Androu Arsanious, BS, MBA| 2024-02-18
Tomando una pista del teólogo y filósofo cristiano Orígenes de Alejandría, Androu Arsanious sostiene que la Caída bíblica es la historia de la confusión de la humanidad entre los fenómenos kantianos (el mundo representado en la percepción) con los noúmenos kantianos (el mundo tal como es en sí mismo). ; es decir, la historia de nuestra confusión entre las apariencias y la realidad. Comprender esto nos permite completar el proyecto agustiniano de reconciliar las historias de la religión, que describen lo que está más allá del mundo en términos del mundo, con las historias de la ciencia, que describen el mundo en términos de lo que está más allá del mundo, como abstracciones matemáticas. Este es un ensayo fascinante.
Las campanas de la iglesia tañeron y lo sentí en mis huesos.
Crecí en un hogar religioso. Asistíamos a la iglesia dos o tres veces por semana: deportes, grupos de jóvenes y escuela dominical. En cada liturgia de Pascua, tocaban las campanas de la iglesia a las 22:30 horas para marcar la Resurrección de Cristo. El incienso llenó la Nave mientras los diáconos cantaban a todo pulmón, y luego recorríamos la iglesia abarrotada tres veces, sosteniendo cruces e íconos. Fue una experiencia surrealista para mí, que tenía 10 años. No sólo aceptamos las historias de manera propositiva, sino que las representamos. Esto se debe a que las historias religiosas describen lo que está más allá del mundo en términos del mundo. Las buenas historias no sólo se escuchan o se leen. Se sienten.
Los científicos también cuentan historias. Los llaman teorías. Como cualquier buena historia, una teoría válida no sólo describe el pasado sino que nos ayuda a comprender el presente y prepararnos para el futuro. Las teorías más fundamentales de la ciencia utilizan las matemáticas, un lenguaje que no se inventó tanto como se descubrió. Después de todo, las matemáticas seguirán siendo válidas mucho más allá de la muerte por calor del universo. Como tales, las teorías científicas son historias religiosas al revés porque describen el mundo en términos que están más allá del mundo.
Nadie intentó armonizar teoría y relato más que San Agustín. Nacido en el siglo IV, el obispo bereber fue un hijo pródigo de la Iglesia. Criado por una madre cristiana, en su juventud rechazó la religión por considerarla absurdos ficticios y optó por caminar “por las calles de Babilonia, en cuya inmundicia fui envuelto, como en canela y ungüentos preciosos”. Después de trasladarse a Italia para ocupar un puesto docente, descubrió las enseñanzas de San Ambrosio de Milán, cuya exégesis bíblica le dio una nueva base en la fe de su madre. San Agustín relata el momento en que se convirtió “bajo una higuera, dando curso libre a mis lágrimas, y los torrentes de mis ojos brotaron”. Sintió una historia y renació santo.
San Agustín, figura destacada del pensamiento occidental, enfatizó la unidad de la Verdad tal como se revela en el Libro de las Escrituras y el Libro de la Naturaleza. Insta a los fieles a “dejar que la Biblia sea para vosotros un libro para que podáis oírla. Deja que la esfera del mundo sea también un libro para ti. Para que lo veáis”. Para San Agustín, la percepción y la interpretación debían estar guiadas por la racionalidad y la revelación. En el diagrama de Venn de historias religiosas y teorías científicas, las verdades más profundas se encuentran en el área que rodea a ambas.
En los 1.600 años transcurridos desde su muerte, el Libro de la Naturaleza ha experimentado algunas actualizaciones. Hoy en día, está lleno de teorías que abarcan la biología y la física que serían ajenas al santo norteafricano. ¿Es redimible el proyecto agustiniano, o la trama del Libro de la Naturaleza se ha desviado irremediablemente de la del Libro de las Escrituras?
La paradoja de la percepción
Si hubiera un capítulo inicial en el Libro de la Naturaleza, sería sobre la Evolución. La teoría darwiniana tiene mucho que decir sobre las percepciones humanas. Diferentes formas de vida desarrollaron diversas formas de sentir y responder a sus respectivos entornos. Los murciélagos usan el sonido para ver. Las abejas ven la luz ultravioleta para olfatear sus flores. Los nematodos no “ven” sino que “huelen” el azúcar utilizando receptores químicos en la superficie de su cuerpo. La vida es el proceso de descubrir cómo vivir, percibir y responder al entorno a través de los sentidos.
Las formas de vida utilizan historias cortas (códigos de trucos) para sobrevivir. Los escarabajos joya macho rastrean a sus compañeras hembras utilizando el código de trampa ‘superficies lisas y brillantes = hembra’ para encontrar parejas. Sin embargo, cuando los humanos empezaron a tirar sus brillantes y relucientes botellas de cerveza, los escarabajos machos empezaron a ponerse raros con las botellas de cerveza vacías. Casi llevó a la especie a la extinción.
A la selección natural no le había «importado» si las superficies lisas y brillantes eran femeninas. El código de trampa había sido lo suficientemente fiable como para ayudar a los machos a transmitir sus genes a la siguiente generación. Ninguno de los escarabajos necesitaba entender el juego; sólo necesitaban aprender a hacer trampa.
¿Qué pasa con nuestros sentidos perceptivos?
Podemos responder a esta pregunta con precisión matemática. En la evolución, la teoría de juegos predice cómo cambia una población con el tiempo si compite por recursos limitados y (lo que es más importante para nuestros propósitos) cómo sus sistemas sensoriales tendrían que evolucionar para competir eficazmente. Es más probable que una población supere a otra población si sus sistemas sensoriales son superiores. Pero hay una compensación. Una población no puede tener los códigos de trucos perfectos y al mismo tiempo estar en sintonía con el mundo objetivo. En palabras de Donald Hoffman , “En la evolución, donde la carrera suele ser hacia los más veloces, una categoría rápida y sucia puede fácilmente superar a otra más compleja y verídica”.
Las percepciones no proporcionan una ventana al mundo objetivo si la selección natural es válida. En cambio, han evolucionado hacia interfaces que maximizan nuestra condición física. Fundamentalmente, la teoría de la interfaz de la percepción postula que esta interfaz diverge de la realidad.
Piense en la relación entre la pantalla de una computadora y su placa base. Las pantallas son útiles en la medida en que nos ayudan a manipular los electrones para «aumentar nuestra aptitud». La aptitud en este contexto podría significar completar una transacción bancaria o escribir un ensayo. Los píxeles de nuestra pantalla no nos dicen casi nada sobre la naturaleza de la placa base. No están diseñados para ayudarnos a «comprender» los semiconductores.
En teoría, podrías abrir la parte posterior de tu computadora para jugar con los interruptores de los semiconductores y escribir un ensayo o enviar una transferencia bancaria, ignorando la «ilusión» de los íconos en una pantalla. Pero esta pastilla roja es difícil de tragar. Aunque las pantallas no dicen casi nada sobre cómo funciona la computadora, son prácticamente esenciales para cualquier tarea.
Del mismo modo, nuestra pantalla de percepción maximiza nuestra capacidad para hacer las cosas, pero no transmite precisamente nada sobre la naturaleza del mundo. Eso no quiere decir que no debamos tomarnos en serio lo que vemos . Camine frente a un autobús y es posible que no vuelva a caminar. Arrastre el ícono de Documento de Word a la papelera de su pantalla y perderá todo su arduo trabajo. Bernardo Kastrup insiste ampliamente en que nuestras percepciones no nos dicen qué es el mundo, sólo cómo se comporta. La teoría científica cuantifica estos comportamientos.
La teoría de que «el fitness vence a la verdad» ilustra un conflicto más amplio entre la verdad real y los resultados deseados que no es exclusivo de la biología evolutiva. Las redes sociales son un campo de distorsión que deforma a las personas en línea para maximizar la compartibilidad o la simpatía de su contenido, independientemente de su verdad o autenticidad subyacente. ¿Con qué frecuencia la gente ha mentido para avanzar en sus carreras o ha mentido sobre su altura física para mejorar su perfil en una aplicación de citas? Considere los aspectos psicológicos de la práctica de deportes, donde la habilidad y el atletismo puros pueden no ser suficientes para ganar un partido. O el arte del farol en el póquer. Los comportamientos que maximizan la aptitud física son más valiosos pero menos verídicos. Los sistemas a menudo desincentivan el comportamiento «veraz».
Si la selección natural es cierta, entonces los objetos en el espacio-tiempo no tienen una existencia independiente en la forma en que pensamos. En cambio, nuestros sentidos construyen una interfaz, una historia que nos permite organizar nuestras vidas. Esta extraña conclusión es en la que los físicos también han convergido.
En el nivel cuántico, la energía y la materia están pixeladas o «cuantizadas» como bits discretos. Estos fragmentos cuantificados se comportan de maneras que desafían todas las nociones de sentido común sobre el espacio-tiempo. Influyen instantáneamente en el comportamiento de los demás, aparentemente desafiando tanto la Teoría de la Relatividad de Einstein como nuestras intuiciones de sentido común sobre el mundo. Los objetos cuánticos existen en una superposición de estados y sólo adquieren características definidas una vez medidos. Estas diferencias irreconciliables han obligado a muchos físicos a explorar modelos alternativos para comprender el cosmos.
En otras palabras, a un nivel fundamental en física y biología, nuestras mejores teorías científicas concluyen que la Realidad no es lo que experimentamos que es. Sin embargo, como lógicamente no podemos experimentar lo inexperimentable, no podemos experimentar la Realidad tal como realmente es.
Los filósofos tuvieron esta idea hace siglos. Escribiendo hace 2.500 años, Platón comparó la relación humana con la Realidad con los prisioneros encadenados en una cueva, confundiendo las siluetas y sombras de sus paredes con la Realidad. Para el filósofo griego, el mundo físico es una ilusión de la que sólo podemos salir mediante la contemplación. Immanuel Kant distinguió entre lo nouménico , cosas en sí mismas, y lo fenoménico , cosas tal como aparecen. El filósofo alemán propuso que, mientras que el mundo fenoménico opera a través de causa y efecto, el mundo nouménico es el escenario de la acción, la voluntad y el espíritu humanos. Este marco dualista para comprender nuestra relación con el cosmos es central en las historias religiosas, como pronto veremos.
Las pantallas fallan y esta interfaz no es diferente. Es en estos momentos de fallas que podemos apreciar esta metáfora.
Las ciencias apócrifas
Durante la mayor parte de 150 años, los científicos han documentado fenómenos psi. Todo lo que creemos saber está confuso por psi, que incluye la precognición, las experiencias paranormales, las experiencias cercanas a la muerte y los milagros. Los fenómenos psi son importantes «porque proporcionan ejemplos de capacidades de comportamiento humano que parecen extremadamente difíciles o imposibles de explicar en términos de principios computacionales, biológicos o físicos actualmente reconocidos». Existe una abrumadora cantidad de evidencia empírica documentada en miles de casos.
Tomemos el curioso caso de “Los Gemelos”, descrito por el famoso neurocientífico Oliver Sacks en los años 1970. Los dos hermanos no podían realizar cálculos aritméticos básicos y habían estado institucionalizados durante la mayor parte de 20 años, siendo «diversamente diagnosticados como autistas, psicóticos o con retraso severo». Sin embargo, durante una consulta, Sacks los encontró intercambiando números primos entre sí, a veces de más de 20 dígitos. Esto habría sido una hazaña imposible para la computadora más poderosa de ese momento, y mucho menos para cualquiera sin habilidades aritméticas.
Hay informes documentados de personas que pueden ser hipnotizadas haciéndoles creer que su piel se está quemando, sólo para que su piel se ampolle espontáneamente poco después. Luego están las apariciones y los casos documentados que sugieren premoniciones de muerte. Las experiencias cercanas a la muerte han convertido a los escépticos en defensores de alternativas al materialismo convencional. Los casos de curación por fe desafían las explicaciones convencionales. Las sustancias inertes sin efectos clínicos pueden «provocar» un estado mental que infunde efectos clínicos positivos.
Los fallos ocurren constantemente , pero las teorías científicas que nos contamos a nosotros mismos simplemente no pueden explicar estos datos. Pero la religión podría…
La caída en la evolución
Con cada página que pasa en el Libro de la Naturaleza, el mundo se vuelve más extraño. La evolución y la física concluyen que el mundo tal como lo experimentamos no es el mundo como realmente es, y las experiencias de ruptura psi parecen reivindicar esta afirmación.
Es aquí donde las historias religiosas toman protagonismo. Recuerde que las historias religiosas describen lo que está más allá del mundo en términos del mundo. Contaremos con la ayuda del padre de la Iglesia del siglo III, Orígenes de Alejandría, para guiar nuestro breve recorrido. Pionero de la exégesis bíblica, Agustín se apoyó en Orígenes cuando proclamó la unidad de la Verdad. Orígenes está tan cerca de reconocer la dualidad del orden creado –en términos de lo nouménico y lo fenoménico– como la interpretación más viable del relato judeocristiano de la creación en el Génesis.
Orígenes nota esto en su comentario sobre Génesis 1:6, cuando Dios crea el firmamento o cielo. El hecho de que Dios primero creara la luz y la oscuridad el día 1, luego el cielo el día 2, sugirió a Orígenes la necesidad de una interpretación alegórica alternativa. Él escribe: “El primer cielo… que dijimos que es espiritual, es nuestra mente, que también es espíritu… ve y percibe a Dios. Pero ese cielo corpóreo llamado firmamento es nuestro hombre exterior, que mira las cosas de manera corpórea”. Para Orígenes, Dios creó un mundo espiritual y «corpóreo» o físico.
Al final del primer capítulo, Dios corona su creación, con humanos formados a su imagen y semejanza. Pero no la imagen material, escribe Orígenes: “ Porque la forma del cuerpo no contiene la imagen de Dios, ni se dice que el hombre corpóreo esté ‘hecho’, sino ‘formado’”.
En Génesis 2, Dios crea al hombre a su imagen moldeando un “terrón húmedo” de tierra y soplando su aliento en él. Los humanos tenemos una relación única con su Creador, según Orígenes, quien observa que “es nuestro hombre interior, invisible, incorpóreo, incorruptible e inmortal, el que está hecho según la imagen de Dios… Pero si alguno supone que este hombre… está hecho de carne, aparecerá para representar a Dios mismo como hecho de carne y en forma humana. Es claramente impío pensar esto acerca de Dios”.
¿Por qué Orígenes cree que Dios necesitaba crear un mundo corpóreo y espiritual?
Dios lo coloca en el Paraíso, el Jardín del Edén. La raíz de la palabra jardín es «ganan» en hebreo, que significa «defender, cubrir o rodear». En cualquier otro uso , describe la defensa de una ciudad, como si estuviera en batalla. Entonces Dios crea una ayuda, a menudo mejor traducida como «salvadora»: una mujer de la costilla del Hombre que vive en desnudez desvergonzada con el Hombre.
Entre los arbustos del Jardín se encuentran el Árbol del Conocimiento y el Árbol de la Vida. Dios le dice explícitamente a la pareja que no coma el fruto de este último, no sea que “ciertamente mueran”. Aquí vemos un indicio del equilibrio entre tener los ‘códigos de trucos’ para el conocimiento, cortesía del primer árbol, y participar en la vida eterna, cortesía del segundo árbol.
Una serpiente reside en el Edén. Le pregunta a la Mujer qué había ordenado Dios para el Árbol del Conocimiento, y ella responde diciendo que Dios les dijo que no comieran ni tocaran su fruto. Al añadir algo a las palabras de Dios, Eva abre la puerta para que la Serpiente tuerza aún más las palabras de Dios. Él responde que, por el contrario, sus ojos se abrirían y que ella y su marido se convertirían en dioses.
Las serpientes desempeñan un papel evolutivo en nuestra historia, ya que sólo las criaturas con una visión aguda y reflejos rápidos podían evitar a los reptiles que habitan en los árboles. Efectivamente, las palabras de la serpiente le abrieron la mente y ella “tomó de su fruto y comió”.
Pero en su intento de elevar su conciencia, la pareja predestinada cae más bajo que la tierra. El “pecado original” es uno en el que participa toda la humanidad, y para Orígenes, los acontecimientos precipitan una caída de la humanidad en la red de seguridad del orden corpóreo. Los ojos de Adán y Eva se abrieron a las realidades materiales que consumirían para siempre a sus descendientes. Dios había anticipado esta caída y diseñó el mundo corpóreo para acomodar su eventual autodestrucción. Esta es, para Orígenes, la razón por la que Dios creó el mundo corpóreo.
La caída despierta una sensación de autoconciencia que arroja luz sobre la vulnerabilidad corporal de la pareja. El Árbol del Conocimiento les abre los ojos a la posibilidad de la muerte. Abrumados por el miedo, Adam y su esposa se cubren con hojas de higuera y se encogen de miedo, como si los persiguieran como bestias salvajes, porque el instinto se ha apoderado de ellos.
En términos kantianos, la prueba del Edén es la caída del ser humano fuera del nouménico y hacia el lugar fenoménico. Adán y Eva pierden las maravillosas verdades del paraíso y ahora deben enfrentar la existencia desagradable y brutal que les espera en el mundo corpóreo. La aptitud física es ahora la principal preocupación. Fieles a las palabras de las Serpientes, sus ojos «ven» y caen en el mundo corpóreo, pero también están cegados al lugar noumenal y «espiritual» que una vez habitaron. El Edén estaba enclaustrado y cerrado porque no se podía acceder al mundo nouménico desde el mundo fenoménico. Y una vez que caes en el mundo fenoménico, no puedes regresar al lugar nouménico.
La historia de la caída es, por tanto, una historia de exilio en la caverna de Platón. Orígenes escribe que “este hundimiento tiene como resultado que tomemos cuerpos” y advierte que “todas las criaturas racionales que son incorpóreas e invisibles, si se vuelven negligentes, gradualmente se hunden a un nivel inferior y toman para sí cuerpos adecuados a las regiones a las que descienden”. .”
Como resultado, las almas encarnadas de Adán y Eva se convierten en cuerpos con alma. Las preocupaciones materiales corpóreas ocupan un lugar central para el hombre, la mujer y la bestia. El fitness es el nuevo nombre del juego, y Dios pronuncia de mala gana sus malditas reglas.
La Serpiente se deslizará sobre su vientre y, como símbolo de toda la vida animal, estalla la enemistad entre ella y la humanidad, diciéndole que los humanos “te herirán en la cabeza y tú le herirás en el calcañar”. Se crea la interfaz entre humanos y bestias.
Para Eva, su esfuerzo será el parto y el estado maldito de añorar a su marido. La ayudante se ha vuelto indefensa porque el mundo corpóreo ahora es demasiado peligroso para que ella pueda valerse por sí misma. De hecho, el primer acto de Adán después de su exilio del Edén fue nombrar a su esposa Eva, un «movimiento de poder» que simboliza el gobierno del hombre sobre la mujer. Nace la interfaz entre el hombre y la mujer: el patriarcado.
A Adán no le va mejor, porque la tierra que una vez labró ahora está maldita y debe ser labrada con esfuerzo. La Tierra le hará la guerra, utilizando cada espina y cada cardo. Aquello de lo que fue creado ahora lo sepultará: “Del polvo viniste, y al polvo volveréis”. Se inicia la interfaz entre la humanidad y el cosmos.
El regalo de despedida de Dios es tejer túnicas de “piel mortal” para la pareja. Orígenes observó que “el heredero, al estar vestido con túnicas de pieles, contiene cierta doctrina secreta y mística que trasciende con creces la de Platón sobre las almas que pierden sus alas y son arrastradas hacia la tierra hasta que puedan encontrar algún lugar de descanso estable. » La interfaz está sellada con la mortalidad, y el mundo tal como lo experimentamos ahora está aquí para siempre.
La Biblia florece cuando se la despoja de presuposiciones materialistas, y el proyecto agustiniano de reconciliar el Libro de la Naturaleza con el Libro de las Escrituras cobra nueva vida. Pero debemos abandonar la idea de que la Realidad es ontológicamente un lugar físico. A medida que se escriben nuevos capítulos en el Libro de la Naturaleza, debemos tomar notas a pie de página de los textos religiosos para catalogar la Unidad última de la Verdad. Sólo entonces podremos sintetizar y armonizar la verdad entre ciencia y religión.
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