- El fotobiólogo, Dr. Alexander Wunsch, explora los rayos del sol desde una perspectiva histórica, incluyendo cuan drásticamente han cambiado con el tiempo, tanto la opinión médica como pública, acerca de los rayos del sol
- En la antigua Grecia y Arabia, los rayos del sol se utilizaban para fines médicos; y en el antiguo Egipto, se usaban para controlar los gérmenes
- Hasta los ‘50s, los rayos del sol se utilizaban ampliamente para tratar las llamadas enfermedades de la época del oscurantismo: la tuberculosis y el raquitismo
Por el Dr. Mercola
¿Cómo es que los rayos del sol, alguna vez considerados como un poder divino en algunas culturas, han llegado a ser clasificados como un agente cancerígeno categoría 1, por la Organización Mundial de la Salud (WHO, por sus siglas en inglés)? Esta es una pregunta formulada por el fotobiólogo Alexander Wunsch, MD, Director general de Medical Light Consulting en Heidelberg, Alemania.
Esta es una cuestión fundamental, ya que muestra la dicotomía entre los rayos del sol en las culturas ancestrales y modernas. Los rayos del sol, alguna vez reverenciados como un poder curativo; hoy en día, son culpados por causar enfermedades, y se insta a los seres humanos a evitar en gran medida a este elemento natural.
El Dr. Wunsch analiza a los rayos del sol desde una perspectiva histórica, incluyendo cuan drásticamente han cambiado con el tiempo, tanto la opinión médica como pública, acerca de los rayos del sol. Él dice que:
«En la actualidad, los rayos del sol ya no están de moda. Incluso, algunos expertos tratan de prohibir el bronceado, otros tratan de influir con restricciones, la máxima autoridad sanitaria de los Estados Unidos emite un llamado a tomar acción contra los rayos UV y el bronceado.
¿Cómo podemos enfrentar estos obstáculos que se observan en un horizonte que siempre ha sido tan prometedor?
Conocer más detalles acerca de los antecedentes puede ayudarnos a ajustar y normalizar las posiciones extremistas de la ‘política contra los rayos del sol’ promovida por la Organización Mundial de la Salud (WHO), asociaciones contra el cáncer, y muchos dermatólogos«.
Los Rayos del Sol Eran Utilizados Para Combatir las “Enfermedades de la Época del Oscurantismo”
En la antigua Grecia y Arabia, los rayos del sol eran utilizados con fines médicos. En el antiguo Egipto, se usaban para controlar los gérmenes. El primer informe «oficial» acerca del potencial médico de los rayos del sol provino de Herodoto, en el siglo VI a.C.
Él visitó un área del Mediterráneo, donde se almacenaban los cráneos de una batalla y observó una diferencia significativa en el espesor entre los cráneos Egipcios y Persas. Mientras que los cráneos egipcios eran gruesos, los cráneos persas eran finos y bastante frágiles. El Dr. Wunsch dijo:
«Así que, esta es la primera idea, o el primer informe, del pasado, donde existía una conexión entre los rayos del sol y la solidez del sistema óseo del cuerpo humano.
Debido a que Herodoto ya analizaba esto, lo cual consistía en que los rayos del sol endurecen los huesos, los cráneos. Pensó que, entonces los egipcios se afeitaban la cabeza, oraban al sol, exponían su piel.
Posiblemente, los persas utilizaban grandes sombreros y se protegían de la radiación de los rayos del sol. Además, él fue el primero en tener una idea de las cuestiones que más tarde supimos acerca de la vitamina D«.
Hace menos de 100 años, existían formas aceptadas de culto al sol, y hasta los años ‘50s los rayos del sol fueron ampliamente utilizados para tratar las llamadas enfermedades de la época del oscurantismo: la tuberculosis y el raquitismo.
El Dr. Niels Finsen fue uno de los primeros en investigar científicamente acerca de los efectos de los rayos del sol, y en 1903 recibió el Premio Nobel por desarrollar un método para utilizar los rayos del sol en atender las manifestaciones cutáneas de la tuberculosis, conocida como lupus vulgaris. De acuerdo con el Dr. Wunsch:
«... Las enfermeras–Finsen las llamó ‘hadas de la luz’–utilizaban rayos del sol concentrados, que eran enfocados a través de lentes de cuarzo en las zonas afectadas de la piel, a través de asas con cámaras huecas, cubiertas en ambos lados con lentes de cristal de cuarzo.
La compresión de la piel irradiada mejoró significativamente la penetración de la luz. Los dos conectores fueron utilizados para acoplar los tubos flexibles que transportaban el agua de enfriamiento, con el fin de prevenir quemaduras térmicas en la piel. Este tipo de tratamiento funcionó perfectamente bien…«
El único problema era que los rayos del sol que tenían tal potencia solo estaban disponibles en las latitudes septentrionales, durante un número finito de días al año.
Luego, él inventó una forma de tratamiento al utilizar lámparas eléctricas de arco de carbón, que promueve la creación de lo que ahora se conoce como fototerapia, o el uso de luz para tratar enfermedades físicas y mentales.
Helioterapia: Utilizar Rayos del Sol Para Curar
El trabajo de Finsen, al tratar el lupus vulgaris a través de los rayos del sol, sentó las bases para la investigación del Dr. Auguste Rollier, de origen suizo. «Este hombre se convirtió en el maestro de la helioterapia moderna, el médico del sol», dijo el Dr. Wunsch, al referirse al método en donde se utiliza los rayos del sol como una forma de tratamiento terapéutico para las enfermedades.
El Dr. Rollier tuvo éxito al atender no solo las manifestaciones cutáneas de la tuberculosis, sino también las manifestaciones sistémicas de la enfermedad. Él trató a los pacientes con los rayos del sol al adaptar gradualmente la exposición a los rayos del sol.
Rollier, quien ha escrito libros de texto acerca de la helioterapia, enfatiza que la composición de las diferentes partes del espectro de luz tiene una importancia crucial, no solo para obtener todos los beneficios que puede adquirir de los rayos del sol, sino también porque proporciona protección contra los posibles daños.
Por ejemplo, aunque los rayos ultravioleta de onda media (UVB, por sus siglas en inglés) sintetizan la vitamina D en la piel, también pueden alterar la estructura del ADN, y los rayos ultravioleta de onda larga (UVA, por sus siglas en inglés), presentes en los rayos del sol, pueden producir especies reactivas del oxígeno en los tejidos, lo que produce el daño.
Para combatir estos efectos secundarios, su piel necesita otros componentes del espectro de luz, como la luz infrarroja cercana y la luz roja, las cuales transfieren energía a las células. El Dr. Wunsch continuó:
«Al final de su carrera médica, Rollier tenía casi 50 años de experiencia con la helioterapia. En su último libro de texto, menciona específicamente que nunca observó que la helioterapia causara un cáncer de piel. Por el contrario: incluso atendió el cáncer de piel con los rayos del sol«.
El Descubrimiento del Secreto de la Síntesis de Vitamina D
En 1928, Adolf Windaus fue galardonado con el Premio Nobel al decodificar el secreto de la síntesis de vitamina D. Se descubrió que la luz UVB produce la fotosíntesis de la vitamina D en las capas externas de la piel, y Windaus desarrolló la primera preparación médica de vitamina D concentrada, que aún se utiliza hoy en día; por ejemplo, para combatir el raquitismo infantil.
Las lámparas solares incluso se utilizan incluso para tratamientos grupales, incluyendo a los mineros de carbón. Al proporcionarles su dosis diaria de luz UVB, esto les ayuda a «trabajar más arduamente», dijo el Dr. Wunsch. Sin embargo, incluso entonces, la mayoría de los médicos creían que los rayos del sol eran mejores que la luz artificial, y esto todavía es verdad.
La producción de vitamina D no es el único beneficio que hace que la exposición a los rayos del sol sea tan favorable, sino también poder acceder a todo su espectro de luz. De acuerdo con el Dr. Wunsch:
«… La historia demuestra que la luz solar natural, así como la luz artificial, pueden actuar como una importante herramienta de intervención para prevenir y curar enfermedades devastadoras, cuando son utilizadas con diligencia.
Nuestros antepasados tenían la habilidad, conocimientos y tecnología para tratar con los rayos del sol en todas las regiones climáticas de nuestro planeta, un conocimiento que ha desaparecido en muchos de los cerebros humanos.
Antes de la era de los antibióticos, la fototerapia era un tratamiento de vanguardia en la medicina contemporánea. Donde la luz solar natural no estaba disponible, por lo que en su lugar, se utilizaba exitosamente la luz solar artificial«.
A pesar de que nuestros antepasados aprendieron cómo abordar la enfermedad más evidente de la época del oscurantismo, a través de los rayos del sol; en la actualidad, muchas personas aún son perjudicadas por la falta de luz solar.
Su Piel Está Diseñada Para Ser Expuesta Gradualmente a los Rayos del Sol
De acuerdo con el Dr. Wunsch, todas las plantas y los animales conocen exactamente qué cantidad de rayos del sol son beneficiosos para ellos. «Las plantas se cierran o voltean sus hojas, hasta que sus áreas moleculares captan la luz. Los animales buscan la sombra y se protegen a sí mismos a través de sus pelajes», comenta.
El pelo no protege a la piel humana de los rayos del sol, de la forma en que ocurre con muchos otros animales. En vez de ello, la piel humana es increíblemente compleja y ha desarrollado nuevas formas de protegerse de la radiación de los rayos del sol, en ausencia de un pelo grueso.
Al exponerse gradualmente a los rayos del sol, ocurre un mecanismo de aclimatación solar que requiere un proceso de espesamiento»… El propósito principal del engrosamiento es desarrollar una protección natural contra los rayos del sol, al cambiar específicamente las propiedades ópticas de la epidermis», explica el Dr. Wunsch.
Podría tomar hasta cuatro semanas para que su piel desarrolle una completa protección a las condiciones locales de los rayos del sol, lo que significa que las capas cutáneas de queratinocitos y corneocitos están saturadas con el pigmento melanina. Además, el ADN sobrante en los queratinocitos en la capa espinosa de su piel, actúa como un protector solar natural adicional.
Este ADN es capaz de transformar el 99.9 % de la energía fotónica de los fotones de longitudes de onda corta directamente en calor, lo que significa que solo un 0.1 % se convierte en radicales libres potencialmente peligrosos.
En el caso de la melanina sucede lo mismo. No obstante, a menudo, los protectores solares químicos, producen radicales libres. De acuerdo con el Dr. Wunsch:
«… Cuando observamos los protectores solares químicos, estos filtros solares–los cuales han sido utilizados desde hace 20 años–tienen una tasa de conversión de fotones de solo 10 %, lo que significa que un 90 % de la energía fotónica será transformada de radicales de oxígeno en radicales libres.
E incluso los protectores solares más recientes, tienen una tasa de conversión de fotones de 80 a 81 %. Si utiliza un protector solar químico, este penetrará en su piel y producirá adicionales especies reactivas del oxígeno«.
¿De Qué Otra Forma Afectan los Rayos del Sol?
Apenas empezamos a entender muchas de las razones por las que exponerse a los rayos del sol es necesario y propicio para la salud humana. El Dr. Wunsch, que explica por qué los rayos del sol son necesarios para tener una salud óptima.
Los seres humanos se adaptan a los rayos del sol como un estímulo complejo que, en dosis adecuadas, ayudan a mantener el buen funcionamiento de nuestros sistemas biológicos. El Dr. Wunsch explica:
«Los rayos del sol ocasionan efectos de adaptación endocrina coordinada. Esto influye en la actividad simpática y parasimpática, y es un importante estímulo circadiano y estacional para el reloj biológico del cuerpo…
Nuestro sistema, a través de los ojos y piel, detecta los colores de la luz en el ambiente, con el fin de adaptar el sistema hormonal a las necesidades específicas del momento y lugar.
Es diferente si estamos sentados bajo los rayos del sol en el desierto, o si estamos sentados bajo una palapa o bajo un árbol en algún lugar de un bosque.
Los colores que nos rodean le indican–a través de los ojos–a nuestro cerebro, al cerebro medio, a los centros de control hormonal, lo que sucede a nuestro alrededor y lo que tiene que hacer con el fin de enfrentar una situación en particular«.
Dada la gran cantidad de beneficios cruciales de exponerse a los rayos del sol, la Organización Mundial de la Salud clasifica a los rayos del sol como un cancerígeno (y la recomendación de evitar los rayos del sol) es similar a decir que el oxígeno podría producir cáncer, ya que es la molécula precursora de radicales libres, por lo que debemos dejar de respirar, según comenta el Dr. Wunsch.
Es cada vez más claro que para la mayoría de las personas es necesario y beneficioso exponerse de forma regular al espectro completo de luz, y la salud pública sería mejor atendida al ayudar a las personas a conocer la «dosis» óptima necesaria, en vez de decirles que eviten los rayos del sol.
Para Obtener Más Información, es Importante Leer el libro Que Data de hace 100 Años, “Los Usos Terapéuticos de la Luz”