TURQUÍA DICE NO A LOS EEUU Y A LA UE

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Dos meses y medio han pasado desde el fallido intento de golpe de Estado respaldado por EEUU en Turquía. El objetivo era derrocar al presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogán, debido a su tendencia a perseguir una política exterior independiente respecto de la OTAN y EEUU. Su visión de política exterior es la de integrar económicamente a Turquía con sus vecinos y formar alianzas políticas regionales que beneficien a todos los lados, mientras que por el otro lado quiere una colaboración equitativa tanto con los EEUU como con la UE. Erdogán rechaza la imposición de políticas de EEUU y la UE, y en su lugar quiere multipolaridad para crear un mundo más justo y equilibrado. El rechazo de Turquía para unirse al embargo económico impuesto sobre Rusia e Irán molestado especialmente a los EEUU y la UE.

Los EEUU percibieron a Turquía como una comisaría para ser usada después de que Turquía se uniera a la OTAN en 1952. Las prioridades de seguridad de EEUU nunca tuvieron en

consideración a los intereses de Turquía. Para ellos, era preferible la débil Turquía que normalmente aceptaba las demandas de los EEUU aunque fueran contrarias a los intereses turcos hasta 2002. Pero el deterioro de las relaciones entre EEUU y Turquía terminó cuando el ejército turco lanzó una operación militar en el norte de Siria para barrer al ISIS de la frontera turca con el consentimiento de Rusia. Irónicamente, Turquía comenzó la operación el 24 de agosto de 2016, el día que el vicepresidente de EEUU, Joe Biden, visitaba Turquía. No hay dudas que el acuerdo entre Rusia y  Turquía sobre el conflicto sirio apuntando a preservar la unidad territorial y modelar el futuro del país solamente dependiendo de fuerzas nativas, fue pactado cuando Erdogán visitó Rusia el 9 de agosto de 2016.

El objetivo esencial de EEUU para dividir Siria, una estrategia muy clásica de EEUU que alimenta la estabilidad en oriente medio mediante el respaldo a grupos étnicos (YPG) y sectarios (Al-nusra), está a punto de ser derrotado por la alianza de nueva fundación entre un miembro de la OTAN, Turquía, ¡y Rusia!, el principal rival de los EEUU.

La arrogancia de los EEUU y el aguante y premonición de Rusia, crearon una alianza no-declarada entre Rusia y Turquía, que no solamente cambió el equilibrio de fuerzas en Siria, sino también el gran juego tanto para los EEUU como para las potencias euroasiáticas.

La UE considera a Turquía como un gran mercado para los productos de la UE (38% de las importaciones turcas) y como una zona intermedia entre la UE y los países de oriente medio. Entre los europeos, al igual que la rusofobia sin sentido, la turcofobia es todavía muy común. Tras el fallido golpe, en vez de apoyar al gobierno legítimo electo democráticamente, la UE mantuvo silencio y los principales medios de comunicación europeos acusaron fuertemente al presidente turco de planear el escenificado golpe para consolidar su poder autoritario. Es más, al ignorar la guerra asimétrica en marcha en el este de Turquía contra terroristas separatistas, la UE trató de forzar al gobierno turco para que suavizara su ley antiterrorista y retrasara el régimen sin visados para turcos. Mientras tanto, la UE abrió las puertas -con facilidad- para los ucranianos que actualmente están regidos por un “gobierno pro-europeo”. Así, durante la ceremonia de apertura del parlamento turco el 1 de octubre, Erdogán declaró que 30 años de negociaciones para unirse a la UE fueron sólo una distracción y que el juego con la UE ha llegado casi al fin.

El presidente de Turquía y el gobierno, percibiendo el futuro del país como los embustes en políticas euroasiáticas, están tomando pasos para redistribuir las posiciones del país. No obstante, tras la fundación de la Turquía moderna en 1923, las élites gobernantes y una importante porción de la nación turca, como descendientes de un gran imperio que gobernó durante más de 6 siglos, han considerado la occidentalización como el principal objetivo para reestablecer un Estado poderoso. Por tanto, las instituciones gubernamentales, estructuras económicas y formaciones militares copiaron a los EEUU y la UE. El pueblo turco consideraba a los EEUU y la UE como aliados y modelos a seguir, y esperaba y creía que, un día en el futuro, su país se integraría en el eje occidental.

El fracasado golpe militar el 15 de julio de 2016, marcó el fin de esos sueños pro-occidentales en Turquía. El apoyo de EEUU y la UE para los orquestadores del golpe despertó al pueblo turco que llegó a considerar al golpe como un ataque extranjero directo.

Las opiniones anti-americanas y anti-UE subieron vertiginosamente. El mes pasado, dos encuestas de opinión en los EEUU y la UE fueron publicadas por una compañía y fundación de investigación independiente. La encuesta de opinión realizada por “MAK Consulting” se enfocó en las relaciones turco-estadounidenses a ojos del pueblo turco. Los resultados fueron impactantes. El 90% de los encuestados estiman a los EEUU como no-confiables aun cuando Turquía es un miembro de la OTAN. Este porcentaje era solo del 50% antes del intento golpista. Según el CEO de la compañía encuestadora, el pueblo turco cree que pueden derrotar a los EEUU y, si no se declara la ley marcial, entonces la embajada de EEUU puede ser atacada por ciudadanos enfadados.

Otra encuesta de opinión muy interesante fue realizada por TAVAK (en inglés, Turkey Europe Education and Science Research Foundation) sobre las relaciones Turquía-UE. Solo el 22% de los participantes creen que Turquía conseguirá acceso a plena membresía de la UE. Casi la mitad de los participantes sugirieron que la Organización de Cooperación de Shanghái (OCS) y los BRICS (Brasil, Rusia, India, China, y Suráfrica) ofrecen un nuevo camino para Turquía en vez de la UE. Desafortunadamente el 60% de los participantes sostienen que la islamofobia es la razón más importante para el rechazo de la UE a la concesión de plena membresía a Turquía.

Es muy interesante que los musulmanes turcos vieran su destino en la alianza con otros países no-musulmanes (OCS y BRICS).

Tras el colapso del mundo bipolar, todos fuimos testigos de una nueva fase de imperialismo encabezado por EEUU disfrazado bajo mágicas pero vacías palabras (globalización, liberalismo, humanitarianismo, democracia, y auto-determinación) que solamente apuntaban a extender la hegemonía de EEUU por todo el mundo en contra de los intereses de todas las demás naciones. Los objetivos irresponsables y presumidos de los EEUU, sin duda serán derrotados por la colaboración de las grandes naciones de Eurasia. El fin del conflicto llegará tal como sostiene la ideología protestantes de EEUU, ¡pero los EEUU no serán los victoriosos! La intervención militar de Rusia en Siria y la alianza encubierta ruso-turca para preservar la unidad territorial de siria ha detenido los planes de EEUU en oriente medio. Según se incrementa la colaboración de las naciones euroasiáticas, veremos más derrotas de los EEUU en otras regiones del mundo.

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