Identificar las diferencias entre genotipo y fenotipo es fundamental para comprender cómo influyen la herencia y el ambiente en nuestra manera de pensar, hacer o sentir. En el fondo subyace una cuestión, ¿lo heredamos o lo aprendemos?
Que el comportamiento tenga origen en los genes o en el ambiente es un debate en muchos campos de la psicología. La precisión en este sentido reside en las diferencias entre genotipo y fenotipo.
La genética es la rama de la biología que estudia la forma en que se transmite la herencia. Su principal objeto de estudio son los genes: unidades moleculares de información de esta herencia genética. Por eso, en textos sobre este tema es habitual encontrar las dos palabras que nos ocupan. Ahora, ¿qué diferencias hay genotipo y fenotipo ellas?Seguir leyendo Las 9 diferencias entre genotipo y fenotipo→
“El perdón libera el alma, quita el miedo. Por eso es un arma poderosa”, dijo Nelson Mandela. No andaba desacertado. Los beneficios del perdón son enormes. La ciencia ha demostrado que perdonar es bueno para la salud, aunque no siempre resulta fácil dejar ir ese resentimiento, sobre todo cuando la herida es reciente o el agravio resulta particularmente profundo y toca nuestras fibras más sensibles. Seguir leyendo Los beneficios del perdón: ¿Por qué perdonar es bueno para la salud?→
Consciente, preconsciente y subconsciente son palabras comunes en el lenguaje coloquial. Ahora bien, ¿qué significan y que opina la neurociencia sobre ellas?
La mente sigue siendo un misterio fascinante. Muchos han sido los que han tratado de hacer su propia disección en diferentes planos, en especial en lo que se refiere a lo consciente. A raíz de esto, Sigmund Freud fue uno de los primeros en diferenciar consciente, preconsciente e subconsciente (primera tópica).
En el lenguaje coloquial, muchas veces se usan las tres términos de forma indistinta. Sin embargo, antes de ser adjetivos para acciones que se hacen sin darse cuenta, fueron una división de la mente en función de la profundidad de los pensamientos. Seguir leyendo Diferencias entre consciente, preconsciente y subconsciente→
Movernos en la dicotomía de ingenuidad y desconfianza puede ser agotador. Aquí tienes las claves para encontrar el punto medio.
Ingenuidad y desconfianza son dos tendencias innatas que despiertan en las personas a la hora de relacionarse. Cuando este eje se polariza, es decir, el individuo se vuelve demasiado confiado o suspicaz, pueden surgir problemas en la interacción y la vida social.
Algunos de estos problemas son fáciles de reconocer: conflictos interpersonales, aislamiento e incluso abuso en casos extremos. Si echas la vista atrás, seguro que conoces a alguien extremadamente confiado del que se han aprovechado. O, por el lado contrario, alguien cuya suspicacia le haya hecho perder amistades. Seguir leyendo ¿Cómo encuentro el equilibrio entre ingenuidad y desconfianza?→
De todos los efectos que la pandemia de COVID-19 ha tenido sobre la vida, sin duda aquellos en los que todos podríamos encontrarnos son los que han afectado la cotidianidad.
Más allá de las consecuencias de la pandemia en la economía o la política de los países, o en el ámbito de la salud pública, más allá de las opiniones que se puedan tener sobre la enfermedad y la manera de enfrentarla, los efectos de ésta en nuestros hábitos cotidianos son palpables. Nuestras rutinas se modificaron sustancialmente y, con ellas, algunos de nuestros hábitos.Seguir leyendo La revolución laboral del sueño: ¿dormir más tiempo podría transformar las condiciones de trabajo?→
La droga reduce las barreras cerebrales, lo que permite que las regiones distantes hablen y los pensamientos fluyan más libremente.
La representación de un artista de una experiencia psicodélica. (Haber de imagen: Shutterstock)
En 1957, cuando el psiquiatra británico Humprhey Osmond buscaba acuñar una palabra para los alucinantes efectos del LSD, escribió una carta a su amigo Aldous Huxley. El autor de «Brave New World», que también había escrito un libro llamado «Las puertas de la percepción», detallando sus experiencias con la droga alucinógena mescalina, sugirió a Osmond la palabra «fanerothyme», tomada del griego para «mostrar» y «espíritu». Osmond no pensó que esto sonara en absoluto agradable, así que hizo una contrapropuesta, construida a partir de las palabras griegas para «alma» y «manifiesto» — psicodélica. Seguir leyendo CIENTÍFICOS MUESTRAN CÓMO EL LSD ABRE LAS PUERTAS DE LA PERCEPCIÓN→
Cuando nos mueve la motivación intrínseca, dejamos de guiarnos por recompensas externas. En estos casos importa el trabajo bien hecho y esa inyección de satisfacción para la propia autoestima.
Potenciar la motivación intrínseca supone empezar a disfrutar de aquello que nos proponemos sin buscar otra recompensa más que el propio placer de la tarea bien hecha (placer intrínseco). La simple ejecución de esa actividad ya nos refuerza, nos gratifica y nos motiva. El tiempo suele pasar volando cuando nos encontramos inmersos en nuestras metas, no hay presiones externas y todo fluye mejor.
Todos conocemos los beneficios de orientar nuestro enfoque mental hacia este tipo de motivación. Sin embargo, seguimos educando a los niños en el premio, en el refuerzo o en ese regalo prometido. Crecer esperando una recompensa por cada esfuerzo realizado supone a veces pasar por alto el mero deleite por el trabajo bien hecho e incluso la monitorización del propio rendimiento. Seguir leyendo Cómo potenciar tu motivación intrínseca: cuando la recompensa eres tú→
Científicos han descubierto que el cerebro humano es capaz de crear estructuras en 11 dimensiones diferentes. Sin embargo, éstas, no son como las conocemos.
¿Un universo multidimensional en las conexiones del cerebro?
Frontiers In Computational Neuroscience, publicó un estudio donde se revela que las estructuras del cerebro humano funcionan hasta en 11 dimensiones.
Sin embargo, estas dimensiones no son como la mayoría entendemos. O al menos así lo ha dado a entender el Blue Brain Project.
La inteligencia emocional nos permite entender qué sentimos y nos ayuda a encontrar formas de expresar las emociones. Así, hoy queremos hablar de los tipos de inteligencia emocional.
A grandes rasgos, podemos decir que la inteligencia emocional es una capacidad que nos permite relacionarnos mejor con el mundo emocional. Nos ayuda a identificar lo que sentimos, ponerle nombre, entender las emociones, expresarlas, gestionarlas adecuadamente… Pero existen diferentes tipos de inteligencia emocional.
No es lo mismo ser capaces de autorregularnos a nivel emocional o de entendernos que entender a los demás a través de la empatía, por ejemplo. Conoce, a través de este artículo, las diferentes habilidades en las que se divide la inteligencia emocional según Daniel Goleman y el Dr. Bar-On.
Tipos de inteligencia emocional: Daniel Goleman
La inteligencia emocional es definida por Goleman en 1995, como ‘el conjunto de habilidades que contribuyen al buen funcionamiento y al éxito, y que son diferentes al cociente intelectual (CI)’. Después de él llegarán otros autores que hablen también de ella, pero fue Goleman el primero en conceptualizarla.
Sin embargo, no existe únicamente un tipo de inteligencia emocional, sino varios. Por ejemplo, el propio Goleman divide la inteligencia emocional en:
Inteligencia emocional intrapersonal
Sería la habilidad para comunicarse de forma eficaz con uno mismo, así como para manejar de forma óptima las propias emociones. Este subtipo de inteligencia emocional está formada por diferentes elementos o componentes:
Autoconciencia emocional: nos ayuda a conocer nuestras emociones y a actuar en consecuencia.
Autorregulación: nos permite regular y expresar adecuadamente nuestras propias emociones (por ejemplo, la ira).
Automotivación: implica ser capaces de automotivarnos, de entusiasmarnos a nosotros mismos con nuestros retos y proyectos.
Inteligencia emocional interpersonal
En este caso, según un artículo de Elia Roca, hablamos de la habilidad para comprender y manejar de manera eficaz las emociones de los demás. Esta, a su vez, se divide en:
Empatía: nos permite ponernos en el lugar del otro, sentir sus emociones o entender su punto de vista.
Habilidades sociales: nos ayudan a relacionarnos de forma adecuada con los demás, y a obtener gratificación de esas relaciones.
5 tipos de inteligencia emocional: Bar-On
Pero hay más clasificaciones de los diferentes tipos de inteligencia emocional, distintas a la propuesta por Goleman. Por ejemplo, el Dr. Reuven Bar-On define la inteligencia emocional como ‘un conjunto de capacidades emocionales, personales e interpersonales, que influyen en la capacidad global del individuo para afrontar las demandas y presiones de medio ambiente’. Y la divide en cinco:
Habilidades intrapersonales
Las habilidades intrapersonales tienen que ver con cómo gestionamos nuestras propias emociones. Podemos asimilar este tipo de habilidades con la inteligencia intrapersonal propuesta por Gardner, a través de su modelo de inteligencias múltiples.
En este caso, hablamos de una inteligencia que hace alusión a la relación que mantenemos con nosotros mismos. Tiene que ver con cómo nos tratamos y con cómo identificamos y expresamos las emociones.
Habilidades interpersonales
Las habilidades interpersonales, otro de los tipos de inteligencia emocional, nos permiten expresar de forma adecuada aquello que queremos decir. También nos ayudan a tener una buena comunicación con los demás, a entenderlos (a través de la empatía), a conectar con las emociones de las personas, etc.
Manejo de estrés
En muchas ocasiones, el autocontrol marca la diferencia entre el éxito y el fracaso. El estrés es una reacción del cuerpo ante las amenazas; surge cuando nuestros recursos resultan insuficientespara abordar las demandas del ambiente.
Aprender a gestionar el estrés es una habilidad es la consecuencia de poner en práctica estrategias adecuadas. Unas estrategias que requieren, además de conocimiento, práctica.
Capacidad de adaptación
Nuestra capacidad de adaptación tiene mucho que ver con nuestra flexibilidad para afrontar los cambios. Poseemos esta habilidad cuando somos capaces de acomodarnos a los cambios del entorno sin que ello nos genere un gran malestar o sin que nuestro rendimiento se vea comprometido.
Estado de ánimo positivo
Finalmente, Bar-On también propone el estado de ánimo positivo como otro de los tipos de inteligencia emocional(o componentes de la misma). El estado de ánimo es una disposición en la vida emocional que se prolonga en el tiempo más que una emoción.
Podemos estar anímicamente a diferentes alturas: positivos y con energía, apáticos y sin ganas de nada. En cierto modo, aunque es normal pasar por diferentes estados anímicos, el estado de ánimo positivo es una consecuencia probable de una buena inteligencia emocional (o de una buena regulación emocional).
Aunque Goleman es un autor de referencia en el ámbito de la inteligencia emocional, más autores han hablado de ella, como por ejemplo Gardner, a través de su teoría de las inteligencias múltiples. Y es que, este tipo de inteligencia recibe cada vez más atención en el sistema educativo, porque, ¿de qué sirve entender las matemáticas si somos incapaces de entender nuestras emociones?
Por todo ello, la educación emocional es importante. Al igual que les enseñamos a relacionarse con los demás, con el lenguaje o con los números, porque son instrumento que van a necesitar en su vida adulta, indirecta o indirectamente, también es recomendable enseñarles, de manera explícita y consciente a regular sus emociones. Pensemos que desde un estado emocional de valencia positiva es más fácil la empatía, la generosidad o la honestidad… y en última instancia su alegría.
“Es muy importante entender que la inteligencia emocional no es lo opuesto a la inteligencia, no es el triunfo del corazón sobre la cabeza, es la intersección de ambas”.
En una sociedad cada vez más narcisista y egocéntrica, las relaciones líquidas amenazan con convertirse en el nuevo estándar, un estándar de vínculos frágiles que ensalza la tendencia a escapar cuando las cosas van mal. En ese entorno, la responsabilidad afectiva es un rara avis. Sin embargo, si queremos establecer relaciones más maduras, plenas y satisfactorias, necesitamos desarrollar la responsabilidad afectiva.
¿Qué es la responsabilidad afectiva?
La responsabilidad afectiva es la conciencia plena del impacto que tienen nuestras palabras y actos sobre los demás. Implica ser conscientes de que nuestros comportamientos tienen consecuencias sobre las emociones de los otros, ya sean positivas o negativas.
Por tanto, este concepto nos lleva a concebir las relaciones que establecemos como espacios donde cada persona se ve afectada por las acciones y decisiones del otro. Eso nos conduce a un patrón relacional más respetuoso y empático con lo que pueden sentir los demás, en vez de desentendernos de cómo influimos en quienes nos rodean. Seguir leyendo Responsabilidad afectiva, ni es tu culpa ni la mía pero ambos responsables somos→
Tras la publicación de Life After Life, un libro de 1975 del psicólogo Raymond Moody, Jr. que exploró el misterio perdurable de la vida después de la muerte, se empezó a utilizar un nuevo término para los recuerdos de personas que describían haber llegado al borde de la muerte y vivir para contar. sobre eso.
Acertadamente descrito por Moody como la experiencia cercana a la muerte, o ECM, se refiere a pacientes que describieron características que parecían ser comunes en las experiencias de aquellos que casi habían muerto. A menudo implican la percepción de luz brillante, o incluso un túnel a través del cual parecen moverse, algunos que recuerdan tales experiencias también afirman haber conocido a familiares fallecidos. En tales circunstancias, estos familiares fallecidos a menudo le explican al experimentador de una ECM que «no es su momento», lo que impulsa su resistencia a través de una experiencia de vida a la que de otro modo no habrían sobrevivido.Seguir leyendo Tanatosis: ¿Existe un origen evolutivo para las experiencias cercanas a la muerte?→
Vivimos en sociedad, lo cual significa que dependemos en cierta medida de la aprobación social. De pequeños, buscamos el gesto aprobatorio de nuestros padres y luego competimos en el colegio por la aprobación del maestro. La necesidad de aprobación no es algo negativo. De hecho, a edades tempranas es más bien una búsqueda instintiva de los marcos de referencia que necesitamos para comprender cómo funciona la sociedad e insertarnos con éxito en ella.
A medida que vamos creciendo nos convertirnos en personas más autónomas e independientes que desarrollan sus propios valores y puntos de referencia, de manera que la necesidad de aprobación debería atenuarse. Sin embargo, lo cierto es que el rechazo y la desaprobación social nos siguen doliendo. Tanto es así que activan en nuestro cerebro las mismas zonas del dolor físico, como comprobaron investigadores de la Universidad de Michigan. Seguir leyendo 3 formas disfuncionales de buscar la aprobación de los demás→
Las fórmulas fáciles para ser felices no funcionan por una razón muy concreta: nuestro cerebro está programado para focalizarse más en las amenazas del entorno y en recordar los hechos negativos. Es de ese modo como hemos sobrevivido como especie.
Ver más los problemas que los soluciones, recordar más los hechos traumáticos que los instantes agradables, focalizarse más en las amenazas que en las oportunidades… El cerebro está programado para enfocarse en lo negativo y esto explica por qué nos cuesta tanto alcanzar el bienestar o ser “un poco más felices”. No es sencillo ir en contra de las bases neurológicas ni de miles de años de evolución. Seguir leyendo ¿Por qué tu cerebro está programado para enfocarse en lo negativo?→