Durante las últimas décadas, los agricultores se han enfrentado a la difícil decisión de utilizar pesticidas para proteger sus cosechas o producir vegetales y productos más naturales exponiéndose a plagas que pudieran arruinar la producción.
Pese al dilema, la prioridad para la gran mayoría de los agricultores era clara: utilizar pesticidas (pese a sus muchas externalidades negativas). Pero a su vez, los consumidores se fueron volviendo más exigentes.
La consecuencia es un mercado de productos libres de pesticidas que, en paralelo al apogeo del vegetarianismo y el veganismo, ha creado grupos de consumidores muy preocupados por el origen y el modelo de producción de su comida.
¿De qué modo pueden los agricultores cuadrar el círculo, combatir las plagas al tiempo que colocando en el mercado verduras y cereales libres de pesticidas? Hasta ahora, se han experimentado diversas respuestas. La última es simple: plantar flores.