Archivo por días: julio 6, 2010

Pirámide de Chichen-Itzá

Enclavada en la selva de Yucatán entre las ciudades coloniales de Mérida y Valladolid se encuentra la más conocida de las ciudades Mayas Chichen-Itzá.

En el año 900 d  de  C. Decenas de miles de personas, vivían entre estas construcciones, entre las que destaca, la pirámide consagrada al dios serpiente (Quetzacóatl).

Para subir sus 91 peldaños y no marearse es conveniente serpentear por las escaleras. Cuando se llega arriba se puede contemplar la ciudad y preguntarse, como lo hacen nuestros arquitectos actuales ¿Cómo es posible que los Mayas alcanzasen esta perfección en la arquitectura?

La pirámide esconde claves temporales, son cuatro las escaleras que tiene, cada una con 91 peldaños que incluyendo la plataforma de la cumbre con capacidad para un centenar de personas, suma un total de 365 peldaños (los mismos que los días del año).

Cada cara de la pirámide tiene 52 paneles que representa el ciclo cósmico de los mayas que duraba 52 años.

Cada cara cuenta con 18 secciones que equivalen a los meses del año maya, cada sección se eleva sobre 9 peldaños que son las regiones del inframundo.

La desviación de su cara septentrional en 21 grados y 12 minutos hacia el nor-oeste respecto al norte astronómico, esconde el mayor de los enigmas de esa construcción.

Con la llegada matemática de los equinoccios se produce sobre la pirámide unos efectos lumínicos que jamás fallan a su cita.

El fenómeno dura tres horas, aparecen unos triángulos sobre la escalinata que con un movimiento oscilante y descendente. Da la impresión de que una serpiente recta desde la cima hasta el suelo.

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Con la llegada del equinoccio de otoño el proceso se repite pero a la inversa.

Todos los años sucede de esta manera, hasta el año 2013 en el que el ciclo terminará.

Por si todo esto fuera poco se producen también efectos acústicos.

Fue en 1998, que este efecto fue reconocido por primera vez por el ingeniero en acústica estadounidense, David Lubman, y en 2004, NIco Declercq junto con un grupo de científicos belgas de la Universidad de Ghent, demostraron como las ondas de sonido que rebotan alrededor de la escalinata de la Pirámide de Kukulcán, crean sonidos sorprendentes que representan el canto del Quetzal y el golpeteo de las gotas de la lluvia. Sus cálculos y simulaciones acústicas demostraron que las Pirámides Mayas de la Zona Arqueológica de Chichén Itzá fueron construidas por la antigua civilización Maya, para producir sonidos, aunque no sabían exactamente cuáles.

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