Estados Unidos retirará 9.000 infantes de marina de la isla de Okinawa, al sur del país, donde la presencia militar estadounidense es cada vez menos aceptada por la población.
Tokio y Washington acordaron la salida de los militares estadounidenses del archipiélago nipón para establecerlos en Guam y en otros lugares fuera de Japón, según un comunicado conjunto difundido este viernes en Tokio. «Alrededor de 9.000 marines, acompañados de sus familias, serán recolocados en otras zonas fuera de Japón», indica la misiva.
Desplazamiento ‘estratégico’
Según el documento, esta medida responde al plan de reordenamiento de tropas estadounidenses en la región de Asia-Pacífico, anunciado en enero por Washington en respuesta a los cambios en el entorno de seguridad de la zona.
De este modo, la salida de los marines refuerza «la cooperación interna» de los ejércitos estadounidense y nipón, y potencia «el desarrollo de Guam como un centro estratégico», además de «mitigar el impacto de las fuerzas de EE. UU. sobre las comunidades locales», asegura el comunicado.
Según expertos militares, esta operación es parte de una reorganización de las tropas de EE. UU. en la región Asia-Pacífico, zona a la que Washington está prestando mucha atención actualmente.
Un traslado de 8.600 millones dólares
Este viernes, el ministro japonés de Asuntos Exteriores, Koichiro Gemba, afirmó que el acuerdo estipula que de los 19.000 marines que actualmente están desplegados en Okinawa, unos 4.000 serán trasladados con sus familias a Guam, donde EE. UU. pretende tener en el futuro un total de 5.000 efectivos. Los 5.000 marines restantes serán previsiblemente reubicados en Australia o Hawái.
Después de la salida de Okinawa quedarán ahí unos 10.000 infantes de marina de EE. UU. El coste estimado por Washington para trasladar a Guam a los 4.000 marines, mismo que deberá ser pagado por Tokio, es de 8.600 millones de dólares.
Una presencia desagradable
En el archipiélago japonés hay un total de 47.000 soldados estadounidenses y su presencia es cada vez más rechazada por la población. En Okinawa, donde de momento está concentrada más de la mitad de las tropas de EE. UU., el asunto viene creando desde hace años tensiones entre los dos países.
Varios incidentes de abusos sexuales a adolescentes de la zona cometidos por los soldados extranjeros han derivado en reiteradas peticiones para su evacuación. En 1995, tres mecánicos abusaron de una menor de apenas 12 años. En uno de los hechos más graves, ocurrido en 2008, un sargento de 38 años fue arrestado y acusado de haber violado a una niña de 14 años.
Los habitantes de la isla situada al sur de Japón también protestan por el ruido, la contaminación y los accidentes aéreos (han ocurrido cerca de 500 desde 1972) relacionados con la actividad militar estadounidense.
En el 2006, Washington aceptó trasladar su base aérea Futenma, ubicada en plena zona urbana, hacia una bahía protegida, pero parte de la población se opone a ello y exige el cierre definitivo de la base.
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