Petra es un bello enigma revelado apenas hace algo más de un siglo; un enigma que hoy sigue asombrando y creciendo, a medida que prosiguen excavaciones que van –de año en año- engrandeciendo el patrimonio visible en este territorio desértico.
Las ciudades romanas de Oriente
El imperio romano tuvo una expansión que alcanzó los confines de Mesopotamia, donde existieron unas ciudades con una vitalidad y cultura hoy inimaginables. En territorios hoy desérticos hubo un notable florecimiento comercial y un urbanismo avanzado. Aún perduran sorprendentes restos arquitectónicos.
En Siria, por ejemplo, estaba Palmira, que alcanzó su época más brillante hacia el siglo III. Allí reinó Zenobia, una mujer ambiciosa que llegó a controlar este territorio oriental y se enfrentó al propio imperio romano. En las ruinas, descubiertas a partir del XVII se aprecian los vestigios de aquella rica urbe, donde confluían estilos romanos y más orientales.
Este tipo de cultura sincrética y avanzada se registra en otros puntos del territorio oriental del imperio, como Dura Europos, que mantuvo una activa vida cultural hasta mediados del siglo III, cuando fue arrasada por los partos. Sinagogas, iglesias cristianas y templos de dioses romanos y orientales muestran su carácter de encrucijada de civilización.
Pero entre las ciudades de este territorio oriental, tal vez la más enigmática y sorprendente es Petra.
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Todo demuestra que esos científicos nada saben y todo lo inventan según lo que oyen de los tiempos modernos.
Siempre soñé con ir a Petra, a ver en mi próxima vida.
Interesante !