Es innegable que Michel de Nôtre-Dame, más conocido como Nostradamus, es famoso principalmente por la publicación de su colección de profecías titulada Les Prophéties, “Las Profecías”. Nostradamus está reconocido como autor de muchas exactas predicciones acerca de diversos acontecimientos mundiales de gran importancia, entre ellos la Revolución Francesa, la Segunda Guerra Mundial y el 11 de septiembre del 2001. Pero quizás no sea tan bien conocido el hecho de que Nostradamus había trabajado por cierto tiempo como boticario (farmacéutico), además de haber estudiado medicina. Aún resulta más curioso que el libro de cocina que escribió contenga recetas tanto de pociones mágicas como de confituras.
Vida de Nostradamus
Nostradamus ingresó en la Universidad de Aviñón a la edad de 14 años, donde recibió la educación clásica habitual de la época. Tras aproximadamente un año siendo estudiante, no obstante, Nostradamus fue obligado a abandonar Aviñón al desencadenarse una epidemia de peste, viéndose la universidad obligada a cerrar sus puertas. Al parecer, Nostradamus pasó este tiempo viajando por el país, en busca de hierbas medicinales y trabajando como boticario.
Retrato de Nostradamus pintado por su hijo César. ( Public Domain )
Algunos años después de haber trabajado como boticario, Nostradamus ingresó en la Universidad de Montpellier como estudiante de medicina. Cuando los directores de la universidad descubrieron cuál había sido su trabajo anterior le expulsaron, ya que el de boticario estaba considerado un ‘oficio manual’, y por tanto su ejercicio prohibido por los estatutos de la Universidad.
De este modo, Nostradamus se puso en camino de nuevo, viajando por toda Francia y llegando incluso hasta Italia. Gracias a sus conocimientos como boticario, Nostradamus trató a enfermos de peste. En esta época, las prácticas habituales que se empleaban para tratar a estos enfermos incluían el uso de pociones a base de mercurio, sangrías y vestirlos con ropas impregnadas de ajo.
Las innovaciones de Nostradamus
Parece ser que Nostradamus no hizo nada de esto. En cambio, puso en práctica medidas higiénicas efectivas al mantener a sus pacientes limpios y retirar los cadáveres infectados de las calles de la ciudad inmediatamente. Por otro lado, se sabe que Nostradamus administró dietas bajas en grasa y recomendó a sus pacientes respirar aire puro. También se considera a Nostradamus creador de un remedio llamado ‘píldoras de rosa’, elaborado a partir del escaramujo, fruto de la rosa de mosqueta. Estas píldoras aportaban a los pacientes vitamina C, lo que al parecer proporcionaba cierto alivio a los enfermos leves de peste.
La rosa de Nostradamus ( abovetopsecret)
Gracias a su experiencia como boticario, Nostradamus fue capaz de escribir un libro titulado Traité des fardements et confitures , que se puede traducir como Tratado de la belleza y las confituras . Al parecer esta obra fue publicada por primera vez en 1555, aunque su prólogo data de 1552. El tratado de Nostradamus fue un best-seller en su época, aunque sus recetas podrían no ser todas originales del propio Nostradamus.
El ‘Tratado de la belleza y las confituras’
En la primera parte de su tratado, cuyo tema es la ‘belleza’, Nostradamus ofrece recetas, entre otras, para teñirse el pelo de rubio, fabricar pasta de dientes en polvo (con caparazón de sepia y caracolas marinas calcinadas), y para elaborar una ‘poción amorosa’. Los ingredientes para esta ‘poción amorosa’, por ejemplo, incluían la sangre de siete gorriones machos, ámbar gris, almizcle, vino de Creta y azúcar. Se creía que esta ‘poción amorosa’ era capaz de excitar el deseo de un/una amante por realizar el acto sexual cuando se introducían unas gotas de esta poción en su boca al besarle, o besarla.
De Nostradamus, menos conocida que su faceta como profeta son sus conocimientos como farmacéutico, en un sentido amplio del término ( pharmaceutical-journal)
El azúcar parece ser un ingrediente destacado en las recetas de Nostradamus, y esto queda aún más claro en la segunda parte de su obra, la que trata sobre ‘confituras’. Entre las recetas de este capítulo hay una de mermelada de cereza, cuyo encabezamiento ha sido traducido como sigue:
“Para hacer confitura de cerezas que sea tan clara y bermeja como un fino rubí, y de bondad, sabor y virtud excelentes, de modo que las cerezas se conservarán perfectamente durante largo tiempo sin añadir ninguna otra cosa, sino la propia fruta, y será digna de ser servida a un rey por su suprema excelencia.”
Otra receta, con un nombre más corto, es la siguiente: “Otra forma de elaborar confitura de cerezas, más delicada que la primera pero más deliciosa, y también para Grandes Señores.” Hay además recetas para piel de naranja confitada (“Para elaborar piel de naranja confitada, empleando azúcar y miel, que será extraordinariamente deliciosa”) , peras confitadas y mazapán. Considerando que el azúcar era un artículo de lujo en la época de Nostradamus, estos dulces manjares quizás solo pudieran ser preparados por aquellos que pudieran permitirse esta cara mercancía.
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