https://lamenteesmaravillosa.com/
La filosofía oriental y el budismo están comenzando a ser claros referentes en la cultura occidental. Su forma de ver la vida promueve un equilibrio que echamos de menos. Es la unión de nuestras fuerzas emocionales lo que garantiza el éxito en la vida.
Así es que, dado que en la cultura occidental se promueven otros valores que nos desconectar del interior particular y colectivo, las enseñanzas budistas nos acercan más a la exploración de nuestras emociones.
En este sentido está claro que todos queremos que los niños sean felices y que crezcan sanos y estimulados. Partiendo de esta base podemos tomar ciertas actitudes que animan a que esto sea una realidad y no un imposible. Veamos, entonces, qué consejos podemos tomar de la filosofía oriental budista para lograrlo.
Los 5 consejos claves para fomentar el bienestar infantil
1. Sonreírles para que aprecien el brillo de nuestros ojos
El hecho de sonreír a un niño que pretende interactuar con nosotros es prácticamente instintivo. Lo que ocurre es que con las prisas y los quehaceres diarios nos olvidamos de este punto tan importante y dejamos de dirigirnos a ellos de manera aprobatoria.
Como consecuencia nuestros niños dejan de sentirse reconocidos y, por lo tanto, desconectan de sí mismos con asombrosa rapidez. Reflexionemos sobre ello y nos daremos cuenta de que hubo un tiempo, ya lejano para nosotros, en el que dejamos de alzar la vista con asombro y admiración y empezamos a buscar otras cosas.
2. Normalizar y validar sus emociones y sentimientos negativos
Lo que promueve en nosotros un estado de ánimo negativo puedo llegar a dominarnos. El aburrimiento, los celos o el enfado son emociones y sentimientos que nacen de una manera natural. No podemos castigar esto, por lo que tenemos que incidir en el hecho de que no es que esté mal sentirse así, sino que hay que aprenderá canalizarlo.
3. La clave está en desenredar los pensamientos
“Controla tus pensamientos” (Budha). Los pensamientos están en nuestra mente, son un caos y es importante desanudarlos. Van y vienen sin ningún sentido. Ellos, como los adultos, inventan cosas o las interpretan, dejando volar solos a sus pensamientos.
Podemos entender, entonces, que nuestros pensamientos son nuestros verdugos, por los que debemos ayudarles a conectarse con lo saludable y a desconectarse de los pensamientos fastidiosos.
Demos a los niños recursos naturales, dejémosles hacer y salir de esos estados modelando suimaginación y sus recursos. Enseñémosles que es mejor coger un papel que poner la tele para salir de su aburrimiento y que en ellos está la posibilidad de crear cosas maravillosas.
La televisión, la tablet, el móvil y las videoconsolas están bien siempre y cuando estimulen su conexión consigo mismos
4.Dejémosles que pongan palabras y normas
Para que aprendan a controlarlas y asuman su valor es importante que pongan palabras y normas a su alrededor. Eso les ayuda a ser más conscientes, pues nuestra mente está muchas veces llena de palabras y normas sin sentido. Por eso es necesario que aprendan a pensar en lo necesario y a hablar conforme a su visión de las cosas para que aquello con lo que conviven tenga sentido.
5.Si descuidan y olvidan el espíritu, otras cosas ocuparán su lugar
Para adecuar estos consejos a la educación de nuestros niños no podemos olvidar que se predica con el ejemplo. Así es que empezamos a vagar en una búsqueda constante de placer y seguridad, en una huida continua del miedo, el dolor y las incomodidades que no nos deja sentirnos en paz, enseñaremos a nuestro niños a hacer lo mismo.
La palabra Buda viene de budh, cuyo significado es “despertarse”, por lo que Buda significa “el Despierto”. Un buda es alguien que se ha despertado del todo, como si saliera del sueño más profundo, y ha descubierto que ya no sufre, que el sufrimiento solo ha sido un mal sueño. Todos, incluso los niños, podemos salir de esa pesadilla, procurando «no hacer otra cosa que el bien, eludir cualquier daño a los demás y purificar el corazón».