Respetas a los demás. Vives y dejas vivir, mientras que los demás se mantengan en esa misma línea de respeto.
¿Y si no se mantienen? ¿Y si hay personas que traspasan esos límites?
¿Es saludable ser tolerante en esos casos?
En mi opinión (y en la de gente que sabe más que yo), no es sano tolerar ciertos comportamientos.
Digo, una cosa es que un amigo te dedique un día un comentario hiriente y tú lo dejes pasar. (Cualquiera comete errores.) Otra, es que tu amigo continúe en las mismas y, como tú lo dejas, siga ofendiéndote y haciéndote de menos.
Una cosa es que tú contrates un servicio (el que sea) y que la compañía que te lo brinda tenga un fallo contigo. Otra distinta, es que continúe viéndote la cara, una y otra vez.
Una cosa es que tú ayudes a una persona de buena fe. Otra, es que esta persona se aproveche de eso para exprimirte cada vez que pueda.
Una cosa es que un día te llame un molesto teleoperador cuando estás durmiendo la siesta. Otra, es que te acose todos los días y los fines de semana.
Ejemplos sobran. ¿Qué haces tú ante comportamientos abusivos como ésos?
Es saludable aceptar las cosas como vienen. Especialmente, cuanto tú no tienes ningún control sobre ellas.
Pero tragarse la rabia y resignarse, cuando sí hay algo que puedes hacer para cambiarlas y darte a respetar, NO es saludable.
No es saludable poner buena cara ante el acoso, el abuso o el atropello. Si tú respetas a los demás, estás en posición de exigir lo mismo.
A veces tienes que levantar la cabeza y hablar con contundencia; buscar la manera de romper con la situación que está erosionando tu paciencia, tu equilibrio y tu salud.
Hay comportamientos que, por ti, no puedes ni debes tolerar. Porque, si lo haces, además del inconveniente en sí, a la larga te sentirás peor contigo mismo por permitir el abuso.
La tolerancia tendría un límite y de traspasarlo, es miedo arraigado, condicionado, especialidad del sistema de organización social piramidal.
En general no soy tolerante. Yo tengo mucho cuidado de no ofender a nadie, y no quiero que nadie me ofenda. Perdono con facilidad ofensas livianas, pero he notado que quien te ofende, aunque lo perdones, lo que yo hago para tener la experiencia, en general vuelven a caer en la ofensa.
Si Maria tienes razón.
Los demás te tratan como vos les enseñás que te pueden tratar. Si reinciden en ser ofensivos o irrespetuosos es porque se les permite. «Si me mentis una vez la culpa es tuya; si me mentis dos veces, la culpa es mía. . .»
Sí, Vania y Adriana. Así es exactamente. Abrazos a las dos.