La miel natural es un alimento especialmente saludable y repleto de propiedades que se ha venido usando como remedio tradicional desde hace muchos años.
En la actualidad, la ciencia ha estudiado y confirmado sus beneficios y yo los he reunido en una pequeña lista para que aprendas cómo la miel puede ayudarte a bajar el colesterol o los triglicéridos, entre otros.
¿Cómo se obtiene la miel?
La miel es un producto natural elaborado por las abejas (1).
Durante la época de polinización, las abejas salen de su colmena y recorren largos trayectos para recoger el mejor néctar de las flores, un azúcar líquido que poseen las plantas.
De vuelta en la colmena, las abejas trabajan en equipo y sin descanso para fabricar lo que conocemos como miel.
Para ello, cada abeja digiere y regurgita el néctar recogido mezclándolo con sus propias enzimas –con el fin de cambiar las propiedades del azúcar– y lo pasan de abeja a abeja hasta que finalmente el néctar es transformado en miel.
A continuación, las abejas la depositan en las celdas de los panales, las cuales sellan con cera para dejar que la miel madure: esto es lo que nos indica que la miel está lista para el consumo humano.
La miel tiene una consistencia normalmente viscosa pero también fluida, y su color puede ir desde muy claro o pardo oscuro dependiendo del néctar con el que se ha elaborado.
10 propiedades saludables de la miel
1. Contiene una pequeña cantidad de nutrientes
La miel es un edulcorante natural y, normalmente, los edulcorantes sólo suelen estar compuestos de azúcar.
En el caso de la miel, ésta contiene azúcares en forma de fructosa, sacarosa, glucosa y maltosa, pero también tiene cierta cantidad de vitaminas y minerales.
Esta cantidad es muy reducida y de ninguna manera cubre las necesidades diarias de tu organismo, pero la miel posee otras sustancias antioxidantes y compuestos vegetales bioactivos que le conceden unas virtudes especiales (2).
Según la procedencia del néctar utilizado para elaborar la miel, ésta tendrá unas propiedades y composición distintas, destacando por su mayor calidad en cuanto a beneficios las mieles de color más oscuro (3).
2. Es rica en antioxidantes
La miel natural sin pasteurizar posee un elevado contenido de antioxidantes con compuestos fenólicos y flavonoides, diversas enzimas y ácidos orgánicos, lo cual convierte este endulzante en un poderoso antioxidante natural (4).
Los antioxidantes son unas sustancias que se encuentran en muchos alimentos y cuya función en el organismo es esencial para prevenir enfermedades crónicas como el cáncer o enfermedades cardiovasculares (5).
Como ya he indicado en el punto anterior, la composición de la miel varía según la procedencia del néctar y se ha confirmado que la miel de trigo sarraceno no sólo contiene muchos antioxidantes, sino que aumenta la capacidad antioxidante de la sangre (6).
3. Calma la tos en niños
Los expertos recomiendan dar una cucharada de miel antes de dormir a aquellos niños de entre 1 y 5 años que presenten tos, secreción nasal o cualquier otro síntoma de infección respiratoria alta viral (resfriado, por ejemplo) (7).
La miel como remedio natural para aliviar los síntomas causados por el resfriado común parece ser una alternativa eficaz y más segura que los fármacos diseñados para este fin, puesto que estos últimos suelen tener efectos secundarios en el niño (8).
Según diversos estudios, el consumo de miel antes de acostarse mejora notablemente los síntomas de la tos que impiden que el niño, y los padres, duerman bien (9).
Sin embargo, se desaconseja dar miel a niños menores de un año debido al riesgo que existe de que se infecten por una bacteria llamada C. botulinum y desarrollen botulismo (10).
4. Reduce el colesterol en sangre
Tener unos niveles altos de colesterol es sinónimo de enfermedades cardíacas, como infartos o derrames cerebrales.
Y este alimento tan rico también puede utilizarse para disminuir los niveles de colesterol en sangre.
Son varios los estudios que han confirmado que la ingesta regular de miel produce una mejoría importante en el perfil lipídico de quien la consume.
En otras palabras, la miel es un tratamiento efectivo que reduce el colesterol “malo” e incrementa el “bueno” (11):
- Colesterol total: -3 % en personas con niveles normales y -3,3 % en personas con valores altos.
- Colesterol LDL: -5,8 % en personas con niveles normales y -4,3 % en personas con valores altos.
- Colesterol HDL: +3,3 %.
La disminución y regulación de los niveles de colesterol previene la aparición de enfermedades del corazón.
5. Regula la tensión
La hipertensión o tensión alta también es otro factor de riesgo de enfermedades cardiovasculares y, de acuerdo con algunos estudios, la miel puede ayudar a regularla.
Ya he indicado antes que la miel es rica en una amplia variedad de antioxidantes con distintas propiedades terapéuticas, entre las que se incluyen la reducción de la presión arterial.
Se ha demostrado que la quercetina y el ester fenetílico del ácido cafeico presentes en la miel natural pueden provocar una leve disminución de la tensión arterial (12).
6. Es “apta” para diabéticos
Existen indicios de que la miel puede mejorar el perfil lipídico y otros factores de riesgo en personas diabéticas (13).
Sin embargo, no todos los expertos coinciden en que este alimento sea muy adecuado para pacientes de diabetes.
Ciertas investigaciones han mostrado que la miel puede alterar los niveles de glucosa en sangre, aunque no tanto como el azúcar (14).
En conclusión, los enfermos de diabetes pueden tomar miel de forma cautelosa y llevando un control de sus niveles de azúcar en sangre.
7. Disminuye el nivel de triglicéridos
Los mismos estudios que han revelado que consumir miel de forma regular reduce el colesterol, han observado que los niveles de triglicéridos también descienden.
En un estudio comparativo de los efectos de la miel y la sacarosa (azúcar) en el organismo, se encontró que la ingesta diaria de miel durante 30 días reducía en un 19 % el nivel de triglicéridos en personas con hipertrigliceridemia (11).
8. Es eficaz para el tratamiento de heridas y quemaduras
La miel también posee potentes propiedades curativas y cicatrizantes cuando se aplica sobre heridas, quemaduras, úlceras u otras afecciones de la piel.
En el pasado, nuestros antepasados la utilizaban como remedio natural para la curación y el alivio de heridas y en la actualidad los expertos han confirmado su eficacia como tratamiento tópico.
En un estudio llevado a cabo con 200 pacientes con heridas sépticas (infectadas con gérmenes patógenos) se concluyó que la miel puede usarse para curar cualquier herida infectada sin importar en qué parte del cuerpo se encuentre (15).
La miel posee importantes propiedades antimicrobianas, regeneradoras y desodorizantes y es muy eficaz a la hora de limpiar y cicatrizar heridas.
Asimismo, la aplicación tópica de miel es especialmente efectiva para tratar úlceras causadas por diabetes y también para otras enfermedades de la piel como herpes o hemorroides (16, 17).
9. Protege el corazón
Ya he explicado que la miel mejora numerosos factores de riesgo de enfermedades cardíacas a través de varios mecanismos:
Disminuye el colesterol.
Reduce los triglicéridos.
Regula la tensión.
Pero los antioxidantes presentes en la miel también protegen tu corazón de otras formas.
De acuerdo con los resultados de las investigaciones realizadas al respecto, los antioxidantes fenólicos de la miel pueden prevenir y reducir el riesgo de enfermedades cardíacas gracias a sus propiedades (12):
- Antitrombóticas: previenen la formación de coágulos sanguíneos.
- Antiisquémicas: mejoran el flujo sanguíneo.
- Antioxidantes: inhiben es estrés oxidativo de células.
- Vasorrelajantes: relaja los vasos sanguíneos.
El consumo regular de miel ayuda en la dilatación de los vasos sanguíneos, impide la coagulación de plaquetas y previene la oxidación del colesterol LDL.
10. Está riquísima
La miel natural tiene un sabor y un aroma únicos que la convierten en un manjar.
Puedes utilizarla como endulzante para la leche o para postres, pero no debes olvidar que la miel también es rica en calorías y azúcar.
Por ello, cuida su consumo y no abuses de ella, ya que ingerir grandes cantidades de miel no mejorará tu salud, sino todo lo contrario.
(1) ftp://ftp.fao.org/codex/Meetings/CCS/ccs7/S00_03s.pdf
(2) http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC3583289/
(3) http://www.scielo.org.ar/scielo.php?pid=S1851-75872013000100009&script=sci_arttext
(4) http://www.hindawi.com/journals/jamc/2013/313798/
(5) http://scielo.isciii.es/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1135-57271998000300003
(6) http://pubs.acs.org/doi/abs/10.1021/jf025897t?journalCode=jafcau
(7) http://pediatrics.aappublications.org/content/130/3/465.long
(8) http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC4264806/
(9) http://archpedi.jamanetwork.com/article.aspx?articleid=571638
(10) http://www.scielo.cl/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0716-10182009000200009
(11) http://downloads.hindawi.com/journals/tswj/2008/961837.pdf
(12) http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC3005390/
(13) http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/15117561
(14) http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/19817641
(15) http://scielo.sld.cu/pdf/cir/v50n2/cir06211.pdf
(16) http://digitalcommons.pcom.edu/cgi/viewcontent.cgi?article=1146&context=pa_systematic_reviews
(17) http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/25860226
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Publicado por Miriam
nutricionsinmas.com