La comparación con regiones como Madrid o Comunidad Valenciana desvela la elevada factura del gasto público en Cataluña, en comparación con la calidad de los servicios prestados
Un comisario de los Mossos d’Esquadra que por complicidad o negligencia dejara escapar a Carles Puigdemont el 8 de agosto, gana 92.414 € al año. Un comisario de la Policía Nacional en Barcelona al que ningunearon el operativo sobre Puigdemont percibe un sueldo ordinario de 45.000 €, lo mismo que un cabo de Mossos, penúltimo rango en el escalafón. Cuando el gobierno sanchista de Illa se dispone a complacer la reclamación fiscal plena para Cataluña, la relación entre gasto público y eficiencia en algunos servicios de esa región arroja pistas sobre el destino que esperaría al 100% de los impuestos administrados por la Generalitat.