¿CÓMO DISCERNIR ENTRE LA LUZ Y LA OSCURIDAD?
Muchas veces es sencillo distinguirlas, pero otras veces… cuesta hacerlo. El proceso se denomina “discernir”. ¿Qué es discernir? Según Wikipedia, discernir es “distinguir por medio del intelecto una cosa de otra o varias cosas entre ellas”. Mi propia definición es “saber hacer las diferencias”.
Discernir sería entonces “separar la paja del trigo”, es decir, lo que no tiene real valor de lo que sí lo tiene. Podríamos tomar como ejemplo que el intestino hace la diferencia entre algo que es útil para el organismo y lo separa y aprovecha, contra lo que no le resulta útil o bien es tóxico y lo descarta.
Hay que remarcar que, con el tiempo, con la experiencia, con la reflexión, podríamos llegar a la actitud de comprender que todo puede sernos útil de alguna manera, dependiendo de nosotros, de cómo lo sepamos aprovechar y darnos cuenta de que entonces, todo puede sernos provechoso si es que sabemos obtener beneficio de sus condiciones. Dependerá de nuestra habilidad y de nuestra apertura mental.
Los que entienden sobre las condiciones de mercado nos enseñan que el mejor momento para hacer una fortuna es aquel período de contracción económica en el cual la masa está agobiada por las malas condiciones económicas. Por eso, los ricos se hacen más ricos cuando los pobres son más pobres. Y por eso, ellos directa o indirectamente, fomentan la pobreza…
Puede sonar egoísta y repulsivo, pero es sólo matemática aplicada a las condiciones imperantes, que algunos saben aprovechar y dirigir en su provecho y otros sólo saben lamentarse y resignarse a ser víctimas. Es la ley natural de supervivencia, tan natural que la mayoría la ignora. Y esa ignorancia, termina saliendo muy cara porque conduce a la pobreza. Y la pobreza fomenta a la ignorancia, en un círculo vicioso.
Justamente con ese fin, el de obtener ventaja, la Oscuridad mezcla la verdad con la mentira en un proceso inteligente para confundir y llevar a que su mentira sea finalmente aceptada como una verdad y que así, ellos obtengan beneficios.
El proceso es sencillo, y se conoce como “desinformación”, o sea, manipular convenientemente la información de manera de que sea casi imposible distinguir (discernir) entre verdad y mentira.
Se suele proceder de esta manera sencilla: hoy te digo una verdad y te demuestro que es así. Mañana hago lo mismo con otra verdad y así pasado mañana, hasta que te acostumbres a que lo que te digo es verdad y dejes de analizarlo, dando por sentado que lo que te digo es verdad, sin necesidad de cuestionarlo. En ese momento, te digo una mentira, y como por inercia ya has dejado de estar atento, te la crees; y entonces, has caído en mi trampa.
En ese momento, has dejado de DISCERNIR. Y a partir de allí puedo intercalar verdades y mentiras y llegará el momento en que te quedarán dos opciones: creerme todo a pie juntillas o bien, no creerme pero no saber distinguir entre verdad y mentira, quedando sumido en la confusión. Si soy malintencionado, ambas situaciones me convienen.
Ése es el proceso que utiliza la Oscuridad. ¿En qué se basa? En nuestra pereza natural que da por sentado en lugar de cuestionar. Como eterno cuestionador, bien sé que muchas veces y a muchas personas les he caído muy mal. Felizmente y de lo cual estoy muy orgulloso. Porque el día que reaccionen, van a recordar que alguien, les dijo la verdad. Unas se han disgustado, porque les he arruinado el negocio al desenmascararlas y otras, que eran víctimas del negocio, porque los he puesto en una situación incómoda y los he llevado hacia tener que esforzarse en darse cuenta.
Entre el año 1990 y aproximadamente el 1993, estuve participando en las actividades de una secta aparentemente espiritual, pero cuyos fines eran el aprovechamiento de la mano de obra esclava, ya fuera voluntaria o por miedo.
Aprendí a discernir cuestionando, hasta que llegué a comprender íntimamente cada razón de cada detalle; cuando tuve las pruebas en la mano, me puse de pie y lo cuestioné en voz alta. Por supuesto, que inmediatamente me echaron, pero la semilla del cuestionamiento ya estaba plantada en las mentes de quienes escucharon. ¿Eso fue una mala experiencia? No, eso fue un aprendizaje y me enseñó a discernir o morir en el intento.
Y allí aprendí a entender cómo muchas buenas personas, mentalizadas convenientemente por métodos de adoctrinamiento de masas, podían llegar a extremos de ser inducidos hasta el punto de esperar solamente la orden, para cometer cualquier hecho delictivo en pleno convencimiento de estar realizando un acto heroico.
Entonces, reitero, estamos transitando tiempos en los cuales es absolutamente necesario DISCERNIR. Discernir entre la innumerable cantidad de información distorsionada intencionadamente para confundir al desprevenido, que nos llega a través de todos los medios, a través de esta misma Internet e incluso, del boca a boca, que muchas veces es el sistema más peligroso.
En PNL (Programación NeuroLingüística, para quien no sabe de qué se trata) se suele realizar un experimento que demuestra esta realidad: se toma 10 voluntarios y a uno de ellos se le lee una historia, sin que los demás la escuchen. Después se le pide que la cuente al segundo, en privado.
Se continúa desde este segundo a un tercero y así, hasta llegar al último. Luego se reúne a todos y se le pide al último que relate su versión; se lee nuevamente la historia ante todos y allí todos sueltan la carcajada al ver qué frágil y desacertado es el mecanismo humano de transmitir cualquier tipo de información verbal.
Si haces este experimento entre tus amigos, pasarás un rato muy divertido y todos aprenderán una gran lección: que tenemos la tendencia natural a deformar, quitar o agregar información que generalmente no sabemos discernir o bien, no nos tomamos el trabajo de hacerlo.
Yendo más allá, los “accidentes” raramente suelen ser accidentales. Dejemos por ahora de lado que los accidentes pueden estar programados de antemano en nuestro Proyecto de Vida, por ser un tema que merece en sí, otro artículo, en el cual deberíamos analizar que ni la misma muerte es accidental.
Los accidentes suelen ocurrir debido a nuestra dificultad de discernir el movimiento correcto, el instante adecuado, la forma apropiada de evitar el problema. La mala suerte no existe, es una excusa. Igualmente que la buena suerte. Los mediocres tienen la esperanza de tener suerte, los triunfadores luchan para tener éxito.
Entonces, para finalizar… ¿Cómo discernimos entre lo que es Luminoso de lo que es Oscuro? ¿Lo que es verdad de lo que es falso? Muy sencillo: lo que es verdad nos traerá una respuesta válida, fácilmente demostrable, aceptable al sentido común; lo que es oscuro, nos ocultará la demostración, las pruebas o bien nos negará las respuestas.
Se trata de la mesa que muestra en el Tarot, el Arcano de El Mago, todo a la vista y a la luz del Sol; ésa es la verdad. El Mago invertido, representa la mentira.
Pero si no somos capaces todavía de discernir la verdad, entonces deberemos cuestionar, y lo que nos traiga respuestas provendrá de la Luz, mientras que lo que las oculta, será producto de la Oscuridad.
¿Y si la verdad se encuentra mezclada con la mentira? Hay varios caminos para resolver eso. Una de ellas, la más simple, es utilizar la intuición. La segunda, mediante una tirada de Tarot. La tercera, preguntando en una Lectura de Registros Akáshicos. Pero la más rápida es aprender a discernir.
¿Cómo se aprende a discernir? Observando, cuestionando, tomando nota de las diferencias, replanteándote tus creencias, fijando la atención en los detalles, comparando lo anterior con lo posterior, comprobando si encaja una pieza con otra, entrenándote con el afán de descubrir, instruyéndote en el tema, manteniendo la mente abierta sin negar cualquier posibilidad y luego, analizándolas cuidadosamente, comparándolas… algo te sonará acorde y otro algo, te sonará discordante.
Discernir es como un deporte; cuando te acostumbras a buscar la diferencia que te muestra lo que es cierto de lo que no lo es, lo haces automáticamente. Y cuanto más lo haces, mejor lo haces. Y por otra parte, nunca es tarde para comenzar a entrenarte: puedes comenzar ya.
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Bendiciones e Iluminación. Leo
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