GINEBRA, nov (IPS) – Desde la restauración de la democracia en 2008, Pakistán ha dado pasos para la defensa de los derechos humanos, pero la situación de las minorías solo se ha agravado, advierten organizaciones no gubernamentales.
Los dalit o «intocables», los excluidos en el sistema de castas en India y que también están presentes en Pakistán, son los que se encuentran en peor situación, pues sufren discriminación religiosa y social
La mayor parte de los dalit son budistas, y la abrumadora mayoría de los pakistaníes son musulmanes.
Pero Islamabad asegura estar protegiendo a las minorías. «El periodo 2008-2012 ha sido el más activo en la creación de leyes sobre derechos humanos en los 65 años de historia de Pakistán», subrayó la ministra de Relaciones Exteriores de ese país, Hina Rabbani Khar.
La funcionaria participó esta semana en Ginebra de la Revisión Periódica Universal que realiza el Consejo de Derechos Humanos de la Organización de las Naciones Unidos.
Se trata de una evaluación hecha a los 192 miembros del foro mundial cada cuatro años.
Pakistán aprobó una nueva ley en mayo pasado para crear una comisión nacional independiente sobre derechos humanos, y que estará integrada por un representante de las minorías. Islamabad también ratificó el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos (ICCPR, por sus siglas en inglés) y la Convención contra la Tortura, y ahora se concentra en implementarlos a nivel nacional, aseguró la ministra.
«Nuestra Constitución es muy clara sobre los derechos de las minorías a expresar libremente su religión y visitar sus sitios de adoración», añadió.
«Son parte integral de la sociedad pakistaní, y todos los ciudadanos tienen garantizados iguales derechos e igual estatus, más allá de su religión o casta», aseguró.
Pero grupos independientes tienen serias dudas. «Desde el año pasado ha habido algunos progresos, pero claramente no son suficientes para los grupos minoritarios», dijo a IPS el director de programas del Minority Rights Group International, Shobha Das.
«Pakistán ha ratificado el ICCPR, pero su implementación es muy lenta. Tiene un sistema de cuotas en política en la que cuatro por ciento de los asientos de la cámara alta (Senado) son reservados a no musulmanes, lo que refleja su porcentaje en la población», indicó.
Pero en la cámara baja, la Asamblea Nacional, solo 10 asientos de 342 están destinados a no musulmanes.
«Las minorías religiosas no están seguras en Pakistán, y en particular las que reclaman sus derechos. Estamos muy preocupados por la libertad religiosa», indicó.
Minority Rights Group International alertó sobre los ataques directos y físicos a los miembros de las minorías, y criticó la incapacidad o falta de disposición de un «Estado débil» para protegerlos.
También alerta sobre lo que llama «erosión institucionalizada de la libertad religiosa», que se refleja en la exigencia a los ciudadanos de declarar su confesión de fe a la hora de solicitar documentos de identidad.
«Aun si las minorías religiosas no son directamente afectadas por la violencia, hay una atmósfera de miedo, porque el Estado no provee una respuesta adecuada», dijo Shobba Das.
«Estas personas se sienten inseguras. Se sienten pakistaníes, pero el mensaje que reciben es que no lo son», añadió.
Las organizaciones no gubernamentales están preocupadas por la ley de blasfemia que, afirman, constituye una afrenta a los derechos humanos.
Instituida en el siglo XIX por la colonia británica para impedir el agravio a las religiones, ha sido enmendada de tal manera que ahora en realidad solo protege al Islam.
Con frecuencia, la ley es usada para resolver disputas personales con miembros de las minorías religiosas.
Zulfiqar Shah, de la Red Pakistaní de Solidaridad con los Dalit, dijo a IPS que los miembros de las supuestas castas «bajas» sufren especialmente en Pakistán.
«Los dalit son discriminados tanto como en India y, además, tienen el doble de desventajas por no ser musulmanes. Actualmente, no hay leyes contra la discriminación», indicó.
En 1947, cuando fue creado Pakistán, las minorías religiosas representaban entre 24 y 27 por ciento de la población. La mayoría de los hindúes emigraron a India, y otros se convirtieron al Islam.
Hoy los miembros de religiones no musulmanas representan apenas cuatro por ciento de los 196 millones de pakistaníes.
La mayoría de los dalit viven en las áreas rurales, con poco acceso a servicios de salud, educación y empleo. Están confinados a tareas como la agricultura y la servidumbre.
«El trabajo forzado va de generación en generación, porque estos campesinos sin deudas no pueden pagar sus deudas», dijo Shah.
Actualmente hay solo un dalit en el Parlamento de Pakistán, y ninguno en ninguna asamblea provincial. «El gobierno debe crear una comisión para implementar planes de acción afirmativa», propuso.
«Teóricamente, los dalit deberían estar mejor en Pakistán que en India, pero lamentablemente están peor. En India, al menos, hay protección legal y acción afirmativa»,
http://www.ipsnoticias.net/nota.asp?idnews=101821
Para pensar, es necesario ir a un parlamento? !OH DIOS… Qué pasa?