Sí, las nuevas tecnologías están ayudando a sobrevivir a nuestras relaciones. Sin embargo, el que esto sea así no quiere decir que todas las consecuencias sean buenas. Estamos dejando de vernos en pro de escribirnos y eso no lo podemos permitir, hay que vernos más y escribirnos menos.
Los contactos de hoy se fundamentan más en charlas a través del whatsapp que en tazas de café compartidas. Por ende, una consecuencia directa es que estos intercambios no suelen ser tan profundos ni tan ricos como los que establecemos tomando un café, mirándonos a los ojos y abrazándonos en un día de frío.
Porque una buena comunicación también se establece a través de un abrazo y reservar tiempo para las personas que queremos no debería suponer tanto esfuerzo. Si en verdad no tenemos tiempo, quizás deberíamos revisar nuestro día a día y nuestra escala de prioridades.