A la vez, pocos documentales llegan a convertirse en un fenómeno mediático, con el consiguiente arrastre de audiencia y la adquisición de notoriedad a nivel social. Las excepciones se dan entre los de naturaleza o los históricos, especialmente los de las dos guerra mundiales en el último caso. A los más científicos se les pone la etiqueta, a veces prematura, deespecializados y pensamos exclusivamente para los profesionales.
Todo esto lo cambió el científico Carl Sagan en 1980 cuando lanzó Cosmos, una serie documental en la que repasaba con un lenguaje apto para neófitos y una selección de temas e imágenesinteresantes y llamativos los grandes desafíos a los que se había enfrentado la ciencia durante la historia. El origen del universo y la vida, la evolución, la relatividad o los viajes espacio-tiempo eran explicados por Sagan de una manera sencilla e inteligente para que aquellos que no tenían ni idea de ciencia (como yo) pudiesen entender lo que hasta ahora sabemos sobre por qué existimos y cómo hemos llegado hasta aquí tras millones de años de avances.
Más de 30 años después, ha llegado un remake sobre la serie científica que muchos esperaban y otros veían con recelo. Se trata de Cosmos: A Space-time Oddysey, presentada por Neil deGrasse Tyson, un astrofísico que es una especie de discípulo de Carl Sagan, ya que el científico fallecido en 1996 fue el que inspiró definitivamente para que eligiese dedicarse a estudiar las estrellas, el espacio y el universo.
Que llegue una serie científica a una televisión importante como Fox, que sea emitida en horario de máxima audiencia, y que cuente con el respaldo de gente con muchosseguidores, como el propio deGrasse o de Seth MacFarlane(creador de Padre de Familia), que la produce, es más que una buena noticia. Pero desde el primer episodio la nueva Cosmos ha tenido críticas duras, incluso furibundas. La eterna comparación con su predecesora podría ser la causa principal, pero existen otras.
Personalmente, estoy disfrutando muchísimo de Cosmos porque soy profano en temas científicos. Y dado que tengo mucha curiosidad, fui a por ella en cuanto se estrenó. Y los tres episodios emitidos hasta ahora me han encantado. Por ello, ante mi ignorancia, he preguntado a los que saben, a los científicos, si la Cosmos actual es mejor o peor que la anterior, si ha optado más por la espectacularidad que por aquello de los que existe evidencia científica, y sobre si que relaten en un capítulo la vida de personajes como Giordano Bruno le resta o le suma calidad.
Sobre el primer asunto, la inevitable confrontación entre la emitida en 1980 y la de 2014, hay división de opiniones. El primero en responder es José Ramón Sánchez Gallego, astrofísico e investigador postdoctoral en la Universidad de Kentucky:
La nueva Cosmos es una muy aceptable revisión de la serie original. Conserva la habilidad de Carl Sagan para explicar los grandes descubrimientos de la ciencia de forma amena pero rigurosa y de maravillarnos con los grandes misterios del Universo. Si se le puede poner una pega es que (al menos en sus dos primeros episodios) tiende a seguir demasiado literalmente el guión y las ideas de la serie original y puede correr el peligro de quedarse simplemente en una actualización con mejores efectos especiales.
Javier Armentia, astrofísico y coordinador del Planetario de Pamplona, ya habló sobre ella en su blog. Él es algo más pesimista:
Me parece que el primer capitulo naufragó en lo que más pretendía: ser un homenaje que heredaba además el espíritu de la serie de Sagan. Y es que en la comparación, a pesar de las mejoras técnicas, perdía la gracia y quienes podíamos compararlo nos íbamos a quedar siempre con el original. Neil deGrasse Tyson no era el impulsivo y atronador personaje que suele ser, algo que por cierto en el segundo capítulo si aparece (y ciertamente, mejora mucho el producto).
Para Francis Villatoro, doctor en Matemáticas y profesor en la E.T.S. de Ingeniería Industrial de la Universidad de Málaga, este remake está patinando. En su blog, sobre el que volveremos luego, lo deja bastante claro. ¿Por qué no le gusta? Esta es su explicación:
Como espectáculo visual y televisivo me gusta mucho. Pero como documental de divulgación científica está poco cuidado. Comete el mismo error que las películas de ciencia ficción, falsea la realidad si el guión lo requiere. Creo que el universo es maravilloso y no es necesario inventarse la realidad para crear espectáculo.
Al que si le ha gustado es a Rafael Bachiller, astrónomo y director del Observatorio Astronómico Nacional (IGN). Lo que sigue es un fragmento de lo que opina al respecto (su texto íntegro lo tenéis aquí):
Tiene muchos puntos fuertes: espectaculares imágenes y animaciones, reflexiones a nivel global sobre nuestro planeta y nuestro lugar en el cosmos. Aunque muy diferente del Cosmos de Sagan, que tanto inspiró a mi generación, no recuerdo ningún otro documental reciente sobre astronomía que pueda ser comparable a esta serie. (…) La nave de la imaginación de Neil deGrasse Tyson, que utilia sus grandes dotes de comunicador, es un recurso sencillo y efectivo para transportar al espectador desde la Tierra a escalas progresivamente mayores.
El último en sumarse al debate es Rafael Campillos, que desde su perspectiva de estudiante de Astrofísica en la Universidad Complutense de Madrid y de admirador de Carl Sagan, tiene unaopinión más extensa que podéis leer aquí. He seleccionado esta parte:
Es obvio que Tyson no es Sagan, y que en estas décadas han avanzado muchas cosas, y quien intente encontrar un remake al estilo de Sagan se encontrará decepcionado. Sagan tenía un estilo muy particular, rozando lo poético. Tyson tiene su estilo y perdería mucho imitando a Sagan. (…) Hay algún patinazo que otro, por ejemplo el tema del ADN del segundo capítulo, pero creo que se pueden dejar pasar. La serie no está pensada para divertirnos y entretenerlos a los que ya estamos ahí en la ciencia, está dirigida a todo el mundo y supongo que esto en ocasiones ha de llevar a simplificaciones para captar al público.
Giordano Bruno, ¿acierto o fallo?
El segundo asunto, el que más polémica ha creado, es que en el primer capítulo se optase por elegir a Giordano Bruno para evidenciar la persecución a la gente que rechazaba la versión de la Iglesia sobre el planeta Tierra y el Sol. Lo mismo ocurre con esta cuestión: ninguno de los consultados coincide. El que inició la discusión sobre el tema de Bruno fue Francis Villatoro, que criticó en su blog con contudencia a deGrasse y a los responsables de la serie por escogerle como “protagonista” del capítulo piloto. Su post, estés de acuerdo o no, es muy recomendable. ¿Por qué le pareció tan mal? Sus razones:
Los guionistas se inventaron la historia de un mártir en el conflicto entre ciencia y religión. Una vez inventada, buscaron un personaje protagonista: Giordano Bruno. Su historial real les importó un comino. Bruno fue un mártir de la libertad de pensamiento. Inventó su propia “religión”: un tipo de panteísmo en el que todas las estrellas son como el Sol, con planetas y seres vivos; Dios es el propio universo; las estrellas, los planetas y todos los seres vivos tienen alma. Bruno fue muy poderoso y se granjeó muchos enemigos. Los enemigos le llevaron a la hoguera porque su “religión” era contraria a la imperante (una excusa como cualquier otra). ¿Qué tiene que ver la historia real de Bruno con la historia contada en Cosmos? Nada.
Más comprensivo se muestra con esta elección José Ramón Sánchez Gallego:
La controversia que ha generado es sorprendente, sobre todo porque la historia de Bruno ya era ampliamente conocida, no sólo entre científicos, sino entre cualquiera con un mínimo interés por la historia de la ciencia. Hay que dejar claro, tal y como se indica en la serie, que Bruno no era un científico (aunque en aquella época el concepto de ciencia era todavía ambiguo) y que su cosmología era más un concepto filosófico-religioso que una teoría apoyada en hechos. Pero es indudable que, ya sea por casualidad o por genio, Bruno acertó al imaginar un Universo muy similar al que hoy conocemos. Y también es indudable que sus opiniones le llevaron a ser condenado a la hoguera por una organización que ha tardado cuatro siglos en reconocer los hecho y pedir disculpas.
Al más joven de los participantes en este debate,Rafael Campillos, no le parece tan mal que se cuente con Bruno:
Hay gente a la que la ha molestado la presentación de este conflicto ciencia-religión. Pensando en el país de origen en el que se emite Cosmos, donde hay estados que quieren igualar educativamente el creacionismo a la ciencia, me parece más que relevante ofrecer también un pensamiento crítico frente a la fe religiosa. No es que sobre, es que es necesario en un mundo cada vez más idiotizado con museos de la creación y donde, citando el estudio del 2006 de la FECYT, en torno a un 30% de la gente cree que el Sol gira alrededor de la Tierra. Pobre Copérnico.
También le parece un acierto a Rafael Bachiller. Lo expone así:
La historia de Giordano Bruno está bien elegida para dar un toque histórico en el primer episodio. Por un lado, las ideas de Bruno sobre la multiciplicidad de los mundos han cobrado gran relevancia últimamente por el descubrimiento de los exoplanetas y, por otro, Bruno está citado en el Cosmos de Sagan, lo que permite un nuevo guiño de Tyson hacia su maestro. Es cierto que hubo otros personajes anteriores a Bruno que evocaron estas ideas, de la misma manera que hay telescopios anteriores al de Galileo, o teorías de la gravitación anteriores a Newton. Pero de manera similar a Galileo y a Newton, es Bruno el que trascendió más. Puede que esta trascendencia en la historia y en la cultura popular se deba en parte a su destino trágico, que quizás sea lo que le eleva a la categoría de ‘héroe de la ciencia’. Considero un acierto que este episodio evoque su fascinante historia.
Por último, Javier Armentia cree que el caso de Bruno fue escogido con una simple intención de abrir debate:
Me da la sensación de que quisieron huir de revisitar a Hipatia en la Biblioteca de Alejandría (algo que, por cierto, también fue muy criticado en el Cosmos original por un cierto dogmatismo sin rigor histórico). Así que eligieron a Bruno, porque está claro que la Inquisición lo quemó. Pero ese proceso no fue exactamente un debate entre ciencia y religión, y con ello dejaron abierta la crítica. Tampoco era para tanto, quizá deberían haberlo hecho notar y mencionar el proceso contra Galileo, ante el que pocas excusas caben.
¿Qué os ha parecido a vosotros?
Ciencia y religión no fueron anduvieron nunca de la mano, la historia está plagada de ejemplos. No sé si hemos adelantado mucho, al menos ahora un@ puede expresar su opinión pero ¿estamos en lo cierto?