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ADEPTOS DEL PARTIDO PIRATA Y SU FUNDADORA, BIRGITTA JONSDOTTIR (CENTRO), CELEBRAN LAS GANANCIAS OBTENIDAS EN LAS ELECCIONES.
El Partido Pirata de Islandia triplicó su número de escaños en el Parlamento de ese país nórdico, según los últimos resultados de las elecciones generales.
Logró empatar en el segundo lugar con el Partido de la Izquierda Verde, con diez escaños cada uno. Pero su coalición de centro-izquierda se quedó corta de una mayoría para conformar un gobierno.
Entretanto, el gobernante Partido Progresista perdió más de la mitad de sus sillas en un proceso electoral desencadenado por la renuncia del primer ministro Sigmundur Gunnlaugsson.
El partido minoritario de la coalición de gobierno, el Partido de la Independencia, se ha llevado el mayor número de escaños: 21 de un total de 63.
Sigmundur Gunnlaugsson dimitó en abril tras el escándalo de los Panamá Papers que reveló detalles de la cuentas secretas en ese paraíso fiscal de destacadas figuras del mundo político.
El actual primer ministro, Sigurdur Ingi Johannsson, dijo el domingo que estaría renunciando.
El contestatario Partido Pirata, fundado en 2012, había declarado que estaría buscando formar una coalición con tres partidos izquierdistas y centristas.
El Partido de la Independencia y los Piratas han descartado colaborar, aunque los corresponsales señalan que eso podría cambiar en el transcurso de las negociaciones de los próximos días.
La fundadora del Partido Pirata, la parlamentaria Birgitta Honsdottir, se manifestó «muy satisfecha» con el resultado.
«Nuestros pronósticos internos mostraban del 10 al 15%, así que esto está en la cumbre del espectro. Sabíamos que nunca lograríamos el 30%», declaró Jonsdottir a la agencia Reuters.
El partido ganó un gran apoyo en reacción a la crisis financiera de Islandia en 2008 y luego con las revelaciones de los Panamá Papers, a comienzos de este año.
Ellos piden mayor transparencia política y responsabilidad, cuidado de salud gratuito, eliminación de los vacíos legales fiscales y más protección de los datos de los ciudadanos.
Sin embargo, los grupos opositores alegan que la falta de experiencia política del Partido Pirata podría ahuyentar a los inversionistas y desestabilizar la recuperación económica de Islandia.