Tesla vuelve a estar al borde del abismo. Las ventas se ralentizan incluso después de que la empresa rebajara los precios. La empresa va a despedir al 10% de su plantilla: 14.000 trabajadores desde Shanghái a California, desde las fábricas a los despachos de dirección. La empresa ha tenido que retirar todos y cada uno de los Cybertruck que ha entregado. Y la posición de Tesla en China, un país que se ha convertido en fundamental para su futuro, es cada vez más inestable.
Solo hay una persona culpable del estado caótico de la empresa y solo una persona cuya salida podría salvar a Tesla: Elon Musk. Durante los últimos años, Tesla ha parecido imparable, pero durante esos tiempos de auge, Musk no logró aplicar ninguna estrategia que aislara a la empresa de lo que se ha convertido en una violenta guerra mundial de precios de los vehículos eléctricos. La empresa está incinerando efectivo, perdiendo cuota de mercado y teniendo más inventario obsoleto que nunca.
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