Los beneficios de la religión han sido estudiados por diferentes investigadores. Uno de los beneficios más citados es simplemente que la religión provee significado, algo que difícilmente provee consistentemente una vida meramente secular, basada en creencias materialistas.

La investigadora Tanya Luhrmann, antropóloga adscrita a la Universidad de Stanforfd, ha publicado un libro recientemente en el que explica que sostener una practica religiosa tiene efectos importantes en la cognición y la salud de las personas. De acuerdo con la investigadora, la religión permite:

que atiendas a tu experiencia interna, dejes pensamientos distractivos te enfoques en pensamientos más positivos. Al expresar gratitud giras la atención de cosas negativas y la diriges hacia cosas positivas.

Las personas que logran avanzar en su práctica o que tienen suficiente devoción, logran «atender de manera distinta a sus pensamientos, se sienten más calmados y más amados», según la investigadora. La religión es además una de las fuerzas más conducentes hacia la autodisciplina, algo de lo cual carece el ser humano contemporáneo. Difícilmente encuentra la motivación sostenida para continuar haciendo algo que no le otorgue un beneficio monetario. Pero hacer algo por dinero o por amor a Dios o a un ser sublime como el Buda o Lao Tsé, rinde efectos muy distintos en la psique. Las personas que tienen mucha fe, sugiere Luhrmann, no rezan a dios para obtener algo específico, simplemente confían en Dios y así aceptan todo lo que sucede. Esta actitud puede ser sumamente liberadora y pacificadora. Estas personas, a su vez, dejan de buscar la satisfacción en la adquisición de objetos u experiencias externas y se mantienen contentas independientemente de los fenómenos externos.

Luhrmann cita múltiples beneficios de llevar una práctica religiosa. Entre ellos la religión impacta la función inmune. Un razón para esto, teoriza la investigadora, es que la relación con Dios se vuelve una relación íntima, como conversar con un amigo, lo cual tiene efectos positivos en la salud.

La razón por la cual muchas personas difícilmente conciben una relación con lo invisible, sostiene, Luhrmann se debe a la mentalidad de la Ilustración, basada en lo racional y lo material. Pero para poder cosechar los beneficios de la vida religiosa es necesario concebir algo que no está fácilmente disponible para los sentidos, formar una relación con lo invisible. En este sentido la religión es un trabajo que requiere de una cierta disciplina, algo que otras personas han llamado una educación de la percepción

Es cierto que Luhrmann no considera que la religión sea «verdadera», pero tampoco cree que deba ser entendida como una creencia falsa. Más bien se trata de un operación de «creación de la realidad» a través de la fe. Aunque esto puede parecer decir que en última instancia la religión o los objetos de sus creencias son falsos, pues dependen de la fe, en realidad algunas religiones justamente sostienen que la mente misma es lo que antecede al mundo de los fenómenos que experimentamos. El hecho de que la fe pueda ser la creadora de experiencias que se viven como reales significa que mundo está sujeto a los procesos de la fe y no es como lo describe algunos científicos materialistas. Este mundo animado o iluminado por la fe es un mundo rico en significado, lo cual contribuye a una vida más sana.

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