En Asia y Europa se esta presenciando el fenómeno de sociedades de personas mayores que están siendo marginadas y sesgadas, acusadas por dejar de ser productivas, regañadas por los más jóvenes al no saber utilizar la tecnología o hablar el lenguaje de la juventud actual. Gente que se enfrenta día a día a la muerte y enfermedades, dificultades motrices o cognitivas, pobreza extrema y soledad en el anonimato de la adultez mayor.
Frente a ello, las personas mayores en Japón han comenzado acciones a favor de su supervivencia: cometer pequeños delitos para entrar a la cárcel y así tener con quién hablar, en dónde dormir y algo qué comer. El 30% de la población en Japón tiene más de 65 años, sus jubilaciones no son un sustento suficiente para el día a día y su principal compañía es realmente la soledad absoluta (sin familiares ni amistades cercanas).
Un incremento en los delitos menores cometidos por personas mayores
El gobierno de Japón lanzó un estudio en donde demostraba que en los últimos años creció de manera excesiva el número de delitos menores cuyos autores eran personas mayores. En el 90% de los casos, las personas mayores cometían los crímenes para ir a la cárcel y tener con quién hablar. Más que por necesidad, las mujeres deciden cometer estos pequeños delitos pues se suelen sentir más cuidadas y escuchadas por las guardias.
Los datos lanzan que desde 1990, cuando los delitos de personas mayores de 60 años llegaban al 4% del total, esta cifra se incrementó un 600%: los delitos cometidos por personas mayores son actualmente el 25% del total. Como resultado, en el día a día hay 5 mil japoneses mayores en la cárcel (alrededor del 20% de la población reclusa). La ley nipona es severa: robar un sándwich implica una pena de 2 años de prisión, y si al salir se vuelve a robar, el castigo son 5 años de prisión. De ahí que el 50% de los robos cometidos en tiendas sean realizados por personas mayores.
La realidad de la adultez mayor: aislamiento y soledad
Los adultos mayores en Japón (y en otras partes del mundo) están viviendo solos y rara vez hablan con familiares o amigos, además que en la cotidianidad pueden enfrentarse a la realidad de que sus amigos vayan falleciendo. Por ello, no ha de sorprendernos que el 75% de los adultos mayores en las cárceles japonesas sean mujeres viudas o sin familia que vivían solas: para ellas, estar en la cárcel es una salvación durante 3 años… Hasta volver a cometer otro delito para regresar a la prisión.
Las mujeres en prisión cuentan cómo pasaron de estar solas todo el día a robar para ser llevadas a la comisaría y a ser interrogadas por policías amables: “Escuchó todo lo que tenía que decir. Sentí que estaba siendo escuchada por primera vez en mi vida”. Desde entonces, “No me se siento sola aquí. Disfruto más de la vida en la cárcel, siempre hay gente alrededor, y no me siento sola aquí. Cuando salí por segunda vez, prometí que no volvería, pero no puede evitar sentir nostalgia”. Para otras mujeres, la prisión es el sitio en donde pueden descansar y estar cómodas: “No tengo libertad pero tampoco tengo nada de qué preocuparme, hay muchas personas con las que hablar”.
Algunos japoneses mayores deciden cometer suicidio ante la soledad y la pobreza
Frente a la soledad y la pobreza de jubilaciones, algunas personas mayores en Japón deciden no cometer ningún crimen contra la sociedad. En su lugar, deciden suicidarse. Esto influye en la tasa de suicidio de Japón, la cual se posiciona como la más alta en todo el mundo: tan sólo en este país, unas 25 mil personas cometen suicidio, de las cuales 10 mil son personas mayores de 60 años.
Después de todo, como dice el investigador Yuki Shinko en su libro Old People Underworld, “Si te arrestan, todavía tienes un techo sobre tu cabeza, te dan de comer tres veces al día y te hacen chequeos de salud. Salen ganando”.
https://pijamasurf.com/2019/10/esta_es_la_razon_por_la_que_personas_mayores_en_japon_esta_cometiendo_crimenes/