por Cristina Santiago
Consumir una gran variedad de alimentos es de gran importancia, ya que de esta forma nos aseguramos de una ingesta adecuada de vitaminas, minerales, oligoelementos, fibra, enzimas y antioxidantes.
Debemos comer alimentos de todos los colores, ya que los diferentes pigmentos que dan color a los alimentos les otorgan también diferentes propiedades.
La clave está, por tanto, en ingerir un amplio abanico de alimentos de todos los colores, es decir, practicar la dieta arcoiris.
ALIMENTOS AZULES Y MORADOS
Los alimentos rojizos, azules y morados, ricos en antocianinas, ayudan a reducir los niveles de colesterol, de azúcar y la presión arterial y son antioxidantes, antiinflamatorios y anticancerígenos.
En este grupo se encuentran las berenjenas, las bayas (moras, arándanos, açaí…), las cerezas, las fresas, la lombarda, el maíz morado, las patatas violette, la cebolla morada, las uvas negras y la remolacha.
ALIMENTOS VERDES
Estos son ricos en clorofila, pigmento verde de las plantas que, una vez absorbido, desintoxica el organismo, mejora las defensas, estimula la formación de glóbulos rojos, la regeneración celular, ayuda a cicatrizar heridas y previene el cáncer.
Todos los alimentos verdes son ricos en clorofila: hierba de cebada, espinacas, berros, diente de león, brócoli, kiwi, manzana verde, lechuga, rúcula.
ALIMENTOS BLANCOS
Son ricos en potasio, vitamina C y antioxidantes. Así mismo, tienen propiedades
diuréticas, favorecen la circulación, reducen el riesgo de padecer enfermedades
cardiovasculares y refuerzan el tejido óseo y los pulmones.
El antioxidante típico del blanco es la quercetina. En este grupo tenemos: ajo, cebolla,
coliflor, puerro, champiñones.
ALIMENTOS ROJOS
Los alimentos de color rojo poseen licopeno, el pigmento que les otorga dicho color.
Pertenece a la familia de los carotenoides, flavonoides antioxidantes y protectores del
sistema cardiovascular.
El licopeno es un potente antioxidante, estimula las defensas, previene las enfermedades
cardiovasculares y ciertos tipos de cáncer, como el de próstata.
El proceso de cocción libera licopeno de las células de la planta, lo que aumenta su
capacidad para ser absorbido.
En este grupo encontramos: tomate, sandía, pimiento rojo, rabanito, naranja sanguina,
pomelo.
ALIMENTOS AMARILLOS-ANARANJADOS
En este grupo encontramos a la naranja, a la mandarina, al limón, a los nísperos, al
pimiento, a los albaricoques, a los melocotones, a las zanahorias y a las calabazas.
Destacan por su contenido en betacarotenos, que pertenece a la familia de los
carotenoides y es el responsable del color de los vegetales amarillo-anaranjados. En el
intestino se transforman en vitamina A, que tiene un importante papel en el crecimiento,
en la reproducción, en el sistema inmunitario, en la visión y en el buen estado de la piel y
las mucosas y es un poderoso antioxidante.
No obstante, que un alimento tenga un color determinado, no implica que no posea otros
pigmentos. Por ejemplo, las hojas de color verde oscuro (acelgas, espinacas…) también
contienen gran cantidad de betacarotenos. Lo que sucede es que tienen más clorofila y
por ello son de color verde y no amarillo o naranja.
LECHUGA
Es rica en provitamina A, vitaminas B9 y C, hierro, potasio, clorofila y sustancias de
acción somnífera. Está indicada en trastornos digestivos y del sistema nervioso, insomnio,
estreñimiento, obesidad y diabetes.
SANDÍA
Destaca su contenido en vitaminas B6 y C y licopeno. Tiene propiedades hidratantes,
remineralizantes, alcalinizantes, diuréticas y anticancerígenas. Resulta beneficiosa para el
corazón.
ALBARICOQUE
Es rico en provitamina A (betacaroteno), vitaminas C y E, hierro y potasio. Es alcalinizante
y adecuado para afecciones visuales, de la piel, nerviosas y digestivas, así como en caso
de anemia.