El número de hijos que tienen las mujeres a lo largo de su vida fértil viene cayendo en Europa desde hace muchos años y en España ha caído más tarde y más rápido, hasta llegar a los niveles más bajos de entre todos los países europeos. En realidad, el saldo vegetativo (nacimientos menos muertes) europeo sería bastante más negativo si sólo nos fijásemos en los europeos «autóctonos», sin contar la aportación de los inmigrantes (con mayor fecundidad, y en especial en el caso de los musulmanes) y fallecimientos (relativamente pocos, al ser más jóvenes que las poblaciones nativas). En concreto, en los países de la Unión Europea el saldo vegetativo de los autóctonos es apreciablemente más negativo que el total -ya en números rojos desde hace años-, lo que implica que es positivo para los inmigrantes.
Las causas son múltiples y desde el punto de vista demográfico están muy estudiadas: baja nupcialidad, crecimiento de la divorcialidad… lo cual conduce a la citada caída de la fecundidad.
Unos pocos datos españoles. En 2023, el número de nacimientos bajó más de un 20% respecto a 2013. Al cierre de 2023 sólo dos comunidades, Extremadura y Comunidad de Madrid, experimentaron un ascenso en el número de nacimientos. En los primeros siete meses del 2024 se registró un leve repunte con un crecimiento del 0,36%. Además, hay más madres mayores de 40 que menores de 25 años.
Pero detrás de la demografía está también el coste que trae aparejado cada hijo que llega. A este asunto ha dedicado un estudio Raisin (1). Es sabido que los problemas de acceso a la vivienda, los bajos salarios, los problemas de conciliación o el encarecimiento del nivel de vida son algunos de los factores que lastran la maternidad en España. A esos datos es preciso añadir el coste de criar un hijo, que según el estudio de Raisin, cuesta más de 300.000 euros desde su nacimiento a su emancipación (a los 31 años).
Existen diferencias entre criar a un niño y a una niña. En el caso de las mujeres, la cifra ascendería a los 324.894, mientras que para los varones es de 334.343 euros. «La diferencia en el gasto se debe principalmente a la edad de emancipación: las mujeres tienden a independizarse antes que los hombres, lo que reduce los costes para las familias». Los mayores costes se producen entre los 12 a los 18 años: 99.540 euros (1.382,5 euros al mes de media).
«Tras décadas de fecundidad por debajo del nivel de reemplazo, en Europa se producen más fallecimientos que nacimientos»
El mayor gasto es en alimentación (132.000 euros), y mucho menor en educación (41.000 euros).
Durante el primer año de vida, en 2022 se necesitaban 10.600 euros y en 2024 11.400, lo que representaría en 2024 el 38,8% del salario de un varón u el 46,8% de una mujer.
Tras décadas de fecundidad por debajo del nivel de reemplazo (2,1 hijos por mujer), en Europa y en particular en los países del Este y el Sur, y también en Alemania, que es el país más poblado de la UE, se producen más fallecimientos que nacimientos.
El saldo vegetativo (nacimientos menos muertes), aun siendo positivo, se ha reducido notablemente, aunque en África sigue habiendo un alto valor positivo, es decir, muchos más nacimientos que muertes.
https://theobjective.com/elsubjetivo/opinion/2024-09-27/coste-tener-hijos/