YO SOY Juan el Bautista. Fui el hombre que predijo el advenimiento del Cristo Mesías.
YO SOY y he venido para narrarles la historia de mi vida y ofrecerles algunas orientaciones para sus vidas presentes.
Muchas cosas han cambiado en la Tierra desde mi encarnación física. Muchas cosas han cambiado en el entorno y en lo relacionado con la vida familiar y privada y el trabajo de las personas. Hay muchas cosas nuevas. Hay muchos nuevos descubrimientos puestos al servicio del mundo externo.
Sin embargo, si apelamos a la visión mundial del hombre, a su visión sobre Dios y a la estructura del universo, los cambios en este sentido no han sido muchos. Sí, se ha cambiado de terminología y se han realizado muchos descubrimientos científicos que revelan la estructura del universo y las leyes del mundo físico.
Pero al mismo tiempo, la conciencia del hombre se quedó anclada en esa época, atada a las manifestaciones externas del mundo físico, al buque de guerra externo a Dios, a los rituales externos – como si no hubiesen transcurrido 2000 años desde la época de mi encarnación física.
El humano se vale de cualquier concepto y cualquier descubrimiento científico a la velocidad del rayo para aplicar estos descubrimientos; no para elevar su mirada a Dios sino para separase más de El.
Ustedes creen que avanzan al utilizar los estilos contemporáneos durante la realización de los servicios eclesiásticos; a ustedes les parece contemporáneo usar la terminología científica para explicar el universo.
Cualquier descubrimiento científico y cualquier avance de la conciencia humana son instantáneamente usados para alejarse más de Dios.
La simplicidad del sentimiento hacia Dios y la simplicidad de la vida en servicio a Dios son encubiertos por ustedes a través de un sinnúmero de términos y conceptos contemporáneos.
Ustedes hacen gala de una enorme cantidad de términos técnicos para referirse a Dios. Si han puesto tanto esfuerzo para destruir realmente eso que los separa de Dios en su conciencia, entonces la vida en la Tierra podría revertirse con el simple toque de su varita mágica.
La mayoría de las invenciones contemporáneas ponen una barrera insuperable entre ustedes y Dios.
Durante mi encarnación física, como ustedes saben, yo vivía en un desierto. Me alimentaba de la miel de las abejas silvestres y de las langostas (akrides). A mucha gente le parecía extraño. Pero, solo aislándome de las multitudes y las vanidades, podría conseguir en medio de mi soledad comunicarme con Dios. Y no hubiese cambiado esta interacción con Dios y no hubiese cambiado esta interacción por ninguna riqueza ni honor humano.
Rara vez, me comunicaba con la gente y la principal doctrina que les impartía versaba sobre la purificación de sus almas, sobre la preparación para la llegada del Mesías.
La gente interpretó mis palabras como la llegada de un Mesías externo, el hombre, quien los salvaría de sus problemas e infortunios.
Sin embargo, lo que quise decir no se dirigía solamente a la llegada de un Mesías externo sino también al advenimiento del Mesías interno, quién habita en el interior de cada uno. Y preparo la conciencia de las personas para la llegada del Mesías.
Pienso que ninguna de las personas de aquel entonces entendió sobre lo que hablo ahora. Aunque la conciencia humana cambió un poco, se espera la llegada de Cristo. Y El ha llegado para cumplir su misión con honores.
Mi sermón me costó la vida. A diferencia de la mayoría de las personas, los hombres a cargo de la iglesia entendieron muy rápidamente mi doctrina. Si ésta hubiese sido comprendida por el común de las gentes, éstas habrían abandonado sus adoraciones y rituales externos para siempre y se hubiesen dirigido al encuentro con el Mesías real, la parte real dentro de sí, el encuentro con el Dios interno.
Y habiendo logrado esta interacción interna, habiendo logrado el acceso a esta beatitud dentro de sí, la gente nunca hubiera podido creer en ninguna religión externa ni en maestros externos.
La gente que hubiese logrado el acceso al estado divino de conciencia, se hubiese unido muy rápidamente con similares a ellos. El estado divino de conciencia es tan contagioso como la manifestación de los estados no divinos de conciencia que tienen la mayoría de las personas ahora.
Las personas están mucho más interconectadas a nivel del plano etérico. Es así como un pensamiento de felicidad, un buen pensamiento, surgido de mente y de corazón, puede extenderse de corazón a corazón del mismo modo que podemos encender un millón de velas desde una sola vela.
Evidentemente, yo no tuve la oportunidad de llevar mi doctrina a un gran número de personas. Solo me enfoqué en aquellos pocos, que se aventuraron hacia mí y me escucharon. La gente temía adquirir conocimiento de mi parte porque los hombres de la iglesia les prohibían aliarse conmigo. Fue difícil para mí impartir conocimiento a la gente.
Observen qué diferente es el tiempo ahora. Yo les imparto este dictado y al mismo tiempo les ofrezco la oportunidad de familiarizarse con él, incluso si están al lado opuesto del globo. Este es verdaderamente el tiempo de las oportunidades.
Ni siquiera tenemos que derrochar esfuerzos para congregar a la gente, lista para escuchar la doctrina en un lugar señalado del globo. Ustedes reciben nuestra doctrina y nuestras vibraciones gracias al regalo bendito, ofrecido por St. Germain a la humanidad – Me refiero al Internet. Y éste es uno de los pocos servicios provechosos que ofrece el internet, el cual es de evidente beneficio y, de hecho, fue para esto que esta invención ha sido precipitada al plano físico.
Benditos corazones, ustedes tienen la oportunidad de escuchar las doctrinas de los grandes Seres de Luz, quienes han encarnado para enseñar a la humanidad durante los últimos miles de años.
Ustedes tienen la oportunidad de recibir un influjo de Energía Divina como nunca antes a través de estos dictados. Y esta dispensación, este regalo de los Cielos, se hizo realidad gracias a esta nueva oportunidad. Valoren esta oportunidad. Beban del néctar de la Energía Divina. Y recuerden, ni una sola gota de esta energía deberá perderse por nada. La energía les es dada para que se sirvan realizar buenas acciones y no para indagar quien es más importante entre vosotros y quien es más divino.
Esto no se puede medir a través de su conciencia humana. Aquel más alto entre vosotros, es quien sirve más a la vida, es aquel que sirve a todos los seres vivos sin pedir nada a cambio. Puesto que no hay nada en esta vida que merezca cambiarse por el regalo de la interacción divina, por la oportunidad de servir a Dios en toda forma de vida.
Por lo tanto, sírvanse recibir la energía de acuerdo con este propósito. Preparen vuestros templos para el advenimiento del Mesías, permitan que vuestro Mesías, vuestro Ser Crístico llegue a ustedes, permanezca con ustedes, hable a través de ustedes, actué a través de ustedes.
Oh, Amados, me regocijo porque el Amado Alfa haya abierto esta oportunidad para ustedes en este tiempo difícil pero verdaderamente bendito para el planeta.
Me complace reunirme con todos los que decidan elevar sus vibraciones hasta mi nivel y pueda llegar a ustedes en persona y conversar con ustedes a través del corazón.
Amados, benditos, créanme; todo será tal como se ha predicho. Sus ojos se recuperarán y podrán vernos y asociarse con nosotros y caminar con nosotros y conversar con nosotros.
No hay restricciones en el mundo divino. Ustedes mismos generaron estas restricciones a través de su conciencia y el tiempo ha llegado, al fin, para liberarse de ellas.
Yo no puedo contener tanta felicidad, me siento rebosante por la oportunidad de solicitarles rectitud. Y sepan que muchos, muchos quienes leen estas líneas, están preparados para interactuar conmigo desde ya.
¿Pueden imaginar cómo cambiaría el mundo si todos recibiesen la oportunidad de una recta interacción con la Jerarquía Celestial? Y así es. Tarde o temprano. Y sucederá exacta e inevitablemente, tal como después del invierno llega la primavera, y luego el verano.
YO SOY Juan el Bautista, el profeta Elías y les ofrezco esta profecía. Y mi profecía ciertamente será cumplida y esto también lo saben ustedes en sus corazones.
YO SOY Juan El Bautista.
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Gracias Domi, San Juan Bautista es el único santo que se celebra su nacimiento, igual que el Señor Jesús.