Un nuevo estudio de datos sísmicos de la Antártida encuentra que el manto puede ser más extraño y más variable de lo que se creía anteriormente, con trozos de corteza antigua que han sido arrastrados hacia abajo por fuerzas tectónicas.
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Una nueva investigación sugiere que extrañas «manchas» en las profundidades de la capa media de la Tierra pueden ser trozos de antigua corteza continental que han sido arrastrados hacia abajo por fuerzas tectónicas.
Estas manchas, conocidas como zonas de velocidad ultrabaja (ULVZ), han desconcertado a los científicos durante mucho tiempo. Están en lo profundo del manto, cerca del límite con el núcleo de la Tierra, por lo que los investigadores sólo pueden vislumbrarlos estudiando las ondas sísmicas mientras reverberan alrededor del interior del planeta como una campana. Estas ondas se desaceleran significativamente en las regiones de burbujas, lo que indica que son diferentes del manto que las rodea.