(Un hombre que en el siglo IV a.C alcanzó la iluminación)
Vivimos tiempos en los que la crítica severa, el menosprecio y el insulto están a la orden del día.
Conviene entender lo que Budha enseñó sobre quienes insultan, calumnian o te critican en la vida, en el trabajo, o por lo que eres.
En una ocasión, estando Budha (que significa “el que ha despertado”) junto a varios de sus discípulos en una aldea remota llevando a cabo labores de ayuda a los más necesitados, ocurrió lo siguiente:
Alojado en un monasterio junto a los suyos, aceptando la hospitalidad de quienes le acogían y comiendo lo que le daban así como durmiendo donde se le asignaba, su más cercano ayudante, Ánanda, le comunicó que en el pueblo habían comenzado a oírse rumores sobre él. La gente le criticaba.
Budha, no se inmutó.
Pasaron los días y los rumores se convirtieron en duros ataques verbales contra él y su causa.
Ánanda, de nuevo acudió a su Maestro para informarle que muchas personas le insultaban cada vez más duramente. Eran unas injurias tremendas que tenían como objetivo acongojarle para que se marchara de la aldea y dejase de auxiliar a los mendigos.
Procedían los insultos y las calumnias de personas con interés en que la doctrina de ayuda y paz de Budha no calara en las mentes de los aldeanos.
De nuevo Budha, permaneció impasible, continuando con sus labores diarias de alimentar a todo el que se lo pedía, y curar a quien necesitaba reposo y sanación.
Al cabo de una temporada, el ánimo de Ánanda comenzó a quebrarse pese a ser el más cercano discípulo del Maestro y acudió a él de nuevo para informarle de cuanto se decía de él; De cuántas mentiras se propagaban por la aldea y de las feroces críticas que seguían levantándose hacia su causa, su persona y su pensamiento.
Budha, le preguntó a Ánanda: “¿Qué clase de personas son las que me insultan?”.
El discípulo se mostró confundido y le contrapreguntó a su Maestro: “Querrás decir, Maestro, ¿qué tipo de insultos te dedican?”.
Budha, con una leve sonrisa corrigió a Ánanda: “No, amigo mío. Quiero saber qué clase de personas son las que me insultan, porque las palabras no tienen más que el valor de quienes las pronuncian”.
El discípulo comenzó a comprender. Pero Budha, continuó, aprovechando todo lo que estaba sucediendo para transmitir su enseñanza. Y dijo: “¿No ves amigo mío, que las palabras no pueden hacerte daño?; ¿No ves que no son más que aire?”
Ánanda, sabiendo que estaba recibiendo una enseñanza práctica, quiso profundizar, poniendo a su Maestro un poco más a prueba:
-”Eso lo entiendo Maestro, pero las personas emplean esas palabras para herirnos”.
Budha comprendió la preocupación de su discípulo y quiso ayudarle justo como él pedía con sus preguntas. Y habló así:
-”Dime Ánanda, ¿Por qué pronuncias la palabra “azul” para describir el cielo, cuando el cielo está azul?”
El ayudante de Budha, contestó: “Porque en ese momento conozco el color del cielo y lo llamo azul”.
Budha sentenció su enseñanza en ese instante:
“De manera que para poder emplar una palabra para describir algo o a alguien hay que conocer primero el significado de eso dentro de nosotros, ¿no?”.
-”Sí, así es” concluyó lógicamente Ánanda.
-”En ese caso, querido amigo, si alguien me llama “mentiroso” es porque previamente tiene que conocer qué significa ser un mentiroso. Y si alguien me insulta, ha de conocer dentro de sí mismo lo que ese insulto significa. Querido Ánanda, aprende esto:
CUANDO ALGUIEN TE INSULTA O TE CRITICA, NO ES A TI A QUIEN ESTÁ
DESCRIBIENDO. ESTÁ DESCRIBIENDO LO QUE CONOCE DENTRO DE SÍ MISMO.
LA PERSONA QUE INSULTA SE DESCRIBE A SI MISMA”.
No creo que sea preciso añadir ni una sola palabra a lo que enseñó Budha.
Saludos a todos.
Escrito por nuestro colaborador Alquimista
http://periodismo-alternativo.com/2014/06/10/una-importante-ensenanza-de-budha/
Muy interesante, gracias Maestroviejo.
Un gran aprendizaje que pocos pero muy pocos aplican y «escuchan» pero, no entienden nada sólo leen.
Saludos.