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Mi padre, ex corredor de Wall Street, solía pregonar que «el dinero en efectivo es el rey», y me aconsejaba que me aferrara a él cuando la economía se pusiera difícil.
Sin embargo, en Holanda los billetes han perdido toda tratamiento de realeza, al punto de que en algunos comercios ya no los aceptan como medio de pago.
Desde grandes cadenas de supermercados hasta pequeñas panaderías han adoptado las tarjetas de débito como única manera de pagar.
De hecho, algunos consideran que eliminar el uso de billetes es más «seguro» y «limpio».
¿Se puede vivir sin billetes?
Decidí comprobarlo por mí misma: me guardé muy bien guardada la tarjeta de débito y me fui a comprobar qué tan lejos podía llegar con un fajo de billetes en Holanda.
Funciona
Lo primero con que me encontré fue con expresiones de asombro y algo de resistencia.
«No recuerdo la última vez que aceptamos un pago en efectivo», dice Marielle Groentjes, administradora en una compañía de bienes raíces holandesa llamada Hoen Property Management BV.
Estar demasiado dispuesto a ayudar con aspectos no relacionados con el trabajo durante largos periodos de tiempo puede afectar negativamente tu rendimiento»
Martin Kilduff, profesor de comportamiento organizacional
«No nos gusta tener efectivo en la oficina. Además, no tenemos una caja fuerte y, si lo depositas en el banco, te cobran una tasa por hacer esa transacción».
Pero son las compras pequeñas las que me producen el mayor dolor de cabeza.
Por ejemplo, me tocó hacer una larga cola frente a la única caja que aceptaba efectivo en la cadena de supermercados Marqt.
Y cuando intenté comprar un sándwich de atún en una cadena de panaderías en Amsterdam, rechazaron mi efectivo. No puedo usar mis euros ni para pagar el estacionamiento en gran parte de la ciudad.
«El dinero en efectivo es un dinosaurio, pero todavía va a seguir funcionando», advierte Michiel van Doeveren, asesor de políticas públicas en el Banco Central de Holanda.
Para van Doeveren, el problema con el efectivo se debe más a la logística que implica su uso, por lo que se convierte en un mecanismo más costoso que el electrónico.
«Es importante que el uso de medios electrónicos siga creciendo en la economía. Queremos seguir promoviendo formas más eficientes para pagar».
Solo tarjetas de débito
La primera vez que las tarjetas desplazaron a los billetes en los supermercados de Holanda fue en 2015, cuando 50% de las transacciones se realizaron con medios electrónicos, mientras que 49,5% se hicieron en efectivo y 0,5% en tarjetas de crédito.
Detrás de este crecimiento estuvo una coalición formada por bancos y comerciantes, que tienen como objetivo para el 2018 hacer que los pagos electrónicos alcancen 60% de las transacciones, y que el efectivo sea 40%.
Para esta coalición, los pagos electrónicos son más baratos, seguros y convenientes, argumentos que también están haciendo eco en los vecinos escandinavos de Holanda.
Suecia es uno de ellos, aunque no a todos les gusta la idea.
El problema de Suecia
«Es un problema muy grande. Para los comercios pequeños es muy costoso tener efectivo en los bancos«, indica Guido Carinci, presidente de TOMER, una asociación de pequeños comerciantes.
Carinci califica la situación como «horrorosa». Si utilizan efectivo, tienen que pagar una tasa de US$35 al mes a una compañía responsable de depositarlo en el banco.
Si es con débito, agrega, está la comisión que cobran los bancos por transacciones con tarjetas, lo cual suma millones de dólares de ganancia para las instituciones financieras y ninguna para los comerciantes.
Conscientes del costo de manejar efectivo y los problemas de seguridad que ello implica, muchas tiendas suecas han descartado los cajeros que aceptan billetes, incluyendo al gigante de las telecomunicaciones Telia Company, dueño de una red nacional de 86 tiendas que desde 2013 no aceptan efectivo.
Los autobuses tampoco utilizan billetes o monedas desde hace tiempo y hasta los vendedores ambulantes aceptan tarjetas y pagos a través de teléfonos.
La situación es tal en Suecia, que algunos habitantes están teniendo serios problemas tratando de buscarle una salida a la montaña de billetes que los bancos o comercios no quieren aceptar.
«Hay gente que los tienen guardados hasta en los microondas«, comenta Björn Eriksson, jefe de Säkerhetsbranschen, una alianza de empresas en la industria de la seguridad.
Lazos culturales
Sin embargo, las actitudes varían de manera significativa en Europa y el resto del mundo.
Algunas culturas son muy renuentes a renunciar al dinero en efectivo, incluyendo Alemania, cuyos consumidores creen que el uso de efectivo les permite tener un mejor control sobre sus gastos.
En el superpoder económico europeo, el 75% de los pagos se realizan en efectivo. Mientras tanto, en lugares como Italia la cifra sube a 83%.
Al otro lado del Atlántico y pese al amor que sienten los estadounidenses por su billete verde, la tendencia a abandonar el dinero en efectivo está comenzando a ganar terreno.
En enero, varios de los 48 locales de la cadena de restaurantes Sweetgreen dejaron de aceptar efectivo, incluyendo la sede en Wall Street.
«Me sorprendió», comenta Persephone Zill, una habitante de Nueva York.
«Imagino que tomaron esa decisión porque ven a todos esos ejecutivos jóvenes en Wall Street, utilizando sus teléfonos inteligentes para pagar cosas usando Apple Pay. Mi hija usa la aplicación Venmo para todo. Francamente me hacen sentir vieja y pasada de moda«.
Gracias a las innovaciones de los celulares, los bancos han dado pasosagigantados en cuanto a medios de pago en algunos países de África.
Por ejemplo, en Kenia y Tanzania está el sistema telefónico de pagos llamado M-Pesa, a través del cual millones de personas cancelan servicios, reciben sus salarios, compran ganado e incluso hacen pequeñas compras en mercados locales.
El artículo presenta bondadoso al uso del dinero electrónico y no menciona los graves inconvenientes, entre ellos, el control «desde arriba» de quien tiene y cuanto tiene en su cuenta y la dependencia del normal desarrollo social a la electricidad.
En todo caso, cuando se presenten concisos los problemas ligados a la corrupción con esta forma de desarrollo social, es cuando se optará por nuevas formas de administrar la economía social, con la posibilidad cierta del desplazamiento del dinero físico o electrónico del centro de atención social por la consciencia o talento humano, lo que conlleva a la teoría de un proceso evolutivo en marcha.
Siendo que el talento desplace al dinero del centro de atención social, acarrea una auténtica revolución en la organización social, con grandes ventajas como aquella que de tajo eliminaría la corrupción que tanto daño genera a las sociedades mientras los temas ligados al mágico, gratuito e imperecedero talento humano serían cotizados, tanto como para copar el espacio disponible.
Las civilizaciones avanzadas optimizarían sus recursos y eso tiene que ver con el fatuo dinero artificial Vs. intrínseco potencial ¿acaso todo lo artificial no es un cuestionable subproducto de lo natural y sus leyes?. La excelencia esta en lo natural y fluir con ello es lo coherente. Cordiales saludos.
Ya sabes, la prensa…
Saludos
Bueno… En todo caso se trata de una tendencia económico-global, que ya es irreversible… Lo queramos o no.
Dará tiempo Alex?. Saludos
¿ Tiempo para conquistar los cambios ?… SIEMPRE, querida Vania.
Es posible que nuestros avatares actuales no lo vean, pero, estamos sembrando para que otros semejantes, recojan la cosecha.
Te Abrazo.
No estoy tan seguro de que sea » irreversible » ni de que acabe imponiéndose el dinero electrónico al real. La obligatoriedad de su uso limita con derechos fundamentales de los ciudadanos.
Son los bancos los que empujan indisimuladamente en esta dirección. A ellos y a los Estados les beneficia, al común de los mortales no.
Yo soy un dinosaurio en esto. No poseo tarjeta alguna, excepto la del supermercado.