El nacimiento de la espiral galáctica: video muestra cómo se formó la Vía Láctea

Entra en trance viendo girar miles de millones de estrellas en torno al centro galáctico y observa la sagrada espiral que da movimiento y vida a todas las cosas (lo más cercano a una firma de creación divina). La materia y la energía unidas a través del pegamento cósmico de la gravedad van cincelando los brazos espirales en esta formidable video simulación hecha en la Universidad de Zurich.

La simulación constituye una celebración científica de 20 años intentando producir un modelo capaz de recrear el génesis de una galaxia espiral como la Vía Láctea. Un time-lapse épico que representa visualmente las matemáticas y las ecuaciones físicas que subyacen la formación de una galaxia como la nuestra y que solo ha sido posible con la ayuda de poderosas computadoras. “La simulación computa un tipo de universo sintético desde el Big Bang hasta el momento presente”, dice el astrofísico Lucio Mayer.

Utilizando cálculos de los astrofísicos Lucio Mayer (de la Universidad de Zurich) y de Peiro Madau (de la Universidad de California en Santa Cruz), y empleando las supercomputadoras Cray XT5 “Monte Rosa” del Centro Nacional Suizo de Supetcomputación y la Pléyades de la NASA, este modelo comprende 790 mil millones de masas solares y la interacción de más de 60 millones de partículas para dar lugar al surgimiento de la espiral galáctica. Una computadora normal habría tardado 550 años en procesar los cálculos necesarios para una simulación realística.

Un millón de años después del Big Bang empiezan a nacer las primeras galaxias de nubes de hidrógeno, estrellas y materia oscura, la gravedad une a estas galaxias haciendo que crezcan por 13 mil millones de años hasta hoy.

Aproximadamente 10 mil millones de años antes la última gran fusión de galaxias tiene lugar y después de esto el disco de la galaxia espiral empieza a formarse. Las galaxias están rodeadas de halos gigantes de materia oscura —solo el 10%, al interior de la galaxia, es materia como la conocemos.

La Vía Láctea, matriz de estrellas, se formó hace 13.2 mil millones de años —se calcula que el universo tiene 13.7 mil millones de años de edad— y en su diámetro de 100 mil años luz contiene alrededor de entre 200 mil millones y 400 mil millones de estrellas. La nave galáctica se mueve a cerca de 600 km por segundo y tarda en completar una rotación entera entre 15 y 50 millones de años. Aunque su inmensidad es avasalladora para nosotros, la Vía Láctea es apenas una de por lo menos 200 mil millones de galaxias observables.

El centro  de la galaxia se encuentra a una distancia de casi  26 mil años luz del Sol, por lo cual la radiación que emana el centro de la galaxia tarda alrededor de 26 mil años en llegar a nuestro planeta. Esto es importante porque la emanación de rayos cósmicos y rayos gamma puede tener notables efectos en el ecosistema de nuestro planeta.

Además de alejarse y acercarse de la Vía Láctea, nuestro sistema solar tiene un movimiento hacia arriba y hacia abajo en el plano galáctico que dura 64 millones de años.

Investigadores de la Universidad de California en Berkely descubrieron a través de fósiles marinos que la biodiversidad aumenta en nuestro planeta en ciclos de 62 millones de años. Al menos dos de las grandes extinciones masivas de la Tierra encajan con el ciclo de movimiento solar a través del plano galáctico —en los períodos en los que nuestro sistema solar se vuelve vulnerable a estas emanaciones galácticas.

Los remolinos de luz que giran vertiginosamente como una aspiradora espacial con divina violencia son de la forma más profunda nuestra sustancia prístina, el polvo surtidor que fuimos y seremos.

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