminar los matices en lo que luego aprendemos como la verdad absoluta. En palabras del propio Chomsky, «cuando lo hacen los demás, es un crimen; cuando lo hacemos nosotros [los ganadores], no lo es».
Información veraz y de calidad
La información veraz y abierta es la clave para la resolución de cualquier conflicto: en una entrevista concedida a Ethic, Chomsky, refiriéndose a la guerra entre Rusia y Ucrania, afirmó que «puede que no te guste la información, pero deberías conocerla de todos modos». Un ejemplo del peligro de la información de poca calidad lo vivió hace poco el propio Chomsky, cuando la falsa noticia de su muerte fue difundida en múltiples medios de comunicación.
Cuidado con la manipulación masiva
En la misma línea, una de las ideas clave del pensamiento de Chomsky es el recelo hacia la manipulación mediática. La máxima latina panem et circenses, «pan y circo», sigue en boga hoy en día, con estrategias como la creación de problemas inexistentes para que las masas pidan soluciones o el uso de las emociones para implantar ideas antes que la razón.
Sobre la inteligencia artificial
En recientes entrevistas, Chomsky se ha pronunciado sobre la IA y sobre programas como ChatGPT. Aunque no los considera intrínsecamente negativos, pues, como cualquier herramienta, pueden ser usados para bien o para mal, sí ha recalcado que no debemos compararlos con la inteligencia humana, ya que la mente «no busca inferir correlatos brutos entre datos, sino buscar explicaciones».