Se añaden nuevos problemas al sector del arroz, después de que Bayer CropScience contaminase un tercio del arroz de Estados Unidos con un arroz transgénico en 2006, por la aplicación generalizada de glifosato de Monsanto y del glufosinato de Bayer, con una reducción en los rendimientos de los cultivos y la aparición de deformaciones en las plantas de arroz que sobreviven
( En la imagen, el glifosato deforma las zonas de crecimiento en las plantas de arroz.)
Arroz Mississippi Council (MRC) ha hecho saltar la alarma por los daños causados por la utilización en las áreas donde está cultivado del glifosato, el principal ingrediente del herbicida Roundup de Monsanto, pidiéndose que se restrinjan sus áreas de aplicación.
El presidente de MRC, Mike Wagner, dijo recientemente en la reunión anual de la Asociación Agrícola de Aviación de Mississippi que el glifosato está causando estragos entre los cultivos del arroz natural allí donde “se siembran cultivos modificados genéticamente tolerantes al glifosato”.
Wagner informaba que “ los especialista en arroz observaron que si bien no había daños visibles en la etapa de crecimiento, más tarde aparecían malformaciones típicas asociadas al glifosato: una formación en pico de loro en lugar de su forma normal alargada.”
El glifosato provoca que aparezcan deformaciones en forma de pico de loro
Los estudios realizados durante 2007 y 2008 por la Universidad de Michigan muestran una reducción del rendimiento del 80% por el uso del glifosato, así como del glufosinato, un herbicida producido por Bayer. Las causas de reducción del rendimiento: hojas quemadas y retraso en el crecimiento de las plantas de arroz.
En diciembre, MRC recomendó por unanimidad que la fecha límite anual para la aplicación en su área de estos herbicidas sería el 1 de junio, cuando ya está determinado el potencial de rendimiento del arroz.
“Los daños que se produzcan a partir de ese momento ya no permiten una replantación. En consecuencia, el agricultor tiene dos sogas al cuello: (1) su cultivo le va a generar menos ingresos, y (2) ya ha realizado toda los gastos asociados a este cultivo”, dijo Wagner.
Debido a que los gastos oscilan entre los 650 dólares y los 900 dólares, “ uno enseguida comprueba que las pérdidas pueden ser enormes. Esto es lo que está afectando a nuestra industria del arroz, un problema que persiste. Nuestra alarma está justificada.”
En 2010, se observó en el arroz de Luisiana (Louisiana Rice) la aparición de unas manchas producidas por bacterias en la panícula, en la hoja, “algo que nunca se había visto”. Aunque se atribuyó a las altas temperaturas, anormales para ese período, la causa más probable es el glifosato o el glufosinato, que destruyen la microflora del suelo, ayudan en la defensa de la planta.
La contaminación genética en 2006 del arroz natural produjo un colapso de los mercados de exportación a Europa y otros países, y con las nuevas reducciones en el rendimiento del arroz natural, también persiste la amenaza con un nuevo colapso de esta industria.
Censura a los científicos
La divulgación de esta información puede trastocar su carrera y terminar en lo peor. En el estudio de la Universidad de Michigan, antes citado, los investigadores observaron que la mayoría de los agricultores de arroz creían de forma errónea que el glufosinato era sólo un producto cosmético. Peor aún, en 2008, el Departamento de Agricultura de Estados Unidos anunció que dejaría de publicar información sobre la utilización de productos agroquímicos en los cultivos, dejando a las personas expuestas a la intoxicación del medio ambiente. Desde entonces, ha habido que confiar en informes esporádicos, o en científicos independientes, para advertirnos de los peligros emergentes.
La bella película de Bertram Verhaag, “La Ciencia agredida”, es una de las varias que se ha producido en torno a la biotecnología. (Véanse también David vs Monsanto, Semillas y Multinacionales de las semillas y Vida fuera de control). En La Ciencia agredida, se entrevista a científicos cuyas carreras se vieron sesgadas debido a los estudios publicados que advertían de los peligros para la salud de los cultivos modificados genéticamente. Desde la disminución del tamaño del cerebro en ratas alimentadas con alimentos transgénicos, debilidad del sistema inmunológico, daños en distintos órganos, mucha información ha sido censurada por la Industria Biotecnológica y los Gobiernos se encuentra en deuda con ella.
Cuando el mundialmente conocido bioquímico Arpad Pusztai estudió el efecto de una patata modificada genéticamente en ratas, encontró “36 diferencias significativas” entre las ratas alimentadas con los transgénicos y las alimentadas de forma natural. La película incluye una entrevista que apareció en la televisión del Reino Unido en 1999, exponiendo algunos de estos problemas. Los 150 segundos en los que apareció en pantalla cambiaron su vida por completo. Él y su esposa fueron despedidos, su reputación vilipendiada.
En una demanda de 1998, el Centro de Seguridad Alimentaria sacó a la luz miles de documentos que demuestran que la FDA ( Administración de Alimentos y Medicamentos) censuró la presentación de informes en los que se aseguraba que los cultivos transgénicos no son “sustancialmente equivalentes” a los cultivos normales, negándose a realizar los estudios recomendados.
Ignacio Chapela es otro científico que fue noticia cuando expuso la amplia contaminación genética del maíz natural en México, que en aquel tiempo prohibió los cultivos modificados genéticamente. La Universidad de Berkeley intentó por tres veces que Chapela hiciese la prueba de fuego, antes de que aceptase un trabajo en Noruega, en el Instituto de Ecología Genética. Este estudio de investigación multidisciplinar se dedica a la seguridad biotecnológica. Su existencia revela una forma de rebelión científica a nivel mundial frente a la tecnocracia que sólo sirve al dinero.
A principios de este año, en respuesta a la censura científica sobre alimentos transgénicos y sus agroquímicos asociados, el Comisario Europeo de Sanidad y Política del Consumidor, John Dalli, prometió revisar el proceso de evaluación de riesgos, proporcionar fondos para la investigación independiente sobre “ tóxicos ambientales, alergénicos o relacionados con la nutrición”.
El glifosato: abortos espontáneos y malformaciones congénitas
Otra advertencia científico sobre el glifosato, y que también aparece en la película, es la de Andrés Carrasco. En 2010, publicó un resumen de las evidencias científicas sobre la soja genéticamente modificada y el herbicida glifosato y sus efectos en los seres humanos. En La ciencia agredida, Carrasco informa sobre las malformaciones que el glifosato produce en los fetos ( Imagen de Veneno en las Pampas)
El resumen incluye un estudio “en las células humanas, encontrando que las cuatro presentaciones distintas de Roundup causan la muerte celular en 24 horas. Estos efectos se encontraron incluso en diluciones muy bajas, presenten es residuos de alimentos y piensos.”
Es de destacar que “los adyuvantes en Roundup aumentan la toxicidad del glifosato, ya que permiten que el herbicida penetre en las células humanas con mayor facilidad.”
En Veneno en las Pampas (http://www.youtube.com/watch?v=IlJXjs9PyJc&feature=related), el periodista Rolando Grana dijo en abril de año pasado que había documentado defectos graves de nacimiento en las madres expuestas al glifosato durante el embarazo.
Los agroquímicos a escala industrial y los cultivos transgénicos también están asociados al colapso de las poblaciones de abejas, como se detalla en la película La reina Sol. De hecho, cada vez hay más pruebas realizadas por científicos independientes que muestran el daño producido a las abejas que ingieren cultivos transgénicos, y no es de extrañar que las personas que aparecen en esta película están convencidas de que los cultivos transgénicos contribuyen al colapso de estas colonias ( Mi comentario aquí)
Supermalezas resistentes a los herbicidas: un problema creciente entre los agricultores en los Estados Unidos, Gran Bretaña y Australia.
A principios de este año, el patólogo Don Huber reveló una relación entre el glifosato y un nuevo agente patógeno que se encuentra en el suelo y los alimentos de los animales, los cuales sufren de infertilidad y abortos espontáneos. El patógeno se asocia al síndrome de muerte súbita en la Soja Rounduo Ready (RR) de Monsanto y con el marchitamiento de Grozz en el maíz RR.
Además de la advertencia a la USDA en el mes de enero, Huber también notificó al presidente de la Unión Europea y varios ministros en abril sobre los peligros para las plantas y animales asociados con el glifosato. “Sencillamente, el asunto se debe tratar con la mayor emergencia”, dijo al secretario de la USDA.
El organismo microscópico recién descubierto es “contagioso para el ganado bovino, los cerdos, los caballos y las aves de corral”, dijo Huber para Democracy Now a principios de este mes en una entrevista, “Mata a un óvulo fecundado en 24-48 horas”.
Una cuestión importante: Huber estaba preocupado por la contaminación genética de la alfalfa natural, que tiene garantizada la polinización abierta. Huber predice que “en cinco años no quedará nada, salvo la alfalfa Roundup Ready. La coexistencia no es posible”, dice. “De producirse un grave problema con los cultivos forrajeros se puede trasladar el enorme impacto sobre la producción ganadera.”
Haciendo caso omiso de las advertencias de Huber, la USDA aprobó el cultivo de la alfalfa transgénica este año. Esta aprobación se puede ver como un deliberado ataque contra la producción de carne ecológica y la industria lechera de Estados Unidos y Canadá. […]
La Asociación Agrícola Nacional de Aviación llevará a cabo una convención anual este año en las Vegas, del 5 al 8 de diciembre, en el hotel Hilton. Allí se revisará toda la documentación sobre los daños causados por los agroquímicos sobre la salud humana y animal, así como al medio ambiente.
Este artículo ha sido publicado por primera vez en Global Research por Rady Ananda, especializada en Recursos Naturales y administradora de los sitios web Food Freedom y COTO Report.
Fuente de este artículo:
http://foodfreedom.wordpress.com/2011/05/16/glyphosate-and-natural-rice/#more-8183