Hay épocas en que uno duda de todo, hasta de sí mismo. El mundo parece un escenario distorsionado y falto de significados, mientras que las personas alrededor son vistas como entidades vacías que no ilusionan. Fallan los propósitos y la tristeza se abre paso con su olor a marchito. ¿Cómo superar una crisis existencial? ¿De qué manera abordar esa sensación de entumecimiento y de irrealidad constante?
Cualquiera ha tenido dudas en algún momento sobre el sentido de la vida y su lugar en el mundo. Desde un punto de vista psicológico, aunque no exista esta categoría clínica como tal, se suele definir la experiencia como «depresión existencial». Se trata de un instante de inflexión personal en el que es necesario reflexionar, tomar decisiones y hacer cambios.
Si te sientes identificado con esta vivencia, serán de ayuda las claves reveladas durante la lectura.
«Todo ha sido descubierto, excepto cómo vivir».
-Jean-Paul Sartre-
¿Cuáles suelen ser los orígenes de las crisis existenciales?
¿Crees que todo lo que hiciste hasta ahora no tiene sentido? ¿Te preguntas a menudo qué propósito hay en la maldad, las desigualdades o, incluso, la muerte? ¿Eres consciente de que las cosas te van bien, pero, a pesar de ello, te sientes perdido y desanimado? Las crisis existenciales suelen invocar infinitas preguntas que no siempre tienen respuesta.
La psicología lleva décadas abordando esta cuestión, dado el sufrimiento que suscita. Si bien es cierto que, con anterioridad, la comprensión de la angustia existencial entraba dentro del terreno de la filosofía, en la actualidad se dispone de una amplia literatura científica al respecto. Mira, a continuación, los detonantes de este malestar psicológico.
- Crisis de identidad.
- Perder a un ser querido.
- Padecer una enfermedad.
- La presencia de un trastorno del estado de ánimo.
- La soledad también es una raíz de esta experiencia desoladora.
- Sufrir cambios drásticos: perder un trabajo, una ruptura afectiva.
- Tener una vida rutinaria y percibir que los sueños y anhelos no se hacen realidad.
- Vivenciar un periodo sostenido de crisis; como sucedió durante la pandemia por COVID-19.
- Las personas con altas capacidades intelectuales son más tendentes a padecer crisis existenciales, tal y como revela un estudio de la Universidad de Innsbruck, en Austria.
- La crisis existencial surge sobre todo durante las transiciones, tales como llegar a la madurez, tener un hijo, envejecer, sufrir el síndrome del nido vacío, etc. Son instantes en que se derriba aquello que dado por seguro y se abre la incertidumbre, el miedo, el no saber qué sucederá.
Claves para superar una crisis existencial
No hay que temer a las crisis existenciales, al fin y al cabo, no son más que una llamada de ese ser interno bajo la conciencia para tomar nuevas decisiones. Es una oportunidad de crecimiento. Carl Jung solía decir que durante una parte de nuestra vida nos dedicamos a obedecer al ego, pero es en la segunda mitad cuando debemos convertirnos en quien seremos de verdad.
Si bien es cierto que estas crisis son un fenómeno psicológico complejo y hasta doloroso, conviene verlas como un viaje y un proceso de reconstrucción y redefinición personal. Esa es la clave. Y para dar ese valiente paso, serán de ayuda las estrategias que enseguida definimos.
1. La terapia existencial
La terapia existencial es un enfoque que orienta a la persona a la toma de decisiones significativas y hacia esos cambios que, en última instancia, están en sintonía con sus valores y propósitos personales. Una de las figuras más destacadas en este modelo es el doctor Irvin D. Yalom.
En su práctica clínica guía a los pacientes en cuatro áreas básicas: reformular un nuevo sentido vital, vencer el aislamiento, recuperar la libertad y abordar el miedo a la muerte. Indagaciones como las realizadas en la Universidad de Roehampton apuntan que este tipo de terapias resultan útiles para reducir el estrés asociado a las transiciones. Los aspectos trabajados son los siguientes:
- Beneficiar la conexión social para evitar la soledad.
- Confrontar los pensamientos pesimistas y limitantes.
- Permitir que la persona trace nuevos significados vitales.
- Ayudar a vencer la incertidumbre y los sentimientos de angustia.
- Promover la construcción de una vida más creativa, libre y con propósitos.
- La terapia existencial favorece un enfoque mental más flexible y positivo.
2. Define quién eres y qué esperas de la vida
Para superar una crisis existencial es necesario mirarse al espejo y tomar conciencia de quién somos y qué queremos. Buena parte de estos momentos de dolorosa inflexión se deben a que no se termina de definir y fortalecer nuestra identidad. Esto se debe a que pasamos parte de nuestra vida siendo como otros esperan, encajando en moldes ajenos y dejándonos llevar por la simple inercia.
Es momento de aplicar ciertos cambios y, para ello, es positivo reflexionar en las ideas ahora listadas:
- Pregúntate cómo te gustaría ser dentro de cinco años.
- Escribe en un papel cuáles son tus fortalezas.
- Enumera tus pasiones, tus sueños y deseos a corto y largo plazo.
- Reflexiona sobre si la persona que eres ahora es quien deseas ser de verdad.
- En este ejercicio, descubre todo aquello que se te da bien y que te enorgullece.
- Por último, piensa en qué cambios deberías hacer para acercarte a tu «auténtico yo».
3. Reconecta con aquello que te da sentido
Tal y como señalaba en psiquiatra Viktor Frankl, «el sentido de la vida reside en tener un por qué. Es entonces cuando encontraremos un ‘cómo’. Si nos sentimos libres y motivados, siempre podremos generar todos los cambios necesarios para crear una realidad mucho más noble».
En esencia, la piedra angular para superar una crisis existencial es tomar conciencia de aquello que nos da sentido aquí y ahora.
- Pregúntate qué es lo que te hace sentir bien y realizado como persona en este mismo momento.
- Ten en cuenta que todo el mundo cambia y aquello que te motivaba hace unos años o unos meses, puede no hacerlo en el presente. Por tanto, es conveniente reflexionar en esas áreas o dimensiones que en la actualidad sí te ilusionan.
4. Toma distancia durante un tiempo para descubrir nuevas perspectivas
Si necesitas superar una crisis existencial, distánciate durante unos días de lo cotidiano y ordinario. Rompe con la rutina. Tómate un tiempo en soledad para reconectar contigo y vislumbrar, desde la distancia, en qué punto te encuentras. A menudo, es en esos instantes desprovistos de rutinas y presiones cuando todo cobra mayor lógica.
La mente se llena con frecuencia de una alta carga de «ruido» externo. Las redes sociales, el entorno, la sociedad y sus mensajes distorsionados, las noticias de actualidad. Todo ello puede hacer que, en un momento dado, las cosas dejen de tener significado para nosotros. Unos días de desintoxicación digital y de soledad resultan sanadores y también reveladores.
5. Aceptar tus emociones, para cambiar conductas
En un trabajo publicado por la American Psychological Association reseñan que las crisis tienen que ver con el sentido de mortalidad, el legado y los logros alcanzados. De algún modo, siempre llega un momento en que hacemos balance de lo conseguido y lo que se quedó por el camino sin conquistar.
- Toda crisis se acompaña de sentimientos de pérdida, de decepción y tristeza que es conveniente aceptar.
- Dejar espacio a las emociones de valencia negativa no significa que te arrastrarán. Implica darles presencia para entender sus mensajes y realizar cambios en armonía con esas demandas.
- Una crisis no se soluciona quedándose en el mismo sitio, se supera trazando nuevas conductas tras entender lo que señala nuestra voz interna. Puedes empezar trazando pequeñas modificaciones cotidianas; algo sencillo que te permita romper la rutina.
- Los cambios pequeños traerán tarde o temprano, una variación mayor en tu vida. Esa que aporta por fin aquello que necesitas. Así pues, reflexiona qué decisiones deberías tomar para sentirte mejor y generar un proyecto de futuro más ilusionante.
6. Practica la gratitud
Para superar una crisis existencial conviene realizar cambios, trazar nuevas metas y, también, agradecer aquello que tenemos y que nos da sentido. Porque a veces, nos olvidamos de esas pequeñas cosas cuya belleza no vemos por la dominación del estrés y el demonio de la angustia.
Practicar la gratitud significa recordar, por ejemplo, cuánto queremos a los nuestros. Implica también saber apreciar las realidades más sencillas, como un paseo por la naturaleza, la lectura, un abrazo que rompe los miedos, una caricia que consuela, un paisaje que inspira. Encuentra un balance entre lo que deseas lograr sin olvidar con lo que ya cuentas y que no tiene precio.
Conocer nuevas personas es beneficioso para superar una crisis existencial
Todos hemos transitado instantes dominados por la crisis, por esos días en que la mirada atiende con desapego y escepticismo lo que le rodea. No es una experiencia agradable, queda claro. Un modo de superar el desconcierto es pasando tiempo con personas que traigan nuevas perspectivas, intereses e ilusiones.
Nada hay tan mágico como construir amistades, esas que estimulan las neuronas y aportan conocimientos y motivaciones. Evita, por tanto, caer en el aislamiento perpetuo, en alzar muros para protegerte de un mundo que incomprensible. Ábrete a los demás y conoce otras voces, otros rostros y mentes capaces de ayudar a vencer las crisis existenciales. El cambio siempre es posible.
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