Todos al momento de consumir miel de abeja preferimos una miel pura, muchas personas saben esto, de modo que se aprovechan para hacer negocios de ventas de miel. Esto no está nada mal, el problema radica en que algunas personas toman ventajas y venden miel falsa y la hacen pasar por miel pura, se ganan el dinero como si estuvieran vendiendo algo de calidad.
Entre tantas marcas de miel que existen hoy día, todas asegurando ser pura de abeja, es difícil saber cuál es y cuál no. Pero a pesar de la dificultad existen algunas formas de identificar si nos están vendiendo una miel falsa o no.
Solamente en la comunidad europea y en el estado de florida tienen estándares para el etiquetado de la miel,obligando a los productores a indicar cuando la miel es pura o cuando tiene algún otro compuesto, de modo que solo las personas que viven en estos países tienen la certeza de que están comprando un tipo de miel especifica o no; nosotros los que no pertenecemos a estos países tendremos que utilizar ciertos trucos para darnos cuenta.
Las investigaciones que se han realizado en los últimos años por el Food safety news indican que solo el 76% de la miel vendida en las tiendas es tratada con “ultrafiltración”, este es un proceso que no solo elimina las impurezas como la cera, sino que también elimina el polen. La mayoría de las marcas se demostró entonces que tienen miel ultra-filtrada.
¿Qué es la miel pura?
La miel pura es la miel que se recolecta de la colmena de las abejas y es envasada sin sufrir ningún proceso de alteración, esta miel no es ni calentada, ni se le añade ningún componente que pudiera alterar su composición original.
¿Cómo identificar cuando la miel es pura?
El día de hoy queremos enseñarles como darnos cuenta de que la miel sea pura siguiendo estos pasos:
Prueba de absorción: realizaremos esta prueba derramando unas gotitas de miel encima de un papel, si la miel tarda mucho tiempo en romper el papel es pura, pero si al derramar las gotas en el papel la miel traspasa el papel es procesada.
Prueba de pegajosidad: tome un poco de miel y frótela en sus dedos, si se absorbe fácilmente en la piel y luego de varios segundos no se queda pegajosa, significa que es verdadera, ya que en caso contrario significa que es artificial porque contiene edulcorantes artificiales.
Prueba con fuego: sumerja una vela con mecha de algodón en la miel, con un encendedor trate de encender la vela, si prende la miel es 100% pura, si se quema es significado de que la miel contiene agua y esto no permite que la mecha encienda.
Prueba con agua: este es uno de los indicadores más sencillos, la miel pura cuando se liga con agua forma grumos y cae al fondo, la miel falsa simplemente se derrite.
Caramelizar: coloque unas cucharadas de miel en un recipiente y caliéntela a una temperatura elevada en un microondas. La miel verdadera se carameliza, pero la falsa se llena de burbujas y se convierte en espuma.
Cristalización: la miel falsa se mantiene en forma de jarabe líquido, mientras que la pura cristaliza con el tiempo.
Etiqueta: aunque parezca algo sencillo y obvio, pero leyendo la etiqueta de algunas marcas indican la composición de la miel. Algunas personas no leen los ingredientes, de modo que en este caso no es culpa de la compañía.
Cuando la miel es pasteurizada se le destruyen algunos de los micronutrientes, ya que esta miel se somete a un proceso de calentamiento a 65-80 grados Celsius, esto provoca que la miel sea refinada convirtiéndose en un producto no apto para usos terapéuticos. La miel refinada cambia su textura, color y sabor, adquiriendo un sabor a cocido debido a la caramelizarían.
fuente/estiloconsalud.com