http://carlosagaton.blogspot.com.es/2014/07/exponiendo-la-oculta-religion-del.html
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Uno de los hechos más espectaculares revelados en los últimos años sobre el Vaticano, es sin lugar a dudas la historia narrada por el asistente del Papa Juan XXIII, quien en declaraciones hechas a la prensa en el 2005, comentó el extrañísimo y a la vez espectacular acontecimiento que involucró al Sumo Pontífice y a un hombre venido de otro planeta, es decir, a un extraterrestre.
Suena difícil de creer, pero según la versión de este secretario papal, Loris Capovilla, el Papa Juan XXIII al parecer habría tenido un encuentro cordial con un extraterrestre nada menos que en los jardines de la estancia vaticana deCastel Gandolfo.
El Papa y el extraterrestre
El hecho ocurrió una noche de julio de 1961 cuando Juan XXIII, también llamado Papa Bueno, se encontraba paseando junto con el citado secretario, en los jardines de la locación veraniega de Castel Gandolfo.
Cuenta el acompañante, que luego de unos minutos de paseo, ambos observaron en el cielo una extraña nave de forma oval, muy luminosa, de color azul y ámbar. Al parecer, la nave sobrevoló por unos momentos sobre las cabezas de los paseantes para luego aterrizar justamente en el jardín de la referida casa.
Según el secretario, en ese momento, un ser con forma humana aunque rodeado de un aura dorada y de orejas alargadas, salió de la nave. Tanto Su Santidad como el secretario se arrodillaron y ambos, aún sin saber exactamente qué estaban viendo, comenzaron a rezar creyendo a lo mucho, que se trataba de un hecho celestial.
Luego de unos minutos, el Santo Padre decidió acercarse a la criatura y, según narra el secretario, logrando entablar una conversación con él por un tiempo aproximado de 20 minutos.
Una vez terminada la reunión el Santo Padre volvió adonde se encontraba su secretario dándole el mensaje siguiente:
“Los hijos de Dios están en todas partes; aunque algunas veces tenemos dificultades en reconocer a nuestros propios hermanos”
Dicho esto no se volvió a hablar más del tema, y por supuesto, el Papa nunca reveló, aparentemente ni siquiera a sus más fieles colaboradores, lo que habría conversado con ese ser.
Las profecias de Juan XXIII
En el año 1935, mientras se celebraba un ritual de iniciación en un templo Rosacruz, uno de los allí presentes se puso a hablar con una voz que no era la suya. El gran canciller de la Orden transcribió todo lo que el hermano decía y que en 1976 se publicó en un libro titulado «Le profezie di Papa Giovanni» pues el hermano no era otro que Ángelo Roncalli, arzobispo de Mesembria que más tarde accedería al pontificio con el nombre de Juan XXIII.
La Alemania nazi
«Unidos en el orgullo de la victoria y en la trama expansionista, os dividiréis y se desmoronará vuestra sociedad de naciones.» La profecía advierte que unidos en el orgullo de la victoria obtenida sobre Alemania en la primera Guerra Mundial y un deseo expansionista por parte de las naciones occidentales (Alsacia y Lorena, por ejemplo) se producirá la escisión y con ella, el fracaso total de la Sociedad de Naciones.
«El hijo de la bestia ha sobrevivido a tres atentados. No al cuarto. Les sirve para matar a quienes odia. Pero le llega su fin. Encerrado en su cubil, abrazado a la mujer de otro. Sobre su muerte, misterio. Hay que combatir y esperar, porque el usurpador se crucificará solo en la falsa cruz. Sólo entonces habrá paz». Hitler sale ileso de tres atentados y esto le sirve al nazismo para suprimir a sus enemigos internos. Encerrado en un búnker, Hitler asiste a su propia derrota (el cuarto atentado) y, abrazado a Eva Braun, se suicida, aunque en realidad, sobre su muerte se cierne el misterio y aún no se han aclarado ciertos extremos.
«Más atención al último que salió de la madriguera. Será difícil acabar con él y prepara nuevos infortunios para el mundo. Él conoce el verdadero rostro de la Bestia». El último día de la guerra huye del búnker el ideólogo del nazismo Martín Borman, de quien nunca más se ha sabido.
El juicio de Nüremberg
«Ovejas para el dolor y la muerte impalpable. Los matarifes saben, y mentirán en Nüremberg. Buscad siempre a los matarifes, aun cuando les creáis muertos. Buscadles donde quiera conviva el poder con el terror. Buscadles en las casas de quienes se enriquecieron con la guerra». La profecía es tan diáfana que exime de todo comentario. Nüremberg, el primer juicio de la historia por crímenes de guerra.
Pio XII
«Entre las nubes más tristes se alzará la paloma elegida, el duodécimo pío de perfil metálico. Única paz en la guerra, única plegaria entre los aullidos de los lobos. Siete veces se reunirá con el visitante y antes de morir verá su rostro». La profecía señala que cuando más cerca están los nubarrones de la guerra, se nombrará Papa a quien adoptará de Pío XII. Siete veces se hallará ante la figura de Cristo, y éste habrá de acompañarlo en su muerte. Hace también referencia el perfil anguloso del Papa, como el de las monedas, y a los nazis (los lobos)
«El vicario oirá injustas acusaciones por haber tenido la dignidad de callar y por el valor demostrado con la prudencia que salvó al mundo. Pero el mundo quiere flores de carne, flores de colores vistosos, y no reparó en las flores de campo, calladas y puras. Y nunca las verá en su esplendor, hasta el fin del fin». Pío XII sería criticado por su silencio ante los crímenes nazis, cuando en realidad, acaso este silencio fue el que salvó a la iglesia de la agresión alemana. El mundo no llegará a comprenderlo nunca.
Juan XXIII
«El camino será difícil al principio. Difícil será caminar por Roma en días de sangre, disipar las nieblas y limpiar los sepulcros. Ángel te llamarán. Bendito seas. Y he aquí que te cubrirán las blancas flores de toda la tierra. Sus cartas permanecerán». Habla de su propia proclamación, aunque posiblemente no sabe que se trata de él. Bajo su pontificado habrá de realizar su misión entre gente dividida (progresistas y conservadoras).
«Osará hacer lo nunca hecho. Morirá lejos de los pastores, antes de llamarles a su lado». Juan XXIII se atrevió a hacer la auténtica renovación de la Iglesia. Pero murió antes de que se volviera a reunir el Concilio para formular sus conclusiones.
Stalin y el comunismo
«Y tú, nuevo zar a quien el padrecito (el zar derrocado) maldijo, estrechas la mano de dictador negro (Hitler). Miras al mar. La sangre lo enrojecerá. El pequeño zar muere asesinado en la oscuridad de su cubil». Stalin pacta con Hitler un acuerdo de mutua colaboración. Habrá muchos asesinatos, incluido el del propio Stalin, cuya muerte se ha atribuido insistentemente a un complot de sus enemigos.
«El nuevo zar da muerte a los verdaderos hijos del padrecito. Tiene ojos de lobo. Pero los lobos (los nazis) están en la frontera».
Juan Pablo II
«La Madre (la Iglesia) olvida su corazón latino. Más tarde será el Padre inesperado, hijo de las aguas y de los campos. Y hallará en los escritos del Padre muerto el designio de colocar a los pastores y hablar al rebaño. A la Madre le costará mantenerse con vida, pero vencerá las tentaciones y el orgullo de la victoria terrena. Luchará contra el Padre que, hermano entre hermanos, verá enrojecerse su túnica blanca.
Tú que vienes de la niebla, serás herido. Morirá lejos de los pastores antes de llamarles a su lado». Por primera vez desde 1523, se nombra un Papa no italiano, descendiente de campesinos y pescadores. Según la profecía, encontrará en los escritos de Juan XXIII las orientaciones previas de su pontificado. Un sector de la iglesia será hostil al nuevo Pontífice. Juan Pablo II, que viene de la niebla de Polonia, cuando va vestido de blanco por las calles de Roma es herido. También advierte que morirá antes de convocar un nuevo Concilio.
La bomba atómica
«La gran arma estallará en Oriente, produciendo llagas eternas. La infame cicatriz no se borrará jamás de la carne del mundo. Más antes de sus palabras de ciencia verdadera, el secreto del arma que destruye las armas. Vendrá entonces un tiempo de paz y el nombre de Alberto se inscribirá en la lápida». Estallará en Oriente (Hiroshima), produciendo enfermedades incurables. El recuerdo de aquel crimen no se borrará nunca de la memoria colectiva. Cuando ya se conozca el secreto del átomo, se aplicará en la paz y el nombre da Albert Einstein quedará en el recuerdo de la historia».
Seguir leyendo Aida. ENCUENTRO DE JUAN XXIII Y UN EXTRATERRESTRE
Los nombres de ángeles de la guarda según fecha de nacimiento son los siguientes:
Los días restantes, es decir, el 19 de marzo, 31 de mayo, 12 de agosto, 24 de octubre y 5 de enero, son supuestamente las fechas de nacimiento de personas que vienen a ayudar a la humanidad y a los que se les conoce con el nombre de genios protectores, se dice que estos tienen la libertad de elegir el ángel que ha de cuidarlos durante su vida.
Esta semana el Papa Francisco volvió a ser noticia luego de que le dijera un niño: «Un día veremos de nuevo a nuestros animales en la eternidad de Cristo», esto para consolar al infante quien había perdido a su perro recientemente.
«El paraíso está abierto a todas las criaturas de Dios», le aseguró el Vicario de Cristo al niño y sus declaraciones llamaron la atención de grupos animalistas, que fueron sorprendidos gratamente.
Pero la pregunta que muchos se hacen es si estos dichos cambian la postura católica de que los animales carecen de alma.. «Las Sagradas Escrituras nos enseñan que el cumplimiento de este maravilloso diseño también afecta a todo lo que nos rodea», agregó el Papa para completar una idea ya sostenida por San Francisco de Asís, de quien tomó el nombre, reseñó La Gaceta.
El teólogo y especialista en ética cristiana de la Universidad de Fordham, Charles Camosy, dijo al New York Times que es difícil saber qué quiso decir el Papa, ya que «habló en un lenguaje pastoral que no se supone que los académicos disecten». Camosy no descartó que estas declaraciones generen un intercambio de opiniones entre los teólogos.
Sin que Francisco lo dijera, quienes son compañeros de los perros y son responsables por ellos, saben que van al cielo, si existiera el cielo como recompensa.
http://www.aporrea.org/internacionales/n262178.html
(CNN) — La aparente declaración del papa Francisco sobre sí las mascotas pueden ir al cielo o no, según informes de las agencias de noticias —incluyendo a CNN—, han conmocionado a diversas personas del mundo en los últimos días
Sin embargo, no es tan claro lo que piensa el papa respecto a esta creencia.
La confusión pudo haber comenzado cuando el diario italiano Corriere della Sera citó al papa Pablo VI en una historia titulada El papa y los animales: El cielo está abierto a todas las criaturas.
«Un día vamos a volver a ver a nuestros animales en la eternidad de Cristo», dijo una vez el pontífice a un niño que lloraba la pérdida de su mascota.
Esa cita, adjudicada a Pablo VI, papa desde 1963 hasta su muerte en 1978, fue erróneamente atribuida a Francisco.
La historia en sí no indica que el papa Francisco haya dicho eso.
Aunque el escritor del diario señaló algo que sí dijo el actual pontífice: «La Sagrada Escritura nos enseña que el cumplimiento de este maravilloso plan no puede sino implicar a todo lo que nos rodea y vino desde el corazón y la mente de Dios.»
Ese comentario, sugirió el escritor, «amplia la esperanza de salvación» para los animales y toda la creación.
Una búsqueda reciente sobre los escritos y observaciones del papa no mostró ninguna señal inmediata de que haya tomado una posición clara al respecto.
Las enseñanzas católicas no rechazan la idea de que los animales tienen alma, aunque el dogma tradicional ha sostenido durante mucho tiempo que los animales no van al cielo.
Es una cuestión emocional para muchas personas.
La joven Amy Kitchens Pollick de Decatur de Alabama, compartió a través de su Facebook una anécdota de su infancia este viernes. Cuando ella tenía 10 años, la muerte se llevo a su amado gato, Big Tom.
Su padre, con lágrimas en los ojos, le dijo: “La Biblia dice que el Señor ve cada pájaro que cae».
«Si él ve cada gorrión, no va a olvidarse de un buen gatito viejo como Big Tom».
«Yo he sostenido eso en mi corazón desde entonces», escribió Pollick.
http://www.cnnmexico.com/entretenimiento/2014/12/12/los-animales-van-al-cielo-una-pregunta-sin-resolver-en-el-vaticano
El papa Francisco no se reunirá con el Dalai Lama esta semana debido a la «delicada situación» con China, señaló el Vaticano.
El líder espiritual tibetano está de visita en Roma para un encuentro de ganadores del Premio Nobel y solicitó la audiencia para este fin de semana.
Un portavoz del Vaticano señaló que si bien el Papa le tiene en «alta estima», la petición fue negada por «razones obvias».
Según corresponsales acreditados ante la Santa Sede, las autoridades vaticanas no quieren poner bajo riesgo sus intentos de mejorar la relación con China.
El gobierno chino considera al Dalai Lama como un separatista y en el pasado ha expresado su enojo cuando dignatarios extranjeros sostienen reuniones con él.
El Dalai Lama huyó a India en 1959 luego de que tropas chinas aplastaron un intento de levantamiento en el Tíbet.
Ahora aboga por una solución a «medio camino» con China, buscando autonomía pero no independencia para la región.
En 1989 recibió el Premio Nobel de la Paz.
En declaraciones a la prensa italiana, un portavoz del Dalai Lama señaló que la audiencia con el Papa fue solicitada, agregando que «no quería causar ningún inconveniente».
Los analistas dicen que el Vaticano y China mantienen diferencias por el control de la Iglesia Católica en China, donde se calcula que hay cerca de 12 millones de feligreses.
La Iglesia Católica está dividida en una comunidad oficial, conocida como la Asociación Católica Patriótica China (CPCA), que responde al Partido Comunista, y un grupo que solo jura lealtad al Papa en Roma.
Uno de los principales temas de conflicto entre China y el Vaticano es sobre cuál de las dos partes deber tener a su cargo el nombramiento de obispos en el país asiático.
La última vez que el Dalai Lama fue recibido en una audiencia papal fue en 2006 cuando se reunió con Benedicto XVI.
http://www.bbc.co.uk/mundo/ultimas_noticias/2014/12/141212_ultnot_papa_dalai_lama_hr
Por Gloria Garrido
Sólo esta hipótesis, según sus palabras, explicaría la aparente contradicción entre los diferentes evangelios –los tres sinópticos y el de Juan– sobre el día en que se celebró la Última Cena y tuvo lugar la crucifixión de Jesús. No es nada nuevo ni escandaloso. Tal posibilidad había sido barajada anteriormente por historiadores y estudiosos, pero nunca se aceptó oficialmente por las razones que explicamos a continuación.
Un asunto escabroso
La comunidad de Qumran, a quien se atribuyen los «Manuscritos del Mar Muerto» descubiertos a partir de 1947, estaba integrada por los esenios, secta disidente judía, enemiga de fariseos y saduceos. Los qumranitas tenían su calendario propio y celebraban la cena de Pascua un día antes que los judíos, pero sin cordero porque eran vegetarianos. Pues bien, desde el siglo XIX diversa literatura esotérica ha asociado a Jesús con los esenios, citados por historiadores como Filón, Josefo o Plinio. Y este vínculo nunca gustó al Vaticano, dado que la pertenecía de Jesús a una comunidad iniciática podía desvirtuar su imagen como Hijo de Dios y la originalidad de su enseñanza.
Sin embargo, pronto se comprobó que los rollos de Qumran habían sido escritos por esenios entre el siglo II a. C. y el I d. C., y que eran –además de los textos bíblicos más antiguos conocidos– la fuente histórica más próxima al Nuevo Testamento. Recordemos que el texto de Marcos 6:52, reconocido en el fragmento 7Q5 de los «rollos», significó un hito en la confirmación científica de la historicidad de los evangelios, echando por tierra las tesis de que éstos se fraguaron para construir el «mito de Jesús».
Para evitar interpretaciones ambiguas, el estudio y traducción de los manuscritos fue controlado en exclusiva por el Vaticano. Y durante más de cuatro décadas todo el contenido sacado a la luz, no más de un 25%, fue supervisado por la Escuela Bíblica de Jerusalén, organismo arqueológico dirigido por el Padre de Vaux y asociado estrechamente a la Comisión Pontificia, institución que controla la publicación de textos bíblicos y de la que el propio Ratzinger fue director muchos años antes de subir a la silla papal.
De todos modos, el celo eclesiástico no evitó que algunos filólogos implicados en el estudio de los manuscritos, como Joseph Allegro, filtraran su contenido y difundieran la posibilidad de que la doctrina esenia hubiera sido la semilla del cristianismo primitivo.
Tal publicidad desencadenó el destierro de Allegro de la comisión de estudio, numerosas controversias entre teólogos y exégetas que aún colean, amén de un sinfín de preguntas sin respuesta: ¿Fueron esenios Jesús o Juan el Bautista? ¿Vivieron en Qumran? ¿Podrían ignorar los apóstoles la existencia de dicha comunidad? ¿En qué coinciden la doctrina de Qumran y la del Nuevo Testamento? ¿Qué relación tiene la figura de Jesús con la del Maestro de Justicia que dirigió a los habitantes de Qumran?
Estamos frente a un rompecabezas gigante que ahora, sorprendentemente, Ratzinger parece dispuesto a resolver.
La cena de la nueva Alianza
Como en una clase magistral, la homilía papal del pasado Jueves Santo comenzó estableciendo los antecedentes del caso. El Papa explicó que la Última Cena celebrada por Jesús se enmarcó dentro de las fiestas de la Pascua de Israel. La ley mosaica fechaba dicha conmemoración el día 15 del mes de Nisan, en el que se iniciaba su año. Y con ella se rememoraba la liberación de los judíos de Egipto. La cena pascual, celebrada la víspera, tenía al cordero como centro de su liturgia en recuerdo de la noche egipcia, en el que un ángel salvó del exterminio a los primogénitos judíos, cuyas casas estaban marcadas con una cruz hecha con la sangre de dicho animal. El cordero pascual evocaba, tal y como señaló el Papa: «que Dios, más fuerte que el faraón, había liberado Israel con la mano alzada. De ahí que la conmemoración estuviera rodeada de palabras de alabanza y de acción de gracias tomadas de los Salmos». Este ritual de bendición, llamado en arameo berakha y en griego eulogia o eucaristía, se convertía a la vez en bendición para quienes bendicen, y durante el mismo se reiteraba el nexo de unión, la alianza, establecida entre Dios y su pueblo.
Hay que tener en cuenta, como señaló Benedicto XVI, que en aquella época aún no se había cumplido la liberación de Israel. La nación todavía sufría en medio de las tensiones entre las grandes potencias. El recuerdo agradecido de la acción de Dios en el pasado se convertía al mismo tiempo en súplica y esperanza para el futuro: ¡culmina aquello que has comenzado! ¡Danos la libertad definitiva! Esta cena con sus múltiples significados –la cual presenta un paralelismo con el ritual del «banquete mesiánico» observado por la comunidad de Qumran– fue celebrada por Jesús con los suyos antes de su Pasión. Ahora bien, ¿cuándo exactamente? ¿Y cómo cambia esta respuesta la fecha de la crucifixión?
Contradicción evangélica
Como se sabe, existen tres evangelios –Lucas, Marcos y Mateo– escritos entre los años 40 y 50 d. C. y llamados sinópticos por la similitud en sus líneas esenciales, lo cual hace pensar que bebieron de las mismas fuentes. Por otra parte, está el Evangelio de Juan, que data del año 100 d. C. y es muy distinto.
Pues bien, según los sinópticos la Última Cena tuvo lugar la víspera de la fiesta de Pascua; esto es el jueves 14 del mes de Nisán, día en el que se inmolaban y comían los corderos. A favor de este argumento está la cita (Mc 14,12-17 = Mt 26,17-20) en la que se lee que el primer día de los ázimos, cuando se sacrificaba el cordero pascual y tenía lugar el banquete, Jesús ordenó a los discípulos disponer todo para la cena y la celebró. Como se sabe, tras la cena Jesús fue apresado en el huerto de los olivos y su crucifixión consumada al día siguiente, es decir, durante la fiesta de Pascua.
Sin embargo, en el Evangelio de Juan (Jn 18,28) se dice expresamente que, cuando se llevaron a Jesús desde casa de Caifás a ver a Pilatos, era muy de mañana y los apóstoles no entraron en la vivienda del pretorio por no contaminarse, a fin de poder comer de las víctimas de la cena pascual, un banquete que habría de celebrarse, según esta versión, en la tarde inmediatamente después de la crucifixión. Por tanto, Jesús no habría muerto durante la fiesta de Pascua, sino la víspera, el mismo día en que se inmolaban los corderos. Así es que la cena celebrada por él no habría sido una cena pascual, con cordero, ya que los animales aún no habían sido sacrificados.
«Esta contradicción aparente parecía imposible de resolver hace unos años», comentó el Papa en su homilía del Jueves Santo. La mayoría de los exégetas pensaba que Juan no había querido comunicar la verdadera fecha histórica de la muerte de Jesús, sino que había optado por una fecha simbólica para hacer evidente la verdad más profunda: «Jesús es el nuevo y verdadero cordero que derramó su sangre por todos nosotros».
Pero no, no se trataba de nada simbólico. «El descubrimiento de los escritos de Qumran –señaló el Papa– nos ha llevado a una posible solución convincente…» La versión de Juan es históricamente precisa. Jesús realmente derramó su sangre en la vigilia de Pascua a la hora de la inmolación de los corderos. Y celebró la Pascua con sus discípulos probablemente un día antes y sin cordero, según el calendario ritual de la comunidad disidente de Qumran que no reconocía el templo de Herodes y se hallaba a la espera de un nuevo templo. En lugar del cordero Jesús se entregó a sí mismo, ofreció su cuerpo y su sangre, cumpliendo con la célebre afirmación «nadie me la quita (la vida); yo la doy voluntariamente» (Juan 10, 18). Sólo de este modo la antigua Pascua alcanzaba su verdadero sentido. Él mismo era el Cordero esperado, el verdadero, como había preanunciado Juan el Bautista al inicio del ministerio público de Jesús: «He ahí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo» (Juan 1, 29).
La Iglesia ya enseña en su Catecismo que la Nueva Pascua se anticipa a la Pascua Judía y que no hay seguridad absoluta sobre la fecha de su celebración, por lo que no parece que la cosa vaya a terminar en una discusión teológica o crisis de fe. Sin embargo, la afirmación del Papa es crucial porque contribuye a fijar históricamente el acontecimiento más importante de la fe cristiana. Y sobre todo porque relaciona a Jesús con los esenios. Aunque ya se han alzado voces como la del cardenal Abert Vanhoye, antiguo rector del Instituto Bíblico Pontificio de Roma, en cuya opinión aunque Jesús se rigiera por el calendario esenio, distinto al de las autoridades de Jerusalén, no por eso se puede deducir que perteneciera a esa comunidad.
Jesús frente a El Código Da Vinci
El resto de las declaraciones del Papa son en realidad un dardo inteligente contra todas las afirmaciones sobre las «verdades secretas» que la Iglesia intenta ocultar a propósito de los Manuscritos del Mar Muerto. En realidad su sermón no fue sino un adelanto de su primer libro como Papa, titulado Jesús de Nazaret y publicado el 16 de abril, precisamente la fecha de su 80 cumpleaños. Una obra destinada, según las palabras del Pontífice, a derribar los peores libros que destruyen la figura de Jesús y desmantelan la fe, entre ellos El Código Da Vinci, así como a reivindicar la realidad histórica de Jesús
El libro, que pronto será traducido a numerosos idiomas, es un reto personal con el que el Papa trata de probar que Jesús es una figura real, sensata y convincente. Contiene un capítulo donde se demuestra la fiabilidad del Evangelio de Juan, el más problemático y considerado gnóstico y helenístico, pero que ahora se revela –bajo la luz del contenido de los textos de Qumran– más hebreo que nunca. Otro apartado está dedicado a estudiar la posible relación de Jesús, su familia y Juan Bautista con la comunidad esenia de Qumran. En espera de que el libro se traduzca al español no podemos menos que formularnos las siguientes preguntas: ¿Cuál era la probable relación de Jesús con los esenios? ¿Por qué, si mantuvo conexión con ellos, el nombre de dicha secta no aparece nunca en el Nuevo Testamento? ¿Están sus enseñanzas inspiradas en la doctrina de Qumran?
El banquete mesiánico
La comunidad de Qumran observaba una ceremonia peculiar que era el foco sacramental de su devoción, al igual que la Última Cena lo es para la Iglesia Católica. Descrito con detalle en uno de los rollos llamado «El Manual», era un rito durante la cual se bendecía el pan y el vino antes de repartir el alimento. Es probable que en algunos casos se celebrara con carne cocida o asada de oveja, cabra o ternero, tal como sugieren unos huesos, completamente mondados y encerrados en cincuenta vasijas, descubiertos donde moraban los qumranitas. Puesto que los esenios eran vegetarianos y muy frugales, puede que fueran los restos de una comida sagrada anual.
El banquete mesiánico era presidido por el sumo sacerdote o mesías sacerdotal de la secta y por toda la congregación de Israel, con sus ancianos y sabios, que eran representados idealmente por doce miembros y otros tres ancianos sentados estrictamente según sus respectivas jerarquías. Se cree que Jesús tenía conocimiento de este ritual por la forma en que celebró su última cena, pues durante ella se suscitó una querella entre los apóstoles sobre cuál debía considerarse el mayor (Lucas 22-24). Esta disputa obviamente no fue motivada por orgullo, sino porque atañía a su posición en el reino celestial. Jesús la cortó tajantemente, alterando la forma establecida del ritual.
El doble calendario
Para entender la homilía de Benedicto XVI es necesario saber que, en la época de Jesús, Jerusalén vivía un judaísmo fragmentado, una de cuyas características era el doble calendario. Dicha división se remontaba a la profanación del Templo, realizada en el año 167 a. C. por Antíoco IV, sucesor de Alejandro Magno, el cual impuso a los judíos el calendario helenístico. Los macabeos, ayudados por un personaje llamado el «Maestro de Justicia», que lideraba el grupo establecido en Qumran, se opusieron al tirano y lucharon por defender sus tradiciones y recuperarlas. Pero tras conseguirlo no restablecieron el antiguo calendario. La secta de Qumran juzgó esto como el abandono de la fe de sus antepasados, pues a sus ojos todo el ritual del Templo se regía por días equivocados, de tal manera que toda su eficacia era desaprovechada. Por ello los esenios se retiraron al desierto. Allí, en espera de que la situación cambiara, siguieron celebrando sus fiestas por el antiguo calendario hebreo, según el cual éstas caían siempre en el mismo día de la semana, además de atenerse a las revelaciones realizadas por el ángel Uriel a Enoch y a las directrices dadas por éste a su hijo Matusalén. Siguiendo esta antigua tradición, y tal como el contenido de los rollos del Mar Muerto ha permitido descifrar, se sabe que la secta tenía cierta preferencia por el miércoles como primer día de la semana. Y que para ellos la Pascua empezaba el miércoles. Es decir, que la cena pascual se celebraba en la noche del martes.
«Es una gran responsabilidad anunciar que el Nuevo Testamento actual, base de todas las iglesias cristianas, está deformado y falsificado, pero no hay religión más elevada que la verdad.»
Prologo del Evangelio de los Esenios por el Dr. Edmond Bordeaux Székely.
../.. Por el amor el Padre Celestial y la Madre Terrenal y el Hijo del Hombre se hacen uno. Pues el espíritu del Hijo del Hombre fue creado del espíritu del Padre Celestial, y su cuerpo del cuerpo de la Madre Terrenal. Haceos, por tanto, perfectos como perfectos son el espíritu de vuestro Padre Celestial y el cuerpo de vuestra Madre Terrenal. Y amad así a vuestro Padre Celestial, igual que Él ama vuestro espíritu. Y amad así a vuestra Madre Terrenal, igual que Ella ama vuestro cuerpo. Y amad así a vuestros verdaderos hermanos, igual que vuestro Padre Celestial y vuestra, Madre Terrenal les aman. Y entonces os dará vuestro Padre Celestial su santo espíritu, y vuestra Madre Terrenal os dará su cuerpo santo. Y entonces los Hijos de los Hombres se darán amor unos a otros como verdaderos hermanos, el amor que recibieron de su Padre Celestial y de su Madre Terrenal; y todos se convertirán en consoladores unos de otros. Y desaparecerá entonces de la tierra todo mal y toda tristeza, y habrá amor y alegría sobre la tierra. Y será entonces la tierra como los cielos, y vendrá el reino de Dios, Y entonces vendrá el Hijo del Hombre en toda su gloria, para heredar el reino de Dios. Y entonces los Hijos de los Hombres dividirán su divina herencia, el reino de Dios. Pues los Hijos del Hombre viven en el Padre Celestial y en la Madre Terrenal, y el Padre Celestial y la Madre Terrenal viven en ellos. Y entonces con el reino de Dios llegará el fin de los tiempos, Pues el amor del Padre celestial da vida eterna a todo lo que está en el reino de Dios. Pues el Amor es eterno. El Amor es más fuerte que la Muerte.
Evangelio de los Esenios Vol I
../.. Y Jesús dijo: Felices de vosotros, OH Hijos de la Luz, porqué habéis entrado en el inmortal camino y camináis en el sendero de la verdad, así como lo hicieron vuestros padres desde la antigüedad, quienes fueron enseñados por los Grandes. Con los ojos y oídos del Espíritu ver y escuchar las visiones y los sonidos de la Madre Tierra: el cielo azul donde mora el Ángel del Aire, el espumoso río donde fluye el Ángel del Agua, la Luz dorada, la cual fluye desde el Ángel del Sol.
Evangelio de los Esenios Vol IV.
http://www.tantranuevatierra.com/noticias2/texts/Evangelio_Esenios.asp
“EL EVANGELIO DE LOS ESENIOS» (Vols. I, II y III). ED. SIRIO.
(Las palabras de Jesús, eliminadas de la Biblia Cristiana, tal como fueron pronunciadas, en total sintonía con la visión del Tantra de la unión del Cielo y la Tierra, recuperadas de la biblioteca secreta del Vaticano por el antropólogo Dr. Edmond Bordeaux Székely)
Por: Alejandra Bluth Solari.
Una tribu de alta Vibración
Mucho se habla de lo Esenios, pero es casi nada lo que se sabe a ciencia cierta de esta secta o fraternidad judía del siglo II a. C., dedicada a la oración, la vida austera y monacal en comunión con Dios y la naturaleza, a servir al prójimo y a iluminar las conciencias en el camino hacia Dios. Sin embargo, los Esenios están mucho más cerca de lo que pensamos, presentes en infinidad de oraciones, costumbres, creencias, ritos y filosofías de vida propias del Cristianismo que han perdurado hasta nuestros días. También muchas creencias místicas y esotéricas derivan de ellos. Prácticamente, todas sus enseñanzas y mensajes han cruzado nuestra cultura y forma de vida. Es inabarcable lo que se puede aprender de su cultura, considerando que muchos dicen que Jesús mismo, y otras grandes personalidades del Cristianismo, fueron Esenios.
Son muchos los estudiosos y expertos que sostienen que Jesús descendía de los Esenios, una tribu o secta judía de ascetas monásticos y origen semítico sirio que había tenido su origen en Palestina, en el tiempo de los Macabeos, entre 300 y 150 años a.C., y que vivía apartada de las otras tribus predominantes de la época –los saduceos y fariseos- y dedicada a la artesanía y a la práctica de la caridad y santidad.
Se dice que su misión fue neutralizar, con la fuerza de sus pensamientos y poder vibratorio, las bajas vibraciones del entorno en el área donde habría de nacer el Mesías. Pero aunque hoy se considera a la tribu esenia como la precursora de la Iglesia Cristiana, como la cofradía que plantó la semilla para que las enseñanzas de Jesús cayeran en tierra fértil, esta permaneció oculta al conocimiento profano por lo hermético de su enseñanza, por la elevada misión que les correspondió cumplir y por no ser mencionada en la Biblia. Recién se hizo conocida en nuestra cultura a partir del hallazgo, en el año 1947, de 800 rollos de Evangelios Apócrifos, conocidos hoy como los Papiros de Qumram o los Rollos del Mar Muerto. Fueron descubiertos en vasijas de arcilla ocultas en 11 cuevas ubicadas a un kilómetro, aproximadamente, de un lugar denominado Chirbet Qumram, en la ribera noroccidental del Mar Muerto, y que desde mediados del siglo pasado es conocida como El Paraje en Ruinas por ser una zona desértica e inhóspita, pocos kilómetros al sur de la ciudad mítica de Jericó.
De hecho, el historiador romano Plinio el Viejo ubica a los Esenios en el borde occidental del Mar Muerto, en el oasis de Engandi y en otras regiones entre Asiria y Palestina. También en Egipto, en el canto del Lago Maoris: “Los esenios habitan en la costa occidental del Mar Muerto. Son gente solitaria y muy superior al resto de la humanidad. Carecen de dinero y las palmeras son su única compañía. Se renuevan de continuo merced a la incesante corriente de refugiados que acuden a ellos en gran número, hombres hastiados de la existencia a quienes las vicisitudes de la fortuna impulsaron a adoptar tal género de vida. Así un pueblo se ha perpetuado, por increíble que parezca, en un lugar donde nadie ha nacido. Muy útil para acrecentar su número es el disgusto de otros hombres por la vida”.
El capítulo 17 del libro quinto de La Historia natural de Plinio el Viejo, en la traducción de Philemon Holland hecha en 1601, dice: “Los Esenios son una nación de las más admirables y maravillosas de todo el mundo. Mujeres no se ve ninguna: La lujuria carnal no se conoce: No manejan dinero: Dirigen su vida ellos mismos, y mantienen compañía solamente con árboles de dátiles. Aún más, el país está bien poblado, y numerosos extraños de otras partes lo recorren diariamente: Y a saber, tal como están cansados de esta vida miserable, van por las oleadas emergentes de fortuna traída acá, de juntarse con ellas en su forma de sustento. Así por muchos miles de años (cosa increíble pero verdadera) un hato de gente estuvo sin suministro alguno de recién nacidos y de generaciones. Tan poderosamente se incrementaban, por la agotadora hacienda y arrepentimiento de otros hombres. Bajo ellos, se levantaba Engadda, para fertilizar el suelo y hacer florecer las arboledas de palmeras datileras, considerada como la siguiente ciudad de toda Judea, a Jerusalén. Ahora, dicen, sirve como lugar para enterrar a sus muertos. Además es un castillo o fortaleza situada en las rocas, y lo mismo no lejos del lago de los Asphatites de Sodoma. Y así en lo tocante a Judea”.
Philo de Alejandría, filósofo neoplatónico judío que escribió en las primeras décadas de la Era cristiana, da las cuentas más tempranas de los Esenios en sus libros Quod Omnis Probis Liber Sit y Apología pro Judaeis. El segundo está perdido pero el pasaje sobre los Esenios está citado por Eusebius de Cesarea. Philo dice en el primero: “Los Esenios están completamente dedicados al culto de Dios. No ofrecen sacrificio animal. Huyen de las ciudades y viven en pueblos. En su mayor parte trabajan en los campos. Otros practican oficios tranquilos. No amontonan dinero o compran o alquilan la tierra. Viven sin bienes o propiedad. Nunca fabrican armas o cualquier objeto que pueda ser utilizado para mal propósito. No se involucran en ningún comercio. No tienen esclavos y condenan la esclavitud. Evitan la metafísica, la lógico, y toda filosofía exceptuando las éticas que estudian en las leyes divinamente ancestrales dadas a los judíos. Cada séptimo día es considerado santo y no hace trabajo alguno sino que pasan su tiempo en reuniones religiosas sentados estrictamente según su rango, y escuchan la exposición de sus libros sacros clarificados según el sistema simbólico antiguo. Estudian la devoción, la santidad, la justicia, la ley sacra, y las reglas de su orden, toda conducción para el amor de Dios, de la virtud, y de los hombres, a los cuáles dedican completamente sus vidas. Rehúsan a tomar juramentos y nunca mienten. Creen que Dios es la causa única del bien, nunca del mal. Convidan a todos los hombres con igual bondad y cohabitan en una forma comunal. Nadie posee su propia casa. Sus casas están siempre abiertas a las visitas de los miembros. Comen conjuntamente una comida común y toman sus ropas de un almacén común. Cuidan de los enfermos, la gente joven, y los ancianos”.
En su Apologia pro Judaei, Philo añade: “Viven en varias ciudades de Judea y también en pueblos en grandes compañías. No hay niños entre ellos. [Esto es una contradicción de su anterior fragmento] Su variedad de ocupaciones los hace autosuficientes. Aquellos que ganan salarios en el ”mundo” dan su dinero para el capital común. No se casan”.
Filón, también historiador, inspirado en los Esenios, ilustró la tesis de su Tratado para probar que todo hombre bueno es también libre. Señala de esta comunidad: “Hay 4.000 Esenios residiendo en muchas poblaciones de Judea. Evitan las ciudades y prefieren vivir en los pueblos. Tienen todos sus bienes en común y un administrador hace las compras y maneja el dinero. Cultivan la tierra y se dedican a oficios pacíficos, son granjeros, pastores, vaquerizos, agricultores, artesanos y artífices. No deben fabricar instrumentos de guerra ni ocuparse del comercio. Entre ellos no hay esclavos ni señores por estar convencidos que la fraternidad humana es la relación natural de los hombres. Poseen el don de la predicción del futuro, son extremadamente limpios y visten siempre de blanco. No dan importancia al tiempo ni lo usan como excusa para no trabajar. Vuelven gozosos de sus tareas, como quien regresa de un concurso atlético. Los Esenios se han reunido a causa de su celo por la virtud y la pasión de su amor a la humanidad”.
El historiador judío Flavio Josefo, autor de La Guerra Judía entre los años 70 y 75 d.C. dijo de los Esenios: “Los Essenes son célibes pero adoptan niños y los crían en la orden. Dan toda sus propiedades para la orden y viven una vida común sin pobreza o riqueza. Consideran el aceite como una profanación y no ungen sus cuerpos. Siempre traen puestas prendas de vestir blancas. Sus tesoreros y otros oficiales son elegidos por la comunidad entera. Ellos ni compran ni realizan ventas entre ellos mismos. Cada hombre da para cualquier necesidad y recibe a cambio lo que fuere que él requiriere. [De cada cual según su habilidad, a cada cual según sus necesidades. ]”.
Se levantan, rezan a la salida del sol, trabajan hasta casi las 11 de la mañana,se bañan, vestidos, en agua fría, y van a su comida comunal de pan y un plato de comida. Antes y después de comer un sacerdote bendice la comida y dice una oración. Después todos ellos dan gracias a Dios, apartan las prendas de vestir que han traído puestas para la comida, ya que son prendas de vestir sagradas. Trabajan hasta la puesta del sol, y entonces van a la cena de la misma forma que la comida. La mayor parte de sus acciones les son ordenadas por sus administradores pero la ayuda y la piedad a los demás son iniciativa del individuo. No prestan juramentos. Estudian sus libros antiguos y las hierbas y los minerales que curan la enfermedad. Un postulante para la orden espera un año y es sometido a juicio y probado. Si se le acepta recibe un hacha, luego un paño, y una túnica blanca [como en la Hermandad Pitagoreana]. Por dos años él sirve a un noviciado y puede tomar parte en los ritos purificatorios. Si pasa este período de prueba, entonces él es aceptado en la orden, admitido para las comidas comunes, y por única vez en su vida jura su lealtad a la orden en el más solemne de los juramentos.
Los culpables de las faltas más serias son expulsados y, todavía sujetos a su juramento, perecen por falta de comida. La justicia es dispensada en asambleas enteramente comunales, no menos de cien. No sólo no trabajan en el Sabbath; sino que no prenden fuego, ni mueven cualquier objeto, o hacen sus necesidades. Alguno usa su hacha para cavarse una letrina y vaciar sus intestinos cubiertos por sus ropas. Durante la guerra con los romanos fueron brutalmente torturados, pero soportaban sus dolores impasiblemente, y rehusaban blasfemar o comer alimentos prohibidos. Creen en la inmortalidad del alma, que los buenos van a las Islas de la Divinidad y los malos al Hades. Alguno de ellos, estudiando sus libros sagrados, se hizo experto en predecir el futuro”.
“Constituyen de hecho una hermandad que tiene algo de común con los pitagóricos. Identifican el placer con el vicio, se ejercitan en la temperancia y la autodisciplina. Los Esenios renuncian también a la riqueza, comen solo los alimentos necesarios. Usan las ropas y el calzado sin lujos. La mayor parte de ellos viven más de 100 años y leen los escritos de los antiguos. Su silencio da la impresión de un tremendo misterio. Sostienen que el cuerpo es cosa corruptible pero el alma es imperecedera. El espíritu emana del más puro éter, un hechizo natural lo arrastra hacia abajo y queda atrapado en la prisión del cuerpo; pero, una vez puesto en libertad por la muerte, se alegra y es llevado a lo alto. Triunfan sobre el dolor gracias a una voluntad resuelta. La guerra con los romanos probó sus almas de cuantas maneras era posible: Estirados en el potro, retorcidos, destrozados, quemados, sometidos a todos los instrumentos de tortura para blasfemar de su Legislador o comer alimentos prohibidos, no consienten en tales demandas y ni una sola vez adularon a sus perseguidores ni derramaron lágrimas.
Sonriendo en la agonía y perdonando a los torturadores, exhalaron el alma con júbilo, pues confían que la recibirán nuevamente. Cualquier palabra de ellos tiene más fuerza que un juramento no causan daño a nadie ni por propia determinación ni bajo órdenes; en el caso de obtener autoridad jamás abusará de ella; será un amante de la verdad; mantendrá sus manos alejadas del robo y su alma pura de toda ganancia pecaminosa; no ocultará nada a los miembros de la comunidad y tampoco descubrirá ninguno de sus secretos a los extraños, aun cuando sea torturado hasta la muerte; transmitirá las reglas tal como las recibió y preservará con cuidado los libros grupales”.
Considerados como uno de los hallazgos arqueológicos más importantes del siglo XX en la validación y revisión de los textos bíblicos del Antiguo Testamento, los papiros del Mar Muerto están reconocidos como uno de los descubrimientos papirológicos más importantes de la historia, al contener la colección de textos hebreos más antigua y completa que se ha encontrado, por lo que se los considera el mayor tesoro manuscrito jamás encontrado.
La mayoría de los estudiosos han identificado a la hermandad Qumran precisamente como los Esenios, calificándolos como una secta religiosa a principios de la era cristiana que privilegió un regreso a la vida de la comunidad primitiva que había precedido a la cultura helenística y aun la hebrea, altamente ritualizado en una rebelión consciente contra la vida de la ciudad y la estructura sacerdotal de los templos y el reinado militarista.
El monasterio de Khirbet Qumrán, en el noreste del Mar Muerto, era una zona que el erudito romano Plinio (24-69 d. de C.) había descrito como sede de una numerosa colonia de Esenios, una secta judía del siglo I a. de C. que se llamaba a sí misma Nueva Alianza. A partir de esto, muchos científicos e investigadores sostienen que los orígenes del Cristianismo ya no se deben buscar entre los fariseos y los talmudistas, sino entre los Esenios.
A partir de los Rollos del Mar Muerto, sobre ellos se dijo que eran budistas, Magi o pitagóricos o miembros de un culto oculto eremítico egipcio. En el siglo XIX, Ernest Renan hizo la especulación más equilibrada sobre las relaciones entre los Esenios, Juan, Jesús, y los primeros Cristianos. Sus ideas tuvieron gran influencia en la imagen de la Cristiandad primitiva en la mayoría de los socialistas radicales tras la publicación de su libro “Vida de Jesús”.
El contenido de los papiros el Mar Muerto indica claramente que los autores eran un grupo de sacerdotes que mantenían una vida comunal estrictamente dedicada a Dios, liderados por el «Maestro Justo» y opositores al llamado «Sacerdote Cruel», un alto sacerdote judío en Jerusalén que, probablemente fue uno de los legisladores Macabeos que ilegítimamente asumió la posición de alto sacerdote entre los años 150 y 140 a.C.
Por otro lado, uno de los hallazgos más fascinantes fue un pergamino de cobre, que tuvo que se cortado en tiras para poder ser abierto, y que contenía una lista de 60 tesoros localizados en varias partes de Judea (ninguno de los cuales encontrado hasta ahora). Otro pergamino, recuperado por arqueólogos israelíes en 1967 de las manos de un vendedor de antigüedades en Belén, describe con lujo de detalles un elaborado templo para rituales donde participaba la comunidad judía. Este ha sido llamada «El Pergamino del Templo».
La Iglesia, que se había opuesto en un comienzo a la divulgación de estos textos herejes, levantó la interdicción y, previa traducción, autorizó que fueran publicados. De esa lectura surge que Jesús era Esenio y que el Nuevo Testamento era su Obra Divina, apoyándose por ejemplo en el hecho de que Jesús hablaba arameo, la lengua asirio babilónica usada en todo el Asia occidental y propia de los Esenios, y en la que fueron transmitidos los Evangelios. Puesto que se dice que Jesús no hablaba griego y el hebreo no lo comprendía bien, posteriormente, los Apóstoles Juan, Mateo, Marcos y Lucas vertieron los escritos a otros idiomas, de donde surgieron diversas interpretaciones.
Las excavaciones que siguieron al descubrimiento de los Rollos del Mar Muerto demuestran que la elaborada estructura jerárquica de la comunidad de Qumran no es solamente una iniciación de la orden religiosa. Es militar. El término común de “ secciones locales ” y los asentamientos de la comunidad se traducen normalmente por “ campamentos.” No sólo Khirbet Qumran con sus tiendas de campaña y sus cabañas que rodeaban a los edificios en las excavaciones tienen la apariencia de un viejo fuerte, como un campamento militar, sino que era uno de los cuarteles generales del ejército de salvación implicado en una guerra santa, la guerra del Hijo de Dios en contra del Hijo de las Tinieblas. En esa guerra cada hombre tenía su lugar y su rango, en un ejército pensado para pelear junto con los anfitriones del cielo. La batalla ocurría en la eternidad, en el tiempo en el que la comunidad estaba aguardando la orden para atacar al enemigo.
Jesús, ¿uno de ellos?
Se dice que los Esenios eran poseedores de un modo de vida excelente y virtuoso, llevaban una vida en total ostracismo, dedicada al trabajo agrícola y la oración, apegada al estricto cumplimiento de la Ley de Moisés. Esta fraternidad de hombres y mujeres santos vivían juntos en una comunidad, y fueron las semillas de lo que más tarde sería la Cristiandad y la civilización occidental. Habitaban con máxima modestia en cuevas, cabañas o en celdas, como los antiguos hebreos, y sólo se reunían en el monasterio para realizar sus actos sagrados comunes, para orar y para las comidas. Practicaban la humildad, y por ello las tumbas de su cementerio eran de gran sencillez, sin adornos, inscripciones ni ofrendas.
De hecho, al investigar en las ruinas de Qumran se descubrieron bodegas, acueductos, baños rituales y un salón de asambleas. Uno de los cuartos más interesantes fue el escritorium, identificado por dos tinteros y algunas bancas para los escribas.
Como secta, los Esenios se habían separado del Templo de Jerusalén, una especie de monjes que se regían por un consejo de 12 personas a cuyo mando estaba un enigmático personaje llamado Maestro de Justicia, un sacerdote de la estirpe de Zadok. Tras la muerte de su líder, pocos discípulos sobrevivieron y, al llegar Herodes el Grande, algunos quisieron reintegrarse en la sociedad judía puesto que la profecía de Jacob en el Génesis hacía referencia expresa de que el Mesías llegaría cuando el cetro de Israel ya no se hallara en manos de un judío (curiosamente, Herodes no era judío, sino idumeo). Lo cierto es que Herodes defraudó a los Esenios, y cuando le sucedió su hijo Arquelao en el año 152 a.C., descontentos con la frivolidad y decadencia del sacerdocio hebreo dominado por los fariseos y saduceos, se retiraron de la ciudad de Jerusalén hacia el desierto, a Qumrán, donde se mantuvieron como uno de los principales grupos religiosos en que se dividía el judaísmo anterior a la destrucción del Templo de Jerusalén, en el año 70 d.C.-Allí se mantuvieron hasta que en el año 68 a.C., las tropas romanas destruyeron el monasterio de Qumran y parte de su comunidad posiblemente como parte de las guerra entre romanos y rebeldes judíos.
Se dice que la evolución tanto espiritual como material de los Esenios causó envidias de otras comunidades y generó una feroz persecución por parte de los romanos. Al acercarse la décima legión romana a Judea para acabar con la revuelta judía de los años 66 a 70 d.C. y reducir a los rebeldes judíos, los Esenios huyeron, no sin haber ocultado antes su riquísima biblioteca en las cuevas de los alrededores con el fin de preservar sus conocimientos y tradiciones. Las fechas coinciden, ya que los escritos más antiguos datan del siglo II a.C.,y los últimos de la primera mitad del I d.C. Los sobrevivientes de esta comunidad se vieron obligados a emigrar a otros países.
Lo anterior se encuentra avalado por las excavaciones realizadas en las ruinas entre 1953 y 1955, y que condujeron a descubrimientos que asombraron a la ciencia. Tras descubrir una tinaja muy parecida a la encontrada en la primera cueva, los arqueólogos encontraron monedas de la época de los procuradores romanos, de lo que se puede deducir que el monasterio había sido ocupado por los romanos en el año 68 d. de C. Para ciertos estudiosos, los textos del Qumrán no habrían sido conocidos por Jesús y sus apóstoles, aunque muchos de la comunidad tras la destrucción del monasterio podrían haber huido con copias de sus manuscritos, de modo que los autores de los Evangelios habrían tenido acceso a su contenido, o bien a personas que conociesen los textos.
Sin embargo, no existe ninguna prueba que indique que los Esenios influyeron directamente sobre los primeros cristianos. A pesar de las teorías de algunos investigadores que difieren con la comunidad científica, como Carsten Peter Thiede (en relación con el famoso papiro «7Q5»), aun no se ha demostrado vinculación alguna entre Jesús de Nazareth y los Esenios, y muchos expertos afirman que estos escritos han tenido poca o ninguna significación en lo que respecta al origen y la creación del Nuevo Testamento. De hecho, salvo porque tanto la comunidad esenia como el movimiento original de Jesús eran grupos mesiánicos contemporáneos, que creían que «El Reino de Dios» (o sea un mundo perfecto en donde reinaría un rey justo y divino) estaba cerca, nada más los relacionaría.
No obstante, todo esto no ha impedido que muchos pretendan retrotraer la época de redacción de los Evangelios Canónicos a los tiempos en que la comunidad esenia todavía existía, haciendo de los descubrimientos de Qumran un valuarte para la verificación histórica de los orígenes del Cristianismo. De hecho, los escritos Esenios señalan que antes de Cristo existió un «maestro de la virtud», un ser quizás elegido por Dios y redentor del mundo, como un predecesor de Cristo, que predicó, como el Hijo de Dios, la humildad, la caridad y el amor al prójimo. Después, al igual que él, fue condenado y ajusticiado a causa de la hostilidad de los sacerdotes y de la casta judía dominante, como también le ocurrió a Cristo. Por tanto, los científicos opinan que el esenismo fue un precursor del Cristianismo, y se dice que de los manuscritos se sacan numerosos y decisivos paralelos con los sermones de Cristo. Es especialmente importante la similitud de los textos con el Evangelio del apóstol Juan.
En el documento llamado el Manual de la Disciplina o Ley de la Comunidad, encontrados entre los papiros del Mar Muerto, se establece que el creyente debe continuar viviendo bajo la ley «hasta la llegada del profeta y los ungidos de Aaron e Israel». En otro documento, encontrado en la cueva cuatro y conocido como el Testimonio, se mencionan un número de pasajes del Antiguo Testamento, concretamente una cita de Deuteronomio 18:18-19, donde Dios le dice a Moisés: «profeta levantaré de en medio de sus hermanos, como tú». Después, se incluye una cita de Números 24:15-17, donde Balaam prevé el levantamiento de un príncipe conquistador. «Y se levantará cetro de Israel, y herirá las sienes de Moab». El tercer pasaje es la bendición pronunciada por Moisés sobre la tribu de Leví en Deuteronomio 33:8-11. Por la forma como estos pasajes están agrupado, se cree que el escritor esperaba el advenimiento de un gran profeta, un gran príncipe o un gran sacerdote.
Algunos teólogos sostienen que Juan el Bautista, el profeta que anunció la venida de Cristo, también habría pasado algún tiempo con la comunidad Qumran, ya que los Evangelios Canónicos dicen que estuvo un tiempo considerable en el desierto cerca del área donde ésta se localizaba. (Mateo 3:1-3, Marcos 1:4, Lucas 1:80; 3:2-3). Otros de los principales fundadores de lo que luego se denominó la Cristiandad, y considerados faros de la civilización actual, se dice que fueron Esenios, como Santa Ana, y José y María, los padres terrenales de Jesús.
El mismo Jesús habría vivido algún tiempo con los Esenios practicando la meditación; si así fue, Jesús habría leído probablemente estos y otros rollos de los escribas Esenios y, si al final no tuvo una relación directa con ellos, es seguro que si estuvo cerca de ellos cuando oraba en el desierto. Por otra parte, ciertas ideas como » la justificación por la fe» y » la paternidad de Dios», que parecían originales del Cristianismo, ahora se sabe que provienen de la cultura religiosa de la época de los Esenios. Asimismo, determinadas prácticas litúrgicas como las inmersiones en el agua para purificarse eran corrientes durante el siglo I, y ello demuestra que el cristianismo no traía un mensaje completamente nuevo e innovador, sino que podría haberse inspirado en otro anterior.
Algunos autores, incluso sostienen que Jesús de Nazareth, como esenio, fue el fundador de la comunidad del Qumrán. Se sabe que el Maestro de Justicia, si bien fue de suma importancia para el desarrollo de la misma, no fue su fundador. Nunca se atribuyó a si mismo la identidad del Mesías, y lo que realmente hizo fue crear un sistema de ritos, reglas y conductas dirigidas al cumplimiento estricto de la Torah. Jesús, en cambio, habría aprendido de los Esenios el dominio de los sentidos y el desapego a lo externo, desarrollando su elevado nivel de Conciencia suprahumana en la materia. De este modo, habría vencido todas las limitaciones del plano temporal y recibido la Cuarta Iniciación, la más grande jamás dada ni recibida en la Tierra. Muchos historiadores sostienen que cuando el Mesías inició su misión, los Iniciados Esenios se dan cuenta que su tarea ha dado el fruto deseado, y Jesús queda liberado de todo lo que lo unía a ellos. Los Esenios se marginan y Él continúa solo como el Mesías que es, descubriendo en Sí mismo lo que el Padre le encomendó y llegando a ser Jesucristo o la energía del Padre. Se dice que, cumplida su misión de preparar el terreno para la venida de Jesús, los Esenios, a los 50 años de haber Este desencarnado, se dispersaron.
Mentalidad esenia
En la antigüedad, todos conocían a «Los Hermanos y Hermanas Vestidos de Blanco». Los hebreos los llamaban «La Escuela de los Profetas», y para los egipcios, ellos eran «los Sanadores, los Médicos». Tenían propiedades en casi todas las grandes ciudades, y en Jerusalén había incluso una puerta que llevaba su nombre: Puerta de los Esenios.
Vivían repartidos en numerosas ciudades, y cada vez que un miembro de la secta llegaba de otro lugar se le ofrecen los bienes comunitarios para que hiciera uso de ellos y se le daba alojamiento. Por ello, los Esenios viajaban sin llevar encima absolutamente nada, sólo armas para defenderse de los bandidos. En cada .ciudad se nombra por elección a una persona para que se ocupe de la ropa y de los alimentos de los huéspedes de la secta.
Las personas sentían en general respeto y estimación por los Esenios, por su honestidad, su pacifismo, su bondad, su discreción, y su talento como sanadores mediante la entonación de sonidos, dedicados tanto a los pobres como a los ricos. Las gentes sabían que muchos grandes profetas hebreos provenían del linaje de la Escuela esenia.
La forma de vida esenia era sencilla, austera, casi monacal, y la mentalidad y costumbres también eran de estricta santidad. Los Esenios rechazaban los placeres como si fueran males, y consideraban como virtud el dominio de sí mismo y la no sumisión a las pasiones. Entre sus costumbres se destaca la necesidad de purificarse constantemente, física y espiritualmente, lavándose los pies, las manos y el cuerpo. Lo hacían antes de entrar a la casa de alguien, al comenzar el día, y antes de cenar, o de orar. También lavaban a otros los pies en señal de amistad, y cultivaban la idea de que tenían que cuidarse los unos a los otros, como mismo el Padre de todos cuidaba de ellos. También se bendecían unos a otros imponiendo las manos sobre la cabeza, para poder siempre estar unidos en la luz y reforzar el amor que fluía entre ellos.
Desde la infancia aprendían a hablar en tono suave y a controlar sus palabras. Ser esenio significaba ser un ejemplo de moralidad; moderaban muy bien su ira y sus impulsos, guardaban fidelidad y en forma natural aprendían a controlar toda pasión y deseo. Jamás apetecían las cosas temporales, y sin egoísmo, servían a los demás desarrollando sus valores espirituales. Mediante técnicas y disciplinas lograban transformar el conocimiento recibido en sabiduría, que desde lo interno brota con su luz hacia afuera.
Se abstenían de jurar ya que creían que sería condenada toda persona que no pudiera ser creída sin invocar a Dios con un juramento. Estudiaban con gran interés los escritos de los autores antiguos, sobre todo aquellos que convienen al alma y al cuerpo, y estudiaban, entre otras disciplinas, los secretos de las plantas y minerales con sus aplicaciones para beneficio humano, descubriendo sus maravillosos poderes curativos contra las enfermedades.
Los Esenios vivían solos y se servían entre sí. Elegían hombres buenos como administradores de sus ingresos y de los productos de la tierra, y sacerdotes para la elaboración del pan y de (otros) alimentos. Reticentes al matrimonio, se casaban sólo con fines de procreación y no por placer, y sí la adopción de hijos de otros. Es tal la importancia de la procreación, que antes del matrimonio las mujeres eran sometidas a una prueba de purificación durante tres años para asegurarse que fueran fértiles. Mientras están embarazadas, se abstenían del sexo, y siempre se bañaban vestidas y los hombres con sus partes cubiertas.
Despreciaban la riqueza y compartían absolutamente todo los bienes. Entre ellos nadie era más rico que otro, pues una ley los obligaba a entregar sus posesiones a la orden, de modo que el patrimonio de cada uno formaba parte de una comunidad de bienes, como si todos fueran hermanos. No se cambian de ropa ni de calzado hasta que no estaban totalmente rotos o desgastados por haberlos usado mucho tiempo.
Los Esenios hacían una vida comunitaria que estaba perfectamente organizada como jerarquía. Por encima estaba el Maestro de la Corrección, seguido por los sacerdotes y Levitas, y más abajo por la comunidad en general. A pesar de esta estructura la comunidad fue una democracia completa; en las materias teologales la autoridad de los sacerdotes parece haber sido absoluta, pero el consejo gobernante constaba de doce laicos y de tres sacerdotes, enmarcados en el gobierno de Israel en las tierras Salvajes, y las decisiones de este consejo estaban sujetas a la reunión (o asamblea) de toda la comunidad en la que cada hombre tenía un voto. La teología de la comunidad era una clase de interpretación apocalíptica, milenarista y rigurosamente escatológica de la vida y la historia.
Algunos Esenios llevaban una vida simple, austera y piadosa al ritmo de las estaciones en villas rodeadas por una pared baja, completamente separados de las ciudades, en medio de la naturaleza.
Otros vivían en las ciudades, en grandes edificios que pertenecían a la Comunidad y que les servían al mismo tiempo como vivienda, albergue y hospital. dedicados principalmente a sanar enfermos y a dar hospitalidad a los extranjeros, recorrían los caminos, circulando las noticias y llevando las informaciones a todos los centros en cada país. Se dice que fue así como el Maestro Jesús pudo llevar su mensaje a todo el mundo, gracias a la detallada y perfecta organización esenia.
También estaban los que residían en la escuela-monasterio, situada en lugares escogidos según el conocimiento de la tierra de la luz, y de las puertas que existen entre ésta y la tierra Los Esenios que vivían en estos templos eran casi siempre célibes.
Tanto los activistas como los más contemplativos, se destacaban como albañiles, carpinteros, tejedores y orfebres. Después de Dios honraban con una gran veneración el nombre de su legislador, y si alguien blasfema contra él, es condenado a muerte. En los asuntos judiciales son muy rigurosos e imparciales. Si algún miembro de la comunidad era sorprendido en un delito grave, se lo expulsaba y ni siquiera se le daba comida. Sin embargo, muchos se compadecían de los moribundos cuando estaban a puntos de expirar de hambre ya que creían que la tortura de haber estado a punto de morir era suficiente castigo por sus pecados.
En una época en que se imponía el despotismo de los gobernantes de Judea y los celos de los sacerdotes corruptos, los Esenios se refugiaban en sus quehaceres agrícolas y artesanales, ya que no practicaban el comercio, y entre ellos nada se vendía o se compraba, sino que cada uno daba y recibía lo que necesitaba. Su objetivo primordial era curar enfermedades físicas y morales, sirviendo al Dios único con piedad y humildad. A pesar de vivir enclaustrados eran libres, trabajando los unos con los otros, sin admitir ninguna clase de servidumbre o esclavitud por considerarla ilícita.
Para los Esenios, el Hado dominaba todas las cosas, y todo cuanto sucede a los hombres es por decisión suya. Toda su doctrina está referida a Dios y postulaban la inmortalidad del alma. Se trataban entre ellos de hermanos –como haría luego Jesús con los demás en sus prédicas- y oraban tanto de rodillas al estilo de Salomón; con el rostro en tierra, como de pie a la usanza de David; en los casos de súplica, extendían las manos como el Patriarca y volvían el rostro hacia el Santuario de Jerusalén. Antes de salir el sol, no decían ninguna palabra profana, y rezaban algunas oraciones aprendidas de sus antepasados. A continuación, cada uno era enviado por los encargados a trabajar en lo que sabe. Aunque no hacían nada si no era por orden del encargado, dos aspectos dependían sólo de ellos mismos: la ayuda a los demás y la compasión. Se les permitía prestar auxilio a las personas que ellos consideren oportunas, cuando éstas se lo pidan, y entregar alimentos a los necesitados, pero no podían dar nada a sus familiares sin la autorización de sus superiores.
Después de haber hecho su tarea diligentemente hasta la quinta hora, se reunían de nuevo en un mismo lugar y con un paño de lino atado a la cintura se lavaban el cuerpo con agua fría. Tras esta purificación, entraban al comedor como a un recinto sagrado, ya que la comida comunal tenía un carácter sacramental como señal física exterior de una realidad espiritual interior, como una anticipación del banquete mesiánico celebrando la victoria en la guerra santa y la inauguración del nuevo reino. La comida comienza con la bendición del pan y el vino por un sacerdote y por el administrador laico, quién son referidos en los textos litúrgicos como el Padre Mesías, el descendiente de Aarón, y el Rey Mesías, el descendiente de David. Los Hijos de la Luz, el ejército victorioso del Señor, está sentado en la mesa, cada uno en su lugar establecido. En silencio, cada uno comía un pan y un plato con un único alimento. Antes de comer, el sacerdote rezaba una oración y no estaba permitido probar bocado hasta que no concluya la plegaria. Al acabar la comida, se pronunciaba otra oración y luego se quitaban la faja blanca y regresaban a sus trabajos hasta la tarde. Al regreso de sus faenas, cenaban de la misma forma, sin gritos ni agitaciones, y cediéndose la palabra por turno entre ellos.
El sábado, el día sagrado para los judíos, no encendían fuego, ni movían objetos. Ni siquiera iban al baño.
Los Esenios se consideraban separados del resto del mundo porque la iluminación de su vida interna y su conocimiento de los ocultos misterios de la naturaleza eran desconocidos para otros hombres. Eran un grupo rigurosamente iniciático y esotérico, con tres niveles para la Enseñanza regidos por rigurosas leyes de silencio. Su sabiduría mística les había enseñado a diferenciar entre las almas dormidas, las medio despiertas y las despiertas. Su tarea era ayudar, consolar y aliviar a las almas dormidas, tratar de despertar a las que estaban a medias, y dar la bienvenida y guiar a las almas despiertas dentro de su comunidad.
Pese a que la Fraternidad era muy estricta sobre las leyes secretas en relación con su doctrina interna, cultivaban muchos puntos de contacto con las personas, principalmente a través de los sitios donde daban alojamiento a peregrinos, proporcionando ayuda en los períodos difíciles, y especialmente a través de la sanación de los enfermos. Estos sitios donde se impartían las enseñanzas básicas y se practicaba la sanación estaban localizados en lugares que tuvieran acceso público para que todas las personas pudieran acudir.
La mayoría de los Esenios superaba los 100 años de edad debido a su disciplina y simplicidad de su forma de vida. Despreciaban el peligro, acababan con el dolor por medio de la mente y creían que el cuerpo es corruptible y de que su materia perece, mientras que el alma permanece siempre inmortal. Ésta procede del más sutil éter y atraída por un encantamiento natural se une con el cuerpo y queda encerrada en él igual que si de una cárcel se tratara. Cuando las almas se liberan de las cadenas de la carne, como si salieran de una larga esclavitud, ascienden contentas a las alturas. Así, al igual que los griegos, sostenían que las almas buenas irán a un lugar más allá del Océano, donde no hay lluvia, ni nieve ni calor, sino que siempre le refresca un suave céfiro que sopla desde el Océano. En cambio, para las almas malas, hay un antro oscuro y frío, lleno de eternos tormentos, por lo que exhortaban siempre a buscar la virtud y a alejarse del mal.
Los Esenios se consideraban herederos de la antigua y gran civilización de los hijos e hijas de Dios, ya que poseían avanzados conocimientos y trabajaban arduamente en secreto por el triunfo de la luz sobre las tinieblas en la mente humana como guardianes de las Divinas Enseñanzas. Poseían un gran número de manuscritos muy antiguos, algunos de los cuales databan del inicio de los tiempos. Una gran parte de los miembros de la Escuela pasaban el tiempo dedicados a la sagrada tarea de descifrar sus códigos, traduciéndolos a varias lenguas y reproduciéndolos para perpetuar y preservar este avanzado conocimiento.
Gracias a los libros sagrados de los profetas y ritos como purificaciones, algunos Esenios podían predecir el futuro. Pero su misión era la fundación del Cristianismo y la civilización occidental, apoyados en este esfuerzo por seres altamente evolucionados que dirigían la fraternidad. Hoy, se los considera verdaderos santos, maestros de sabiduría y de las antiguas artes maestras. Se dice que poseían infinidad de revelaciones y que, de este modo, sabían cómo comunicarse con los seres angélicos y conocían la causa del origen del mal en la tierra.
Por lo mismo, una de sus grandes preocupaciones era protegerse de cualquier contacto con espíritus del mal para preservar la pureza de sus almas. Sabían que estarían en la tierra durante un corto período de tiempo, y no querían prostituir sus almas eternas. Fue esta actitud de estricta disciplina, esta absoluta negativa a mentir o a comprometerse, lo que les hizo objeto de muchísimas persecuciones a través del tiempo.
Los Esenios no se limitaban a una sola religión, sino que estudiaban todas para poder extraer de ellas los grandes principios científicos. Consideraban que cada religión era un estado diferente de una misma manifestación. Así, le daban gran importancia a las enseñanzas de los antiguos caldeos, de Zoroastro, de Hermes Trismegisto, a las secretas instrucciones de Moisés -uno de los fundadores de su Orden, que había trasmitido técnicas similares a las del Budismo- así como a las revelaciones del profeta Enoch.
Mucho de lo que se ha especulado en torno a los Esenios fue confirmado o rechazado a partir de los descubrimientos del Mar Muerto, que incluían grandes partes o fragmentos de casi todos los libros del Antiguo Testamento y de las escrituras apócrifas pseudoepigráficas, así como comentarios, himnos, escrituras apocalípticas y proféticas peculiares de la secta, y un extensivo y detallado Manual de Disciplina o de regla monástica. Por este motivo fueron reivindicados los relatos de los tres autores clásicos. El hecho de que se encontraran muchos esqueletos de mujeres en el cementerio de Qumran indica que, o la secta no fue célibe, o estaba dividida en una orden célibe y una asociación de laicos casados como todavía se encuentra entre los franciscanos.
Por otro lado, dentro del cerco comunal los arqueólogos descubrieron un gran número de jarras cuidadosamente enterradas llenas con huesos de ovejas, cabras, y vacas, cada animal estaba sepultado individualmente. Hay pocas dudas de que éstos son restos de banquetes sacrificatorios de la comunidad, así que la información de Josefo debe ser reinterpretada como que los Esenios rechazaban el culto sacrificatorio del templo de Jerusalén y seguían el suyo propio (como los Falasha de Etiopía hacen hoy). Esto es importante porque significa que la comunidad esenia no se consideraba solamente una secta judía más, sino un Nuevo Jerusalén que reemplazaría al antiguo.
La iniciación
Los Esenios se consideraban un grupo en el centro de todos, porque cualquiera que hubiera puesto en marcha un completo proceso del despertar del alma y estuviera listo para ascender las escaleras del sagrado templo de la humanidad podía formar parte de su Fraternidad tan pronto pasaran con éxito las pruebas selectivas y severas penitencias junto a un estricto ascetismo, no sólo en el primer año de su iniciación, sino en los subsiguientes períodos, donde comenzaban a ser invitados a los ágapes o cenas íntimas.
Sólo las almas despiertas de 21 años como mínimo podrían recibir la iniciación en los misterios de la Fraternidad, y comenzar el sendero de evolución sin fin a través del ciclo de sus encarnaciones.
Antes de ingresar a la secta, el candidato recibía una pequeña hacha, un paño de lino y un vestido blanco. Después de haber dado tiempo pruebas de su fortaleza durante un año, avanzaba aún más en su forma de vida y participaba de las aguas sagradas para sus purificaciones. Tras demostrar su constancia y poner a prueba su carácter durante dos años era admitido en la comunidad. Antes de empezar su primera comida colectiva, debía pronunciar juramentos ante los demás hermanos de la secta, prometiendo venerar a la divinidad, practicar la justicia con los hombres, no hacer daño a nadie ni por deseo propio ni por orden de otro, abominar siempre a las o personas injustas y colaborar con las justas, y ser fiel siempre a todos, sobre todo a las autoridades. Si llegaba a ocupar un cargo de poder, debía jurar que nunca se comportaría de forma insolente ni trataría de sobresalir ante sus subordinados por su forma de vestir o por alguna otra marca de superioridad.
Juraba, también, siempre amar la verdad y a aborrecer a los mentirosos, mantener sus manos limpias del robo y su alma libre de ganancias ilícitas; no ocultar nada a los miembros de la comunidad ni revelar nada sobre ella a las personas ajenas, transmitir las normas de la secta de la misma forma que ellos las han recibido, y abstenerse de participar en el bandidaje.
Solamente una vez verificadas las aptitudes para la vida interna del candidato, éste tenía que practicar una especie de meditación. En completa calma, examinaba su vida pasada con toda claridad, para poder hacer un recuento objetivo de la sabiduría adquirida. Tenía que discernir entre los impulsos que había recibido del «cielo» y los de «su ángel» durante su infancia y a través de su vida, y observar la forma en que había respondido. ¿Trató de alejarse de ellos o se mantuvo fiel?
Mediante ese análisis, se forjaba un nueva relación con el mundo superior del espíritu en libertad, y el candidato era llevado a conocer sus propios errores, la causa de todo su sufrimiento. De esta forma, podía efectuar cambios dentro de sí, tomar el control de su vida, hacerse responsable en el sentido iniciático de la palabra, y prepararse en forma efectiva y con plena conciencia para entrar en la Comunidad de la Luz.
Las comidas comunitarias eran la primera incorporación del aspirante. En ellas se leían e interpretaban las Sagradas Escrituras en su esencia y no en su forma, de modo que el Iniciado recibía el conocimiento de las Sagradas Leyes, comprendía la divinidad del hombre septenario con el alma que permanece en una etérea región entre el espíritu y el cuerpo corruptible y transitorio que la ayuda a crecer.
Así, entraba al mundo sagrado del sendero real y se convertía en un Hermano (o Hermana) de la Comunidad. Junto con sus blancas ropas de lino, recibía la misión que debía desempeñar durante su vida, con un propósito y una orientación que nunca debería abandonar y que era una forma de unirse a Dios y hacerse útil para la tierra y la humanidad. Nunca debería separarse del hilo conductor de esa misión, que le daba un significado positivo a su pasaje en la tierra y lo convertía en un verdadero ser humano. Para los Esenios, ser hombre era llevar dentro de sí una hermosa luz, para ofrecerla a la tierra, a sus habitantes, y a sí mismo.
Las ropas blancas eran la materialización del poder del bautismo y de la pureza del alma, que lo protegerían de las muchas contradicciones del mundo. El cayado o bastón simbolizaba el conocimiento de las leyes secretas de la vida y su capacidad para utilizarlas armoniosamente por el logro exitoso de su tarea. Los iniciados se dividían en cuatro clases. Los más recientes, considerados una categoría inferior, debían lavarse si tocaban a algún veterano.
Otro requerimiento de todo esenio era jurar respeto por la tierra como ser viviente, sagrado e inteligente. Para mantenerse en contacto con ella, para honrarla y participar en su sana evolución, debía tener sus pies en contacto con la tierra –y algunas veces, incluso su cuerpo entero- por lo que frecuentemente los Esenios frecuentemente andaban descalzos.
El conocimiento viviente de las leyes de la reencarnación (las leyes de la evolución y la compasión) y las leyes del destino (las leyes de causa y efecto) permitían a los hierofantes escoger la misión que correspondía exactamente al trabajo que cada alma que venía a la tierra tenía que desempeñar. Para cumplir esta misión en particular, la persona debía enfrentarse a sí mismo, interrogarse y buscar la asistencia del Espíritu Santo. Periódicamente tenía que revisar su vida , observar la forma en que ésta transcurría ante sí, como las páginas de un libro, y preguntarse si lo que veía era digno de ser incluido en el Gran Libro de la Vida. Cada pensamiento, cada sentimiento, cada acto, y también sus motivaciones, tenían que estar claramente delineados «en blanco y negro».
Los Maestros Esenios conocían por experiencia cuán pronto uno puede desviarse del sendero de la luz y perderse, por lo que la tarea del neófito era simplificar todo dentro de sí para convertirse en uno con su ideal. Si este ideal solamente brillaba en forma intermitente, como si quisiera llamarlo al orden, no era una buena señal, y de inmediato debía esclarecer su vida para poder mantener vivo y puro su vínculo con el Altísimo, la fuente de toda sanación.
Oración Esenia pronunciada por la Virgen María
Dentro del Altísimo, mi alma florece,
se regocija ante la vista del sendero ascendente.
Lo que está arriba se une con lo que está abajo,
y el Altísimo ha impregnado mi alma con su radiante mirada.
De todas las generaciones, la mía ha sido bendecida,
porque el Todopoderoso hizo grandes cosas por mí,
impregnó mi alma con su rayo.
Sagrado es su nombre, a través de los siglos su bendición se extiende
a todos aquellos que, por amor, siguen siéndole fieles.
Sublime e intocable es el Altísimo.
Todopoderosa es la fuerza de su brazo.
El dispersa a los orgullosos, destruye
a aquellos que sólo piensan en sí mismos,
derriba el trono de quienes sólo creen en su propio poder,
y eleva a su Reino a los corazones humildes, sencillos, puros y amorosos.
Regala sus dones a quienes permanecen en silencio ante su presencia.
El Altísimo nunca abandona a sus hijos que le sirven con sabiduría y amor.
http://www.andesenios.net/espiritu/espiritu.htm
Etim: del latín «limbus», borde de un vestido.
Los teólogos desarrollaron el concepto de «limbo»: un estado de «felicidad natural» después de la muerte que no es ni cielo ni infierno. Dante, en le Divina Comedia (Siglo XIV), puso a los paganos virtuosos y a los filósofos clásicos griegos en el limbo.
El limbo nunca fue doctrina de la Iglesia Católica. Fue una proposición o hipótesis teológica que se propuso a partir del siglo XIII para explicar el destino de los que mueren sin haber cometido pecado mortal pero sin el bautismo. En la pastoral se hablaba del limbo sobre todo en referencia a los niños que morían sin ser bautizados.
Después del Concilio Vaticano II el concepto del limbo fue abandonado. El Catecismo actual confía el destino de los no bautizados en las manos de Dios sin elaborar.
El Catecismo de la Iglesia Catolica, #1261:
En cuanto a los niños muertos sin Bautismo, la Iglesia sólo puede confiarlos a la misericordia divina, como hace en el rito de las exequias porellos. En efecto, la gran misericordia de Dios, que quiere que todos los hombres se salven y la ternura de Jesús con los niños, que le hizo decir: «Dejad que los niños se acerquen a mí, no se lo impidáis» (Mc 10, 14), nos permiten confiar en que haya un camino de salvación para los niños que mueren sin Bautismo. Por esto es más apremiante aún la llamada de la Iglesia a no impedir que los niños pequeños vengan a Cristo por el don del santo Bautismo.Hay un rito para bebes no bautizados cuyos padres tenían la intención de bautizarlos.
Algunos puntos sobre el Limbo
Comisión Teológica Internacional con aprobación Benedicto XVI,
Tras años de estudio, el documento «La esperanza de salvación para los niños que mueren sin el bautismo», de 41 páginas, fue publicado el 20 de Abril, 2007. Ofrecemos algunos puntos principales.Algunos puntos del documento Citas son traducción no oficial del documento en inglés publicado por CNS. P. Jordi Rivero.
– Hay buenas razones para tener esperanza que los bebes que mueren sin ser bautizados vayan al cielo.
– El concepto tradicional de limbo – como lugar donde los bebes no bautizados pasan la eternidad sin comunión con Dios – parece reflejar «una visión demasiado restrictiva de la salvación».
-La Iglesia continua creyendo que, por el pecado original, el bautismo es el camino ordinario de salvación para todos y urge a los padres que bauticen a los bebes.
-Hoy hay una mayor conciencia teológica de que Dios es misericordioso y «quiere que todos los seres humanos se salven».
-La gracia tiene prioridad sobre el pecado y la exclusión de los bebés inocentes del cielo no parece reflejar el amor especial de Jesús por los pequeños.
-No hay una respuesta explícita en las Sagradas Escrituras o la Tradición. En el siglo V S. Agustín especuló que los bebes que morían sin bautizar iban al infierno. En el siglo XIII los teólogos se referían al «limbo de los bebés» como un lugar donde los bebés sin bautizar estaban privados de la visión de Dios pero no sufrían porque no sabían de que estaban privados.
-A través de los años, los papas y los concilios cuidadosamente evitaron definir el limbo como doctrina de fe y dejaron la cuestión abierta.
-Una cuestión clave es la enseñanza de la Iglesia que el bautismo es necesario para la salvación. La enseñanza necesita interpretación, a la luz de que los «bebés… no ponen ningún obstáculo personal a la gracia redentora» En esta situación y en otras, la necesidad del bautismo no es absoluta sino secundaria al deseo de Dios por la salvación de todos. «Dios, por lo tanto, puede dar la gracia del bautismo sin que el sacramento sea conferido». Esto no niega que toda salvación viene por medio de Cristo y en alguna manera por medio de la Iglesia, pero requiere un mayor entendimiento sobre como esto funciona.
– “Junto a la teoría del limbo –que permanece como una posible opción teológica- puede haber otros modos de integrar y salvaguardar los principios de la fe subrayados por la Escritura” #41Un bebe no bautizado puede ser unido a Cristo:
-En conformidad salvadora con la muerte de Cristo, en casos en que el niño sufre y muere.
-Solidaridad con Cristo de las víctimas de violencia, nacidas o no nacidas, que como los Santos Inocentes asesinados por el Rey Herodes, están en peligro por el «miedo o el egoísmo de otros»
-Dios puede simplemente dar el don de salvación a los bebes sin bautizar, correspondiendo a su don sacramental de salvación a los bautizados.-Concluyen que los muchos factores que han considerado «presentan serias bases teológicas y litúrgicas para tener esperanza de que los bebés que mueren sin ser bautizados se salvarán y gozarán la visión beatífica» «Enfatizamos que estas son razones para esperar en oración mas que fundamentos para un conocimiento seguro» La Iglesia no tiene conocimiento seguro sobre la salvación de los bebes que mueren sin bautizar.
http://corazones.org/diccionario/limbo.htm
Atribulado por la sorpresa generada. El sacerdote vallisoletanoJesús Hernández Sahagún defiende que los 13 exorcismos practicados sobre una menor burgalesa que había intentado suicidarse están justificados: «Sí, era un caso de posesión y mi trabajo ya ha acabado. Más no puedo comentar sin quebrar el secreto de mi ministerio».
Hernández Sahagún es el presbítero exorcista de las diócesis de Castilla y León. Hasta el día de ayer, su nombre no había trascendido a los medios de comunicación. Pero la denuncia de los tíos maternos de una menor burgalesa contra los padres de ésta ha dado al trastre con ese anonimato. El Juzgado de Instrucción número 2 de Burgos investiga qué papel guardan estos rituales practicados entre abril y junio de este año dentro la presunta comisión de delitos de lesiones graves, trato degradante e inducción al suicidio.
El sacerdote vallisoletano es un veterano que atiende a diversas labores como dar confesión en la Catedral de Valladolid u oficiar de capellán en el convento de las Salesas o en el centro penitenciario de Villanubla, y ayer fue, en principio, remiso a hablar con este periódico: «Esto no es brujería, ni superchería, sino algo muysagrado».
Sólo se mostró dispuesto a conversar sobre las cuestiones generales del caso y de su oficio. «Póngase usted en la angustia de unos padres que ven cómo su hija padece anorexia o intenta suicidarsesin que ningun tratamiento parezca hacerle efecto. No es extraño ni anómalo que acudan a la Iglesia».
A continuación, vino lo que conoce como un periodo «de discernimiento» en el que el presbítero exorcista recopiló los antecedentes del caso «sobre todo con los testimonios de los padres y de la propia menor» y encontró pertinente llevar a cabo los exorcismos. Hernández Sahagún reconoce que, tal como consta en la denuncia, estos fueron 13, si bien matiza que, «en el décimo se podía considerar que el trabajo había acabado». No entra en detalles sobre la constatación de la sanación, pero no quiere que quepa duda ni de la presencia del maligno en la joven, ni de la necesidad de acometer una y otra vez el ritual. «Quienes creemos en el demoniocreemos en su enorme fuerza y resitencia. Si una vez no es suficiente hay que repetirlo», explica, y cita la obra del Padre Amorth-figura de referencia en el Vaticano sobre la materia- para defender la insistencia como arma contra el diablo.
En este caso, como en todas las posesiones, «el demonio se manifiesta, a veces con el habla, pero también con el silencio». Porque el exorcismo que practica es «una oración liberadora», en un «ritual perfectamente reglado y autorizado al más alto nivel». No sólo se siente respaldado por la Iglesia de manera oficial, sino que cuenta con una mayor complicidad espiritual con el nuevo Papa. «No hay mes que no mencione al diablo y eso es porque es un hombre que viene de la realidad».
El sacerdote habla de exorcismos habituales: «En cuatro años y medio he actuado en unas 200 ocasiones, ya que el diablo complica la vida a la gente de muchas maneras, si bien las posesiones son las más raras: sólo he atendido cuatro, incluido el difícil caso de un joven que se había consagrado a Satán».
Las manifestaciones del demonio con las que más lucha son «dejaciones». O, sea, dolores de cabeza o esternón que persisten después de infructuosas visitas al médico y que tras una de esas oraciones liberadoras desaparecen.
Hasta la adolescencia era la niña perfecta. Buena estudiante, obediente. Empezó a acudir a catequesis en la nueva Iglesia deNuestra Señora del Rosario, en Fuentecillas (Burgos). Hasta que empezó a tener problemas en los estudios y con la comida. El primer síntoma por el que los padres acudieron al médico fueron los trastornos alimenticios. Después empezó a autolesionarse. La vida en casa empezó a ser un caos, según el vicario de la Pastoral del Arzobispado de Burgos, Máximo Barbero. Discusiones, insultos. Los padres fueron a un psiquiatra, pero la situación no se reconducía. No quería vivir. «Los padres estaban desconcertados», según Barbero. En septiembre de 2012, la jovenintentó suicidarse. Estuvo ingresada y la lesión le dejó en silla de ruedas. Una vez en casa, volvieron los problemas. «Los padres empezaron a pensar en una posesión demoníaca y decidieron acudir a un exorcista. Les indiqué que aquí no había, que era en Valladolid, y allí fueron desesperados porque no veían salida», cuenta Barbero. Testigos de todo el proceso fueron los tíos maternos de la niña. No entendían el proceder de su hermana y al saber que visitaban a un exorcista tras el intento de suicidio les hizo actuar. Después de visitar al Vicario General de la Archidiócesis de Burgos, Andrés Picón, pusieron la denuncia ante la Policía para iniciar el proceso de petición de custodia. Ahora, la Justicia investiga los hechos.
https://selenitaconsciente.com
¿Pero cuáles son los documentos más importantes de este archivo? ¿Cuáles son los que tanto investigadores, periodistas y escritores, mueren por conocer?
La muerte de Juan Pablo I
El 28 de septiembre de 1978, y tras 33 días ocupando el cago máximo de la Santa Sede, el Sumo Pontífice, Juan Pablo I, fue hallado muerto en su habitación del Vaticano. Según informaciones oficiales, el Papa Luciani habría fallecido debido a un infarto agudo de miocardio producto de una mala dosis de su medicamento, sin embargo, algunos investigadores sostienen que lejos de una muerte natural, el llamado Papa de la sonrisa, habría si objeto de un atentado gestado en los círculos más internos de la Iglesia y la mafia italiana.
Cabe destacar que el cuerpo del Papa pasó por un necropsia forense que concluyó que la muerte se había producido por la ingestión de una dosis fortísima de un vasodilatador recetado por teléfono por el doctor de cabecera, Da Ross, sin embargo, el médico rechazó prontamente tal información al aclarar que no le había recetado nada al Papa aquella noche, ni las anteriores, debido principalmente a que éste gozaba de buena salud.
Asimismo, la religiosa que encontró al Santo Padre en su lecho, Sor Vicenza, aseguró que Juan Pablo I, yacía en su cama extrañamente con el rostro calmado y en una posición de reposo, algo que no coincide con la violenta muerte que supuestamente hubiera tenido si tuviera un ataque cardíaco.
Los que apoyan esta teoría conspirativa sostienen que ni bien obtuvo el Papado,Juan Pablo I expresó su férrea voluntad realizar una reorganización general del Instituto para Obras de Religión (IOR) o Banco Vaticano, y la lucha directa en contra de la mafia y la masonería.
Los archivos referentes a la muerte del Santo Padre así como la investigación realizada en torno a ella, están guardados en estos archivos en donde ninguna persona, tan sólo el Papa de turno puede acceder.
Luego de sufrir el atentado del 13 de mayo de 1982 a manos del terrorista turco Alí Agca, Juan Pablo II, siete meses después, tuvo un encuentro de 18 minutos con su atacante.
El tema de la conversación entre ambos personajes es hasta el día de hoy un misterio, es más, el propio Papa luego de su entrevista declaró a los medios de prensa que aquel encuentro era “un secreto que no me pertenece y que debo respetar». Esto indicaba que Juan Pablo II le dio a la plática categoría de Confesión, es decir, a partir de ese momento era imposible que fuera revelado al público.
Sin embargo, y según fuentes oficiales, el Sumo Pontífice le habría relatado al entonces Cardenal y hombre de confianza, Luigi Poggi, los pormenores de dicha conversación. A su vez, Poggi habría redactado un informe en donde detallaba los puntos tocados en esa extraña reunión. El documento actualmente se encuentra en los archivos vaticanos y tiene la categoría de Secreto Pontificio, es decir, que nadie, salvo el Papa, puede leer, publicar, difundir o dar a conocer el citado archivo al público.
Sin embargo, muchos investigadores han especulado sobre los posibles temas que pudieron tratar, para algunos, el Papa habría tenido un gran interés por conocer los motivos que propiciaron a Alí Agca ha llevar tal acto, según estiman estos investigadores, la idea de que el atentado estaría vinculado con el Tercer Secreto de Fátima, era algo que provocó en el Papa tal interés.
Otros, señalaban que Juan Pablo II quería como es lógico, conocer la identidad de los autores intelectuales del crimen, esto se desprende porque en el libro “Memoria e Identidad” el Santo Padre asegura que Agca “no era más que un asesino a sueldo”, desechando así las teorías que sugerían que el turco habría actuado por iniciativa propia.
Justamente, los nombres y los países involucrados en este atentado internacional estaría en el informe escrito por Luigi Poggi.
No obstante, el Monseñor Stanislaw Dziwisz, secretario personal de Juan Pablo II en ese entonces, señaló que a Agca “sólo le interesaba el Tercer Secreto de Fátima” y las profecías vinculadas al Fin del Mundo, es más, le pidió a Juan Pablo II que le diga algo al respecto pero el padre se negó a comentarle algo señalando simplemente, que el secreto sería revelado a su debido tiempo.
Libros apócrifos y cartas polémicas
Por último, el archivo guarda documentos importantes para la historia como son los primeros evangelios prohibidos o los que hasta la fecha son considerados apócrifos y no son conocidos ni por investigadores ni estudiosos, así como diversas actas firmadas, cartas y documentos de la diplomacia vaticana, entre éstas las más importantes la petición de la anulación matrimonial del Rey Enrique XVIII de Inglaterra cuya negación provocó el rompimiento de las relaciones entre el Vaticano y Gran Bretaña, así como documentos delPapa Pío XII y sus presuntos lazos con el nazismo en la Segunda Guerra Mundial. Es más, el último investigador que tuvo el permiso para investigar los archivos fue el historiador John Cornwell, quien con la excusa de escribir un libro biográfico del citado padre publicó el libro titulado El Papa de Hitler, hecho que provocó polémica dentro de la Iglesia Católica, a partir de esa fecha, el Vaticano consideró que los documentos podrán ser solicitados luego de 70 años de ocurridos los hechos a investigar.
Datos a tomar en cuenta
Como dato extra se sabe que los archivos completan cerca de 50 kilómetros de estanterías, comprendidos por más de 50 mil volúmenes de los cuales miles aún se encuentran sin clasificar, es decir, que su contenido aún no ha sido revisado ni siquiera por los propios miembros del Vaticano incluidos el propio Pontífice.
Dentro del códice se encuentra la suma de la Vulgata del momento, junto con varias historias contemporáneas, un alfabeto comparativo, textos médicos, un calendario y algunos hechizos.
El Codex Gigas (en latín: “libro grande”), también conocido como, Código del Diablo o Código de Satanás, es un antiguo manuscrito medieval en pergamino creado a principios del siglo XIII y redactado en latín, que desde el 2012 ha estado siendo analizado por unos científicos.
Un equipo de científicos intenta desvelar su origen, el autor del escrito que incluye ritos satánicos y una manual de exorcismo.
Dentro del códice se encuentra la suma de la Vulgata del momento, junto con varias historias contemporáneas, un alfabeto comparativo, textos médicos, un calendario y algunos hechizos. El Viejo Testamento y el Nuevo Testamento están separados y en un orden inusual, con un número de obras dispuestas entre y después de los textos religiosos, incluyendo la historia de Flavius Josephus del siglo I sobre los judíos y una historia del área de Bohemia.
El códice es el volumen religioso más grande que sobrevive de los monjes del siglo XIII. Mide aproximadamente un metro de altura por un metro de ancho cuando lo abres. Se cree que es trabajo de un monje benedictino de lo que hoy es la República Checa, pero fue bastante arruinado por la armada suiza después de la Guerra de los Treinta Años.
Algunos sugieren que fue el esfuerzo de un monje en una sola noche. Que después de romper las reglas del monasterio fue sentenciado a muerte —encerrado en un cuarto de ladrillos— y un día antes de ser ejecutado decidió escribir su última obra: “un libro maligno sobre pieles de animales”. Se dio cuenta de que terminar el libro antes de la ejecución sería imposible, así que hizo un trato faustiano con Lucifer para terminarlo, y Lucifer mismo firmó el documento en la última página.
Recientemente National Geographic calculó que recrear los contenidos del Códice Gigas a mano por una sola persona tomaría cinco años de trabajo sin descanso, omitiendo las ilustraciones. Así que la realidad contradice al folclor, por decir lo mínimo. Pero lo increíble, en resumen, es que el manuscrito es como una caja china de textos, que ofrece un paseo fascinante por el mundo en el que un monje se sentó en una mesa por toda una vida para copiar siglos de conocimiento e insertar, aquí y allá, algunos símbolos mágicos.
La investigación planteó que este tipo de objeto fue muy disputado por las órdenes religiosas, mientras buscaban el prestigio y la fama, y las donaciones en efectivo para la existencia del objeto. El monasterio que poseía la obra tuvo que vender el Codex Gigas para escapar de la quiebra.
La “Biblia del Diablo”, llegó a las manos Rodolfo II, uno de los emperadores más poderosos de Europa. En algunos años, se entregó a la locura y fue depuesto del trono.
Acerca de las sombras misteriosas que aparecen en las páginas con ilustraciones del diablo, los científicos ofrecieron una explicación para el fenómeno: el “Codex Gigas” fue escrito en una piel de asno, y se oscurece la piel al contacto con la luz. Debido a que estas son las páginas más vistas en el libro, precisamente por la ilustración del diablo, tenía más contacto con la luz y por lo tanto, se oscureció.
Por primera vez en la historia de la Iglesia, al menos desde que se tienen referencias escritas, un papa en plenos poderes y otro emérito se reunieron este sábado, se fundieron en un abrazo y rezaron juntos «como hermanos», lo que hicieron Francisco y Benedicto XVI.
El encuentro se produjo en la residencia de Castelgandolfo, a una treintena de kilómetros al sur de Roma, donde vive Benedicto XVI desde que renunció al papado el 28 de febrero pasado y a donde viajó Francisco, diez días después de ser elegido pontífice.
El papa Bergoglio partió del Vaticano a mediodía local en un helicóptero que aterrizó en el helipuerto de la residencia pontificia un cuarto de hora después.
Allí le esperaba, apoyado en un bastón, el papa Ratzinger y ambos se fundieron en un abrazo «bellísimo», según el portavoz vaticano, Federico Lombardi.
La imagen de estos dos pontífices, ambos vestidos de blanco, ha quedado para la historia.
Benedicto XVI vestía una sencilla sotana blanca y se cubría con un anorak también blanco, Francisco iba también con sotana blanca y lo único que les distinguía era la esclavina blanca y la faja del mismo color que éste llevaba.
En coche se dirigieron hasta el palacio apostólico. Francisco se sentó en la parte derecha del automóvil, el lugar tradicional que ocupa el papa, mientras que Benedicto se colocó en la izquierda.
Delante iba el prefecto de la Casa Pontificia y secretario del papa Ratzinger, Georg Ganswein.
Una vez en la residencia se dirigieron a la capilla para rezar.
Benedicto XVI le cedió el puesto de honor a Francisco y este lo rechazó diciéndole «Somos hermanos», tras lo cual los dos juntos rezaron de rodillas en el mismo banco.
Tras el rezo, se reunieron a solas en la biblioteca privada, donde conversaron durante 45 minutos.
El papa Francisco regaló a Benedicto XVI un cuadro de la Virgen de la Humildad.
Cuando se lo entregó, Bergoglio, quien intercaló el «tú» y el «usted» a la hora de hablar, dijo a Ratzinger: «Me permita, cuando lo he visto he pensado en ti por todos los ejemplos de humildad y ternura que nos ha dado en su pontificado».
Benedicto XVI le tomó las manos y le dio las gracias, a la vez que ambos señalaron que no conocían esa advocación de la Virgen.
Después del encuentro a solas, almorzaron junto a los secretarios Georg Ganswein y Alfred Xuareb.
Tras el almuerzo, Francisco regresó al Vaticano y fue despedido en el helipuerto por Benedicto XVI.
Se desconoce los temas de los que han hablado, aunque se sabe que Benedicto XVI ordenó que el dossier sobre el Vatileaks -el escándalo de intrigas, enfrentamientos y supuestos casos de corrupción- preparado por tres cardenales fuera entregado directamente al futuro papa, es decir, a Francisco.
Según el arzobispo Loris Capovilla, que fue secretario de Juan XXIII, Benedicto XVI también ha dejado a Francisco un dossier de casi 300 páginas, escrito de su puño y letra, sobre otros temas diferentes al Vatileaks, aseguró el diario italiano «La Stampa».
Sobre el Vatileaks, el portavoz Lombardi confirmó hace varios días que el informe estaba ya a disposición del papa Francisco.
Benedicto XVI creó en la primavera del pasado año una comisión formada por tres cardenales -entre ellos el español Julián Herranz- para que investigaran la filtración y publicación de documentos reservados del pontífice y del Vaticano.
Por ese caso fue detenido, condenado y después perdonado por el papa Ratzinger el que fue su mayordomo, Paolo Gabriele.
Los tres cardenales interrogaron a una treintena de personas y toda la documentación se la entregaron en diciembre pasado a Benedicto XVI, quien decidió que pasase a su sucesor.
Lombardi no descartó que durante las congregaciones preparatorias del cónclave los tres cardenales informaran a los otros, aunque, según dijeron algunos purpurados, entre ellos el peruano Juan Luis Cipriani, a Efe, recibieron «muy poca» información «y eso que la pedimos».
Esta ha sido la primera vez que Benedicto XVI y Francisco se ven personalmente, aunque ya habían hablado por teléfono en varias ocasiones.
Francisco le llamó justo después de ser elegido papa y también el 19 de marzo, día de San José, dado que el nombre de pila de Benedicto XVI es Joseph.
En estos días, Francisco en todos sus discursos ha tenido palabras de afecto para Ratzinger al que siempre llama «mi predecesor, el querido y venerado papa Benedicto XVI».
El 28 de febrero, pocas horas antes de dejar de ser pontífice, Benedicto XVI se despidió de los cardenales y dijo: «Entre vosotros está el futuro papa, al que prometo mi respeto incondicional y obediencia».
http://www.elimparcial.es/noticia/120516/religion/Historica-reunion-de-Francisco-con-Benedicto-XVI-en-Castelgandolfo.html