domi El derecho de los animales

A pesar de este largo proceso de familiarización ganado por los animales, el ser humano, creyéndose en un nivel superior a sus congéneres del reino animal, ha venido maltratándolos sistemáticamente.

El proceso de domesticación de los animales se dio en el período neolítico, cuando el ser humano pasó del nomadismo al sedentarismo. En aquellos años, los animales no solo le sirvieron al hombre como fuente de alimento, sino también como ayudante en sus labores agrícolas y compañero de viaje a lo largo de su vida.

En este proceso de domesticación, los mamíferos pasaron de un estado salvaje a un estado de ‘civilización’, adaptándose no solo a las necesidades de sus amos, sino también sabiendo leer sus sentimientos y emociones.

A pesar de este largo proceso de familiarización, ganado principalmente por las vacas, los caballos, los perros y los gatos, el ser humano, creyéndose en un nivel superior a sus congéneres del reino animal, ha venido maltratando sistemáticamente a los animales.

Si bien es cierto en los últimos años estos se han ganado el corazón de la gente, también es una verdad de a puño que todavía quedan en el planeta muchos zombis que cometen abusos sistemáticos contra ellos, los torturan y los maltratan sin que ninguna ley los enjuicie.

En Colombia, los caballos han sido por siglos animales de carga u objeto de diversión hasta rayar en el maltrato. Felizmente, las zorras o carretillas, que hasta hacía muy poco hacían parte del paisaje de nuestras ciudades, se han venido desmontando, gracias a Ley 769 del 2002, que prohíbe este tipo de transporte urbano.

En Cartagena, las carrozas de tracción animal recorren hasta 25 kilómetros bajo la mirada cómplice del propietario del hotel y del turista, que, en aras de conservar una vieja tradición colonial, vienen maltratando a los equinos. Debido a esa vieja práctica colonial, en Cali realizaban en diciembre la famosa cabalgata, donde el saldo de corceles heridos y muertos era sorprendente.

Ni qué decir de los canes y los gatos que son envenados por vecinos díscolos en las unidades residenciales y expulsados de los centros comerciales donde abunda la riqueza.

El catedrático Jota Bayona, especialista en política y resolución de conflictos no comprende cómo los animales, estando por fuera del conflicto, continúan siendo víctimas del maltrato y la violencia humana.

En estos tiempos de exacerbación de las violencias (incluso cuando somos felices), el ser humano no solo debe pensar en aplicar una ética, sino también una bioética, donde sus compañeros de viaje, como son el caballo, el perro y el gato, tengan los derechos que se han conquistado desde que se domesticaron y aprendieron a leer el sentimiento de sus amos.

fabiomartinez

http://www.eltiempo.com/opinion/columnistas/el-derecho-de-los-animales-/14222727

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