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SINCRONICIDAD Y LA INTERCONECTIVIDAD DE NUESTRAS VIDAS

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Por el Dr. Eduardo Rafael Zancolli – Autor del Best Seller «El Misterio de las Coincidencias»

Introducción a la Sincronicidad

Todos los mortales que habitamos este mundo nos enfrentamos a un mismo misterio. En algún momento, o tal vez muy frecuentemente, nos hemos planteado quiénes somos y cuál es el significado de nuestras vidas.

Las respuestas a dicho planteamiento son muy variadas de acuerdo a las fuentes que hayamos tomado para contestarlas.

En la antigüedad eran los profetas quienes, escuchando la voz de Dios», trasmitían algunos secretos sobre la creación al resto de los seres. Desde el siglo XVII en adelante ha sido del dominio de los científicos descubrir cómo está constituido y cómo funciona el universo. Ellos han hecho ingentes esfuerzos por contestar a grandes interrogantes: cómo fue creada la materia por primera vez, cómo comenzó la vida, y últimamente qué es la conciencia, dónde se asienta y cómo interactúa con la naturaleza. Por lo tanto la ciencia ha sido el vehículo más aceptado, relegando así a los antiguos profetas, para encontrar las explicaciones a nuestros eternos cuestionamientos de tipo existencial.

A través de ese vehículo, la ciencia, se ha logrado penetrar a la estructura interna del átomo; describir las fuerzas interactuantes dentro del núcleo; describir también un verdadero «zoológico» de partículas subatómicas (cerca del centenar); desentrañar uno de los mayores misterios de la vida, la composición del código genético; identificar los misteriosos agujeros negros; registrar la formación de galaxias, estrellas y planetas; descubrir los mecanismos fisiológicos del cuerpo humano; y hasta obtener registros del supuesto comienzo de todo, el Big Bang (todo esto entre tantos otros descubrimientos).

Pero más allá de todo ello, también disfrutamos de cosas que tienen resonancia en un centro emisor‑receptor diferente, nuestro mundo interior. El sabor de la literatura, la música, la pintura, la escultura, la arquitectura, las experiencias contemplativas y místicas, e incluso para algunos, el deleite de sus propias vidas, son patrimonio de las vivencias exclusivas de nuestro mundo interior. También se incluyen aquí nuestras pasiones, el amor, e incluso la imaginación y la ficción.

De este breve análisis surge con gran claridad la existencia de una aparente brecha infranqueable entre nuestro mundo interno (lleno de pasiones, sensaciones, deseos e intuiciones), y el mundo físico externo “real» que nos rodea (ese que a toda causa física le sigue un efecto proporcional).

¿Cómo unificarlos? ¿Cómo sentir la unidad entre lo que es aceptado como absolutamente «real» y tantas otras vivencias interiores que son reales para nosotros y que, tal vez, ni siquiera nos animemos a contarlas a otras personas en muchas ocasiones? ¿Cuán real es lo que viven…ciarnos en nuestro mundo interior?

Si nos basamos en nuestra educación, basada en el paradigma reinante, esos dos mundos parecen demasiado distantes entre sí. E incluso, a veces, pueden estar en franca contradicción.

A pesar de todo ello, y a pesar de que lo que vivimos algunos podrían considerarlo dentro del reino de lo «irreal’, nadie nos podrá doblegamos para desistir de su licitud, o ir en contra de nuestras experiencias interiores. Pero, ¿por qué es así? En el fondo, nuestras vidas no son más que caminos evolutivos que se basan en la continua búsqueda de significado, y una vez que le encontrarnos significado a algo eso es «real» para nosotros. Desde niños vivimos relacionándonos con el mundo a partir de encontrarle significado a las cosas. Las preguntas son inevitables: ¿Qué es eso? ¿Para qué sirve eso? Todo, desde un tenedor, un destornillador, o un puntero láser, o cualquier otra cosa con la que nos hayamos relacionado, ha pasado por ese mecanismo de interpretación en busca de significado en nuestra conciencia.

La pregunta que surge es si en nuestra vida diaria tenemos algún elemento que nos esté mostrando la unión entre esos dos mundos. Algo que nos permita profundizar en los mecanismos del funcionamiento de la naturaleza (esos que están «ocultos», o que no pueden ser descifrados solamente por nuestros cinco sentidos externos), para llegar a comprender desde un plano más profundo cuál es nuestro rol participativo en el universo.

Y la respuesta es Sí, existe algo que todos vivenciamos en común y que nos permite comenzar a vislumbrar esa conexión. Me estoy refiriendo a las coincidencias, pero no a las simples coincidencias, sino a aquellas que contienen la información con significado trascendental para nuestras vidas. Se deben diferenciar de aquellas otras simples coincidencias, por azar puro, que no traen respuestas ni producen cambios en nuestros caminos (como por ejemplo, que en dos partidos de fútbol se hagan goles en el mismo instante). Todos nosotros hemos tenido en nuestras vidas ese tipo de coincidencias con significado que han cambiado nuestros rumbos, e incluso nuestros valores y perspectivas sobre la vida.

Para comprender con un ejemplo lo que es una sincronicidad, podemos mencionar lo que James Redfleld, autor de la conocida La Novena Revelación, relata que encontró entre los escritos de Abraham Lincoln. Sucedió en su juventud. En aquella época, Lincoln sentía que debía ser algo diferente a un granjero o trabajador manual, como era el común denominador en los miembros de su comunidad de Illinois. Un día se encontró con un vendedor ambulante que estaba atravesando una época difícil y que le ofreció, a cambio de un dólar, un viejo barril de objetos diversos, la mayoría sin valor. Lincoln podía haberse quitado de encima a aquel vendedor arruinado, pero en cambio le dio el dinero y guardó los objetos. Más tarde, cuando vació el barril, Lincoln halló entre los botes y los utensilios viejos una colección de libros de derecho, gracias a los cuales estudió hasta ser abogado y a partir de ahí prosiguió su célebre destino.

A ese tipo de coincidencias con significado, esas que «encajan» con nuestra historia personal, Carl Gustav Jung las ha dado en llamar «sincronicidad». El nombre elegido tal vez no haya sido el más afortunado, ya que puede inducir a confusión entre sincronicidad y sincronía. Esta última palabra implica el concepto de algo que sucede en el mismo tiempo. En las sincronicidades, en cambio, los eventos interconectados suelen suceder espaciados en el tiempo. Incluso, los eventos pueden interconectarse después de pasados muchos años. Lo único que conecta los eventos dentro de una misma sincronicidad es que están dentro del mismo «guión», están conectados por el mismo significado, y «encajan» con nuestra historia personal.

Vistas las sincronicidades desde el punto de vista estrictamente científico, lo que se plantea en este escurridizo asunto es en qué medida este tipo de sucesos pueden ocurrir exclusivamente por azar, basándose en el cálculo de probabilidades. En otras palabras, ¿cuál es el delicado límite entre el azar y una sincronicidad? Las investigaciones demuestran que la estadística no contiene la clave a estos fenómenos tan frecuentes.

Les relataré otra sincronicidad, una comentada por Nicholas Green sobre algo que le sucedió al actor Anthony Hopkins. Ella nos muestra con claridad cuan alejadas pueden estar las sincronicidades de un evento que ocurra simplemente por azar probabilístico. Hace años se le propuso, a Anthony Hopkins, un papel en una película que estaba basada en el libro de George Feifer, The Girl from Petrovka. Como buen profesional se empeñó en leer el libro, pero en todas las librerías de Londres lo tenían agotado. Un buen día se sentó en el Metro y, en el asiento contiguo, descubrió un ejemplar de The Girl from Petrovka. Ese libro contenía una gran cantidad de notas personales escritas en los márgenes. Dos años más tarde, cuando comenzó el rodaje de la película, tuvo la oportunidad de conocer a Feifer, ‑el autor del libro. Conversando ambos, Feifer inexplicablemente sacó el tema de la pérdida de su copia del libro dos años antes. Fue entonces cuando Hopkins quedó totalmente deslumbrado por la operatoria de la sincronicidad (y pudo devolverle el libro a su dueño).

David Peat, un físico filósofo de la ciencia, señala con tremendo acierto que se puede construir un puente entre los mundos interior y exterior a partir de la sincronicidad. Nos da un punto de partida (para comenzar la construcción de un puente que conecta mente y materia, física y psiquis), ya que nos provee de una visión que va más allá de nuestras nociones de causalidad en los patrones de funcionamiento de la naturaleza. Una danza subyacente, perteneciente a un orden más profundo, que interconecta todas las cosas, incluidos nosotros mismos.

Y de esa forma de ver las cosas que nos suceden (de reconocer un orden más profundo, con propósito, ocupándose individualmente de cada uno de nosotros), es que depende que podamos cambiar el paradigma reinante por uno más coherente.

«El mundo que hemos creado es producto de nuestra forma de pensar” dijo Einstein. «Es una locura pensar que el mundo pueda cambiar sin que cambien nuestros modelos mentales.»

¿Existe esta danza subyacente en algún plano ya descubierto por la ciencia en el que las cosas funcionen basadas en esa interconectividad? La respuesta es Sí. Pero vayamos lentamente, y comencemos teniendo una noción de cómo era la interpretación de esas coincidencias, las que han estado presentes en las vidas de todos los seres humanos que nos precedieron en tiempos pasados.

Visiones de la Antigüedad

Según los que han analizado el tema desde distintos ángulos, se puede ver una clara diferencia en Occidente y en Oriente en las interpretaciones que tenían sobre las coincidencias con significado. Veamos primero, someramente, a Occidente.

Los relatos de Homero del 800 A.C., refiriéndose a la relación entre los mortales y los dioses del Olimpo en épocas alrededor del 1200 A.C., mostraban una interrelación muy particular. Lo que hoy llamamos sincronicidad, en aquel entonces era atribuido a la intervención directa de los dioses en las vidas de los mortales, montando los escenarios y situaciones particulares que les sucederían (como podría ser hacerle caer la espada de la mano en el medio de una batalla, o que a su carruaje se le saliese una rueda en el momento crucial). En muchas de ellas se puede ver, incluso, el capricho de dichos dioses en sus intervenciones. En nuestro tiempo, una película muestra una relación similar entre el protagonista y el Director del estudio de televisión quien, sin darle a conocer la verdadera situación, arreglaba las situaciones para que tuviesen lógica dentro del guión. Me estoy refiriendo a The Truman Show. Muchos otros intelectuales de nuestro tiempo siguen teniendo visiones similares sobre las coincidencias. Carmen Posadas, Premio Planeta de literatura, escribió en boca de uno de los personajes en Pequeñas Infamias: «Las casualidades son bromas que los dioses gastan a los mortales».

En aquellas épocas de Grecia y Roma, le atribuían incluso a un dios particular esa capacidad de crear ese tipo de situaciones, Hermes en Grecia y Mercurio en Roma. Hace tiempo leí un libro dedicado enteramente a ello: Hermes, the trickster.

En Grecia se relacionaba las sincronicidades con la adivinación. La adivinación era un factor muy tenido en cuenta para tratar de anticiparse a conocer «el guión» de lo que le iba a tocar enfrentar. Cuentan que una mujer embarazada, oriunda de la isla de Samos, viajó a consultar al oráculo de Delfos sobre el futuro del porvenir del hijo por nacer. En aquel sitio tan particular, bañado continuamente por gases sulfurosos, las pitonisas (adivinadoras) le anticiparon que el hijo que daría a luz contribuiría al conocimiento de la humanidad y sería recordado por los siglos de los siglos. De ahí el nombre que le pusieron al recién nacido, Pitágoras. «Pita» por las pitonisas, y «ágoras» por el augurio (el augurio de las pitonisas). Hoy, este mismo tipo de augurio es buscado por una increíble cantidad de personas que recurren a sus cartas natales, numerólogos, tarotistas y adivinadores en general. Incluso en The Matrix, la película que está revolucionando al cine, recurre a ese mismo tipo de semejanza cuando lo llevan a Neo al oráculo para que le diga si él es el elegido.

A pesar del advenimiento de las religiones monoteístas, Occidente no eliminó la consideración de las coincidencias con significado en las vidas de los mortales. La diferencia era que a partir de entonces fueron atribuidas a la voluntad de Dios, y esas eran sus señales. Así podemos ver a lo largo de la historia que la coronación de reyes, el advenimiento de guerras o epidemias, o el nacimiento de grandes seres eran siempre acompañados por una variedad de portentos naturales. La simple observación del tapiz de Bayeux, ese que retrata la conquista Normanda de Inglaterra en el 1066, nos muestra un cometa en el cielo. Tal vez simplemente remedando la estrella de Belén. Se debe remarcar que ya no eran los profetas «escuchando» la voz de Dios, sino que ahora todos los mortales recibían sus señales a través de dichos fenómenos.

Más tarde en la evolución, después del Renacimiento, con el advenimiento de la ciencia, ese tipo de portentos quedó absolutamente limitado al patrimonio de la vivencia interior. Bajo el lema: «Todo lo que no se ve, o que no puede ser demostrado, no es real», los seres humanos dejaron en manos de una nueva deidad (ahora científica: las probabilidades y el azar) el dominio de las coincidencias con significado. Muchos incluso habrán temido comentarlas para que no los catalogasen rayando con la locura. Se perdió la licitud de la interpretación personal sobre ese tipo de vivencias. El nuevo paradigma las atribuía a la casualidad. Bajo ningún punto de vista se las podía considerar causales, ya que no eran medibles ni demostrables.

A diferencia de Occidente, Oriente les dio otra interpretación desde la antigüedad. Ya en los milenarios Vedas se pueden encontrar sus referencias. Dice Deepak Chopra que, de acuerdo a tradición Védica, hay sólo dos síntomas que permiten definir a una persona que se encuentra en su camino a la iluminación. Primero, la sensación de que las preocupaciones están desapareciendo. No se siente abatido por la vida. Las cosas pueden ir mal, pero eso ya no le molesta más. En segundo término, en cada área de su vida, comienza a notar un gran número de eventos sincronísticos. Las coincidencias con significado, parecen ocurrir con mayor frecuencia cada vez (como recibiendo mayor cantidad de «mensajes» viniendo de un plano inmanifiesto).

También en China la interpretación de las coincidencias con significado fue vista de una manera distinta a la de Occidente. Los chinos se basaban en tres aspectos: 1) el concepto sobre el tiempo (viéndolo circular en lugar de lineal); 2) trataban de interpretar los sucesos dentro de un patrón de eventos que suceden juntos en el tiempo (y no como eventos aislados); y 3) interpretando los números a partir desde un punto de vista cualitativo, y no cuantitativo como nosotros.

Un breve cuento clarificará este último aspecto. En la antigua China un ejército había rechazado la ofensiva de otro mucho más poderoso. La encrucijada, para el ejército más débil, era si lo más apropiado era esperar o atacar. Eran 11 generales los que se sentaron para tomar la decisión. Ocho votaron por esperar y tres por atacar. Con nuestra visión de las cosas no dudaríamos que la decisión tomada fue la de esperar. Pero no fue así. ¡La votación demostraba el consenso para atacar! ¿Por qué? En China el número tres representa el concepto de unidad. ¡Y todos estuvieron de acuerdo en que la votación indicaba atacar!

Igual que en Occidente, en las culturas orientales también se le daba trascendencia a la manifestación de fenómenos de la naturaleza como augurio de situaciones especiales. Les daré un ejemplo entre los tantos que se pueden encontrar. Relata Sogyal Rimpoché que diez días antes de la muerte de un gran maestro en 1959, Jamyang Khyentse, un sismo había hecho temblar la tierra, y que, según los milenarios Sutras budistas, esa era una señal que anunciaba el fallecimiento inminente de un ser iluminado.

De todo lo expuesto se puede apreciar que tanto en Occidente como en Oriente, en la antigüedad, y a pesar de sus diferencias, las coincidencias con significado tenían real valor como señales en las vidas de los seres. De una forma o de otra, provenían de algún tipo de orden superior. No sólo participaban en ellas los seres humanos, sino que eran un todo con los fenómenos de la naturaleza. Dentro de ese contexto, la naturaleza entera era considerada un único y gigante organismo en el que cada persona tenía un lugar bien definido. Oriente ha mantenido en gran medida esa visión. Hoy en Occidente, con el paradigma reinante, impuesto a partir de la ciencia, hemos perdido esa posición, habiendo pasado a considerarnos meros espectadores de a naturaleza y su evolución, dentro del contexto numérico de la población en general.

El Paradigma Reinante

Con el nacimiento de la ciencia en Occidente, se produjo el choque de los descubrimientos objetivos con muchas visiones absolutamente contrarias. Estas últimas habían sido sostenidas, exclusivamente, por el dogma religioso. Para contrarrestar muchos conceptos casi irracionales sostenidos por el dogma (como por ej. que la tierra no podía ser redonda), la ciencia tuvo que imponerse, tal vez con excesiva rigidez, para lograr «separar las aguas» en lo referente al conocimiento de la naturaleza. Por ello, lo único que se aceptaba como absolutamente real era lo que había podido ser demostrado a través del método científico.

Desde Newton, el paradigma de su mecánica se convirtió en el modelo para todas las otras ciencias. Fue utilizado incluso para la interpretación de las propias vidas y para sentir que se podía atrapar al tiempo dentro de los relojes (¡lograron creer que lo habían encerrado en pequeñas cajitas!). Esa visión transformó la manera de cómo se veía al universo, pasando de un organismo viviente a algo muy parecido a una gran máquina.

Este sigue siendo hoy el paradigma reinante: seres que nacen con conciencia dentro de un «universo máquina”. Y lo que es peor, al no encontrar una clara ubicación de «encaje» dentro de la naturaleza, los seres han pasado a ser un simple número dentro de una población. Se ha ido creando un sistema de vida, a todo nivel, que no es coherente con el encaje y la confianza de ser parte de la naturaleza. Se ha perdido el significado y la búsqueda de propósito. Los resultados están a la vista: hambre, falta de agua potable, contaminación, destrucción de la capa de ozono, recursos económicos masivos destinados para las armas, delincuencia, guerras, terrorismo, destrucción, desprecio por la vida humana, etc., etc., etc.

Parece ser que es absolutamente necesario un cambio radical de paradigma. El cambio del color de las gafas con el que decodificamos nuestras vidas y la realidad. Ya no alcanza con pequeños cambios paulatinos.

Creo que un buen ejemplo, para darnos cuenta de cómo nuestras creencias pueden “crear» la realidad, lo podemos encontrar en lo que han llamado «El paradigma del espía». Durante «La Guerra Fría» enviaban, de ambos bandos, espías del otro lado de la «Cortina de hierro». Para que tuvieran éxito, y que no fuesen descubiertos, era fundamental entrenarlos, minuciosamente, en el idioma, en los vocablos y modismos, en la cultura, en los pensamientos y creencias, en la ideología, etc.. En otras palabras, debían «hacer carne» al otro paradigma, y lograr pensar igual que el rival. El problema surgía una vez que lo lograban. Veían que al tiempo, los espías estaban tan consustanciados con el paradigma rival que terminaban creyéndolo como su verdad. Esa fue la causa por la cual tantos espías cambiaron de bando y se convirtieron en «dobles espías».

De este ejemplo surge claramente que podemos cambiar el paradigma para tratar de construir un mundo mejor. Pero ello depende de lo que se enseñe y de las creencias que logren imperar. Es por esto que tantos seres mencionan que comprender el funcionamiento profundo de la sincronicidad, donde todo está interconectado en una danza originada en un orden superior con propósito, es un paso importante para cambiar el contenido de las creencias de nuestro paradigma. Tendremos una conciencia más clara sobre nuestra responsabilidad por el sólo hecho de participar de la vida, como «cocreadores» de la realidad dentro de un universo participativo. Podremos sentir que hemos recobrado nuestro «encaje» y confianza dentro de la naturaleza.

Cambios a principios del siglo XX

A principios del siglo XX, los científicos comenzaron a elaborar ingeniosas teorías que derrumbaron las murallas del conocimiento previo, ese que se basaba en la causalidad (determinismo). A partir de 1900, con el quantum de Planck, nació la física cuántica. Poco tiempo después, en 1905 y 1916, Einstein desarrolló la teoría de la relatividad. Para 1927 el paradigma del universo como maquina ya había sido derribado. El mundo, de donde todo se formaba, ya era probabilístico, tanto partícula como onda, la energía y la materia ya eran intercambiables, y la incertidumbre se mostraba con todo su esplendor en el funcionamiento de la naturaleza.

Y aquí la gran paradoja. El resto de las ciencias, tal vez debido a que la física no pudo contar en palabras sencillas sus descubrimientos, o por falta de una filosofía que acompañase a los nuevos fenómenos, no incorporaron estos conceptos. Mucho menos nosotros, el resto de los mortales comunes. Esos conocimientos quedaron como patrimonio casi exclusivo de algunos pocos científicos, pero la mayoría de ellos entendían el «para qué», pero no el «cómo» ni el «por qué». Hasta nuestros días, dichos conocimientos aún no han pasado a los programas de enseñazas básicas y universitarias (incluso en carreras como medicina y filosofía).

Los hallazgos de la física cuántica, dando origen a principios como el de complementan edad y el de incertidumbre, no fueron decodificados para que, enseñándolos, perteneciesen a nuestro armamentario para decodificar la realidad que nos toca vivir. Se sumaron a esos nuevos conceptos teorías en otros campos de la ciencia, como por ejemplo los campos y la resonancia mórfica de la biología. Ellos tampoco nos son enseñados en la actualidad.

Lo comentado es otra de las grandes razones por la que se cree que es trascendente comprender el funcionamiento de la sincronicidad. Al analizarla se le ha encontrado gran similitud con el funcionamiento del mundo cuántico. Tal vez, «El Propósito» nos quiere demostrar que la sincronicidad pertenece al dominio del alma, siendo esta última un estado cuántico y funcionando bajo las leyes de ese reino. A lo mejor también nos quiere hacer comprender que la conciencia no es un mero epifenómeno del cerebro y sus moléculas.

LA SINCRONICIDAD

En 1952, el psicólogo Carl Gustav Jung describió a la sincronicidad como coincidencias con significado para la persona que la vive. La mayoría de los autores que posteriormente han analizado el tema de la sincronicidad, creen que las sincronicidades son mensajes provenientes desde un plano inmanifiesto, de un plano de inteligencia infinita que conoce a la vida como un todo. Lo hacen irrumpiendo súbitamente en vida superficial viniendo de un plano más profundo. Deepak Chopra lo lleva al punto de decir que «se trata del Todo hablándole a sus partes».

Todos expresan que en los momentos de sincronicidad, podemos percibir cuan interconectada está la vida en algo como si fuera una enorme red o tapiz de la vida toda.

Algunos descartan dichos eventos por parecerles meras coincidencias, pero la mayoría de los que tuvieron ese tipo de vivencia perciben intuitivamente que tiene que haber algo más allá de su comprensión. Las sincronicidades se manifiestan en nuestras vidas irrumpiendo como los «comodines» del mazo de cartas y, como ellos, rehusándose a jugar por las reglas por nosotros conocidas. Su particular funcionamiento, asociado al significado que habitualmente nos proporciona alguna respuesta importante, nos deja la sensación de que tal vez estemos ignorando alguna clave vital de las «verdaderas reglas de juego».

Uno de los aspectos más importantes, cuando una sincronicidad está operando, es que se detecta un fluir diferente al habitual, más armónico y sin resistencia, como si unas manos ocultas nos estuviesen ayudando. Algunos lo describen como una gravedad especial, como si nosotros fuésemos los atractores de ese campo tan especial. Como si hubiésemos activado la gravedad personal. Tiempo más tarde nos damos cuenta que ese alineamiento responde a un nivel de causalidad mucho más sutil del que conocemos. Vemos que se trataba, ni más ni menos, lo que precisamente necesitábamos aprender en ese momento. Como si estuviese en funcionamiento «La Causalidad de la Casualidad».

A medida que creamos las condiciones que favorecen la aparición de sincronicidades observamos que cada vez atraemos más y más eventos de ese tipo. Peter Senge lo compara a lo que sucede‑ con algo muy natural: «el agua fluye ladera abajo atraída por la ley de la gravedad». Y al igual que la ley de la gravedad, que nadie sabe bien cómo funciona, las sincronicidades comienzan a ocurrir fluida y frecuentemente, sin más, pero también desconociendo su operatoria.

El último de los puntos, en el que casi todos los autores coinciden, es que las sincronicidades son favorecidas por una actitud de atención intuitiva e intención. Esta es la que permite que la naturaleza lleve su curso. Habitualmente se detecta una sincronicidad al romperse el programa que nos hemos trazado racionalmente (fuera de la programación y de la rutina). Por eso pienso que es importante dejar parte de nuestro tiempo sin programación conciente.

El mundo es un lugar de significado, un lugar donde somos buscadores del «verdadero propósito», y la sincronicidad, según la describe Kammerer: «Es el cordón umbilical que conecta pensamiento, sentimiento, ciencia y arte, con el útero del universo que les dio a luz».

LAS 7 LEYES DE LA SINCRONICIDAD

Como lo relato en El Misterio de las Coincidencias, volviendo en tren de Machu Picchu, en 1998, súbitamente, y en el medio de una conversación sobre otro tema, se presentó en el plano de mi conciencia lo que a continuación transcribiré.

Introducción

La sincronicidad aparenta ser la fuerza de la naturaleza que responde a la atracción del alma para ayudamos a conectar “los dos mundos»: el mundo de la materia y el mundo del espíritu, como también ayudarnos en nuestro camino evolutivo.

Dentro de esta fuerza de atracción podríamos describir “7 Leyes de la Sincronicidad” * para hablar de su aparente funcionamiento.

*Se utiliza el término Ley, en el sentido científico, como: descripción de las «reglas de funcionamiento dentro del comportamiento general».

Las 7 Leyes de la Sincronicidad:

Primera «Ley»: La Causa

La sincronicidad es causada por la activación de la «gravedad individual del alma», consciente o inconscientemente.

Esta gravedad se activa cuando existe un dilema trascendente para la evolución del individuo que no puede ser contestado, con los conocimientos disponibles, por su lógica racional.

¿Cómo podría activarse? Se han descrito distintas partículas subatómicas para referirse a diferentes fuerzas y funciones. El «gravitón» es descrito como el que actúa para producir los efectos de la Ley de Gravedad.

Analógicamente, si tuviésemos que describir una partícula que nace de la fuerza generada por la activación del alma, la podríamos denominar “Almatrón».

Esta activación del alma genera una enorme cantidad de energía que dará lugar a la formación de una sincronicidad (tal vez a través de la emisión de estos «almatrones mensajeros» que desencadenan la posterior respuesta).

Segunda «Ley»: La Condición

La manifestación de una «coincidencia con significado», como respuesta a un dilema profundo del alma, no tendría sentido si no estuviéramos suficientemente «despiertos» para damos cuenta de su existencia.

El estado más adecuado para poder identificarla es el de un «alerta ‑intuitivo».

Encontramos en ese estado facilita la percepción de las señales que se presentarán para mostramos un nuevo camino.

Es importante dejarse llevar por esas pistas y no ponerles trabas. Debemos dejarnos llevar por el «flujo» y estar abiertos a lo desconocido (incertidumbre).

Los obstáculos habituales son a través de la mente lógico‑racional; a nuestra interpretación de los hechos a partir del tiempo Iineal, ese que creemos tener atrapados en nuestros relojes; y al temor de vivir algo que luego tendremos temor de contar a los demás por «el qué dirán», como habitualmente nos sucede a todos con alguna experiencia mística.

Debemos, además, encontramos (o colocamos) en una posición de desapego del resultado.

Tercera «Ley»: La «Agencia» Organizadora de las Sincronicidades

Habiendo activado la energía del alma y colocados en un estado de alerta‑intuitivo sin estar esperando un resultado, desde un plano superior a nuestra comprensión (y tal vez activado por nuestra emisión de almatrones), «algo» parece comenzar a organizar el evento que se materializará, casi mágicamente, dentro del «mundo real de los sentidos y la materia».

Parecería que la sincronicidad ha sido producida por una “agencia organizadora de eventos», tal como lo haría una agencia de turismo al programar un viaje a la medida de nuestros requerimientos.

Para dar otra imagen de la «agencia», podríamos compararla a un director de cine, o a un novelista, organizando las escenas que vendrán a continuación y en las cuales se desenvolverá la trama general.

Lo que parecería estar ocurriendo es que se activa un campo específico en el cual participan otros seres como también elementos de la naturaleza, todos dentro de un campo único por el tiempo que dure la sincronicidad.

Cuarta «Ley»: La Manifestación

Activada la energía del alma y aumentada la gravedad personal, con una actitud de alerta‑intuitiva, y organizado ya el evento por la «agencia», llega entonces el momento de la manifestación de una «coincidencia con significado».

Durante su manifestación se puede percibir un armónico fluir de la naturaleza, algo sin resistencia y absolutamente inusual para el tipo de percepciones habituales de nuestra vida diaria. Se palpa algo como proveniente de otro plano más elevado.

Ella, produciéndonos una tremenda movilización emocional, nos traerá las pistas que necesitaremos luego decodificar para comprender la respuesta a lo que fue requerido por el alma.

Si bloquearnos el flujo en el medio de una sincronicidad, intentando «medirla» («interpretarla) con nuestra mente lógico‑racional, la misma cesa. Lo mismo sucede en física cuántica con las mediciones de los fotones. Impedimos que termine de desarrollar su patrón. Lo ideal es dejar fluir su corriente disfrutando con sorpresa y asombro. Ya habrá tiempo, cuando finalice su manifestación, para tratar de encontrar su significado.

Quinta «Ley»: El Significado

La sincronicidad contiene la respuesta para un particular dilema del alma. Es la persona que la vivencia, y nadie más que ella misma, quien puede “descifrar su significado».

El significado, contenido en la coincidencia, contesta algo que sería casi imposible de ser respondido de otra manera que fuese hecho de una manera más efectiva y real.

Este tipo de respuesta tiene la ventaja, sobre un conocimiento puramente abstracto e intelectual, que proviene de la vivencia de una experiencia.

El evento y su significado parecen estar «conectados a una especie de red o campo» que lo diseña «a medida», conociendo, sin dudas, el propósito de nuestra alma individual. Si profundizamos, podremos percibir claramente que, detrás de todo, existe un propósito para nuestro camino (el diseño de nuestro guión).

Sexta «Ley»: Los Efectos sobre el Alma y su Destino

Se podría decir que, a través de la sincronicidad, la «agencia» intenta reencauzarnos dentro de nuestro verdadero destino individual. Un destino que la mayoría de las veces desconocemos.

Todo en la naturaleza, incluso nuestras propias vidas, aparenta evolucionar a través de saltos, al igual que los saltos cuánticos de los electrones y las partículas subatómicas (la única manera que tienen para cambiar de órbita).

La respuesta con significado produce un salto cuántico en esa consciencia individual, lo que permite un reencuentro temporario con el sendero individual prefijado.

A partir de este reencuentro el individuo realiza una reorganización, muchas veces reestructurando los valores para su vida.

Permanecerá con mínimos cambios hasta el próximo salto evolutivo, casi en un estado estacionario.

Séptima «Ley»: El Propósito de la Fuerza

Si la evolución tiene propósito, como aparenta y se la describe, debe utilizar también algún medio para lograr su objetivo, para lograr el avance necesario en la evolución de la conciencia humana.

Uno de los medios que utiliza para lograr su cometido con nosotros parece ser la sincronicidad: una forma de comunicación creativa que conecta a los seres, directamente, con el propósito del espíritu de la naturaleza.

El objetivo inmediato de la fuerza de la sincronicidad es manifestarse a muchas personas con el fin de ser comprendida y cambiar rápidamente el paradigma (el «color de los anteojos») con el que decodificarnos la realidad.

Su objetivo es despertamos para que alineemos nuestros destinos en la misma dirección que el de la evolución del universo. Hemos nacido de la naturaleza (no somos otra que sus propios átomos organizados para albergar a la conciencia) y nadar contra su corriente sólo produce sufrimiento y enfermedad.

Hemos llegado a un punto de no‑retomo, y peligroso si no es bien utilizado: aquí en la Tierra somos co‑creadores junto con las fuerzas de la naturaleza, y hoy ya hemos obtenido el conocimiento y el poder para ejercerlo.

Dos mecanismos de activación

Tiempo más tarde comprendí que esta fuerza se manifiesta en la mayoría de los casos «irrumpiendo bruscamente» en la vida de las personas (incluso muchas veces a través de tragedias). ¿Por qué? Parecería que a veces es la única manera de lograr «despertamos». Como aún no reconocemos los mecanismos conscientes para facilitar su aparición, debe hacerlo de esa manera ya que es la única manera para lograr la activación de nuestra alma, el replanteo de los valores que manejamos y, al salir de la rutina que nos tiene adormilados, podemos reconocer esos signos o pistas que la sincronicidad nos muestra para que hagamos un cambio de rumbo. No tengo dudas de que en ella podemos sentir la vívida presencia de Dios, o de quien ustedes consideren como el Creador.

Conclusión

Resumiendo, la sincronicidad parece ser la manera en que el «intento del espíritu» (el de la totalidad) parece manifestarse en forma casi de milagro en el mundo de la materia y los sentidos (ese mundo que los humanos consideramos «el real»).
Se trata de una fuerza que desea con intento ayudamos a unir los «dos mundos» que vemos separados (vistos desde la mente y los sentidos): el mundo del espíritu con el mundo de la materia.

La sincronicidad tiene efecto indiscutible sobre el alma.

¿Pero qué papel juega el alma? Me parece que el alma es aquello que se encuentra en el medio de esos dos mundos aún inconexos. Me parece que el alma es el instrumento que conseguirá el acople, ese que logrará dotar de inteligencia a toda la materia, el que logrará espiritualizar la materia.

¿Quiere esta fuerza demostramos su poder creador, o quiere que nos convenzamos de nuestro propio poder creador?

Aparentemente sí. Y lo hace utilizando otro tiempo, un tiempo distinto del que tenemos atrapado en nuestros relojes: un tiempo (con diferente longitud de onda) en el que se confunden pasado, presente y futuro. Ese parece ser el «tiempo del alma» al que podríamos dar el nombre de «Almacronicidad».

Epílogo

Para finalizar, he seleccionado algo que leí sobre el fenómeno en un libro, que también me llegó a través de una sincronicidad, y cuyo origen está basado en la inspiración de las tradiciones místicas. Les mencionaré un extracto de El Buscador de Mano Corradini:

Durante tu viaje pueden presentarse casualidades,

hechos sin aparente relación entre sí,

que traen mensajes significativos para tu andar.

Estas coincidencias son un reflejo de los procesos de tu alma,

manifestaciones visibles de cambios invisibles,

cuyas raíces están en los movimientos profundos de tu ser.

Las casualidades más importantes ocurren en ti cuando se mueven ciertas fuerzas interiores.

Si observas bien, verás que dan en paralelo con períodos especiales de tu vida de buscador.

Amores, fuertes fracasos, victorias,

cantos y desencantos, y hasta cambios de camino.

Estos sucesos están ligados entre sí con una rítmica perfecta.

Como si bajo la superficie de las circunstancias

existieran melodías ocultas,

marcando los pasos de tu danza cotidiana.

Al principio no los percibes, o los llamas coincidencias.

Lo verás cuando dejes de pensar en los hechos y las cosas,

para comprender lo que relaciona las cosas y une los hechos entre sí.

En la vía nada sucede porque sí,

todo instante tiene un orden y una razón de ser.

Y en tanto descubres el significado profundo de cada cosa,

cambia le lectura del mundo.

De modo que un día se abren las aguas en tu interior.

Entonces verás que serás tú quien se presente a las oportunidades,

y no al revés.

Te llegarán informaciones inesperada e intuiciones.

Si dejas actuar esa fluidez,

ella se adelantará a tu paso abriéndote puertas insólitas.

No caminará por ti, pero liberará tu camino de obstáculos inútiles.

Entonces no habrá más coincidencias sino sincronicidades.

Entonces comprenderás que nada es casual,

que cada parte del mundo es parte de un sistema mayor.

Los viajeros que aprenden a leer esta armonía

tienen la clave para dirigir sus pasos en la dirección correcta.

http://www.fundacionpea.org/zancolli1a.html

La Comedia de la Vida

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Por el Maestro Yaco Albala, Mahatma de Occidente

El primer infierno que el hombre atraviesa cuando abandona este mundo, consiste en que deja todas sus posesiones. Por lo tanto, se va pobre de este mundo.

El segundo infierno que el hombre atraviesa, consiste en que se ve obligado a considerar las buenas obras que pudo haber hecho y no hizo. Por lo tanto, se va lleno de deudas.

El tercer infierno que el hombre atraviesa, consiste en que toma conciencia del amor que no brindó, principalmente a sus seres queridos. Por lo tanto, se va lleno de remordimientos y deudas morales que intentará reparar lo más pronto posible.

Esto último será lo que más pronto lo haga volver, y buscará y clamará por estar cerca de ellos nuevamente. Y si el destino por alguna razón no lo llegara a autorizar, buscará seres que se los recuerden y los amará hasta lo indecible, hasta que el amor de hoy alcance a los que ayer no pudo amar.

De este modo e indirectamente habrá curado las heridas del pasado.

Recién entonces se sentirá perdonado.

En la cuarta región se hace presente el sentimiento. Primero como reflexión hacia todo lo vivido y luego como el reconocimiento de no haber podido ser feliz.

Recién allí se comprenden las ocultas y esquivas razones que tiene la felicidad.

Este plano tiene la crudeza de las reflexiones pero al mismo tiempo la esperanza y el anhelo de ser feliz.

Este anhelo es el secreto impulso que posee la naturaleza humana, y la felicidad es la primera respuesta a esa consecuencia llamada fidelidad a nuestra más íntima naturaleza.

En la quinta región o Región de la Felicidad, se aprende a reconocer las circunstancias que pudieron habernos hecho felices y a presentir las causas por las cuales no lo fuimos.

En esta región se crea la aptitud hacia la felicidad y la capacidad de convertir hechos inciertos en acontecimientos felices.

La felicidad es el primer encuentro con nuestra real naturaleza. En esta región se forja la ilimitada noción de la felicidad, basada en el simple hecho de ser todo aquello que realmente somos.

En la sexta región reina la transparencia que nos permite ver y comprender más allá de las apariencias.

En esta región se trascienden los condicionamientos y lo impersonal florece con entera naturalidad.

Es la región donde se expresan las causas ocultas de la felicidad, que tanto están presentes en la vida humana como en la realidad de saber que existimos.

La felicidad es el estado natural del ser y en su ausencia acontece la creencia de que tan sólo vivimos y morimos.

Así como el océano no puede verse contenido en ningún recipiente, del mismo modo la Eterna Felicidad no puede limitarse al pequeño criterio de que la vida culmina en la muerte.

En la séptima región encontramos el Poder que nos concede la felicidad.

Poder no solamente para permanecer en ella sino para obrar en el mundo, para conceder esperanzas y ser el refugio de los que sufren.

Sólo los seres felices pueden consolar. Sólo los seres felices pueden inmolarse y renacer de sus propias cenizas. Sólo los seres felices pueden dar testimonio de haber hallado el camino.

Mas la felicidad no debe ser buscada, ella vendrá a nosotros y será ésta la manera de decirle al mundo que hemos retornado al lugar de donde partimos alguna vez.

La felicidad posee este secreto que en sí es la llave del Paraíso Olvidado y en ello consiste el elevado destino de la raza humana.

Yaco Albala

http://www.yacoalbala.com.ar/lacomediadelavida.htm

 

Controlar la Ira

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Varias experiencias muy duras me enseñaron a no dejar que exprese mi ira. Así como comprimiendo el vapor se obtiene una nueva fuente de energía, también controlando la ira se puede lograr una fortaleza capaz de derribar al mundo por entero.

El primer deber es el de proteger a los débiles, y no ultrajar una consciencia humana. No
seremos mejores que las bestias, mientras no hayamos purificado este pecado.

Generalmente, el hombre común no percibe belleza alguna en la verdad. Sigue de largo,
ciego ante la belleza. Toda vez que el hombre comienza a ver belleza en la verdad, nace el arte verdadero.

En la marcha hacia la verdad, la ira, el egoísmo, el rencor, etc…. deben quedar de lado,
pues de otro modo sería imposible alcanzar la verdad. Un hombre a merced de sus pasiones puede tener muchas buenas intenciones, puede tener palabras verídicas, pero jamás descubrirá la verdad. Una búsqueda exitosa de la verdad exige liberarse por completo del tropel de dualidades tipo amor u odio, felicidad o desdicha.

Si sólo un hombre avanza un paso en la existencia espiritual, toda la humanidad se
beneficia de ello. AI contrario, la marcha atrás de uno sólo implica un retroceso del mundo
entero.

QUÉ DEBEMOS CUSTODIAR

Mi labor habrá concluido si consigo convencer a la humanidad de que cada hombre o
cada mujer, sea cual fuere su potencialidad física, es el guardián de su dignidad y de su libertad. Este amparo es posible, aun cuando el mundo entero se vuelva contra el único que sea capaz de resistir.

Si continúa la demencial carrera armamentista, desatará una matanza jamás vista antes en la historia. Si alguien resulta triunfante, esa victoria vana será como una muerte en vida para la nación que se alce como victoriosa.

La vida es una aspiración. Su misión es esforzarse por la perfección, que es la autorrealización. El ideal no debe ser rebajado por nuestra debilidad o nuestra imperfección. Tengo dolorosa consciencia de que ambas se encuentran en mí. Diariamente, mi grito silencioso le pide a la verdad que me ayude a erradicar de mí tal debilidad y tales imperfecciones.

El rumbo más seguro es creer en el gobierno moral del mundo y, en consecuencia, en la
supremacía de la ley moral, la ley de la verdad y del amor.

Inicia tu día con una plegaria y hazla tan conmovedora como para que perdure en ti hasta
el atardecer. Concluye el día con una plegaria, para disfrutar de una noche pacífica libre de pesadillas. Que la forma de la plegaria no te preocupe. Deja que se manifieste como sea: tal es el modo en que nos pone en contacto con lo divino. Cabe apenas una precaución: cualquiera que sea su forma, no permitas que el espíritu se disperse mientras las palabras de la plegaria emanan de tu boca.

Extracto de «Reflexiones sobre la Verdad» – Mahatma Gandhi

 

La Muerte del Pasado

Aceptar la muerte…

Un nuevo desafío que se desprende de la mano de esta enseñanza, invitándonos a ganar un nuevo y sagrado nivel de transformación.

Aprender a observarnos sin condenar y sin justificar lo observado para conocernos, para descubrir las verdades de nosotros mismos que se esconden internamente.

Nuestras virtudes y miserias, alumbradas ante la luz y la conciencia del alma.

Cuando la vida nos despierta y la verdad queda de manifiesto ante nuestros ojos, ha llegado el momento de aceptar que, para que lo nuevo nazca y emerja en nuestro interior, una parte nuestra necesariamente, ha de morir…

Aceptar y resignificar nuestra propia muerte a través de la transformación de cada uno de nuestros hábitos y modos que inconscientemente, nos alejan de nuestros sueños y propósitos, incrementando la distancia con nuestra propia alma…

transformacionComprender la muerte como la esperanza de un nuevo despertar, como el punto de inflexión en el presente que nos precipita y conecta con un inminente futuro…

La aceptación como paso primero para alcanzar un nuevo nivel de gravedad y profundidad en nuestro proceso de auto-conocimiento, enfrentando la verdad de nuestra propia historia, dejando de manifiesto el karma de una vida que trasciende los milenios en búsqueda de su sagrada liberación.

Cuando observamos nuestra realidad; un día a día marcado por la rutina y los hábitos de un sistema que trabaja para adormecernos, arrebatando de las manos del dormido todo sueño y esperanza de libertad posible, el anhelo de liberación se hace cada vez más presente para aquella vida carente de significado y conexión.

Solo el atrevernos a morir a esa realidad construida desde la ignorancia, podremos alcanzar la verdadera esencia de la libertad…

Sera nuestra propia conciencia y evolución la que nos acerque a este punto de inflexión, que nos enfrenta a un instante sin tiempo, donde el pasado, el presente y el futuro se funden en la comunión del alma con su propia esencia…

El cuerpo, la materia como gran portadora del alma, ha de encontrarse consigo misma en ese momento de conexión con los cielos…

Morir para recordarse…

Morir para reencontrarse…

Aprender a interpretar la muerte de lo que fue…

Una muerte que representa la mayor de las esperanzas para nuestra humana condición porque en ella se esconde la verdadera posibilidad de evolución para toda la humanidad.

Una muerte que ha de transmutarse radicalmente en el despertar de una vida que ha decidido avanzar en el camino de la verdad y el auto-conocimiento.

Un camino donde el amor y el respeto han de manifestarse como la principal fuente de convicción para sostener con la integridad del alma la promesa de alcanzar nuestra mayor transformación posible…nenes ayudandose

Un camino donde el servicio se vuelve nuestro mayor compromiso, donde el anhelo de servir al otro es marcado por la luz que cada individuo sea capaz de transmitir…

Una luz que posee el poder que esta enseñanza le otorga a cada individuo que decide comprometer su vida al ejercicio de su propia transformación…

Un futuro lleno de esperanza y amor ha de manifestarse ante los ojos de quienes hayan muerto y renacido a esta nueva realidad…

La resistencia a la muerte solo ha de alejar esta oportunidad de nosotros…

La excesiva conservación de aquello que conscientemente sabemos que ha de morir sólo tendrá como resultado el mismo y conocido sufrimiento que ha marcado por siglos la existencia de nuestra humanidad.

Seamos valientes para caminar con integridad y convicción en nuestro corazón hacia la muerte de aquella realidad de agonizante dolor que hasta hoy, fuimos construyendo…

Desde este punto, donde el pasado busca impacientemente su absolución, sólo la aceptación y el perdón han de hacernos libres…

Aceptación de lo que fue…

Comprensión de lo que hoy es, como resultado de lo que hasta ayer supo ser…

Y la redención como único camino hacia la liberación de todos los pasados que cada individuo ha de guardar en el interior de su ser, buscando y anhelando la llegada de este momento de iluminación y despertar.

El pasado que ha de morir será el salto para adentrarnos a una nueva realidad de amor y servicio con el único y gran propósito de expandir nuestra luz a todo ser que forme parte de nuestra necesitada humanidad…

Un salto que daremos para despertar en una nueva realidad que hemos de construir con la conciencia de lo aprendido, desde la propia observación interior, donde se encuentran las grandes verdades que se esconden en lo profundo de cada ser…

Despertarnos a una nueva existencia, a un nuevo mundo, donde cada pensamiento, cada emoción y cada reflexión trabajan para alcanzar nuestra evolución, la evolución de toda la humanidad.

Un nuevo mundo en donde finalmente seamos libres…

Libres de egos e individualismos, transmutados enunidad y hermandad…

Libres de la competencia y especulación, transformados en cooperación y servicio…

Libres de temores y miedos porque ahora son comprendidos como grandes oportunidades de aprendizaje y crecimiento…

Un nuevo mundo de amor y conciencia que de nosotros mismos depende su creación y su existencia…

Aceptemos el desafío de morir para renacer y despertar ante la más sagrada realidad que seamos capaces de construir…

Mundo1

 

Por la Lic. Karina Zullo

La Muerte del Pasado

Lazos de Amor

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Sabed, por tanto, que del silencio más inmenso regresaré. […] No olvidéis que volveré junto a vosotros. […] Unos momentos más, un instante de reposo en el viento, y otra mujer me concebirá…
KAHLIL GIBRAN
Hay alguien especial para cada uno de nosotros. A menudo, nos están destinados dos, tres y hasta cuatro seres. Pertenecen a distintas generaciones y viajan a través de los mares, del tiempo y de las inmensidades celestiales para encontrarse de nuevo con nosotros. Proceden del otro lado, del cielo. Su aspecto es diferente, pero nuestro corazón los reconoce, porque los ha amado en los desiertos de Egipto iluminados por la luna y en
las antiguas llanuras de Mongolia. Con ellos hemos cabalgado en remotos ejércitos de guerreros y convivido en las cuevas cubiertas de arena de la Antigüedad. Estamos unidos a ellos por los vínculos de la eternidad y nunca nos abandonarán.

Es posible que nuestra mente diga: «Yo no te conozco.» Pero el corazón sí le conoce.
Él o ella nos cogen de la mano por primera vez y el recuerdo de ese contacto trasciende el tiempo y sacude cada uno de los átomos de nuestro ser. Nos miran a los ojos y vemos a un alma gemela a través de los siglos. El corazón nos da un vuelco. Se nos pone la piel de gallina. En ese momento todo lo demás pierde importancia.
Puede que no nos reconozcan a pesar de que finalmente nos hayamos encontrado otra vez, aunque nosotros sí sepamos quiénes son. Sentimos el vínculo que nos une. También intuimos las posibilidades, el futuro. En cambio, él o ella no lo ve. Sus temores, su intelecto y sus problemas forman un velo que cubre los ojos de su corazón, y no nos permite que se lo retiremos. Sufrimos y nos lamentamos mientras el individuo en cuestión sigue
su camino. Tal es la fragilidad del destino.

La pasión que surge del mutuo reconocimiento supera la intensidad de cualquier erupción volcánica, y se libera una tremenda energía. Podemos reconocer a nuestra alma gemela de un modo inmediato. Nos invade de repente un sentimiento de familiaridad, sentimos que ya conocemos profundamente a esta persona, a un nivel que rebasa los límites de la conciencia, con una profundidad que normalmente está reservada para los
miembros más íntimos de la familia. O incluso más profundamente. De una forma intuitiva, sabemos qué decir y cuál será su reacción. Sentimos una seguridad y una confianza enormes, que no se adquieren en días, semanas o meses.

Pero el reconocimiento se da casi siempre de un modo lento y sutil. La conciencia se ilumina a medida que el velo se va descorriendo. No todo el mundo está preparado para percatarse al instante. Hay que esperar el momento adecuado, y la persona que se da cuenta primero tiene que ser paciente. Gracias a una mirada, un sueño, un recuerdo o un sentimiento podemos llegar a reconocer a un alma gemela. Sus manos nos rozan o sus labios nos besan, y nuestra alma recobra vida súbitamente.

El contacto que nos despierta tal vez sea el de un hijo, hermano, pariente o amigo íntimo. O puede tratarse de nuestro ser amado que, a través de los siglos; llega a nosotros y nos besa de nuevo para recordarnos que permaneceremos siempre juntos, hasta la eternidad.

Brian Weiss – Capítulo 1 – Lazos de Amor

Desmontando las mentiras de la medicina oficial por Dra. Àngels Córcoles y Yolanda Soria


En este video hablamos de la matrística, la caza de brujas, del enfrentamiento artificial entre los sexos, de la medicalización de la vida y de los engaños de la medicina oficial. Hacemos un repaso por el colesterol, las mamografías como método de provención del cáncer de mama, las densitometrías óseas, y otros aspectos de la medicina.


http://www.psicoterapia-barcelona.com/
http://tranquilidadysatisfaccion.com/
https://www.youtube.com/channel/UCEHc…
https://www.facebook.com/tranquilidad…
LA CAJA DE PANDORA

La Incertidumbre

Pase lo que pase todo siempre va a estar bien…

Esta frase, tan simple y a su vez, tan llena de fe y esperanza es nada más y nada menos que una gran fuente de inspiración…

Inspiración que nace cuando me encuentro nuevamente frente a una hoja en blanco con un puñado de ideas para expresar en cada línea…

Ideas que se vuelven reflexiones, como comprender que pase lo que pase, siempre todo estará bien…

Esta reflexión, portadora de una sutil sencillez, representa y sintetiza un gran desafío…

Darle vida y significado a estas palabras implica asumir la responsabilidad de creer en ellas…

Esa fe tácita y manifiesta que esta frase representa se convierte en una creencia, una certeza interior que anhela encontrar la integridad y fortaleza suficientes para poder expresarse, reflejando en mí, la necesidad interior de buscar y encontrar esa convicción…

Una convicción que nace cuando vienen a mi mente aquellas pequeñas cosas que nos recuerdan la grandeza de la vida…

Una vida que es rica en experiencias y aprendizajes, donde cada proceso deja en mí una enseñanza que me abre las puertas de la transformación y que tienen como resultado un triunfo más en el camino del aspirante para alcanzar su más sagrada evolución.

Pero reconozco las batallas que nacen en mi mente cuando mi convicción es puesta a prueba por una gran oponente; la incertidumbre.nose

La incertidumbre que cada proceso dispara…

El no saber que pasara, el no poder manejar y controlar cada situación vivida y el no conocer el resultado que nos espera son los mecanismos que utiliza la incertidumbre con gran habilidad, desafiándonos a encontrar en ella un gran aprendizaje…

La incertidumbre es aquella que genera el desafío, plantea el escenario apto para trascender nuestras debilidades…

Es aquella que viene hacia nosotros para que aprendamos a trascender y erradicar las dificultades que habitan en nuestro interior…

Ante lo incierto, la duda se hace presente y sólo la certeza de un corazón íntegro encuentra el camino para liberarse de ella.

Cuando la incertidumbre da lugar al temor; cuando el no saber nos llena de miedo, es la fé en su carácter más puro y en su esencia más real la herramienta más sagrada para poder trascenderlo…

Cuando la misma incertidumbre nos llena de desconfianza o escepticismo, justamente el creer y confiar en todo aquello que nos ampara es lo que nos permite liberarnos toda sensación y emoción que lo incierto nos genera…

La incertidumbre lejos esta de ser nuestro enemigo, sólo es aquello que experimentamos cuando nuestra fe es puesta a prueba…

¿Pero qué en nosotros duda, siente miedo y desconfianza?

¿Y qué en nosotros puede creer y confiar con certeza y convicción?

La incertidumbre refleja y da luz a aquellos aspectos de nuestro interior que necesitamos abordar para transformarnos, para transcender las dificultades que nos detienen y aspirar a la libertad de cada una de ellas.

Todos aspiramos a la libertad, todos queremos ser libres de miedos, dudas, angustias, pero no siempre tomamos la actitud correcta a la hora de justamente transitar el camino que nos arribaría a ese destino…

Cuando nos dejamos vencer por la incertidumbre perdemos de vista su enseñanza, nos dejamos arrastrar por nuestras propias debilidades y sucumbimos ante el desafío que propone cada experiencia.

Pero somos seres conscientes, somos seres capacitados para que ningún proceso pase de largo por nuestras vidas. La conciencia con la que abordamos cada situación es la clave para transformar nuestras dificultades en nuevos desafíos y oportunidades.

Aunque hoy le ponga voz a este montón de ideas, confieso que hay una pregunta que resuena constantemente en mi interior…

¿Qué pasará?

Y la única certeza que encuentro a la hora de responderme es la incertidumbre…

No sé que pasara, solo sé que pase lo que pase, todo siempre va a estar bien…

Porque elijo confiar en lo aprendido…

Confiar en lo ganado y transitado en el desafío de conocerme…

Confiar en que no estoy sola y muchos son los maestros que protegen mi camino…

Confiar en mi conexión con la vida agradeciendo cada oportunidad que ella me regala para seguir aprendiendo…

Confiar en mi propia transformación, en lo que soy y en lo que tengo para dar…

Confiar en la enseñanza que mora en mi interior…

Cuando la incertidumbre se hace presente puedo elegir la duda, el miedo y la desconfianza, o puedo animarme a creer…CREER

A creer para crear…

A creer para auto desafiarme…

A creer para arriesgarme y seguir adelante…

A creer para encontrar en mi la convicción y la certeza de aquellas almas que trascienden la incertidumbre de forma estoica y vencedora…

La incertidumbre es sólo un momento, un tiempo en el que la vida nos prepara para que descubramos nuevos desafíos que nos están esperando, una vez que aprendamos a creer y confiar en ella…

Creer y confiar en la vida, asumiendo con valentía el desafío de la incertidumbre, con la fé y la convicción que habita en lo profundo de nuestro corazón.

Una vida rica en fé y esperanza es aquella en donde la realidad vivida es la que alguna vez fue soñada, donde el amor es el lenguaje universal de todas las cosas, es la fuerza primera para despertar la valentía de aceptar cada uno de los desafíos que la vida propone…

En una vida llena de esperanza, hay lugar para la magia…

Magia en todo lo que nos rodea, magia en lo que se ve y más aún, magia en aquello que solo es visible ante los ojos del alma…

La incertidumbre esconde en sí misma, la oportunidad de encontrar en nosotros la convicción y la integridad de un corazón lleno de fe y esperanza…

Un corazón que ha de guiarnos para descubrir cada una de las respuestas que marcan nuestro rumbo y nuestro destino…

La fé es creer íntegra y convincentemente en que pase lo que pase, todo siempre en nuestra vida, va a estar bien…Pase lo que pase, todo estara bien

 Por Karina Zullo

La Incertidumbre…

La Ciencia de los Milagros – Gregg Braden

«Estos principios sutiles nos recuerdan que somos parte de todo lo que vemos, el mundo que nos rodea es nada más y nada menos que un reflejo de lo que nos hemos convertido internamente. Y como nos expresan los antiguos: debemos convertirnos en aquellas experiencias que elegimos vivir en nuestras vidas. Debemos volvernos paz, curación, cooperación, compasión y amor. Debemos convertirnos en estas experiencias para que el campo pueda reflejarlas. De esta manera tenemos una guía que nos puede ayudar a convertirnos en mejores personas, al menos eso espero, porque al ser mejores personas, formaremos un mundo mejor». – Gregg Braden.

https://www.youtube.com/watch?v=UNepptEk6wg

El Yihadismo Wahabita y el Atentado contra Charlie Hebdo en Francia con Manuel Galiana


Analizamos en este video el infame ataque en París contra la redacción del semanario satírico Charlie Hedbo en el que 2 encapuchados han masacrado a sangre fría a 12 personas, 2 de ellas agentes de seguridad y 10 integrantes de la revista incluyendo a su popular director el dibujante Stephane Charbonnier «Charb» y dejando a 11 heridos graves.

Hemos pensado en Manuel Galiana para analizar esta notícia y para profundizar en el Yihadismo debido a que el último libro que ha publicado toca de lleno este tema y además es experto en Geopolítica mundial, armamento y religiones.

En el vídeo hablaremos sobre el origen del Yihadismo y de los diferentes grupos terroristas islamistas como el Estado Islámico ( IS ) que opera en diferentes países y cuenta con miles de «soldados» dispuestos a todo en cualquier país. Manuel nos explica quién hay detrás de estos grupos, quién los financia y con qué propósito.

Para más información podéis remitiros al libro» El Yihadismo Wahabita y sus raízes Sionistas y Talmúdicas», Disponible en breve en http://www.casadellibro.com

El ataque no ha sido reivindicado pero todo indica que es obra de algún grupo yihadista ya que los atacantes gritaron consignas en árabe y Charlie Hebdo estaba ya amenzada por grupos radicales islamistas debido a las irreverentes publicaciones sobre el Islam y su profeta Mahoma que venáa realizando en los últimos años.

Aunque, como explica Manuel Galiana en el video, puede tratarse de un ataque de falsa Bandera como el atentado en la Maratón de Boston, utilizado para quién sabe que oscuros propósitos. De entrada lo que ha conseguido esta acción, es crear conflicto y odio contra la comunidad islámica de Francia, en el día de hoy se informa que han habido diversos incidentes contra la comunidad musulmana, al menos tres mezquitas han sido atacadas y una falsa alerta en el barrio parisino de la Defensa volvió a desatar la alarma a mediodía. Se teme que los conflictos vayan a más por lo que Francia se encuentra en estado de alerta, se ha convocado una cumbre internacional antiterrorista con carácter de urgencia para este fin de semana.

Los principales sospechosos que están siendo buscados en estos momentos en el Nordeste del país después de ser identificados en una gasolinera, son los hermanos franco-argelinos Chérif y Said Kouachi.

Charlie Hebdo republicó las caricaturas aparecidas originalmente en el periódico danés Jyllands-Posten y ha seguido publicando dibujos de Mahoma así como de otros líderes religiosos y políticos, un semanario caracterizado por ejercer la libertad de prensa y no auto-censurarse aún estando bajo amenaza constante. Con el humor satírico como bandera durante años ha estado sacando punta a la actualidad y exponiendo a políticos de todos los colores.

Este atentado supone un golpe muy duro al corazón de Europa y a uno de los valores mas preciados en occidente, la libertad de expresión.

http://www.lacajadepandora.eu

¿Cuál es…?

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¿Cuál es el día más bello? Hoy

¿La cosa más fácil? Equivocarse

¿El obstáculo más grande? El Miedo

¿El mayor error?  Abandonarse

¿La raíz de todos los males? El Egoísmo

¿La distracción más bella? El trabajo

¿La peor derrota? El desaliento

¿Los mejores maestros? Los Niños

¿La primera necesidad? Comunicarse

¿Lo que hace más feliz? Ser útil a los demás

¿El misterio más grande? La muerte

¿El peor defecto? El mal humor

¿La persona más peligrosa? La mentirosa

¿El sentimiento más destructivo?  El rencor

¿El regalo más bello? El perdón

¿Lo más imprescindible? El hogar

¿La ruta más rápida? El camino recto

¿La sensación más grande? La paz interior

¿El resguardo más eficaz? El optimismo

¿La mayor satisfacción? El deber cumplido

¿La fuerza más potente?  La fe

¿Las personas más necesarias? Los padres

¿La cosa más bella de la vida? El Amor!

-Madre Teresa de Calcuta