La constante y reproducida idea de que existe una elevación en las temperaturas de la Tierra a causa de la acción del hombre, llamado popularmente «calentamiento global», cada vez tiene más puntos flojos, al punto de que
parecería insostenible en vistas de simples observaciones de lo acontecido en los últimos tiempos.
Para empezar, la explosión del escándalo del «Climagate», por el que el director de la Unidad de Investigación de la Universidad de Anglia del Este (CRU), Phil Jones, se vió obligado a renunciar, dió por tierra la Conferencia por el Cambio Climático en Copenhague en 2009. Incluso el adalid por el cambio climático mundial, Al Gore, se vió obligado a suspender su presentación en la Conferencia a causa del escándalo.
Durante el «Climagate» se conocieron correos electrónicos en los que varios científicos del CRU intercambiaban consejos para manipular los datos obtenidos y así justificar el carácter antropogénico (originado por el hombre) del fenómeno.
Por otra parte, existen dos datos fundamentales que refutan la idea del calentamiento.
Por un lado, un estudio geológico demuestra que algunas partes de la Antártida se elevan paulatinamente a razón de 5 milímetros al año.
Para documentar este hecho, un equipo de investigadores dirigido por Donald Argus, del Laboratorio de propulsión reactiva de la NASA, utilizó datos de GPS recabados a lo largo de 15 años.
El análisis reveló que varias partes del continente blanco, incluida la región de los montes Ellsworth, la cordillera más alta de Antártida, «crecen» relativamente rápido. Otras partes de Antártida también van elevándose, pero más lentamente.
Según los expertos, la elevación isostática, como se conoce a este fenómeno, se debe a la reducción paulatina de la masa de la placa tectónica antártica a consecuencia del deshielo.
Los científicos desconocen si esta ‘ascensión’ está relacionada con el calentamiento global. Actualmente la Antártida pierde unos 200.000 millones de toneladas de hielo al año. Sin embargo, los geólogos opinan que el efecto observado podría también ser una reacción a la pérdida de hielo que se produjo entre hace 5 y 10 años.
Un proceso idéntico ya se registró en Groenlandia. En ciertas regiones de la isla, el ritmo de elevación era de 4 centímetros al año. Antes de 2004 este índice fue de 1-0,5 centímetros al año. Anualmente Groenlandia pierde unas 300.000 millones de toneladas del hielo.
© Desconocido
Actualmente la Antártida «crece» no solo hacia arriba, sino también hacia los lados
Actualmente la Antártida «crece» no solo hacia arriba, sino también hacia los lados. Los últimos años se observa un aumento de la superficie de los glaciares en el continente.
Inexplicablemente, algunos medios insisten en que el aumento de la superficie de los glaciares antárticos y el elevamiento en la superficie del continente blanco se deben al «calentamiento global» (?).
El dato se suma a lo que sucede en España. Aparentemente, el verano en la península es el más frío en los últimos 10 años. Cuando pasó más de un mes de haber empezado la temporara veraniega, desde la estación meteorológica de Goenaga, Alonso Francés muestra datos del que se ha convertido en el mes de julio «más lluvioso y frío de la última década» en España.
Los registros de temperatura muestran que la máxima fue de 30,5º C y se registró el 11 de julio. La mínima alcanzó los 7º C y fue el 8 de julio. El cómputo general de las temperaturas de julio nos dan una media de 16,65º C. «El mes más cálido del año suele andar entre julio o agosto, pero está claro que esta vez no será así» indica Alonso.
La nueva explicación
En vistas del desmoronamiento de la idea del calentamiento global, han surgido nuevas explicaciones que tratan de justificar el paradigma.
Según publica EFE, el incremento a lo largo de la última década en el volumen de aerosoles en la región atmosférica de la Tierra que contiene la capa de ozono podría explicar por qué el calentamiento global se ha frenado desde 1998, según un artículo que publica hoy la revista Science en su edición impresa.
Según el estudio encabezado por Susan Solomon, de la Dirección Nacional de Océanos y Atmósfera de USA, las mediciones recientes han demostrado que la capa de aerosoles en la estratosfera es «persistentemente variable más que constante, aún en ausencia de erupciones volcánicas».
«La comprensión de los cambios climáticos en escalas de tiempo de años, décadas, siglos o más requiere la determinación de los efectos de todos los factores de radiación que fuerzan el clima de la Tierra», señala el artículo.
Entre ellos se cuentan los gases generados por la actividad humana y que contribuyen al efecto invernadero, o calentamiento global, y los aerosoles naturales, «como asimismo la variabilidad interna natural», añadió.
Solomon y sus colegas combinaron las mediciones tomadas en tierra y por satélites y elaboraron un modelo del monto de «fuerza radiactiva» causada por los aerosoles estratosféricos en los últimos 50 años.
La «fuerza radiactiva» es el desequilibrio que ocurre cuando hay más energía solar radiando sobre la Tierra que la energía infrarroja que se refleja al espacio.
Al cotejar los datos de la fuerza radiactiva en un modelo climático los científicos observaron que el incremento en los aerosoles estratosféricos ha aminorado en un 20 % el calentamiento global que hubiese ocurrido desde 1998 si no hubiera aumentado el volumen de los aerosoles.
Es decir: el uso de aerosoles que estaban abriendo un agujero en la capa de ozono, que incrementaría la temperatura a causa de la entrada de oleadas electromagnéticas a través de los polos, parecen ser ahora los responsables de detener el calentamiento global.
Evidentemente el panorama es confuso y la idea del calentamiento global ha dejado de ser alarmante en los medios a partir del estallido del «climagate». Incluso la reivindicación de los aerosoles como medios de contención del cambio climático huele a un paso atrás en la alerta por el calentamiento.
Hay más
Sumado al escándalo en el CRU, a los nuevos datos sobre la Antártida y el gélido verano español, aparece la noticia de un supuesto fraude cometido por un biólogo afín a las teorías del calentamiento global antropogénico.
Un biólogo federal cuya observación de osos polares muertos en el Artico, en el 2004 contribuyó a impulsar el movimiento para detener el calentamiento global, ha sido colocado en licencia administrativa y es investigado por mala conducta científica, posiblemente por la veracidad de dicho artículo.
Charles Monnett, científico basado en Anchorage de la Oficina Nacional de Administración, Regulación y Aplicación de Energía Oceánica (BOEMRE por sus siglas en inglés), fue informado el 18 de julio que quedaba en licencia administrativa hasta conocerse los resultados de una investigación sobre «cuestiones de integridad».
Monnett, que ha coordinado gran parte de la investigación de la agencia sobre vida silvestre y ecología del Artico, tiene tareas que incluyen el manejo de unos US$ 50 millones en estudios, según la demanda, una copia de la cual fue suministrada a la Associated Press.
Los interrogatorios de los investigadores se concentran en observaciones que Monnett y su colaborador Jeffrey Gleason hicieron en el 2004, mientras efectuaban una inspección aérea de las ballenas, sobre cuatro osos polares muertos que flotaban en el agua después de una tormenta. Detallaron sus observaciones en un artículo publicado dos años después en Polar Biology.
En el artículo, los investigadores dijeron que reportaban las primeras observaciones de osos polares muertos, probablemente ahogados, mientras nadaban distancias largas en aguas abiertas. Dijeron que los osos polares son considerados nadadores enérgicos, pero que nadar a largas distancias puede ser agotador. Sus observaciones, dijeron, sugerían que la muerte de los osos podía aumentar en el futuro si continuaba la disminución de la capa de hielo.
Conclusión
Las noticias sobre el calentamiento global del planeta han mermado considerablemente luego de la explosión del climagate. Casi como por arte de magia (y en vistas de una realidad claramente opuesta al modelo) la agenda de los defensores de la teoría del calentamiento de origen antropocentrico se ha detenido casi por completo.
La aparición de nuevos datos a través de medios alternativos en todo el mundo sugiere que el calentamiento global dejará de ser tema preocupante en los próximos años.
En ciertos círculos conspiracionistas se refieren al calentamiento global como una herramienta buscada desde el stablishment para mantener a la humanidad bajo una amenaza e imponer un impuesto a las emisiones de carbono que limiten el crecimiento de los países emergentes.
En el informe «La Primera Revolución Global, Un informe del Consejo del Club de Roma«, emitido en 1991, de Alexander King, se puede leer:
«La necesidad de la existencia de enemigos parece ser un factor histórico común. Algunos estados se han esforzado por superar las fallas y contradicciones internas culpando a enemigos externos. El truco de descubrir a un chivo espiatorio es tan antiguo como la humanidad misma – cuando las cosas se ponen demasiado difíciles en casa, se debe desviar la atención hacia fuera. Unificar a la nación dividida para enfrentar a un enemigo exterior, sea este real, u inventado para tal propósito». (p.71)
El enemigo común de la humanidad es el Hombre
En la búsqueda de un enemigo común contra el cual pudiéramos unificarnos, tuvimos la idea que la contaminación, la amenaza del calentamiento global, la escasez de agua, las hambrunas y demás, encajarían perfectamente. En su totalidad y en sus interacciones, estos fenómenos constituyen una amenaza común que debe ser enfrentada por todos. Pero al designar a estos peligros como si fueran el enemigo, caemos en la trampa, sobre la cual ya hemos advertido a nuestros lectores, que es confundir los síntomas con las causas. Todos estos peligros son provocados por la intervención humana en los procesos naturales, y es solo mediante el cambio de actitudes y comportamientos que pueden superarse. El verdadero enemigo es, entonces, la humanidad misma»
http://es.sott.net/articles/show/8279-Veranos-frios-y-aumento-de-la-superficie-antartica-Que-paso-con-el-calentamiento-global-