Una investigación de la BBC filmada de forma encubierta en Bagdad y Kerbala, dos de los santuarios más sagrados de Irak, expone un mundo secreto de explotación sexual de niños y mujeres jóvenes por parte de una élite religiosa.
BBC Mundo
Clérigos en Irak están explotando sexualmente a chicas jóvenes, según descubrió una investigación de la BBC sobre la práctica chiita del llamado «matrimonio de placer».
La investigación encubierta de la BBC sobre agencias matrimoniales a cargo de clérigos ubicadas cerca de algunos de los santuarios más importantes de Irak halló que la mayor parte de los clérigos contactados estaban dispuestos a proporcionar «matrimonios de placer» por periodos muy cortos -en ocasiones tan breves como una hora- para posibilitar el sexo.
Algunos estaban dispuestos a habilitar estos matrimonios por tiempo limitado con niñas de hasta 9 años de edad.
También ofrecían mujeres y chicas menores de edad como novias para este tipo de enlaces.
El documental sugiere que hay clérigos que actúan como proxenetas y dan su bendición religiosa al abuso sexual de menores.
Antropólogos de la Universidad de Connecticut midieron las palpitaciones de musulmanes que participaban de un curioso ritual tradicionalmente conocido como «el camino al corazón». Las evidencias que encontraron confirman que es posible sincronizar corazones de dos o más personas.
El sufismo es una suerte de filosofía espiritual de la cultura islámica. Sus adeptos se agrupan de hermandades masculinas llamadas tariqa (que significa ‘orden’), famosas por sus prácticas de meditación y respiración y cuyo objetivo es alejarse del mundo real para estar más cerca de Allah (el dios del islam).
Dentro de los rituales más importantes del sufismo está el dhikr, que se traduce como ‘recuerdo’ y es conocido entre los fieles como «el camino del corazón». Durante esta ceremonia se dice que los corazones de los participantes laten como uno solo, regocijándose en el recuerdo de Allah.
El dhikr puede durar varias horas y consiste en compartir una comida, una meditación profunda o una suerte de trance con sonidos guturales acompañados de movimientos del cuerpo como el derviche giratorio, un tipo de danza.
https://youtu.be/fqG6NMyHtJM
Para probar la veracidad de esta creencia, dos antropólogos de la Universidad de Connecticut, Christopher Manoharan y Dimitris Xygalatas, estuvieron monitoreando los ritmos cardíacos de los participantes de la congregación sufí musulmana Tariqa Uşşaki en el centro de Estambul, Turquía, con más de 400 años de antigüedad.
Hablar sobre religión no es sencillo. De hecho, bajo ciertas condiciones podría decirse que ni siquiera es alentado. Medio en broma, medio en serio, en varias culturas existe la regla tácita de no hablar de al menos dos temas que, por evidencia recogida empíricamente, se sabe que son de suyo polémicos y que son capaces de detonar aun la conversación más pacífica. Uno de esos temas prohibidos por consenso general de la discusión civilizada es la religión (el otro es la política y el tercero, que ni siquiera se menciona, posiblemente sea el sexo).
La religión, sin embargo, tiene su importancia. No por nada numerosos pensadores e investigadores, de todos tipos y latitudes, han recalado en algún momento en sus templos y sus libros, pues sin duda todas o casi todas las religiones ofrecen algunas lecciones de sumo interés en la comprensión del desarrollo humano. Con cierta licencia discursiva podríamos decir, a medio camino entre la antropología y el psicoanálisis, que la religión es un estado del pensamiento que el ser humano necesita atravesar en el descubrimiento de su conciencia y en el aprendizaje de la conducción de ésta.
En este sentido, las religiones pueden mirarse como una respuesta a la necesidad humana de entender por qué es un ser vivo consciente y todas las otras interrogantes que se derivan de este hecho fundamental. ¿Qué es la vida y cómo y por qué se originó? ¿Tiene ésta un propósito? ¿Hubo una voluntad que decidió la creación de la vida? Si el mundo tiene un destino, ¿cuál es y quién lo dirige?
Esas son algunas de las preguntas a las que en algún momento la religión (en sus distintas expresiones históricas) intentó dar respuesta. Pero además de esa exploración sobre el aspecto trascendental de la vida, el pensamiento religioso desarrolló una vertiente práctica en torno a la manera de conducir ésta. De hecho, es posible decir que ambos componentes poseen un vínculo necesario, pues quizá incluso antes que las preguntas sobre el sentido de la vida se eleven en la conciencia, el ser humano necesita resolver la vida en sus actos más inmediatos y presentes, es decir, necesita saber cómo cuidar de su cuerpo, cómo convivir con sus semejantes, de qué alimentarse, cómo relacionarse con otros seres vivos, etcétera.
Es difícil encontrar un lugar más hermoso que la mezquita de jeque Lotf-Allah, en Ishafan, Irán, una de las grandes joyas de la arquitectura islámica. Esta obra que refleja la noción fundamental al islam, el ishan -la belleza y el gusto como consonancia con Dios- tardó 16 años en construirse a principios del siglo 17. Toda su magnificencia tiene como fundamento alabar la gloria divina, pero también proveer algo muy sencillo: un cuarto de rezo en el cual el devoto pueda transportarse al esplendor divino, un vínculo entre lo finito y lo infinito.
La arquitectura de la mezquita del Sheikh Lotf-Allah es comparativamente sencilla, lo que es excesivamente complejo e intrincado es su decoración, realizada con los materiales más finos y las formas más sublimes. Al interior del domo central se puede observar un pavorreal dorado, de cuyo centro solar emergen plumas como rayos de sol. Esta es la cámara visionaria por excelencia y una de las más altas notas de la arquitectura sacra. El visitante debe antes atravesar un pasillo que lo va llevando en una especie de ascenso místico hasta ese punto central: el sol pavorreal divino, que es como un ojo omnividente.
La arquitectura islámica intenta intimar a través de la forma, a través de la geometría sagrada, la intrincación armónica del diseño y la explosión espiritual del color, lo que es inefable. La esencia de la divinidad es incognosible e irrepresentable, sin embargo lo que más se puede hacer es acercarse a ella, intimarla, a través de la belleza. Esto pues, como dice uno de los hadiths islámicos, palabras reveladas: «Dios es belleza, Dios ama la belleza». La arquitectura y el arte en general regresa a través de la forma y la percepción sensual a las realidades arquetípicas, en ese sentido la ornamentación y la sublime expresión geométrica, son los umbrales hacia la realidad metafísica de la unidad divina.
En el islam, la palabra que frecuentemente se usa para hablar del demonio es “Shaitán” (Satán). El diablo es “el que se opone”, “el que se enfrenta” a Dios. También la palabra “Iblis” designaría a aquel que “causa desesperación”. En este sentido, Iblis, o Shaitán serían personificaciones del mal, paralelas a las de Satanás o el diablo en el cristianismo. He ahí un primer punto de conexión.
Según las enseñanzas del Corán, Dios creó a los ángeles, los genios (yinn) y los seres humanos. Y les otorgó la libertad de elegir entre el bien y la obediencia a Dios o el mal. Como muestra la Sura 38 (71-76), Iblis eligió el camino de la desobediencia:
“Cuando tu Señor dijo a los ángeles: “Voy a crear a un mortal de arcilla y cuando lo haya formado armoniosamente e infundido en él de Mi Espíritu, ¡caed prosternados ante él!”. Los ángeles se prosternaron, todos juntos, salvo Iblis, que se mostró altivo y fue de los infieles. Dijo: “¡Iblis! ¿Qué es lo que te ha impedido prosternarte ante lo que con Mis manos he creado? ¿Ha sido la altivez, la arrogancia?”. Dijo: “Yo soy mejor que él. A mí me creaste de fuego, mientras que a él le creaste de arcilla”.
En este relato de la desobediencia podemos reconocer otro punto de conexión con la figura del diablo en el cristianismo: la decisión de rebelarse contra Dios.
Sobre su naturaleza, podemos encontrar cierta confusión. Según el consenso de los teólogos musulmanes, Iblis era un yinn. Un genio que había sido creado del fuego (Qur. 38, 76).
Además de haber sido golpeado en la cabeza, el individuo fue obligado a no regresar al lujoso distrito de la ciudad donde se encontraba la mujer.
«Hay que matar a ese perro»: una princesa saudita obliga a un decorador francés a besarle los pies
Imagen IlustrativaFacebook / @Hijab Mode
Una princesa saudita que se encontraba de visita en la ciudad de París (Francia) obligó a un decorador francés que estaba trabajando en su residencia que besara sus pies luego de que este tomara varias fotografías en su presencia, informa la revista gala ‘Le Point’.
La mujer, hija del rey saudita Jalid, consideró que con las instantáneas, el francés, que ella misma había contratado, buscaba sacar algún provecho económico de su imagen por lo que pidió a su guardaespaldas que actuara. «Tiene que matar a este perro, no merece vivir», fueron literalmente sus palabras.
Inmediatamente, el escolta obligó al decorador a arrodillarse y besar los pies de la saudita. El francés, que aseguró que estaba tomando fotos de la habitación como parte de un procedimiento habitual en los procesos de redecoración, señaló además que le ataron las manos y fue golpeado en la cabeza.
En sus declaración a la Policía, el decorador afirmó que fue víctima del abuso durante más de cuatro horas y que no recibió los casi 21.000 dólares correspondientes a los servicios prestados pese a que su equipo de trabajo aún seguía en la casa de la princesa.
Situaciones similares protagonizadas por familias adineradas de Oriente Medio son comunes en algunos países europeos. Además, muchas de ellas cuentan con inmunidad diplomática, lo que dificulta abrir un proceso judicial.
Sufí es la palabra árabe que se traduce como lana, aunque cuando se asocia a los vestidos, significa alguien que viste con ropas humildes. Un sufí, por tanto, es la persona que suele vestirse con sayal, es decir, con ropas muy sencillas como contrapartida del mundo exterior, que busca la pompa y el lujo. El derviche es quien se ha deshecho de las apariencias y vive a caballo entre el mundo de fuera y su eterno universo interior, donde es capaz de encontrar una paz que las palabras no pueden describir.
Sufí y derviche significan lo mismo, aquellos que han descubierto que en algún rincón de su alma hay un templo, una mezquita, una sinagoga… un lugar de oración desde donde puede comunicarse con esa Fuerza Creadora de la que se han enamorado y, por tanto, la buscan tanto fuera como dentro. El camino hacia esa capilla interna es su verdadera religión y su doctrina.
Es como quien encuentra un río de aguas medicinales dentro de sí mismo. Entonces ya no necesita ir a buscar agua a ningún otro lugar, porque lo que le hace falta lo ha encontrado en su interior. Aunque en realidad, esa agua viva, es un vino que le hace enloquecer de pasión.
Cuando la Universidad de Birmingham, en Inglaterra, reveló que tenía fragmentos de uno de los coranes más antiguos del mundo, la información no tardó mucho en acaparar los titulares de los medios de comunicación de diferentes partes del mundo.
En términos del descubrimiento la revelación parecía, aunque extraordinaria, muy poco probable.
Surgieron muchas preguntas sobre los orígenes de ese manuscrito antiguo.
Pero ahora hay indicios en Medio Oriente de que el descubrimiento podría incluso ser más trascendental de lo que inicialmente se creyó.
Hay afirmaciones que apuntan a que podrían tratarse de fragmentos de la primera versión completa del Corán, comisionada por Abu Bakr, seguidor del profeta Mahoma y luego califa.
Y también a que es «el descubrimiento más importante de la historia del mundo musulmán».
Se trata de un rompecabezas musulmán. Pero algunas de las piezas se han empezado a insertar en su lugar.
Es muy probable que los fragmentos de Birmingham, de al menos 1.370 años de antigüedad, llegaron a estar en la mezquita más antigua de Egipto, la mezquita Amr ibn al-As en Fustat.
La pista parisina
Los académicos se muestran cada vez más confiados en que el manuscrito de Birmingham es parte de una pieza escrita que está en la Biblioteca Nacional de Francia.
La biblioteca cuenta con el conocimiento y la experiencia de François Deroche, un historiador del libro sagrado del islam y académico del Colegio de Francia que ha confirmado que las páginas que se encuentran en París son parte del mismo Corán que está en la ciudad inglesa.
Alba Fedeli, la primera investigadora que identificó el manuscrito en Birmingham, también cree que forma parte del que está en Francia.
Esta es la mezquita de Amr ibn al-As, en Egipto, donde se cree se originó el Corán hallado en Birmingham.
La importancia es el manuscrito de París tiene su origen en la mezquita egipcia.
La parte francesa del texto fue traída a Europa por Asselin de Cherville, quien sirvió como vicecónsul en Egipto cuando en el siglo XIX el país estaba bajo el control del ejército de Napoleón.
Deroche señala que se cree que la viuda de Asselin de Cherville intentó vender éste y otros manuscritos islámicos antiguos a la Biblioteca Británica en la década de 1820, pero terminaron en la Biblioteca Nacional de Francia, en París.
Pero si una parte de este Corán llegó a París, ¿qué pasó con las páginas que llegaron a Birmigham?
Deroche señala que en el siglo XIX algunos manuscritos fueron transferidos de la mezquita en Fustat a la Biblioteca Nacional de Egipto, en El Cairo.
En el camino «algunas páginas debieron haberse dispersado» y llegaron al mercado de antigüedades.
Se presume que fueron vendidos y revendidos hasta que en la década de los años 20 del siglo pasado fueron adquiridos por Alphonse Mingana y llevados a Birmingham.
Mingana era de Asiria, el imperio que abarcaba lo que hoy es Irak. Se trataba de un coleccionista cuyos viajes a Medio Oriente fueron financiados por la familia Cadbury.
«Por supuesto que no hay pistas oficiales de ese episodio, pero sí explica cómo Mingana obtuvo algunas hojas del tesoro de Fustat», indica el profesor Deroche, quien por su trabajo como académico fue condecorado con la Legión de Honor, la principal distinción otorgada en Francia.
Y sugiere que material similar que fue vendido a coleccionistas occidentales estaría aún por salir a la luz.
Fecha en disputa
Aún así, la datación del manuscrito hallado en Birmingham sigue siendo una cuestión polémica.
Gracias a las pruebas de radiocarbono se cree que data de entre 568 y 645.
Y fue entre esas fechas, en el año 632, cuando murió Mahoma, el profeta fundador del islam.
Los manuscritos fueron traídos a Francia por las fuerzas de Napoleón que se desplegaron en Egipto.
Por ello, «la persona que de hecho lo escribió pudo haber conocido al profeta Mahoma», dice David Thomas, profesor de cristianismo e islam de la Universidad de Birmingham.
El experto asegura que, de acuerdo a las pruebas, el manuscrito fue escrito en los primeros años del islam.
Sin embargo, esto contradice los hallazgos de los académicos que se basaron en el estilo del texto para determinar su origen.
Mustafa Shah, del Departamento de Estudios Islámicos de la Escuela de Estudios Orientales y Africanos en Londres, señala que hay «evidencia gráfica»—como la forma en la que están separados los versos y los signos gramaticales usados— que indica que es posterior.
En esta forma incipiente de árabe, los estilos de escritura se desarrollaron y las reglas gramaticales cambiaron, y Shah señala que el manuscrito de Birmigham es simplemente inconsistente con esa fecha tan temprana.
Deroche también dice que tiene «reservas» sobre las fechas que arrojaron las pruebas de carbono.
Y es que ha habido casos en los al volver a analizar manuscritos cuya fecha ya fue establecida, el resultado ha sido distinto, insiste.
Cuestión de años
Pero el personal de la Unidad de Radiocarbono de la Universidad de Oxford que analizó el manuscrito está convencido de que sus resultados son correctos, más allá de las inconsistencias.
El investigador David Chivall dice que esta prueba es cada vez más precisa y que es mucho más confiable ya que evita cualquier contaminación de las muestras.
En el caso del Corán de Birmingham, Chivall indica que los más probable es que haya sido escrito más cerca del año 645 que del año 568, aunque la probabilidad es del 95%.
El profesor Thomas dice que el escritor de este manuscrito pudo haber escuchado al profeta Mahoma.
Es el mismo índice del estudio realizado a los huesos del rey inglés Ricardo III, llevado a cabo también en Oxford.
«Estamos tan seguros como podemos estarlo de que las fechas son precisas», subraya Chivall.
No obstante, los académicos pueden cambiar de opinión.
El doctor Shah recuerda que hasta la década del 90 la visión dominante entre los académicos occidentales era que no existió una versión escrita del Corán completa hasta el siglo VIII.
Desde entonces esta hipótesis ha sido considerada «completamente incorrecta» y ha crecido el apoyo a la versión tradicional musulmana sobre ese libro sagrado.
El manuscrito de París que podría ayudar a resolver esta disputa sobre fechas no ha sido sometido a una prueba de radiocarbono.
¿El primer Corán?
¿Cuáles serían las consecuencias de que el manuscrito de Birmingham fuera creado en las fechas indicadas por las pruebas de radiocarbono?
Solo existen dos hojas en Birmingham, pero el profesor Thomas cree que la versión completa pudo haber constado de 200 hojas separadas.
«Pudo haber sido una pieza de trabajo monumental».
Esto genera preguntas sobre la identidad del que pudo haber comisionado este Corán y de quién tenía los recursos para hacerlo.
Jamal bin Huwaireb cree que este descubrimiento es mucho más trascendental de lo que se cree.
Jamal bin Huwareib, director de la Fundación Mohammed bin Rashid Al Maktoum, una institución educativa establecida por la monarquía de los Emiratos Árabes Unidos, dice que la evidencia apunta a una conclusión aún más interesante.
Él cree que el manuscrito en Birmingham es parte de la primera versión escrita y exhaustiva del Corán que comisionó el califa musulmán que gobernó entre 632 y 634.
«Es el descubrimiento más importante de la historia para el mundo musulmán», asegura Huwareib, quien ha visitado Birmingham para examinar el manuscrito.
«Creo que es el Corán de Abu Bakr».
Según su opinión, la gran calidad de la caligrafía y del pergamino muestra que se trata de un trabajo exquisito creado para alguien importante.
Eso, además de que las pruebas de carbono revelan que el documento data de los primeros días del islam.
«Esta versión, esta colección, este manuscripto es la raíz del islam, es la raíz del Corán», dice Huwareib, para quien se trata de «una revolución» en el estudio de su religión.
Thomas sostiene que las pruebas de carbono apoyan esta teoría, pero «eso implica un gran salto, sin dudas».
Manuscrito único
Existen otras posiblidades.
La prueba de carbono está basada en la fecha de la muerte del animal cuya piel fue utilizada para fabricar el pergamino, no en la fecha en que el escrito fue completado.
Esto implica que el manuscrito puede ser posterior al año 645; posiblemente entre el 650 y el 655, según Thomas.
Esto coincidiría con la producción de copias del Corán realizadas durante el régimen del califa Uthman, entre 644 y 656.
La intención de esto era producir una versión precisa y estandarizada del libro sagrado del islam para ser enviada a las comunidades musulmanas.
Si el manuscrito de Birmingham es un fragmento de una de estas copias, también sería una hallazgo espectacular.
Pero no es posible confirmar o refutar una de estas teorías.
Joseph Lumbard, profesor del departamento de árabe y estudios de traducción de la Universidad Estadounidense de Sharjah, en Emiratos Árabes Unidos, dice que si las fechas son correctas nada puede ser descartado.
«No descartaría que fuera un fragmento del codex armado por Zayd ibn Thabit en el tiempo de Abu Bakr o una copia del códice de la época de Uthman».
«Tampoco descartaría el argumento de Deroche, siendo él un líder en su campo», sostiene Lumbard.
Pero advierte que no se puede «seleccionar» la evidencia para apoyar el argumento del experto que uno prefiere.
Empecemos por decir que todas las religiones son compatibles con los usos democráticos: sean cuales fueren sus creencias, basta con que acaten la ley civil. Lo incompatible con la democracia es considerar la religión no como un derecho de cada cual sino como un deber de todos y en todos los campos, sea la educación, el arte, el pensamiento, la indumentaria, etc…
Pero parece que hay religiones más difícilmente democratizables que otras, sea por razones históricas (los herejes y los incrédulos no han logrado relativizar su absolutismo social) o estrictamente doctrinales: su ideal de vida se opone al individualismo racionalista de la ciudadanía democrática. Este parece ser el caso del Islam y ayuda a entender por qué países muy diferentes (Marruecos, Indonesia, Arabia Saudita, Mali, etc…) que no tienen en común mas que el Islam como religión mayoritaria, guardan una relación tan problemática u hostil con el sistema democrático. Por supuesto, no estamos hablando ahora de terrorismo ni aberraciones parecidas, sino de incompatibilidades estructurales y mentales.
Para quienes somos legos en cuestión de teologías comparadas pero nos interesa el impacto social de cada una de ellas, resulta útil leer «El Islam ante la democracia» (ed. Pasos Perdidos) de Philippe d’Iribarne. Allí se expone el afán de certeza y unanimidad social que centra la creencia islámica, junto al rechazo como algo maléfico de la duda y el cuestionamiento polémico de los dogmas revelados y por tanto obligatoriamente compartidos.
El debate vacilante y sujeto a disidencias como camino hacia la verdad no es visto como lo que dignifica la individualidad pensante de la persona sino como una amenaza disgregadora de la comunidad bien armonizada. “¿Cómo hacer compatible la fascinación por el sentimiento de certidumbre que alimenta la unanimidad de una comunidad, unida a la sombría visión de quien rompe esa unanimidad, con el lugar central que tienen la incertidumbre y el debate en un funcionamiento democrático?”.
En las sociedades mayoritariamente musulmanas existe un rechazo del pluralismo, tanto en ideas como en costumbres: es un valor menospreciado, práctica, teórica y psicológicamente. Y ese rechazo se ha agravado actualmente, cuando la influencia de radicales educados en Occidente ha denunciado como casi apostasía el eclectismo más acomodaticio de las comunidades tradicionales. Como bien dice D’Iribarne, “si creemos que todo movimiento de modernización conlleva necesariamente aceptar el pluralismo y valorar el debate, no podemos dejar de asombrarnos por la evolución del mundo musulmán”. Por ello, las formas de democracia que son tibiamente mejor aceptadas en tales países son las populistas que militan por la liberación de las masas, es decir las que consideran que el pueblo es un todo orgánico, y no las que ponen el acento en los derechos del individuo junto a los no siempre fácilmente armonizables conflictos de intereses antagónicos.
Un serio obstáculo ideológico, desde luego, para la plena aceptación de la entraña incierta y polémica de la democracia. Pero ¿nos resulta tan ajeno hoy a quienes no somos musulmanes? ¿Acaso no vemos también en las democracias europeas inflarse con otras justificaciones el afán de uniformidad del pueblo frente a sus enemigos depredadores, el odio a las discrepancias que rompen la hermandad sagrada, el rechazo a quienes desconocen o conculcan los rasgos de identidad prefabricados para “ser de los nuestros”, los creyentes elegidos?
Lo divino puede ser experimentado a través de una variedad de medios. En diversas tradiciones espirituales globales, estos incluyen la oración, la meditación de los textos sagrados, la participación en ceremonias religiosas y yendo en peregrinación. Hay otros medios para lograr una experiencia religiosa que tal vez no son tan comunes en el mundo occidental. Una de ellas es a través del medio de la danza, el más famoso de los cuales puede ser la danza vertiginosa increíble practicado por los derviches sufíes de la Orden Mevlevi.
La Orden Mevlevi fue fundada por los seguidores de Jalal ad-Din Muhammad Balji-Rumi (denominados popularmente como Rumi) en 1273. Rumi era un líder espiritual 13ª siglo islámico nacido en 1207 en Balkh en el actual Afganistán. Con el inicio de la invasión de los mongoles de Asia Central entre 1215 y 1220, la familia de Rumi viajó hacia el oeste, con el tiempo de establecerse en Konya, Anatolia, en la actual Turquía.
Una de las amistades más fructíferas de Rumi era con Shams-e Tabrizi, a quien conoció a la edad de 37. Entre otras cosas, Shams había introducido Rumi a la música, la poesía y la danza como una forma mística de conectarse con lo divino. Son estas expresiones artísticas que son los rasgos característicos de los derviches de la Orden Mevlevi, que fue fundada después de la muerte de Rumi por su hijo, el sultán Veled, su discípulo Çelebi Hüsamettin, y su nieto Ulu Arif Celebi.
La ceremonia Mevlevi Sema es posiblemente la práctica más distintiva de la Orden, y se dice que se han creado por sí mismo Rumi. Su forma, sin embargo, fue sólo finalizó en algún momento en el 15 º siglo por uno de los bisnietos de Rumi, Pir Adil Çelebi. La Orden Mevlevi se convirtió en una escuela respetada del sufismo (la dimensión esotérica del Islam). Por otra parte, se formó una relación de sangre entre la Orden y la dinastía imperial otomana cuando uno de los descendientes de Rumi, Devlet Hatun, se casó con el sultán Bayaceto I.
Aunque la Orden Mevlevi fue en ocasiones criticado por la celebración de las ideas heréticas, todavía estaba muy bien considerado tanto por los sultanes otomanos y la gente común.
Derviches de Galata Mawlawi Casa (Imperio Otomano), 1870. Dominio Público
En 1925, la Orden Mevlevi fue prohibido en la recién formada República de Turquía como parte de sus planes para la secularización del país. En la década de 1950, la prohibición se alivió, y la Sema se le permitió llevar a cabo en público con el fin de atraer a los turistas a Turquía. En la década de 1990, la prohibición se relajó aún más, y la Sema fue inscrito en la Lista del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad de la UNESCO en 2008.
A pesar de estar ahora en gran parte un espectáculo cultural para los turistas, la Sema está impregnada de significado religioso, y una mayor apreciación de la danza se puede lograr mediante la exploración de estos simbolismos. Por ejemplo, de la semazen (una persona que realiza la Sema) sombrero de pelo de camello representa la piedra sepulcral del ego, mientras que la falda blanca simboliza la cubierta del ego. Cuando el semazen quita su manto negro, que está destinado a significar su renacimiento espiritual en la verdad. Además, cuando el semazen cruza los brazos sobre el pecho, que representa el número uno y da testimonio de la unidad de Dios.
Modelo de un derviche estudiar. Museo Mevlana; Konya, Turquía. Wikimedia Commons
La danza comienza con el canto de la Nat-i Serif , un elogio al profeta Mahoma y todos los profetas que le precedieron. Esto es seguido por un toque de tambor que simboliza la orden de Dios ‘Sé’ para la creación del universo. Después de esto es el de Taksim , una improvisación en la flauta de caña destinada a expresar el soplo vivificante de Dios.
El Taksim es seguido por el Derv-i Veled (‘Sultan Veled procesión), en la que los semazen hacen una circular, procesión en sentido antihorario alrededor de tres veces el espacio de giro. El semazen saludan tres veces, lo que representa las tres etapas de conocimiento: el conocimiento obtenido de los demás o por medio del estudio, el conocimiento obtenido a través de observaciones de uno y los conocimientos adquiridos a través de la experiencia directa.
Playas y clubes que realizan el Sema. Matthew C. Wright / Flickr
Después de la procesión, el semazen comienza la Sema, que consta de cuatro selams o movimientos musicales. Cada selam tiene su propio ritmo distinto, y explora diferentes temas religiosos. El semazen abre los brazos a los lados y gira de derecha a izquierda, expresando su abrazo de todo el universo. Con la mano abierta, el derecho del semazen había se extendió luego hacia arriba, lo que indica su recepción de la beneficencia de Dios. En cuanto a la mano izquierda, que se extiende hacia abajo para indicar la distribución de estos dones divinos a toda la humanidad.
Contrariamente a la creencia popular, los semazen no tienen por objeto la pérdida de la consciencia o caer en un estado de éxtasis. Más bien, la Sema está destinado a ayudar a la semazen someter por completo a Dios y unirse con él. Cuando los cuatro selams se han completado, un versículo del Corán se recita, seguida de una oración por el eterno descanso de las almas de todos los profetas y todos los creyentes. El semazen luego retirarse en silencio a sus habitaciones para una mayor meditación.
Esta danza divina es bien reconocida en el mundo como un símbolo de renombre, un rendimiento increíble y única tradición espiritual.
El semazen o derviches, baila el Sema. Wikimedia Commons
Imagen destacada: derviches Mevlevi girando en una danza divina. 18 ª pintura del siglo. Dominio Público
Un hombre carismático al que no le gusta jactarse de sus victorias, quien no aprecia las ceremonias ni la gente ceremoniosa. Un muyahidín de pocas palabras pero con sentido del humor, sencillo y que vive sin posesiones ni grandes lujos.
Así es el mulá Omar según los propios talibanes.
O al menos así lo describen en la biografía recién publicada en su página oficial,Voice of Jihad (la voz del yihadismo).
El texto de 5.000 palabras salió a la luz el sábado 4 de abril, exactamente 19 años después de que fuera nombrado Amir ul-Mumineen, «el líder de los creyentes».
La biografía insiste en que casi dos décadas después sigue siendo el responsable del control diario de las actividades del Talibán.
Por lo que, según expertos, la publicación tendría el objetivo de acallar los rumores de su posible muerte, ya que hace tiempo que no se le ve en público. Aunque se dice que está escondido en Pakistán.
Asimismo, serviría de advertencia para el autodenominado grupo Estado Islámico.
Y es que la autoproclamación como califa de su jefe, Abu Bakar al Baghdadi, contradice el liderazgo del mulá Omar para con los musulmanes, un liderazgo que trasciende las fronteras nacionales.
EI ha tratado activamente de reclutar combatientes en Afganistán entre los talibanes desafectos del mulá.
Por el tono, el texto se asemeja a una hagiografía, a una historia de la vida de un santo.
Inicia con el relato de la infancia del protagonista.
De acuerdo a la biografía, quien con los años se convertiría en el mulá Omar, estudió bajo la supervisión de sus tíos, eruditos religiosos, después de que su padre muriera cuando él tenía 5 años.
A los 20 se unió a los muyahidín, los combatientes islámicos, poco después de la invasión soviética de 1980.
Y en tres años se convirtió en comandante.
En ese tiempo lo hirieron cuatro veces, incluida la ocasión en la que perdió su ojo derecho.
El texto también menciona que por aquel entonces su arma favorita era el RPG-7.
Además, no sólo era su arma predilecta, sino que era especialmente diestro con ella.
Así lo muestra el relato de un colega, el mulá Barader, la única referencia a una fuente incluida en la biografía.
En el relato cuenta cómo el mulá Omar usó el lanzacohetes para destrozar un tanque soviético.
Este es, por otro lado, el capítulo más intrigante de la biografía.
Y es que Barader fue liberado de su cautiverio en Pakistán en 2013 porque los negociadores estadounidenses y afganos creyeron que eso podría dar pie a las conversaciones de paz.
Así que el hecho de que el relato esté incluido en la biografía podría sugerir que el servicio de inteligencia paquistaní tuvo algo que ver con su producción, o al menos que sabía que se estaba escribiendo.
«Líder natural»
El relato de la formación del Talibán coincide con el que se conoce hasta ahora.
De acuerdo a éste, los responsables fueron Omar y un grupo de excomandantes muyahidines indignados por el desorden y la violencia que siguió a la caída en 1992 del gobierno de Najibullah, respaldado por los soviéticos.
En una reunión en 1994, cuando tomaron la decisión de levantarse contra los señores de la guerra, el que sería el mulá Omar se erigió como «el líder natural».
La biografía incluye muchos detalles sobre las batallas que le llevaron a hacerse con el control de gran parte de Afganistán y que culminaron en 1997.
De acuerdo al texto, éstas terminaron con un Estado «basado en las reglas y principios puros de la sharia o ley islámica, y después de un largo intervalo el mundo volvió a ser testigo de un modelo práctico del gobierno islámico».
En esas líneas, sin embargo, no hay referencias a al Qaeda.
En lugar del 11 de septiembre de 2011, el texto dice que Estados Unidos atacó a Afganistán porque «el mundo no podía tolerar el sistema basado en la sharia».
Y el único momento en el que se menciona el mundo más allá de Afganistán es cuando se refiere al apoyo del mulá Omar a los palestinos en su lucha por recuperar Jerusalén.
Esta imagen conf¡rma la caracterización del Talibán como una organización islámica conservadora y nacionalista afgana con una estrecha visión del mundo.
«Sentido del humor»
En cuanto a la personalidad, el Talibán describe a su líder como un hombre «carismático» con un «especial sentido del humor».
Pero reconoce que no hay nada fuera de lo normal en él.
Como uno de los pocos occidentales que alguna vez lo pudo ver con sus propios ojos (fue en 1996), puedo confirmar que no destaca de entre el resto de los talibanes.
Pero la biografía señala esta característica como una virtud, clamando, entre otras cosa, que nunca poseyó una casa ni una cuenta bancaria, ni en el país ni en el extranjero.
«Adoptó un estilo de vida sencillo en todos los aspectos. Viste de forma sencilla, come comida sencilla, habla de cosas sencillas y tiende de forma natural a la franqueza y a la informalidad».
Lo que no sorprende es que «en la mayoría de sus reuniones suele hablar de la yihad».
La traducción al inglés del texto contiene algunos coloquialismos curiosos, con lo que podría concluirse que su público objetivo es el afgano.
Puede que no haya otro motivo para su publicación que el recordar a los afganos que sigue siendo un hombre con poder.
En esa línea, reivindica que «la superpotencia de Estados Unidos y sus fuerzas aliadas están al borde de la destrucción y la derrota».
Además, no hay mención alguna a una posible reconciliación con el gobierno.