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La Humildad se define como “la actitud de la persona que no presume de sus logros, reconoce sus fracasos y debilidades y actúa sin orgullo”. Teniendo esta definición como base, se pueden extraer muchas situaciones deseables asociadas al comportamiento de las personas en las organizaciones, como por ejemplo:

• Cualquier superior, por muchos años de experiencia y conocimientos que posea, debe estar abierto a aprender cada día de quienes le rodean. Es un gran error creerse un sabelotodo, que el nuevo becario no puede saber algo que tú ya no sepas, que alguien más joven no tiene nada que aportarte porque tienes más bagaje que él. Quizás no se te haya dado el caso, pero existen muchas personas así. Hay que mostrarse abierto a aprender de cualquiera y en el lugar más insospechado.

• Si has conseguido algún logro, no es necesario alardear constantemente de él y si es gracias a la labor de un equipo no te lo atribuyas como propio. Cuando haces bien tu trabajo y tu esfuerzo es recompensado mediante algún logro, no hace falta que lo vayas diciendo puesto que serán los demás quienes acaben hablando de él (lo cual es más gratificante).

• Nadie es perfecto, así que qué ganas diciendo que nunca cometes un error o que no tienes debilidades. El error no es cometerlo sino no reconocerlo y no aprender de él para situaciones futuras. Somos humanos y nadie es perfecto. Es más, una buena forma de aprender es a base de cometer errores. Eso sí intenta no cometer el mismo error dos veces! Y en cuanto a las debilidades, es bueno pararse a pensar en cuáles son las de cada uno para trabajar sobre ellas e intentar convertirlas en fortalezas. A nadie se le da bien todo y siempre puedes recurrir a la persona adecuada para echarte una mano ante una situación que no controles con seguridad. Hay que saber pedir ayuda.

En cuanto a la Honestidad, ésta se encuentra muy vinculada con el valor antes mencionado. Se considera “el valor de ser decente, recatado, razonable, justo u honrado; una cualidad humana que consiste en actuar de acuerdo con cómo se piensa y se siente. Se relaciona con la sinceridad”. Y digo que se encuentran relacionados porque en muchas ocasiones para ser honestos hay que ser humildes.

Hay muchos empleados que con tal de trabajar en una determinada empresa no son honestos consigo mismos ni con la propia organización. Es muy importante mostrarse tal y como se es, y si no compartes la cultura o la forma de actuar de tu empresa quizás deberías plantearte hasta qué punto te merece la pena pertenecer a ella, por el bien de ambas. También hay que ser honestos para pedir ayuda si se necesita, ya que tal y como he mencionado en la humildad nadie sabe de todo, independientemente de tu puesto de trabajo. Al final, tarde o temprano, todo se acaba sabiendo.

Ambos valores deben estar presentes en el día a día, ya que en una relación empresa-empleado o empleado-empleado la confianza y el compromiso han de ser mutuos y para que esa relación funcione hay que ser honestos y humildes con uno mismo y con los demás.