Desde hace ya algo más de un año en las sesiones de liberación no solo identificamos y liberamos las emociones atrapadas relacionadas con nuestros bloqueos o desequilibrios, sino que también liberamos los “patrones de comportamiento” subconscientes que están en el origen de dichos bloqueos. Estos patrones de comportamiento o “programas” suelen ser aprendidos de nuestros padres cuando somos niños y luego interiorizados y manifestados en nuestra vida, de ahí el dicho de “eres como tu madre“, o “eres como tu padre“. 😉
Hay momentos en nuestra vida en los cuales como consecuencia de nuestras vivencias, y más específicamente, como resultado de la interpretación o el significado que le damos a dichas vivencias interiorizamos algo como: “no te puedes fiar de nadie“, “solo cuentas contigo mismo“, “nadie me quiere“, “no merezco ser feliz“, etc. Esto es un “programa“. Luego en nuestra vida lo que hacemos es mirar las situaciones a través de estos filtros que distorsionan la realidad y nos muestran aquello que queremos ver (basado en lo que creemos es verdad para nosotros). Por ejemplo si tengo un programa de “desilusión“, miraré a los demás y sus actuaciones a través de este prisma y estaré atento a ver cuando me desilusionan sin darme cuenta de que en el fondo la “des-ilusión” no es más que el resultado de haberme apegado a una “ilusión”, por ejemplo que “los demás deberían hacerme feliz“, “deberían hacer lo que yo quiero“, “deberían hacer tal o no deberían hacer cual, para yo sentirme bien“. Sin darme cuenta de que en el fondo son mis expectativas de lo que los demás deben o no deben hacer los causantes de mi malestar, no la actuación de dichas personas. No me doy cuenta de que la “des-ilusión” es una elección basada en el miedo. Es una percepción errónea basada en el miedo, y que siempre que me dejo llevar por el miedo sufro, no debido a la situación que yo considero responsable de mi sentir, sino debido a mi elección del miedo y por lo tanto mi rechazo a mi verdadera naturaleza que es amor, comprensión, compasión y confianza. No me puedo sentir bien si rechazo a mi Ser. Observar estos patrones de comportamiento y darme cuanta de que en el fondo no son lo que yo soy, sino un programa de conflicto en mi mente, es fundamental para recuperar mi bienestar emocional. Darme cuenta de que si no me siento bien con mi “interpretación” de lo que estoy viendo o de mi experiencia vital, eso no puede venir de mi Ser. Y que siempre hay otra opción. Lo que pienso, mi interpretación, no es más que un punto de vista, una opción, no un hecho. Así que como dice Un Curso de Milagros es bueno recordar que “Podría ver paz en lugar de esto (miedo, desilusión, desconfianza, ira, ect.)” puesto que la paz es una opción que siempre está disponible. Solo tengo que elegirla y dejar ir mi interpretación, basada en el miedo, y mi deseo de tener razón para experimentar la paz que siempre está presente. <3
Si quieres experimentar una sesión de liberación emocional y de patrones de comportamiento durante el mes de mayo seguimos con nuestras promociones. Tienes toda la información en el apartado de sesiones de este blog. Al llevarse a cabo a distancia no importa donde te encuentres ni el tiempo disponible que tengas. Es sencillo y efectivo. 🙂
El texto seleccionado hoy habla de como identificar esas creencias subconscientes que se encuentran en el origen de situaciones que se repiten en nuestra vida una y otra vez.
Nuestras creencias positivas pocas veces suponen un problema. La gente no suele quejarse de un exceso de alegría, o de que se sienten abrumados porque les pasan demasiadas cosas buenas en la vida. Son las pautas negativas las que nos causan problemas. O, tal vez, de manera más precisa esnuestra percepción de dichas pautas como negativas la que puede convertirse en la raíz de nuestros mayores sufrimientos. Las experiencias que hacen que la gente se quede estancada casi siempre hunden sus raíces en las que consideramos como creencias negativas que adquirimos al comienzo de la vida. Y precisamente por el hecho de que son subconscientes, nos resulta difícil verlas en nosotros.
Si podemos reconocer las pautas que tenemos impresas en las personas, situaciones y relaciones de nuestra vida, tendremos una buena idea de nuestras creencias subconscientes en las que tienen su origen.
Por este motivo invito a los participantes de mis cursos a completar un cuestionario que les pide queidentifiquen las características de sus cuidadores cuando eran niños, especialmente aquellos rasgos que consideran negativos. El propósito de esta primera parte del ejercicio es identificar las impresiones y creencias subconscientes que nos formamos de estas características (negativas) cuando éramos niños, más que como las vemos ahora, después de todas las experiencias de nuestra vida adulta. El proceso es rápido, simple y eficaz.
Si quieres entender las creencias subconscientes que pueden estar actuando en tu vida actual, rellena la información de la forma que se dan en los encabezamientos. Como he mencionado, es en las cualidades negativas donde solemos encontrar pistas de nuestras pautas inconscientes más problemáticas. Por eso empezamos el ejercicio recordando cómo las veíamos en nuestros cuidadores masculinos y femeninos.
– Hombre (+): Haz una lista de las características positivas (+) de tus cuidadores hombres. Puede tratarse de cualquier persona, como padres (biológicos o adoptivos), hermanos, otros parientes o amigos de la familia. Independientemente de quienes sean, esta pregunta hace referencia a las personas que cuidaron de ti durante tus años formativos, aproximadamente hasta los 15 años.
– Hombre (-): Haz una lista de las características negativas (-) de los mismos cuidadores.
– Mujer (+): Haz una lista de las características positivas (+) de tus cuidadores mujeres. Puede tratarse de cualquier persona, como madres (biológicos o adoptivos), hermanas, otros parientes o amigos de la familia. Independientemente de quienes sean, esta pregunta hace referencia a las personas que cuidaron de ti durante tus años formativos, aproximadamente hasta los 15 años.
– Mujer (-): Haz una lista de las características negativas (-) de los mismos cuidadores.
Nota: recuerda que has de basar tu lista en tu manera de contemplarlos con la inocencia de un niño.
Una pista que te resultará útil: usa palabras sueltas, adjetivos concisos o frases breves.
Una muestra de los términos que salen al hacer este ejercicio nos confirma que las palabras empleadas para describir a nuestros cuidadores son casi idénticas: Distante, Juzgador, Frío, Controlador, Celoso, Temeroso, Inalcanzable, Estricto, Deshonesto, Crítico, Injusto, Exigente.
A veces podríamos pesar que todos venimos de la misma familia. 😉
Una vez has contestado a las preguntas anteriores, vamos a contestar a la siguiente pregunta: ¿Qué es lo que más querías y necesitabas de tus cuidadores? Aunque hay una míriada de cosas que podrían haber mejorado nuestra vida, aquí nos preguntamos qué queríamos verdaderamente de nuestros cuidadores. Con frases sueltas o frases simples, haz una lista de las cosas que para ti era más importante recibir de tus cuidadores. En esta ocasión, cuando respondas, hazlo desde la perspectiva de tu vida actual, desde tu perspectiva adulta.
A continuación, rellenamos la siguiente pregunta. Su propósito es identificar cualquier frustración recurrente que recuerdes de tu infancia. Pueden ser tan grandes o pequeñas como las recuerdes, y pueden ir desde no ser escuchado o abrazado hasta desear reconocimiento por tus logros. De niños somos muy creativos, y generalmente encontramos el modo de conseguir lo que necesitamos de una manera u otra. Después de anotar cada frustración infantil, describe que hiciste con ella. ¿Cómo superaste los obstáculos que se presentaban para conseguir lo que necesitabas? Puede tratarse de temas simples, como por ejemplo: “Me saltaba las reglas“, “Me retiraba del mundo“, “Encontraba otra persona en que apoyarme“.
1.- ¿Cuales han sido tus frustraciones de niño?
2.- ¿Cómo abordaste tus frustraciones?
Como en los caso anteriores en la medida en la que puedas responde con palabras sueltas o frases breves, y así será más fácil trabajar con las respuestas.
La última parte del ejercicio destinado a descubrir tus creencias inconscientes consiste en completar el esquema simple que se propone seguidamente, usando las palabras sueltas o frases breves que has utilizado en los diferentes pasos. Mientras lo haces, por favor recuerda que no hay absolutos. En la vida, las cosas raras veces están tan definidas que puedas decir “esto es absolutamente así” o “esto es definitivamente lo que ocurrió”. Aquí estás buscando temas y pautas subconscientes que podrías estar repitiendo en tu vida actual.
Para descubrirlas por ti mismo, completa las declaraciones siguientes en otra hoja de papel o en tu diario.
Declaración 1: A veces atraigo gente a mi vida que son (acaba la frase con las palabras de la primera pregunta, las características negativas de tus cuidadores) ___________________________
Declaración 2: Yo quiero que sean (acaba la frase con las palabras de la primera pregunta, las características positivas de tus cuidadores) __________________________________________________
Declaración 3: ….para poder tener (acaba con las palabras que escribiste como respuesta a la pregunta: ¿Qué es lo que más querías y necesitabas de tus cuidadores?) _____________________________________
Declaración 4: A veces me impido conseguir esto haciendo (acaba con las palabras de la respuesta a la pregunta: ¿Cómo abordaste tus frustraciones?) ___________________________________
No te sorprendas si ves que algunas pautas de tu biografía empiezan a destacar incluso antes de completar el cuadro.
En cuanto empezamos a identificar nuestras pautas, parece que todo lo demás encaja en su lugar. Lo que sigue es una muestra del aspecto que podría tener un cuadro completo:
Declaración 1: A veces atraigo personas a mi vida que son iracundas, inalcanzables, críticas.
Declaración 2: Quiero que sean amorosas, comprensivas, complacientes.
Declaración 3: …para poder tener amor y compañía.
Declaración 4: A veces me impido conseguir esto retirándome del mundo, saltándome las normas.
Este simple ejercicio es una herramienta eficaz para ayudarte a detectar tus verdaderas creencias, que se derivan de tus recuerdos, percepciones, juicios y deseos. Respondiendo honestamente a cada una de estas preguntas podrás ensamblar los elementos de tus creencias subconscientes, que pueden arrojar nueva luz sobre las experiencias que has atraído a tu vida.
Como he mencionado antes, en el tema de las creencias subconscientes no hay absolutos. Este ejercicio sólo está diseñado para proponerte una directriz e identificar pautas generales. Esto es lo que te dice la información extraída del ejercicio:
– La declaración 1 te ayuda a reconocer que a veces atraes a tu vida, o que has atraído en el pasado, a personas con las características que menos te gustaban de tus ciudadores infantiles. Aunque no sea una elección consciente hallar este tipo de individuos, tampoco es una coincidencia. Dado que percibiste estas cualidades como negativas cuando eras niño y tuviste una fuerte aversión a ellas, pusiste una “carga” emocional sobre ellas. Tu disgusto hacia la cualidad negativa (como sentirse criticado o ignorado) se convierte en el imán que la atrae a tu vida adulta. Por supuesto, a veces estas características están eclipsadas por otras, que son tus preferidas y hacia las que te sientes atraído de manera positiva. Esto es habitual en las relaciones de pareja y en las amistades, donde al principio tendemos a ver únicamente los atributos favorables que queremos ver. La atracción inicial del romance o la confianza nos lleva a una relación que acabará activando nuestras aversiones más intensas y profundas.
Ésta puede ser la razón por la que no deja de ser habitual que, en el calor de una discusión,comparemos a nuestro amigo o a nuestra pareja con nuestra madre, padre u otro cuidador de la infancia. Honestamente sentimos que es así porque nuestras relaciones adultas reflejan todas las respuestas de nuestros cuidadores ante el mundo. A nivel subconsciente podemos desarrollar la creencia de que las personas con “malas” cualidades son malas personas.
– La declaración 2: te ayuda a ver que las cosas que a menudo esperas de los demás son las cualidades que consideraste buenas o positivas en tus primeros cuidadores. De modo que no puede sorprendernos que las expresiones de amor, cuidado y cariño que buscamos en nuestras relaciones más íntimas sean las que percibimos como positivas al comienzo de nuestra vida. Entonces fueron beneficiosas para nosotros, y aún seguimos viéndolas así en la vida adulta. Creemos que son buenas y que quienes las poseen son buenas personas.
– La declaración 3: te hace consciente de las cosas que más quieres y necesitas en la vida desde el punto de vista de un niño. En último término, la respuesta a esta pregunta indica que aunque ahora seas adulto, sigues buscando, esencialmente las mismas cosas que buscaste en tu juventud, aunque ahora tratas de encontrarlas de maneras más adultas y sofisticadas.
– La declaración 4: es la principal razón para realizar este ejercicio (aunque las declaraciones 1, 2 y 3 sean interesantes y puedan arrojar luz sobre las pautas de tu vida). Sugiere quesubconscientemente podrías estar cortocircuitando la gran alegría y los logros de tu vida al intentar satisfacer tus necesidades usando versiones actualizadas de las técnicas que aprendiste de niño. Somos criaturas de hábitos. Cuando encontramos algo que funciona, tendemos a quedarnos con ello. Esto puede ser saludable si ese “algo” es un proceso que afirma y honra la vida. Pero puede ser insano y destruir nuestros sueños más queridos si nos deshonra a nosotros mismos o a otras personas, y es una manera retorcida de superar los obstáculos de la vida para conseguir lo que queremos y necesitamos.
~~Texto extraído de “La curación espontánea de las creencias“. Gregg Braden
https://elcodigodelaemocion.wordpress.com/category/autores/gregg-braden/