No te fíes demasiado de lo que te dicen ChatGPT o Bard. Estos motores de inteligencia artificial conversacional de OpenAI tiene un problema fundamental: se inventan cosas y cometen errores, algunos de los cuales les han salido muy caros a empresas como Google. Hay, no obstante, otro oscuro problema en ellos.
Contaminan. En esa carrera por crear motores de búsqueda basados en inteligencia artificial se necesita una enorme potencia de cálculo, lo que a su vez hace que la cantidad de energía utilizada por estas empresas también crezca. Eso nos lleva a mayores emisiones de carbono, agravando un problema que ya era notable hasta ahora y que podría agravarse.