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Moscú niega este sábado que su portaviones Almirante Kuznetsov, que se dirige hacia las costas sirias, tenga como misión controlar el cielo del país árabe.

«Hay muchos instrumentos que ya están allí para controlar los cielos y la seguridad de nuestra infraestructura en Siria», ha explicado el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, en una entrevista con el programa televisivo Vesti v subbotu (Noticias del sábado).

El portaviones Almirante Kuznetsov, con aviones de combate a bordo y acompañado por siete buques de superficie, cruzó el viernes las aguas territoriales británicas rumbo a Siria, donde probablemente participará en la campaña antiterrorista en dicho país.

Hay muchos instrumentos que ya están allí para controlar los cielos y la seguridad de nuestra infraestructura en Siria», señala el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov.

El portavoz ruso ha negado, asimismo, que el despliegue del único portaviones ruso en el este del mar Mediterráneo sea una advertencia para Estados Unidos ante posibles ataques contra las fuerzas sirias, recordando otra vez más la existencia de suficientes recursos militares rusos en suelo sirio ante tal amenaza.

Además, el titular ruso ha calificado de «insensatas» las peticiones de que el presidente sirio, Bashar al-Asad, sea destituido, e insiste en la necesidad de permanencia de Al-Asad en el poder para impedir que el país caiga en manos de los terroristas takfiríes.

«Solo hay dos opciones: Al-Asad en el poder en Damasco o el Frente Al-Nusra (actualmente llamado Frente Fath Al-Sham) en el poder en Damasco», advierte Peskov, y asegura que la continuidad de Al-Asad en el poder garantizará un acuerdo político, lo que nunca sería posible con los terroristas al frente del país.

Desde septiembre, Alepo, la segunda ciudad más importante de Siria y principal bastión de los grupos armados, es escenario de feroces enfrentamientos entre el Ejército sirio, apoyado desde el aire por Rusia, y los grupos terroristas takfiríes que tratan de romper el cerco del Ejército impuesto a sus posiciones en el sur y este de la urbe.

El jueves por la mañana Rusia y Siria establecieron en esta ciudad norteña una tregua humanitaria de 11 horas, en cuyo marco se abrieron ocho corredores para el paso de civiles y la evacuación de enfermos y los heridos. Rusia decidió prorrogar durante 24 horas esta pausa, pese a los ataques de los grupos armados contra los corredores humanitarios.