Un proyecto denominado All Things Bugs, que busca desarrollar alimentos a partir de insectos para combatir la desnutrición infantil en áreas golpeadas por la hambruna, recibió financiamiento del programa Grand Challenges Explorations de la Fundación Bill y Melinda Gates en 2012. Actualmente, el alcance de esta iniciativa se ha ampliado mediante una colaboración con las Fuerzas Armadas de los Estados Unidos.
El desarrollo de insectos genéticamente modificados para el consumo humano ha contado con el respaldo del Departamento de Defensa a través del programa ampliado.
No se encuentran claras las regulaciones estadounidenses respecto al desarrollo y consumo de productos alimenticios elaborados con insectos. Las empresas pueden ofrecer estos productos a los consumidores en Estados Unidos, ya que no hay un proceso oficial que apruebe o prohíba su desarrollo para el consumo humano. Sin embargo, según la Ley Federal de Alimentos, Medicamentos y Cosméticos de 1938, dichos productos podrían ser considerados como alimentos adulterados “sucios”. (Relacionado: ICA, la principal tienda de comestibles de Suecia, publica en su sitio web una receta de gusanos de harina “respetuosa con el medio ambiente”).
En tiendas y restaurantes de todo Estados Unidos, ya se pueden encontrar productos que incluyen grillos y saltamontes. Estos ingredientes son parte de artículos consumibles como batidos y barritas de proteínas, además de ser utilizados frecuentemente en la alimentación animal y en los alimentos destinados a mascotas.
Los proyectos y nuevas empresas de las denominadas “proteínas alternativas” han comenzado a recibir apoyo por parte de importantes inversores, como Bill Gates, así como de grandes compañías del sector alimentario, entre ellas Tyson Foods, gracias a la escasez de obstáculos regulatorios.
La Dra. Meryl Nass, fundadora e internista de Door to Freedom, comentó a The Defender que las regulaciones laxas de la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) permiten que numerosos alimentos elaborados con insectos sean considerados “generalmente seguros”. Esta categorización implica que no necesitan someterse a pruebas adicionales, lo que posibilita que la FDA ignore posibles riesgos para la seguridad. Según Nass, podría tomar generaciones establecer la seguridad de estos productos alimenticios.
All Things Bugs se está expandiendo en el ámbito del suministro de proteínas alternativas para el ejército, lo que implica una colaboración con la Agencia de Proyectos de Investigación Avanzada de Defensa del Pentágono. Esta asociación tiene como objetivo investigar cómo convertir insectos en nuevos recursos biológicos modificados genéticamente mediante la utilización de la tecnología de edición genética CRISPR y otras innovaciones tecnológicas.
All Things Bugs subrayó que, aunque los insectos representan “una fuente muy sostenible de proteínas”, su meta es “transformarlos en un producto viable para la industria alimentaria”.
“Es esencial que todos los transgénicos, incluidos los insectos, sean evaluados por riesgos antes de su comercialización en relación con la salud y el medio ambiente”, advirtió Claire Robinson, editora gerente de GMWatch, durante una entrevista con The Defender. “Esto implica realizar pruebas para identificar patógenos, alérgenos potenciales y sustancias que podrían resultar tóxicas para los seres humanos. Además, es necesario que estén claramente etiquetados para los consumidores”.
La estrategia más amplia de Gates para explorar alternativas a los alimentos de origen animal incluye sus inversiones en productos alimenticios elaborados a partir de insectos. Además, ha destinado una cantidad considerable de recursos a otros tipos de alimentos alternativos. En su blog, mencionó en febrero su inversión en Savor, una startup que produce mantequilla transformando el dióxido de carbono en grasas mediante un proceso termoquímico.
Una startup de tecnología alimentaria llamada Nature’s Fynd, que produce proteínas a partir de un microbio hallado en los manantiales geotérmicos de Yellowstone, recibió una inversión de 80 millones de dólares por parte de Breakthrough Energy Ventures, un grupo de organizaciones fundado por Bill Gates en 2015, junto con Generation Investment Management.
Nature’s Fynd recibió, a lo largo de varios años, una donación de 4,75 millones de dólares en 2022 por parte de la Fundación Bill y Melinda Gates, con el objetivo de perfeccionar su avanzada tecnología de fermentación para la producción de Fy, una “proteína alimentaria de hongos”.
Bill Gates se asocia con el Pentágono para diseñar insectos transgénicos para el consumo humano