Cráneos de niños hallados en los confines de asentamientos de la Edad del Bronce pudieron haber sido un obsequio macabro a los dioses de los lagos locales.

Los cráneos infantiles fueron descubiertos alrededor del perímetro de antiguas aldeas, cerca de los lagos de Suiza y Alemania. Algunos habían sufrido golpes de hacha y otros traumatismos en la cabeza.

Aunque los niños probablemente no fueron sacrificados para apaciguar a los dioses, sí es posible que, después de su muerte, hubieran sido ofrecidos como un regalo para alejar las inundaciones del lugar, dice el coautor del estudio,Benjamin Jennings (izquierda), arqueólogo de la Universidad de Basilea, en Suiza.

Moradores de los lagos

Desde la década de 1920, los arqueólogos han sabido de los antiguos pueblos que salpican las zonas de los lagos alpinos en Suiza y Alemania. Sin embargo, no fue hasta la década de 1970 y 1980 en que muchos de estos enclaves fueron excavados, proporcionando herramientas de caza, huesos de animales, cerámica, joyas, torres de vigilancia, puertas y más de 160 viviendas. Los anillos de los árboles en los artefactos de madera hallados en tales lugares sugieren que vivieron en los mismos en diferentes períodos de tiempo, hace entre 3.800 y 2.600 años.

Los habitantes de los lagos de la Edad del Bronce se enfrentaban regularmente a inundaciones. Cuando los niveles de agua de un lago subían, lo recogían todo y se trasladaban a tierra firme, sólo para regresar una vez que las aguas habían retrocedido. Para adaptarse a esta amenaza, construyeron casas sobre pilotes o sobre cimientos de madera resistentes, al tiempo que crearon empalizadas o cercas hechas de madera de pinos de montaña, escriben los investigadores en la edición de junio de la revistaAntiquity.

Pero además de buscar evidencias de tales adaptaciones arquitectónicas, los arqueólogos también han desenterrado los detalles más macabros de su forma de vida (y muerte): cráneos de niños y otros restos óseos que rodeaban las aldeas en los bordes de las empalizadas. Muchos de estos antiguos cráneos fueron colocados allí mucho tiempo después de su sepultura inicial, en momentos en los que los asentamientos experimentaron las peores inundaciones a consecuencia de la subida del nivel de agua de los lagos, escriben los investigadores.

Una ofrenda a los dioses

En su trabajo de investigación, Jennings y sus colegas realizaron una observación más cercana a los esqueletos fósiles.

La mayoría eran de niños menores de 10 años, y aunque los restos óseos revelaron caries dentales y signos de dolencias respiratorias, estos problemas de salud no habrían sido lo suficientemente graves como para justificar unas muertes misericordiosas, escriben los investigadores en el artículo de la revista.

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Los cráneos mostraban evidencias de traumas en la cabeza realizados con hachas o palos, si bien las lesiones no ostentan una uniformidad asociada con un asesinato ritual. A resultas de ello, es más probable que tales infantes hubieran muerto en las guerras, en vez de ser asesinados como un sacrificio a los dioses, añaden los investigadores.

Pero, de cualquier manera, está claro que no se trataba de enterramientos comunes, dicen.

«A través de toda Europa, en su conjunto, y a lo largo de su prehistoria, hay una gran cantidad de evidencias que indican que determinados restos humanos, y en particular los cráneos, tenían una carga altamente simbólica y social», dijo Jennings Live Science en un correo electrónico.

En estos lugares, «los restos se hallaban en el perímetro de los asentamientos -no en el interior y/o el exterior-, sino en una posición liminal, en la frontera entre lo de dentro y lo de fuera», subraya Jennings. Y en uno de los sitios, los restos fueron colocados en la línea de pleamar de las aguas de inundación. Tomados en conjunto, los detalles del entierro sugieren que los restos fueron colocados como una ofrenda para protegerse contra las inundaciones, señala Jennings.

Sin embargo, hay muchas preguntas sin respuesta acerca de estas misteriosas gentes de los zonas alpinas.

«Hay muy pocos casos o ejemplos de entierros en las proximidades de los asentamientos lacustres, así que realmente no sabemos dónde están enterrados la mayoría de los habitantes de los lagos, o cómo ellos trataban a sus muertos», dijo finalmente Jennings.

 Guillermo Caso de los Cobos el julio 11, 2014 

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