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Michael Graziano, profesor asociado de psicología y neurociencia en la Universidad de Princeton (Nueva Jersey, EE.UU.) ha descrito en ‘The Atlantic’ su experiencia con un hombre que padecía el síndrome de negligencia unilateral —también conocido como ‘neglect’—, un extraño trastorno físico que puede aparecer tras sufrir tumores, accidentes vasculares o traumatismos craneoencefálicos en uno de los lóbulos parietales del cerebro.
Esta lesión genera dificultad o incapacidad para responder a los estímulos que se presentan en la parte contraria al hemisferio cerebral dañado —a pesar de que la persona no padece dificultades sensitivas o motoras—, resulta más grave si tiene lugar en el lado derecho y, en su manifestación más severa, provoca que la mitad del mundo ‘deje de existir’ para el paciente.
«Parecía una broma»
Para comenzar su historia, Michael Graziano explica que «hace 25 años, cuando era estudiante de posgrado, me topé con alguien a quien llamaré señor X, que se había recuperado de un derrame en el lado derecho de su corteza cerebral», un hombre que parecía «amigable, comprometido e inteligente», rondaba los 60 años y, a pesar de que le habían prohibido conducir, no tenía problemas para caminar, hablar o interactuar con la gente.
Ese señor X fue sometido a una evaluación clínica estándar: le mostraron una hoja con líneas horizontales de alrededor de 2,5 centímetros, le dieron un marcador y le pidieron que pusiera una marca vertical en cada una, pero solo vio las líneas de la parte derecha del papel.
Tras rotar el folio, el lado izquierdo quedó en el derecho y el señor X repitió el proceso:escribió encima de las rayas de la zona derecha. «Parecía una broma, pero no lo era», porque «estábamos seguros de que veía bien», destaca Graziano.
El ‘neglect’ también afecta al mundo imaginario
Graziano indica que el síndrome de negligencia unilateral no afecta solo al mundo que percibimos, sino también al imaginario. De este modo, si una persona con este problema cierra los ojos e imagina que se sitúa en el extremo norte de una plaza de su ciudad que le resulte familiar y la describa, solo mencionará los edificios ubicados a derecha.
Este especialista detalla que «los pacientes en se encuentran en esa situación a menudo se dan cuenta de que han dado respuestas contradictorias» y «se sienten afligidos, pero no pueden entender que el mismo concepto del lado izquierdo del espacio se les ha borrado».
¿El hemisferio afectado está ‘muerto’?
El psicólogo apunta que las personas afectadas con este trastorno cerebral procesan la información, aunque no lo sepan. Este hecho quedó demostrado en otro experimento: cuando un paciente observa la imagen de una casa, la puede describir como un lugar agradable para vivir, aunque se olvide de las ventanas o los arbustos del lado izquierdo. Sin embargo, si esa misma persona mira una casa con llamas que salen de las ventanas de la parte izquierda, aunque no sea capaz de mencionarlas dirá que no le gustaría vivir allí.
En definitiva, el cuerpo recibe la información visual; «simplemente, no es consciente de ello», concluye Michael Graziano.