Frente al arte, una de las preguntas más persistentes, sobre todo en la modernidad, es aquella que se refiere a su “utilidad”.
Inmersos como estamos en un sistema social en que todo se valora en función de lo que produce, la ganancia que genera y aquello que “aporta” a la sociedad, siempre medido tanto como sea posible en términos monetarios o al menos numéricos, el arte no posee en ese marco un lugar sencillo. ¿Qué produce el arte, después de todo? Aun cuando en nuestros días las actividades creativas también se han convertido parcialmente en una pieza más de la enorme y compleja maquinaria económica en la que vivimos, una pequeña parcela de ese espacio sigue consagrada a un inesperado y delicioso actuar improductivo. Seguir leyendo La teoría esotérica del arte de Carl Jung y la importancia de los artistas