Corrección Visual Sin Cirugía

Según me hago mayor veo peor las cosas lejanas. Antes podía leer perfectamente los carteles que no estaban próximos, mientras que ahora las letras se empeñan en ponerse borrosas, ¿Tendré que poner gafas?

Esa es la pregunta que me hice alguna vez, convirtiéndola en ocasiones en afirmación: ¡Tendré que poner gafas!

Pues bien, recientemente he llegado a la conclusión de que no necesito gafas, aún a pesar de que cada vez las cosas más borrosas. Pero no quiero adelantar acontecimientos, vayamos por partes.

Si siguiéramos las pautas establecidas, la secuencia habitual es ir a un oculista que seguramente nos diagnosticará “vista cansada”, tantas o cuales dioptrías o cualquier afección habitual de la vista, seguido de la coletilla “a tu edad es normal, pasando como pasas tantas horas delante de la pantalla“.

No obstante, como decía, he llegado a la conclusión de que eso no es posible y estoy convencido de que utilizar gafas (o lentillas) no es desde luego, la mejor opción.

Para llegar a esa sorprendente afirmación no necesité más que observarme detenidamente y primero comprobar que, efectivamente, las cosas lejanas estaba comenzando a verlas borrosas.

Recuerdo aquella ocasión en un bar, donde intentaba ver los letreros de la TV, pero no podía entender lo que ponían, puesto que estaban borrosos! Que rabia, veo mal, así que tendré que usar gafas, pensé.

Correción de miopía con unas lentes

Pero, espera! Mientras miraba fijamente la TV, después de frotarme los ojos o de pestañear, pude ver totalmente nítidas esas letras que hace poco estaban borrosas. Fue solo durante un instante, pero podía verlas perfectamente!

A partir de ese momento mi mente no paró hasta llegar a esta conclusión: Muchos de los problemas oculares son puramente físicos, bien por deformación del ojo o por que los músculos que lo mueven ya no están en forma, al menos en mi caso.

Busqué por Internet algún tipo de solución, ya que hacía años tenía el vago recuerdo de haber visto en algún documental una solución práctica, donde una luz que el paciente debía seguir a derecha y a izquierda sin mover la cabeza, conseguía que se ejercitaran esos músculos atrofiados por falta de uso. Con media hora diaria era suficiente. Y recuerdo que ese documental lo emitieron hace bastantes años, así que ya debería existir algo mejor.

Portada del libro «mejora tu visión»

Mi primera búsqueda me llevó a una solución similar, que no es otra que la realización de diversos ejercicios oculares. Como últimamente me estoy fijando en la importancia del des-aprendizaje me llamó poderosamente la atención la siguiente frase que leí aquí:

Los problemas de visión son algo aprendido, no algo desarrollado.

En el libro explican cómo hacer lo que se ha dado en llamar “yoga visual” o “método Bates” para recuperación de la visión. Una cosa que no me gustó: La página en cuestión está empeñada en vendernos el libro a toda costa con una publicidad muy agresiva, por lo que antes de comprarlo decidí bajarlo desde este sitio para echarle un vistazo (si lo considero útil, lo compraré y hablaré de él en el blog).

Mis posteriores búsquedas me llevaron a otra solución que promete y que será la que voy a probar: los estenos (también llamadas “gafas reticulares“, “gafas estenopéicas“, “rasterbrille” o “pinhole“).

ESTENOS

Sobre este tipo de gafas ya hablé en otra ocasión -sin saberlo- en el artículo sobre Hira Ratan Manek (HRM), el hombre que se alimenta del sol, puesto que para iniciarse en el “sungazing” las gafas Estenos son altamente recomendables.

Los Estenos son unas gafas opacas -no son de cristal- a las que se le han hecho pequeños agujeros circulares que obligan a los ojos a intensificar su habilidad natural para focalizar tanto de carca como de lejos, forzando para ello a los músculos oculares a relajarse.

Dichos agujeros se han realizado controlando con cuidado su tamaño, posición y ángulo de entrada de la luz, consiguiendo que la luz recibida sea la frontal al reducir la entrada de luz periférica o lateral, aumentando de esta manera el grado de enfoque de los ojos.

Funcionamiento de las «Estenos»

Al parecer, la utilización de estas gafas junto con ciertos ejercicios oculares, ayudan a recuperar el defecto visual, puesto que proporcionan mayor resistencia, coordinación y flexibilidad al músculo ciliar.

¿Cómo se usan?

Te las pones y esperas un poco a que tus ojos se adapten a los orificios. No es necesario que te esfuerces en mirar -eso es contraproducente- simplemente esperas y tus ojos harán todo el trabajo.

Una vez adaptada la vista a la nueva situación, tan solo tienes que hacer lo que harías sin ellas: Leer un libro, ver la televisión o dar un paseo. Unos pocos minutos cada día, aumentando el tiempo según te vayas acostumbrando a su funcionamiento. Es como cuando comienzas a hacer ejercicio; tienes que ir tonificando los músculos poco a poco, ¡No puedes exigirles correr un maratón el primer día!

Hablando de ejercicio, no es recomendable hacerlo con ellas puestas (el ejercicio), y mucho menos andar en bicicleta o conducir, ya que no existe visión periférica -no se ve a los lados- y puedes tener un accidente inesperado. Si hay poca luz ambiente tampoco las utilices, ya que te servirán de bien poco.

Los beneficios

Visto con Presbiopía

Con el uso continuado son útiles en casos de miopía, astigmatismo, hipermetropía y presbiopía, sobretodo cuando te pongas a leer, ver la TV o trabajar delante del ordenador.

En casos de estrabismo ayudan a una mejor integración de los ojos. También son útiles en casos de cataratas o incluso de albinismo, ya que reducen la luz solar.

Alimentación

Para aumentar la regeneración de tu visión es altamente recomendable aportar a tus ojos lo que necesiten. Por lo tanto conviene hacer una dieta sana y rica en betacarotenos (vitamina A), es decir, (y aunque parezca un tópico) zanahorias en abundancia.

La Novedad

Imagino que al igual que a mi, te estarán entrando ganas de probar unas Estenos, puesto que la ciencia avanza una barbaridad, ¿No es así? Pues has de saber que estas gafas las desarrolló hace unos 100 años el oftalmólogo estadounidense William H. Bates (1860-1931), es por ello que la terapia de regeneración visual se la conoze como Método Bates.

Ahora bien, ¿No te has preguntado porqué los médicos no recomiendan esta terapia? ¿No te has preguntado porqué estas gafas no se encuentran en todas las tiendas de óptica de todo el mundo? ¿No te has preguntado porqué se siguen vendiendo y recetando como solución única, unas gafas de cristal que con el paso del tiempo únicamente van a degradarte la vista cada vez más?

http://genteconconciencia.es/blog/?p=4913

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