
Sentir la presencia de nuestra realidad en su estado puro e incondicional requiere plena atención, para ello, hay que sentir el presente, el aquí y ahora, sin los condicionamientos del pasado y del futuro, como explican ciertos budistas al referirse al tiempo, diciéndonos que existen cuatro tiempos: el pasado, el presente, el futuro y el presente incondicionado por el pasado y el futuro.
Muchos autores contemporáneos de la espiritualidad nos insisten en vivir el presente, situando nuestra plena atención en el aquí y ahora, cuestión que ya se planteaba en lejanos tiempos. Mantener la presencia en el presente nos resulta una tarea ardua porque en todo momento nos persigue el pasado y el futuro, llegar a establecer una conciencia atemporal en el presente, se maneja desde varios niveles de conciencia, nos explicamos; la tradición hindú del yoga-vedanta, nos habla de cuatro estados de conciencia: vigilia, sueño, sueño profundo o sueño sin sueños y el estado de turiya. El estado de turiya (significa cuarto) incluye y trasciende los anteriores estados de conciencia, teniendo en cuenta que cada estado de conciencia experimenta y percibe el tiempo de un modo diferente.